03. YOU AND ALL THE FLAWS
OST: Vibe by TAEYANG feat. Jimin
🖌🎧ACRÍLICO🎧🖌
—Definitivamente es un no.
—Por favor Jiminnie, estoy a solo horas de casarme. A Taehyung le dará un infarto si mi padrino no usa el traje que su madre escogió.
El tono compungido de Jungkook solo conseguía que su nerviosismo se multiplicara. Jimin mordió lo que quedaba de la uña de su pulgar hasta probar la sangre. Uñas desechas, cabellos arrancados y toda clase de mecanismos que apaciguaban el terror que le infundían las multitudes.
—Hazlo por mí, por tu querido y único primo.
Los ojos de ciervo de Jungkook eran mucho más de lo que el chico podía soportar. Casi en un hilo de voz, Jimin cedió.
—Lo... lo intentaré.
Apretó los puños de sus pequeñas manos dándose la vuelta para enfrentarse al traje color rojo vino con la espalda semitransparente que había escogido la señora Kim. Jungkook no pudo contenerse de darle un abrazo a su primo, por incómoda que les fuera la escena a ambos.
—Eres el mejor Minnie. Te enviaré una de las maquillistas de Tae.
Dicho y hecho. El animado pelinegro abandonó la habitación de hotel que le habían reservado para la recepción. Allí donde un gato de tres colores y ojos igual de azules que los de Jimin, ladeaba la cabeza hasta enredarse entre sus pies descalzos con el sutil objetivo de intentar calmarlo.
El ligero temblor en el cuerpo de Jimin cedió ante el toque familiar de Bubble mientras otro suspiro poblaba sus rellenos labios.
—Va a ser un desastre de los épicos, pero cuándo no lo es. Supongo que no podré esconderme por mucho tiempo.
De sus piernas el felino pasó a sus brazos mientras se decidía a calmarlo sobre la cama y a pasar sus dedos por la fina tela de satén que componía la camisa del traje. Encaje y pedrería que simulaba una gargantilla de rubíes coronando el cuello y los puños de la pieza.
Le espalda era lo que más le preocupaba, pues aun cuando se mantenía con suficiente tejido, estaba seguro que el conjunto pondría todos los ojos en él, justo cómo su nueva familiar había predicho.
"Eres tan hermoso y adorable, deberías mostrárselo más a todos."
Recordaba la pequeña velada con la señora Kim cuando Taehyung y Jungkook fueron a visitarlo a Seúl. No podía creer que su primo, el mejor corredor de bienes raíces del rubro en los últimos siete años fuera a trasladar su vida a Daegu solo por amor.
No podía creer en una ilusión de ese tipo cuando para él la norma era nunca sentirse seguro. Sus padres lo respetaban, pero desde que Jimin fue independiente, el contacto con ellos se había reducido a dejarlo en un segundo plano mientras se ocupaban de su hermana menor.
La consentida de todos y la alegría de la normalidad en la casa. Tener a un niño con superdotación intelectual en el hogar no fue algo muy agradable para los Park cuando Jimin carecía de filtro.
Quizás fueron esos primeros encontronazos los que cimentaron su incomprensión sobre las relaciones humanas, eso y el constante acoso que sufrió en la escuela hasta que sus progenitores tomaron la decisión de pasar por una educación en el hogar.
El Jimin de los veintisiete años ya podía darse por agradecido de contar con un trabajo donde solo importaban las máquinas y veía muy poca gente. Un trabajo que podía desempeñar desde casa o desde una habitación de hotel como planeaba hacerlo después que la dichosa boda aconteciera.
—Sí, será un desastre del que espero sobrevivir, Bubble Boy.
Acarició a su gato una vez más mientras contemplaba las primeras luces del atardecer convertirse en noche para acompañar la unión de su primo y uno de los artistas plásticos vanguardistas más vendidos del momento.
Kim Taehyung terminaba de alistarse con un nudo de nervios en la garganta mientras observaba al pequeño Jun correr detrás del coche a control remoto que dominaba Hoseok.
—Ahh... me muero por tener un niño propio. Es decir, amo a mi sobrino adorado, pero tener un hijo... Te tengo una sana envidia, hyung.
A su lado Yoongi sonrió mientras se arreglaba la pajarita de su esmoquin. Con el cabello rubio peinado hacia atrás y los brillantes ojos color ámbar, era la imagen sobria y sensual del típico padrino soltero.
—No dirás eso cuando tengas noches enteras sin dormir y toneladas de pañales sucios a tu alrededor. Los bebés son difíciles de cuidar.
—Pero son hermosos y a partir de hoy lo intentaremos. Las veces que sea necesario... O sea Jungkook y yo...
—Ugh... demasiada información para mis sensibles oídos.
Se quejó Hoseok dándole otra vuelta al control remoto del cochecito que Jun perseguía. Yoongi frunció el ceño antes de ir a tomar a su hijo en brazos y fulminar con la mirada a su asistente personal.
—¡Oye!¡Estábamos jugando!
—Fue suficiente, se le va ensuciar la ropa más de la cuenta y ya casi es hora de que vaya a dormir ¿Mi tía contrató a una nana confiable para hoy?
Taehyung asintió antes de revolverle el cabello a su sobrino y pellizcarle la nariz.
—Tío Tete...
El menor le echó los brazos al cuello. Aun cuando pudiera caminar por su cuenta le gustaba que los mayores le cargaran a todas partes.
—¿Listo para acompañarnos al gran día, jovencito?
—¿Gran día? ¿Qué es un gran día, appa?
El más pálido resopló estrangulando a Taehyung con la mirada. Siempre conseguía que su hijo le hiciera preguntas que no podía contestar con claridad.
Aun cuando Jun hubiera demostrado ciertas aptitudes consideradas precoces para su edad, Yoongi trabajaba por no entrar en detalles de conversaciones adultas frente a su único hijo.
—Es el día de tu tío. Vamos, mi pequeño hombrecito.
Suavizó Yoongi con otra sonrisa mientras Hoseok se aguantaba una carcajada. De esa manera, los minutos se deslizaron en el reloj hasta que el CEO de Min Enterprises Holding estuvo de pie frente al altar adornado con flores de narcisos en tonos blancos. Pequeñas guirnaldas cubrían los centros de mesa dispuestos en torno a lo que sería una pista de baile.
El camino por el que desfilaría Taehyung estaba flanqueado por pétalos de varias especies. Rosas rojas, azules y los preciosos narcisos que adornaban la solapa del traje color cielo de su primo.
—Creo que me dará un infarto. Hemos sufrido los últimos meses con la planificación, los horarios de los chicos y todo el estrés de conseguir una fecha donde no lloviera que creo que me han salido nuevas arrugas ¿Tú qué crees Yoonie? ¿Pude hacer algo por mi único hijo en su Gran Día?
Ara Kim, la tía materna de Yoongi y madre de Taehyung se parecía más a una versión vaporosa de la mujer que conocía, envuelta en un vestido de seda en tonos rosa pálido.
El cabello corto a nivel de su cuello solo le hacía lucir más elegante mientras intentaba ceder al aluvión de nervios que solían acompañar ese tipo de eventos.
—Lo has logrado maravillosamente. Nuestro Tata se convertirá en todo un hombre. A partir de hoy ya no tendré que aguantar sus lloriqueos de que no tiene suficiente voz y voto en las decisiones de la familia.
Ara enarcó sus cejas castañas antes de pellizcarle la mejilla a su sobrino. Yoongi torció el gesto mientras intentaba ocultar la sonrisa.
—No me sobornes con elogios cuando te tengo en la mira ¿Qué piensas para casarte y darle una madre o un padre a tu pequeño? No nacimos para estar solos.
—¡Tía, deja tus artes de Cupido para los demás!
—Usted no me contradiga, jovencito. Tengo buen ojo para detectar la compatibilidad de la gente. Lo conseguí con tu amigo Seok Jin y el abogado que trabaja con Jungkook, por qué no he de hacerlo contigo. Vamos, aprovecha que estás en una boda y quién sabe y el ramo de Taehyung caiga a tus pies...
—Decididamente estoy en el peor de todos los sitios. Si pudiera largarme de aquí lo haría cuanto antes. De hecho... ¿Encontraste una nana confiable para Jun o es solo otra trampa para retenerme en el after party?
Ella entrecerró los ojos antes de inclinarse sobre hombro derecho de él. Era más baja aun en tacones, así que para los ojos de cualquiera parecía que estaban intercambiando secretos cuando lo que salía de su boca eran cariñosas amenazas dirigidas a su desconfiado sobrino.
Pero cómo le explicas eso al chico que acaba de ingresar en el sitio enfundado en suave satén y gabardina. Park Jimin siente que un peso descomunal cuelga de la boca de su estómago mientras sus tímidos pasos lo llevaban al altar.
No tiene a Bubble cerca para poder calmarse, por eso retuerce sus dedos compulsivamente y evita mirar a su alrededor al punto de casi trastabillar con los escalones que presiden el sitio, consiguiendo que el regaño de Ara Kim desaparezca y en su lugar una brillante sonrisa le adorne el rostro a la pálida mujer.
—¡Jiminnie! ¡Qué felicidad que hayas podido venir!
Efusiva por excelencia intentó abrazar al pelinegro, solo para recordar que él no era dado a ese tipo de contacto. Sin embargo, no hubo tiempo para que escapara cuando la mirada evaluativa de Min Yoon Gi parece anclarlo al suelo forrado con pétalos de flores.
—Oh... en serio es una adorable sorpresa. Sé que nos hemos visto solo una vez, pero sin dudas acerté con la elección de tu traje ¿No lo crees Yoon? Ah, olvidaba presentarte a mi sobrino querido, Min Yoon Gi.
Ara casi empujó a Yoongi frente a un aturdido Jimin que deseaba que la tierra se lo tragara o al menos algo más cubriera su piel de la transparencia en algunas zonas del traje. Yoongi solo ensanchó la sonrisa a una donde sus encías eran perceptibles.
El corazón de Jimin siguió galopando con desesperación mientras la mano del mayor tomaba la suya.
—Ya nos conocimos horas atrás. Desde el aeropuerto he estado chocando con el señor Park.
Su tía se mordió la lengua para no decir lo que le pasaba por la cabeza al apreciar el contraste de sus manos entrelazadas o cómo un rubor delicado ascendía por las plenas mejillas del primo de su futuro yerno. No, ella ya lo había decidido.
Haría cuanto estuviera en sus manos para que Yoongi terminara con esa cosita adorable y esponjosa que prometía ser Park Jimin.
—Sí... ¿Cómo le va señor Min?
Jimin se felicitó internamente por no tartamudear mientras el agarre en su pequeña mano se convertía en un ligero tirón. Los ojos color ámbar de Yoongi parecían analizarlo hasta la médula. El mayor rompió el contacto disfrazando la sonrisa con una mueca.
—Como podría irme en una boda. No se ofenda, pero me encantaría que me tuteara. A fin de cuentas, gracias a nuestros primos estaremos emparentados ahora ¿No lo crees?
Jimin se sonrojó un poco más si es que era posible mientras sus sudorosas palmas resbalaban dentro de los bolsillos de aquel pantalón que resaltaba la redondez de sus caderas y el fino talle que poseía.
Yoongi se regañó por seguir ese gesto con la mirada, prefiriendo volver su atención hacia aquellos magnéticos ojos cargados de timidez e inocencia. Qué edad tenía exactamente Park.
Más preguntas llegaban en tropel cuando el sacerdote que oficiaría la ceremonia estuvo frente a ellos y Ara indicó que estaban a punto de comenzar.
A cada lado del prior, esperando que Taehyung caminara en dirección a un nervioso Jungkook que intercambiaba miradas con su pálido primo, Yoongi solo escuchaba parcialmente la marcha nupcial mientras su atención estaba volcada por completo en el chico del traje color escarlata.
Los votos fueron pronunciados con claridad y alguna que otra broma sin sentido donde Taehyung corregía a Jungkook hasta que la unión fue declarada con un beso.
La algarabía que siguió a ello, después de la entrega de anillos y el retorno de Jun a sus brazos lo separó del chico pelinegro que ahora intentaba refrescarse en uno de los barandales que rodeaban el lago artificial en el parque Apsan.
—¿Park Jimin? ¿En serio eres tú? Woah... Bien dicen que el hábito hace al monje...
Un escalofrío de temor se esparció por la columna vertebral del mencionado al reconocer el rostro sonriente y broceado de Kim Hee Chul, su antiguo bullie en la escuela secundaria. El nudo en la garganta de Jimin casi conseguía asfixiarlo pero se recordó que ya no tenía quince años y que podía manejar a aquel hombre que ahora le miraba con otro tipo de interés.
—Chul... ha pasado tiempo.
—Y por lo visto a ti los años te han sentado de maravilla. Estás despampanante. Como una exótica flor de un jardín secreto ¿Me concederías un baile después de los novios?
Chul había cambiado. Ya no parecía tan agresivo como en aquel entonces. Sin embargo, Jimin no podía pensar muy bien cuál sería la reacción ajena cuando le dijera que no.
Porque a pesar de todo, recordaba a la perfección las veces que su fobia social se había fortalecido por culpa de los rumores que Chul y su séquito de matones esparcieron sobre su persona. Estaba a punto de mandarlo a freír espárragos cuando la figura de un hombre alto en un esmoquin negro llenó su campo visual.
Min Yoon Gi se acercaba con dos copas de champán en sus manos y un evidente ceño fruncido. Le tomó muy poco leer el ambiente para salir en defensa de Jimin.
"Ahora es parte de mi familia. Tengo que protegerlo."
Se repitió internamente mientras pasaba de largo a Chul y rodeaba con un brazo la fina cintura del doncel. Un error descomunal porque hasta ahora había reparado en la inmaculada espalda del chico, casi al descubierto por la transparencia del traje. Maldita fuera su tía en esos momentos.
Familia... una mala broma.
Era imposible pensar en Jimin como un primo al que cuidar cuando tenía problemas para dejar de mirarle los lunares que decoraban su espalda.
—Cariño, nos esperan en la mesa de los novios.
Susurró Yoongi contra el oído de Jimin, consiguiendo que el menor se estremeciera más y en un acto reflejo dejara sus manos sobre la que lo sostenía por la cintura.
Chul fue testigo de ese íntimo gesto antes de mascullar una disculpa y dejarlos a solas. Jimin observó cómo aquel hombre que en su pasado más lejano le atormentara se alejaba y entonces pudo darse cuenta que no había respirado muy bien hasta que Yoongi apareció.
—Gra-gracias por eso. Aunque yo me iba a librar de él. Quizás a tu novia le moleste que digas cosas como esas...
El doncel se mordió el labio inferior. Decididamente él no tenía filtro, pero la carcajada de Yoongi lo dejó peor.
Solo una vez Park Jimin, no lo arruines con tu gran bocota.
Se recriminó antes de ser girado aun entre los brazos de Yoongi para quedar frente a frente. El mayor le ofreció una copa antes de tomar un sorbo de la suya.
—No estoy saliendo con nadie y tampoco me interesa cuando tengo un pequeño terremoto de tres años al que cuidar.
—Oh... lo olvidaba, perdóname ¿Jun ya se fue a dormir?
Jimin recordó al pequeño dormitando sobre los brazos de Yoongi mientras los novios pronunciaban sus votos. La sonrisa que apareció en el rostro del más pálido se dulcificó.
—Al menos en eso la tía Ara no me mintió y contrató una buena nana. Mis padres viajan demasiado. Se espera que lleguen mañana para despedir a Tae antes de que vaya a pasar la luna de miel en París. Vamos, comienza a refrescar y traes la ropa equivocada.
Jimin no lo esperaba, pero agradeció que Yoongi se retirara el saco del esmoquin y lo colocara sobre sus delgados hombros. Una mano fuerte lo guío por la espalda baja.
—Regresemos con esos locos antes que especulen que alguien te secuestró.
Bromeó Yoongi notando que Jimin le hacía muecas a su copa de champán como si no estuviera acostumbrado a beber. No sabía por qué se sentía tan bien consigo mismo, mucho menos por qué jugar a ser el héroe con Park se convertiría en una necesidad física en lo adelante.
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