Capítulo 18
Hubiera querido quedarme más tiempo en la biblioteca y descubrir todo lo que tienen, pero Dante ya no soportaba un segundo más entre libros viejos, según sus palabras, así que sacamos las copias que necesitábamos y después estábamos junto a un grupo de nuestros compañeros paseando por los puestos que estaban cerca de la biblioteca; de comida, ropa, accesorios.
Todos nuestros compañeros eran buenas personas, no me hacían de menos como solía sucederme antes, pero claro, en la escuela pensaban que era rara por querer perseguir todo el tiempo a Allan y después no cambio mucho la dinámica. Ahora realmente me siento parte de mi clase, me siento un elemento más y no uno de más.
Nuestra caminata nos lleva a una enorme fuente con una mujer sobre una luna, es realmente hermosa, todos nos dispersamos, yo me voy con Dante a la fuente.
- ¿Crees que se pueda tirar monedas y pedir deseos, como en los pozos? – Dante mira con intensidad hacia la fuente y después de un rato se gira hacia mí y con tono solemne me dice:
- Por supuesto que sí, de hecho... - mete las manos en sus bolsillos - ¿quieres que te cuente la historia de la fuente?
- ¿La sabes?
- Claro, entonces, ¿Estás lista? – asiento, Dante suspira y empieza – cuentan las abuelas que esta es Afrodita, diosa del amor y la belleza, que esta parada sobre la luna porque sus fases son iguales a las del amor; comienza de a poco hasta que deja los corazones tan llenos que no necesitas verlo para saber que está allí. Cuentan que si coges un poco de su agua y después te haces un círculo en el pecho, sobre el corazón, la persona a la que estas predestinada encontrara el camino que lleva hacia ti.
- ¿Lo dices enserio? – pregunto sorprendida.
- Nunca te mentiría con algo así – dice muy serio - ¿quieres intentarlo?
- ¡Claro! –sumerjo toda la mano en la fuente para que tenga mayor efecto y hago un circulo en mi frente, otro en mi pecho y uno último en la muñeca solo por si las dudas – ahora aunque Allan se resista, no tendrá otra opción más que ir directo hacia mí.
- Me gusta tu entusiasmo, aunque difiero de tus gustos – Dante se queda pensando un rato – ¿No quieres tomar un poco de su agua? Así hará más efecto.
- Si, si, ¿pero en que puedo recoger el agua? - Busco a mí alrededor por algún recipiente, pero Dante me tapa la vista cuando me abraza.
- Ay, eres una dulzura. Estas dispuesta a hacer de todo para conquistar a ese simplón, ¿no? –frota mi cabeza y me sonríe con ternura – lo de beberte el agua no era cierto, solo estaba bromeando. ¿serías capaz de tomar esa agua contaminada? Y contaminada por todas las clases de cosas sucias que te puedas imaginar.
- Tal vez si la levanto al cielo y Dios la besa ya no estará contaminada – respondo esperanzada.
- Esta más loca que una cabra, Dios solo limpia la saliva del diablo, no los gérmenes y bacterias, piensa. – me da un golpecito en la frente y se aparta riendo – vámonos antes de que cometas una locura y me arresten por sugerírtelo.
- Pero...
- Nada de peros ni siquiera tuvo que pasársete por la cabeza – a Dante le gusta poner su brazo sobre mis hombros, quizá es porque soy solo unos centímetros más baja que él y es su forma de sentirse más alto - mejor vamos a que leas en voz alta las copias y a hacer la tarea.
¡¡¡Que nervios!!! ¿Se imaginan que puede pasar?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro