Allan a los 12 años
La maestra nos pidió que llegáramos vestidos de la profesión que quisiéramos ser de mayores conmemorando el día de los oficios, yo iré de astronauta porque de grande voy a ser el primer astronauta de mi país. Quiero descubrir el lado oscuro de la luna, quiero ir a marte y también conocer a los extraterrestres, que yo se que existen.
Mi mamá ha sido muy buena elaborando mi traje ya que ella es muy buena con las manualidades así que solo alquilamos el casco. Todos mis compañeros se presentan primero porque le he pedido a la maestra pasar de ultimo, quiero que todos se impresionen por el gran discurso que escribí junto a mi papá ayer y que repase tantas veces hasta que lo memorice.
Soy el ganador de mi clase y me llevo las felicitaciones de la maestra y una estrella dorada en la frente. mis amigos también me felicitan por ganar cuando ellos ni siquiera se esforzaron por llevar un buen traje.
De camino a casa voy solo, Henry y Kevin se quedaron ayudando en la biblioteca y a Alex y a Cris los castigaron por pelearse en el receso. Porto mi estrellita dorada con orgullo, muero de ganas por mostrarle a mamá y a papá lo que conseguimos, porque sin ellos no lo hubiera logrado. Cuando estoy a un par de calles de llegar a casa me encuentro con dos mujeres que están en la esquina, una de ellas esta tirada en el suelo y la otra, una mujer mas grande esta en una silla de ruedas tratando de ayudar, pero no puede hacer nada. Veo hacia todas partes para encontrar a algún adulto que pueda ayudar pero al calle esta vacía, corro hacia las mujeres sin saber si podre ayudar en algo.
- ¿Qué le pasa? - le pregunto a la señora en silla de ruedas.
- Se desmayo y yo no puedo caminar - se acerca a mi con la silla y me señala el auto que esta enfrente - en la parte de atrás hay un celular, tómalo y me lo traes par que pueda llamar a una ambulancia, por favor. - corro a hacer lo que me pide y cuando tengo el celular en mis manos corro a dárselo a la señora, ella intenta desbloquear el teléfono pero no lo logra y comienza a llorar, viendo su desesperación le quito con cuidado el teléfono y marco el numero de emergencia, cuando contestan se lo devuelvo. Habla con ellos y escucho cuando le dice que su hija se desmayo y que es diabetica. Los bomberos le dicen que llegaran lo mas pronto posible y cuando cuelga el celular se le resbala de las manos y cae al suelo. estoy a punto de recogerlo, pero ella le pasa una de las llantas encima e intenta otra vez alcanzar a su hija.
- ¿Podrias intentar moverla? - me pregunta cuando no logra nada, asiento y pongo todas las fuerzas que tengo para girar el cuerpo de la mujer y ponerla boca arriba, luego la señora me pide que ponga dos dedos en la muñeca de su hija para sentir los latidos de su corazón, le digo que los siento y ella suspira. me quedo alli esperando con la señora a que llegue la ambulancia y verificando cada poco rato los latidos de la otra mujer.
Cuando por fin llega la ambulancia los bomberos corren a ayudar a la mujer del suelo mientras la suben a la ambulancia la mujer de la silla de ruedas se acerca a mi y me besa la mejilla.
- Muchas gracias, cielo - palmea mi mano - le salvaste la vida a mi hija, te lo agradezco mucho.
No le respondí nada, no sabia que decir, yo no había hecho nada. me quede parado bastante rato después que la ambulancia se fuera y cuando decido seguir mi camino veo mi traje de astronauta y me doy cuenta de algo muy importante.
De que me sirve poder viajar en una nave espacial hacia el infinito, si la gente aquí necesita de más personas que puedan ayudar, para salvar vidas, para salvar este planeta. Y así, de repente mi sueño de ser astronauta me parece sin importancia.
Salvar vidas es algo verdaderamente importante y algo que realmente vale la pena.
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