Estaba muy emocionada, hoy era mi primer día en la universidad y había logrado convencer a mi madre de que no necesitaba ir conmigo, aunque no me escaparía de que me acompañara otros días, no importaba, con unos cuantos días de libertad era feliz, además, no me gustaba negarle cosas, ella solo nos tenía a mi hermana y a mí, no quería lastimarla de ninguna manera.

- Mami, ya me voy – me tome el vaso de leche a toda prisa, no quería llegar tarde.

- Pero no has comido nada – fue su rápida protesta – no rendirás bien, si no te alimentas correctamente.

- Lo sé mami, pero no logre dormir bien y los nervios no me dejan comer nada – beso su mejilla y corro hacía la puerta – deséame el mejor de los días, por favor.

- No lo necesitas, sabes que Dios siempre está contigo – me lanza un beso y yo le lanzo uno también y salgo de mi casa prácticamente saltando de emoción. Emoción que crece aun más cuando veo al chico de mis sueños frente a mi y el saber que vamos a compartir las mismas clases como siempre quise que pasara, pero nunca se había dado la oportunidad antes. Iba decidida a saludarlo y también a caminar junto a él hacia la universidad con tal de estar más tiempo con él, pero en cuanto me diviso insto a su amigo Alex a que avanzaran sobre una bicicleta, eso hizo que una pequeña punzada de dolor golpeara mi pecho, pero luego él hizo una de las cosas por las cuales estaba enamorada de él; se giro y me saludo, eso renovó mis esperanzas y corrí por mi bicicleta y avance con tranquilidad hacia la universidad.

(...)

Iba retrasada, sabía que no debería tener ningún problema en llegar temprano a mi primer día de clases, teniendo en cuenta que mi casa estaba muy cerca de allí y que había salido con tiempo de sobra, pero esta era yo, llegando tarde a cualquier parte, sobre todo cuando era importante.

Pero no podía no detenerme cuando un pobre cachorro estaba obviamente perdido y asustado. Afortunadamente tenía un collar con el que pude localizar a su dueño que estaba igual de asustado que el cachorro, no pude evitar derramar algunas lágrimas con ellos, esos momentos eran los que le daban sentido a mi vida y la hacía ser más dulce.

Así que no me importaba el retraso, aunque no creo que mis maestros pensaran lo mismo. Llegue corriendo como loca y me choque con más de un estudiante que al igual que yo llegaban tarde, encontré mis salón y corría hacia allí cuando un hombre iba entrando y yo sabía que era el profesor. No podría hacer nada para impedir que me dejara fuera, yo tenía la culpa, pero nada perdía probando.

- ¡Profesor! Buenos días – lo salude apresuradamente y me puse en su camino para que no pudiera cerrar.

- Buenas noches querrá decir – entrecerró los ojos.

- Sé que llego tarde, pero una vida es más importante que cualquier cosa, ¿verdad? - Rápidamente le relate los acontecimientos y le mostré una foto del cachorrito perdido  – como vera fue una situación muy importante que no podía esperar.

El me miraba fijamente y yo no sabía cuál sería su veredicto, su rostro no me proporcionaba ninguna pista, esperaba que mi vivaracheria me sirviera de algo esta vez, no siempre  funcionaba.

- Si vuelve a llegar tarde no me importara si rescata a todo el zoológico, la dejaré afuera por una semana ¿nos entendemos? – asentía incluso antes de que el acabara y estaba tan agradecida que estuve a punto de lanzarme a abrazarlo si no fuera porque él levanto las manos, probablemente intuyendo mis pensamientos – suficiente, vaya dentro.

Apenas estaba recuperando el aliento, cuando la visión más impresionante que había visto, me la arrebataba de nuevo de golpe; esos ojos rasgados y aparentemente negros hacían que el corazón me latiera a mil por hora y ya ni hablar de las largas pestañas que los adornaban. Esos ojos era lo que más me habían impresionado, su incapacidad para ocultar sus emociones.

Sabía que había tomado la decisión correcta al inscribirme a medicina, de todas maneras quería hacerlo, que él estuviera aquí era un enorme agregado a mi vocación.

Esta era la universidad, y si antes había sido directa con respecto a mis sentimientos y él parecía no haberlo notado, aquí sería diferente, estaba dispuesta a todo para que él me notará.