La emoción de volver a casa me tiene como un niño con un subidón de azúcar, estoy tan emocionado que no puedo quedarme quieto ni por un instante, el taxi esta sumergido entre el terrible tráfico de Medianoche y casi no avanzamos, pero no me estreso por eso, disfruto de las sonrisas de todos, eso es lo que más me gusta de esta época, el ambiente tan feliz de todo y todos, ojalá siempre fuera así, pero entonces no sería tan especial la Navidad.

En mis planes no estaban volver hoy, pensaba volver hasta mañana en el día cuando casi nadie circulara por las calles, pero las ganas de ver a mis papás fue tan grande que sin pensarlo dos veces tomé mis cosas y un autobús y aquí estoy, a punto de darles una sorpresa y a Alex también, no le dije a nadie que llegaría hoy.

Lento, pero seguro, el taxi avanza por las calles hasta que estoy frente a mi casa, quién me iba a decir que extrañaría tanto ver este paisaje, respiro profundo para llenarme de los olores familiares e incluso se me llenan de lágrimas los ojos. Le pago el viaje al taxista y saco mi mochila del maletero, disfruto de las vistas por un momento, no quiero dar por sentado nada en mi vida, nunca más.

Empiezo a caminar hacia la puerta cuando escucho los frenos estridentes de un auto que se detiene en la casa de al lado, después escucho la discusión de sus dos ocupantes, sé que no debería espiar, sobre todo porque he reconocido la voz de ambas personas pero no puedo evitarlo. Veo bajar del auto a Denisse, está muy enfadada con Dante y ambos discuten pero no parece que sea algo serio.

Sonrió porque no puedo evitar hacerlo al verla, no sé si alguna vez había notado lo guapa que es, pero ahora lo hago, dejo de observarlos y vuelvo a concentrarme en mi casa, no quiero incomodarla de ningún modo, voy a respetar que ella no quiere saber nada de mí. Aún no he decidido si me quedare con mis padres y no quiero atormentarla aunque sea por unos días, llego a la puerta y con el corazón latiéndome desbocado toco, es cuestión de segundos para ver el rostro de mamá pasar de sorprendido a lloroso en un nanosegundo, grita y me abraza y llama a gritos a papá, dejo que haga lo que quiera yo estoy igual de feliz de verlos.

Entro con ellos a casa y me bombardean con muchas preguntas que respondo con entusiasmo y después de una hora les digo que iré a la casa de Alex para sorprenderlo a él también y que pasaré la Medianoche en su casa pero que regresare con Alex para cenar.

A regañadientes mamá me suelta y me hace jurar que volveré a tiempo para cenar o de lo contrario ira por mi como lo hacía cuando era niño, me rio pero sé que solo me está informando de algo que hará sin pensar que su hijo es mayor de edad. Le doy un beso en la mejilla y salgo de la casa con una sonrisa que muere cuando me encuentro a Denisse a menos de un metro de distancia con los brazos cruzados y cara de pocos amigos.

- Ho-hola – saludo, pensé que el miedo irracional que sentía cuando la veía me había abandonado pero, me doy cuenta que hay cosas que nunca cambian.