Estoy tan estupefacto que no reacciono, no es que esta sea mi primera vez besando, ni de cerca, pero jamás, enserio JAMÁS, ni en mis sueños más rocambolescos me imaginé besando a Denisse de ninguna jodida manera.
Ella se da cuenta que no estoy participando en el beso y se separa.

- Esto no funciona si tú no me besas – dice enojada. Extraño, el enfadado debería ser yo, pero no encuentro ni rastro de enojo. – tal vez no recuerdas lo que te pedí una madrugada cuando tenía quince años, pero fue bastante simple, quiero ese beso que aun llevas contigo y que me pertenece y luego podremos seguir con nuestras vidas sin mirarnos cuando nos topemos en la calle. – pone sus manos en mi cuello y aunque veo la decisión brillar en sus ojos, el temblor de sus manos no me miente.

Tiene miedo.

Por un largo momento la observo y veo que su decisión cada vez es más floja y pronto saldrá corriendo, y aunque debería dejar que eso pase, no quiero volver a lastimarla, pero más importante que todo... deseo besarla.

Despacio y delicadamente pongo una mano en su cintura para acercarla más a mí y la otra mano la cuelo en su nuca para acercar lentamente su boca a la mía. Siento su respiración acelerada y eso provoca en mí una sonrisa, veo como cierra los ojos y cuando entreabre los labios, rojo cereza... no puedo imaginarme no besándolos.

Acabo con la distancia que nos separa sin cerrar los ojos, cuando por fin mis labios tocan los suyos ambos suspiramos y por un momento me quedo solo así, tocando sus labios sin hacer nada más, ella dice que yo tengo este beso para ella y voy a hacer que nunca lo olvide.

Después de un momento siento como trata de moverse, pero no sabe cómo hacerlo, le enseño como debe mover la cabeza con ayuda de mi mano y a su vez moviendo la mía. Succiono su labio inferior y ella hace lo mismo mi labio superior, intercambiamos de labios y así sigue la lección, por un momento me cuestiono si es buena idea que incluyamos las lenguas y en ese instante siento el fugaz roce de la punta de su lengua y me digo que es justo y necesario.

Sin ser tan intrusivo meto mi lengua a su boca y ella gime... le permito que meta su lengua en mi boca y rápidamente este beso se vuelve cien grados más caliente y dejo de pensar en lo que hago, cierro los ojos y con las dos manos sostengo su cabeza y la muevo a mi placer, ella está sujeta a mis demandas, pero parece no importarle.

Siento sus manos debajo de mi suéter y camisa y el que gime ahora soy yo, me acerca a ella hasta que no hay un solo espacio por el que se cuele el aire.

Ambos jadeamos en busca de aire cada vez que nuestras bocas se separan, pero al instante ya están pegadas de nuevo. Llegados a un punto soy incapaz de seguir besándola o corro el riesgo de morir por falta de oxígeno y ella también, a regañadientes me separo y pego mi frente a la suya, pero ella quiere seguir a pesar de que es obvio por sus resuellos que apenas ha respirado.

- Qui...quiero... ma-más – jadea las palabras.

- ¿No dijiste que era tu primer beso? – acaricio sus mejillas – si nos besamos otra vez será tu segundo beso.

- Olvida lo que dije, pido de encargo otros quinientos besos como este – sus manos nunca han dejado mi espalda y sigue tratando de acercarme, cuando eso es humanamente imposible – por favor...

Miro hacia mi casa y hacía la suya, no hay nadie que pudiera habernos visto, pero para evitar alguna escena arrastro a Denisse al pequeño callejón oscuro que hay entre nuestras casas, pego su espalda a la pared de mi casa y le doy a mi vecina, a mi pesadilla personal desde niño, su segundo beso. 

;)