Capítulo 14: ''Nuevas y antiguas caras''
Hola ( ͡° ͜;ʖ; ͡°)/ Cuánto tiempo, mis queridas satánicas y queridos satánicos ( ͡°; ͜ʖ; ͡°)
No he podido actualizar durante todo este tiempo por diversos motivos, motivos que ya expliqué en otra de mis novelas y que se resumen en falta de tiempo por los estudios y ganas también.
Pero ya estoy mucho mejor y aprovechando que aún son vacaciones de navidad, me he puesto a escribir el capítulo 14 de ''Acosador''. El cual resultó ser mucho más largo de lo que esperaba (?) (Llevo escribiendo muchas. MUCHAS horas + las horas del día de ayer). No me convence tanto el capítulo, pero, en general, no está mal(?)
Y me dirvertió bastante escribirlo también porque Viktor está to' loko(?) x'DD
Oh, y antes de que se me olvide... ( ͡° ͜ʖ ͡°) Falta muy poco para el salseo (~ ͡° ͜ʖ ͡°)~
Sin más, espero que os guste :^)
-La foto del capítulo es de Viktor espíando entre las sombras a Erik(?) (Escena del capítulo)
---------------------
ERIK
Hace unos días que le dije a Viktor que sería mejor si dejásemos de ser amigos. Amigos... algo que nunca fuimos desde un inicio porque él nunca consideró como tal.
Y porque... él me gustaba.
Irónicamente, estos últimos días nos habíamos acercado más que nunca en vez de mantener nuestras distancias. Y en vez de tener la sensación de que era odiado por Viktor, más bien, sentía que estaba acostumbrándose a mi presencia y que incluso comenzaba a soportarla.
Tal vez no teníamos por qué ser amigos de nuevo. Tal vez teníamos que ser algo más esta vez...
Y por lo que podía ver, en esta ocasión, no tenía por qué hacer nada. Sólo era cuestión de tiempo hasta que Viktor cayera rendido a mis pies.
Sonreí cínico ante aquel pensamiento y estrujé la carta que había recibido hoy de la cucaracha.
Si es que era tan escurridizo como una cucaracha. Siempre que pensaba que iba a desaparecer de mi vida de una vez por todas, volvía con todavía más fuerza que nunca con una de sus cartas para demostrarme lo equivocado que estaba.
Y también para martirizarme. Lo cual era su único propósito.
Pero... ¿Cómo decirlo? Esta última carta... había algo diferente en ella en comparación a las anteriores. Sus palabras y el contenido eran desemejantes a las cartas usuales. Era como si una persona totalmente distinta la hubiese escrito.
''Querido: Erik. ''
Si soy yo, otra vez.
Tú enemigo proclamado que siempre llega a molestarte
cada vez que se te cruza por la cabeza la idea de que finalmente
te libraste de mí. Pero es que cada vez que pienses que desaparecí de tu vida,
estaré yo ahí para hacerte ver que tan equivocado estás.
Porque nunca te dejaré solo, Erik Hastings. Estaré contigo para siempre, atormentándote,
mientras te sumes tú mismo lentamente en tu propia desgracia.
Mereces todo lo que te está pasando.
Atentamente: Tu enemigo.
En lugar de transmitir su gran odio por mí a través de sus cartas como hacía siempre, parecía haber transmitido un sentimiento totalmente opuesto al odio... Amor, ¿Obsesión? No... Eso era totalmente descabellado.
La cucaracha me detestaba. Y me lo había dejado bastante claro en numerosas circunstancias. Siempre que tenía la oportunidad se encargaba de hacerme miserable.
Eso no era amor. Eso era odio.
Aun así... no sentía ningún rencor hacia él. A decir verdad... tenía que agradecerle todo lo que me estaba pasando. Todo lo que me había pasado.
Su primera carta que lo empezó todo, había sido cómo una especie de llamada de atención. Gracias a aquella carta pude darme cuenta de muchas cosas alrededor de mí y hasta sobre mí mismo.
Ya no sentía ese gran y horrible vacío dentro de mí. O ese sentimiento de soledad y abandono... Por primera vez en años... me sentía feliz. Libre.
Y no dejaría que nadie destruyera esa felicidad que yo mismo había construido. Ni siquiera la cucaracha.
-Oh, mira. Por ahí viene tu club de fans -señaló Jake, quién estaba ojeando un libro que le había prestado Elian.
-No me interesa -respondí al instante, arrojando la carta a la papelera.
Eso es lo que había dicho, sin embargo, no pude evitar mirar inconscientemente en la dirección en la que señaló Jake. Y sinceramente preferiría no haberlo hecho. ¿Club de fans? Eso más bien parecía un ejército.
Según la cucaracha, ¿no se supone que estoy sumido en la desesperación y en la soledad? ¿Y qué hay sobre los rumores de que soy gay? Al parecer ni eso las podía mantener alejadas...
-¡Erik! -Me llamó por mi nombre, tratando de captar mi atención una de las chicas. No sabiendo en dónde meterme, por reacción inmediata, le arrebaté el libro de las manos a Jake, queriendo hacerme el distraído para que se marcharan cuánto antes.
-¡Hey! -protestó Jake.
-Shh -Lo acallé, colocando mi dedo índice entre sus labios -, ya te lo devolveré después.
-Más te vale -Me advirtió agitado, apuntándome acusatoriamente -, es importante para mí. D-Digo para Elian...
Rodé los ojos. Por lo que podía ver a Jake le esperaba un gran futuro como actor...
-Sí, sí cómo tú digas... -mascullé desinteresado, devolviendo mi falsa atención al libro.
-¡Erik! -se lanzó contra mí cómo un petardo que había alcanzado su destino. Ese destino era yo, por desgracia...
-Hey... -Me quedé en blanco al darme cuenta que no me sabía ni su nombre.
-Katie -respondió ella por mí sin que se le borrase esa molesta y empalagosa sonrisa del rostro.
-Sí, claro, Katie... -Me rasqué la nuca, alejándome disimuladamente varios centímetros de ella.
-¡Estas son unas galletas que te preparé! Es una pequeña muestra y un adelanto. Pronto será tú cumpleaños, ¿no? ¡Por favor acepta mí regalo! -chilló, dejándome sin oídos y prácticamente restregándome la pequeña bolsa transparente que contenía las galletas en mi cara. Si es que se les podía llamar galletas... Parecían unos jodidos meteoritos de lo carbonizadas que se encontraban.
-A-Aleja esa maldita basura de mi vista... -logré murmurar en busca de aire.
-¿Cuál de las dos? -Me susurró divertido Jake.
-¡Las dos! -exigí, apartando bruscamente la pequeña bolsa de mi rostro y casi tirándola al suelo.
Había sido sólo por un instante. Pero en aquel mismo instante en el que giré mi mirada brevemente hacia atrás me pareció haber visto a Viktor. No, no me había parecido verlo. Había sido Viktor. Pero, ¿Por qué se había escondido detrás de la pared al momento en el que crucé la mirada con él?
¿Acaso estaba espiándome? Já, más quisiera.
Yo era el único acosador aquí.
Aunque de algo sí estaba seguro. Viktor sí que había estado observándome todo este tiempo... Pero no por lo que yo quería creer. Sino más bien porque él también había estado en el pasillo todo este rato.
Una sonrisa triunfal se esbozó en mis labios y devolví el libro a Jake quién frunció el ceño y me miró confundido. Entonces, tomé a la chica del mentón y deposité un pequeño beso en su mejilla, sabiendo que Viktor estaría ahí para presenciarlo.
-Muchas gracias por el regalo, Katie. No puedo esperar a que me regales una vez más tus deliciosas galletas en mi cumpleaños -Le susurré al oído, provocando que sus mejillas se volvieran de un rojo carmesí y que casi cayera al suelo desmayada, ya que estábamos.
-D-De nada, Erik -balbuceó, riendo nerviosa y corriendo de vuelta hacia su tropa de chicas, tropezándose en el camino unas tres veces por lo menos.
-¿A-A qué diablos ha venido eso, Erik? -soltó absolutamente perplejo Jake -. ¡Creí que querías deshacerte de ella no lograr que se obsesionara aún más por ti! -No respondí. En lugar de eso, le indiqué dónde se hallaba Viktor, quién estaba haciendo pucheros.
¿Estaba decepcionado? ¿Molesto? ¿O más bien resentido?
Pero, ¿por qué tendría que estar molesto o resentido? No es cómo si a Viktor...
-¿Soy yo o Viktor está celoso...? -anunció con una sonrisa pérfida, Jake, alegrándose por mí.
-¿Celoso? -repetí incrédulo, mirándolo embobado y a dónde antes había estado Viktor.
Era ciertamente difícil de asimilar, pero no podía negar que Viktor estaba celoso. Había conseguido sacarle la exacta reacción que esperaba. Qué deseaba.
Pero seguía sin poder entender cómo es que había sucedido realmente.
¿Es que acaso era posible que Viktor sintiera algo por mí...?
VIKTOR
-¡No puedo creerlo! Esa... Esa... ¡Esa maldita sucia rata! ¡Cómo se atreve a burlarse así de mí!-manifesté a gritos, golpeando el vaso lleno de zumo de naranja en la mesa, salpicándola entera.
-V-Viktor, necesitas calmarte un poco -trató de calmarme un Elian alarmado, quién no dejaba de mirar a su alrededor queriendo asegurarse que nadie estaba escuchando nuestra conversación.
-Más bien deberías bajar el volumen. Gritas un poco más y el comedor entero se entera de tus problemas amorosos -Se unió Alex.
Esa fue la gota que colmó el vaso. Apreté los dientes furioso y me incliné sobre la mesa, agarrando a Alex violentamente de la camisa.
-No. Son. Problemas. Amorosos. ¿¡Me oyes!? -lo zarandé como un muñeco de trapo.
-A-Alto y claro... -farfulló con la respiración agitada.
-Me alegra que eso haya sido aclarado -Lo solté, sonriéndole falso -. Porque Erik Hastings y yo... ¡Nunca de los jamases!
-Sí, si ya nos ha quedado más que claro, ¿puedes dejar de gritar ya? ¿Por favor? -suplicó Elian, lanzando un suspiro -. Has espantado a todos los que estaban sentados en la misma mesa que nosotros con tus gritos de poseso.
-¡Pfft! ¿A quién coño le importa que les haya espantado? -contesté con una sonrisita insolente, cruzándome de brazos.
Entre tanto jaleo y con lo lleno que estaba el comedor, era casi imposible que alguien me pudiese escuchar. Y a los que había espantado, ¡qué se jodan! ¡Ni siquiera había gritado! Al menos no tanto...
-¿Por qué te enfadas tanto, de todas formas? Erik tan solo estaba tratando de provocarte. Cosa que claramente parece haber conseguido... -susurró esto último Alex.
Mi ceja se levantó en un tic. He escuchado eso, imbécil.
-¡Pues que no me provoque! -clavé agresivamente y de golpe el tenedor en el filete de pescado de Alex, quién casi se le salieron los ojos de sus orbitas. ¿No me digas que se pensaba que se lo iba a clavar a él?
-Es inevitable que te provoque si cada vez que lo hace te pones hecho una furia... -retuvo una risita Elian.
-¡No puedo evitarlo! ¡Ese tío simplemente me saca de las casillas! -excusé, golpeando la mesa con el puño cerrado.
-Si es que veo romperse esta mesa al final del año... -murmuró por lo bajo Alex -. Seguida de la del restaurante... Si es que no se rompen antes, claro.
-¿Te saca de tus casillas que Erik juegue contigo o que haya ligado con esa chica? -interrogó Elian, dejándome sin saber qué responder.
¿Qué clase de pregunta era esa? ¡M-Me sacaba de casillas qué Erik me picara constantemente! ¡Qué fuese tan malditamente arrogante y creído! N-No que hubiese besado en la mejilla a una de sus adoradoras... ¿Cierto? ¿¡Cierto?!
-¿Y ahora qué le pasa...? -preguntó preocupado por mí Alex a la vez que mirándome con pavor.
-Está teniendo un colapso emocional... o eso creo al menos...-intentó explicar Elian.
-Ajá...
¡Mierda! ¿¡Acaso había dicho todo aquello en voz alta?!
-Sí. Lo has dicho todo en voz alta -afirmó con la cabeza Elian.
-¡Doble mierda! -Me llevé las manos a la cabeza horrorizado por todo lo que acababa de soltar delante de ellos.
-¿Qué ha dicho Viktor en voz alta? -Se escuchó una voz detrás de nosotros.
-¿¡Erik?! -¡Joder, que este tío estaba en todas partes!
-¿Tanto te sorprende verme? -sonrió socarrón Erik.
Yo no diría que me sorprende, Erik. Me es desagradable.
-¿Por qué iba a sorprenderme? Siempre nos sentamos en la misma me... -Habría completado mi oración de no ser por algo o más bien alguien que llamó mi atención. Detrás de Erik y Jake se encontraba un chico de estatura baja, cabello rubio rojizo y con unas gafas un tanto anticuadas para la época en la que vivíamos.
¿Y ahora de dónde diablos habían sacado a ese... fenómeno? Aunque ya que habían viajado al pasado, podría haberse perdido un poco allí Erik...
-¿Te ha cortado la lengua el gato? -cuestionó impertinente Erik, mandando a la mierda el espacio personal y acercando su rostro al mío. Como si estuviera a punto de besa... ¡No!
-¡N-No me ha cortado la lengua ningún gato! Tan solo me preguntaba quién es él... -murmuré esto último inconscientemente, devolviendo mi mirada al chico.
-Oh, él es Elliot -caminó hacia dónde estaba, presentándolo al grupo -. Es un estudiante recién transferido a nuestra clase.
-¡Encantado de conocerte, Viktor! -exclamó el tal Elliot con una sonrisa de oreja a oreja, colgándose del brazo de Erik. Encantado de no conocerte, Elliot...
Hice mueca. ¿Qué era esa actitud tan vomitivamente pegajosa? ¿Acababa de conocerlo y ya estaba revoloteando alrededor de él como una mosca?
-¿Puedo sentarme con vosotros? -procedió a preguntar sin haber soltado todavía a Erik, quién no le incordiaba su actitud en lo absoluto.
-No -Aquel chico me daba mala espina. Muy mala espina. Además de no gustarme nada.
En ese momento todos se giraron a mirarme pasmados cómo si hubiese dicho la cosa más horrible del mundo, incluyendo a Erik. ¿Es que no había sido lo suficientemente claro? ¡Tan solo les faltaba abrir la boca para que ese mosquito muerto les entrara dentro!
-He dicho que no. ¿Qué sigues haciendo aquí? ¿Acaso estás sordo? -Me dirigí a él en un tono brusco.
-No te preocupes, Elliot. Viktor siempre es así con la gente que acaba de conocer... -Lo trató de reconfortar Erik, irritándome aún más de lo que ya estaba -. Vamos a sentarnos en otra mesa.
Espera... ¿¡Qué?!
¿C-Cómo que iban a sentarse en otra mesa? ¿¡En serio se iba a cambiar de mesa por culpa del bicharraco volador ese?! ¡No me jodas!
Esperé que fuese todo una broma y que al último momento, Erik mandaría a la mierda a ese moscardón y se sentaría con nosotros. Sin embargo, al final resultó ir en serio. Erik acompañó a Elliot a una de las mesas vacías que quedaban alrededor de la nuestra y se sentaron ellos y Jake.
¿Cómo podía ser esto posible? ¿Desde cuándo Erik Hastings me ignoraba a mí? ¿¡Qué diablos tenía Elliot que yo no tenía?!
No, espera... Eso de algún modo suena muy extraño...
-¿Estás teniendo otro de tus colapsos emocionales? -preguntó Alex.
-No, no estoy teniendo ningún colapso emocional -negué, alzando la mirada y mandándole una mirada asesina -. ¿Y cuándo diablos he tenido yo un colapso emocional?
-No sé... ¿Hace unos minutos, por ejemplo? -repuso de vuelta sarcástico.
-¡Eso no era un colapso emocional! -quise dejar claro -. No puedo creer que Erik se haya ido con Elliot... así sin más...
-Quizá se conocen desde mucho antes... -soltó adrede Elian.
-¿Eso crees...? -No podía descartar esa posibilidad. Después de todo, Elliot parecía tener mucha confianza con Erik.
-¿Por qué no pruebas a preguntarle? -sonrió malicioso.
-¿A Erik? Ni en broma.
-¿En serio vas a dejar que Elliot se salga con la suya? -dijo por su parte, Alex, tomando un sorbo de su Coca Cola.
-¿A qué te refieres con eso? ¿Qué se supone qué quieres que haga? -alcé una ceja extrañado, mirándolo con incredulidad y fastidio a la vez.
-Bueno... el Viktor que yo conozco siempre tiene todo tipo de siniestros y maquiavélicos planes preparados para los que se atreven a meterse con él.
-O con algo suyo -añadió Elian, aguantándose una risa.
-¡Y en esos mismos planes estaréis vosotros como no os calléis de una vez! -amenacé, apuntándolos con el dedo índice.
-Oh, vamos. ¿En serio no tienes ganas de sabotear a ese Elliot? ¿Ni siquiera un poco? -insistió en persuadirme Alex. No entendía nada. Los dos estuvieron en contra cuando les conté mi idea de las cartas a Erik. ¿Qué les había hecho cambiar de idea ahora? ¿Por qué ahora me estaban animando a hacer uno de mis planes?
Aunque en algo sí tenían razón. Elliot se había metido indirectamente conmigo.
Porque Erik era mío. M-Mi presa, quiero decir... ¡N-No, espera! ¡Mí víctima!
Y no iba a permitir que nada ni nadie le sacara de su miseria y soledad. Iba a deshacerme de Elliot para que Erik se quedara solo por el resto de su vida.
-Si quieres guerra... guerra tendrás, Elliot... -murmuré para mí mismo, riéndome tétricamente.
-Otra de sus risas maniáticas... Creo que lo hemos perdido... -susurró acongojado Alex.
-¿Y de quién crees que es la culpa? -Le lanzó una indirecta Elian, mirándolo mal.
-Nosotros solo le hemos dado un empujoncito. Viktor iba a hacer algo por su cuenta eventualmente.
Elian se quedó callado, tragándose sus palabras.
-Eso sí que no te lo puedo negar...
-Sí. Y vosotros me ayudaréis a desarrollar el plan para hacerle la vida imposible a Elliot -sonreí ladeado, sacando un cuaderno de mi mochila.
-¿N-Nosotros? -comenzaron ambos a reír nerviosos.
-Y no espero un ''no'' por respuesta...
* * *
Finalmente habían terminado las clases por hoy y tal y cómo acordamos a la hora de receso, Elian, Alex y yo, unos pocos minutos antes de que sonara la sirena, nos escabullimos hacia dónde se encontraban las taquillas para dar a comienzo el plan que había compuesto estratégicamente.
-Esta es la taquilla de Elliot -Les guíe-, cuando vaya a abrirla nuevamente no podrá encontrar nada de lo que ya tenía dentro.
-¿Q-Qué has hecho con todo lo que tenía dentro? -balbuceó Alex -. ¿Y cómo lograste abrirla, en primer lugar?
-Tirarlo, por supuesto -confirmé, sintiéndome orgulloso de la hazaña -. Pero ahora que lo dices... hubiera sido mejor si lo hubiese quemado, ¿no?
-¿¡Estás loco?! -Me tomó de los hombros.
-¿Cuál es tu puto problema? ¿No queríais vosotros que obtuviese mi venganza? -le reclamé, apartándolo de mí.
-¿No crees que con el chicle en su silla y las chinchetas es más que suficiente? -intervino Elian, coincidiendo con Alex.
-Mira... mejor dejo que termines tu maligno y brillante plan con Elian. Yo me voy, que he quedado con Lynn...
-Tu novia puede esperar -Lo detuve, agarrándole de la capucha -. ¿Tienes el spray que te pedí, Elian?
-¿Tienes pensado hacerle un graffiti en su taquilla?
-¿Y para qué sino te habría pedido el spray? -respondí irónico con una sonrisa impertinente -. Ahora, dámelo -extendí mi mano, esperando a que me lo entregara.
-Cuando hablábamos de un plan... no nos referíamos a esto precisamente, Viktor... -expresó Alex.
-¿Y a qué os referíais, entonces? -quise saber, frunciendo el ceño.
-A algo más práctico... no a está niñez -siguió Elian.
Dejé escapar una pequeña risa amarga.
-¿Algo más práctico? ¿Cómo ponerme a pelear con ese insecto por Erik?
Elian asintió.
-¡Eso es completamente absurdo! ¿De verdad os pensabais que iba a hacer esa mierda? -manifesté, sin poder creerlo. ¿Cómo podían pensar eso de mí mis propios amigos? Pensé que me conocían mucho mejor... -. ¡Nunca me rebajaría a ese nivel! ¡Y menos por Erik! ¡Joder, ni qué estuviera enamorado de él!
-Ya hace tiempo que has dejado de odiarlo, Viktor -Se acercó a mí, colocando su brazo alrededor de mi hombro -. ¿Cuándo vas a admitir lo mucho que te importa Erik?
¡Eso no era más que un montón de mierda! ¡Yo...! ¡Yo... odiaba a...! ¡Mierda! ¿Por qué no me salían las palabras..?
¡Vamos! ¡Diles lo que sientes, Viktor! ¡Lo que de verdad sientes por esa rata de Erik Hastings!
-Yo... -pausé, llevándome una mano al pecho. Por mucho que quisiera soltar todo lo que sentía hacia él simplemente no podía. Porque no había nada que decir. Porque ni yo mismo comprendía que sentía verdaderamente por Erik.
Pero sí había algo de lo que estaba convencido... era que no era odio lo que sentía por Erik...
-Viktor Daniels. Cuánto tiempo...
¿Cuánto tiempo? Perplejo, me giré a mirar a ver de quién se trataba. Abrí los ojos sorprendidos y mi boca se entreabrió. No podía creer lo que mis ojos estaban presenciando. ¿Qué hacía él aquí..?
-Seth... -Lo nombré de vuelta, desafiándolo con la mirada -. Nunca esperé volver a verte. Y menos aquí... ¿No estabas en un centro de menores?
-Espera... ¿Seth? ¿¡Él es el famoso Seth?! -vociferó más emocionado de lo normal Alex, quién estaba por subirse a las paredes. ¿Y a este que le había dado?
-Me dieron mi tan ansiada libertad a principios de este mes -explicó con una sonrisa mordaz un tanto perversa. ¿Por qué estaba sonriendo y de esa manera? ¿Qué demonios le parecía tan divertido?
-Aún no has respondido su pregunta -habló Elian -. ¿Qué haces en este instituto?
-Estudio aquí igual que vosotros -repuso con insolencia, burlándose de nosotros en nuestra cara.
-Tú sabes a lo que me refiero -presionó.
-Bueno, claramente no estoy aquí por ti, Elian -siguió con su sarcasmo-. Solo vine a saludar a Viktor. Aunque en realidad... estaba buscando a mí primo. ¿Lo habéis visto? ¿Bajito, con gafas y pelo ondulado?
-¿Rubio rojizo? -pregunté, temiéndome lo peor. ¿Elliot? ¿Ese bicho era su primo? ¡No me jodas! ¡Si no se parecían en nada!
-Así que sí lo has visto...
-Está con Erik. Erik Hastings -concreté por si no lo conocía. Pero pensándolo bien, ¿quién de este instituto no conocía a Erik?
-¿El principito?
-¿Princiqué?
-¿No es él el ''rey'' de este instituto?
Rodé los ojos. Era su primer día aquí y ya le estaba poniendo apodos a la gente. Pero... tenía que admitir que no era tan mal apodo para la rata de Erik. Heh.
-¿Pasa algo aquí? -Se dirigió a nosotros dos Erik, quién acababa de llegar con Elliot y Jake.
Suspiré desanimado. Ahora definitivamente había perdido toda oportunidad de hacer un graffiti en la taquilla de Elliot.
-Nada que te importe -le respondí cortante todavía resentido por lo de antes.
-¿Quién es él? -demandó saber, mirándome directamente a los ojos. Tragué saliva, sintiéndome intranquilo y aparté mi mirada de él de inmediato. Era como si con su mirada pudiese ver a través de mí...
-Qué descortés -hizo una sonrisa afectada Seth -. ¿No crees que deberías preguntarme a mí primero?
-Bueno, ¿y a qué esperas, entonces? -urgió Erik, sonriendo forzado.
-Seth -Se presentó, estrechándole la mano a Erik -. Presumo que Viktor ya te habrá hablado de mí puesto que sois pareja...
Apreté los puños con fuerza y rechiné los dientes de la rabia. ¡Ese maldito cabrón! ¡Lo iba a matar! ¿¡Cómo se atrevía a decir eso con toda la frescura del mundo?!
-No somos pareja -aclaró por mí Erik con un tic en la ceja. Probablemente estaba aguantándose las ganas de partirle la cara al igual que yo.
-Aww, ¿eso quiere decir que todavía no te has olvidado de mí, Vik?
Estaba diciendo todo esto completamente a propósito. Era como si intencionalmente quisiera sacar a Erik de sus casillas.
-¿¡Se puede saber cuál es tu puto problema?! -Lo agarró violentamente del pescuezo Erik. Seth no hizo más que reírse en su cara como el loco que era.
¿A qué estaba tratando de llegar con todo esto? Desafortunadamente, no tardamos mucho en darnos cuenta de cuáles eran sus intenciones...
-¡Mierda! ¡El profesor de matemáticas! -Nos avisó Jake. Aunque para entonces ya era demasiado tarde.
-¿Qué está pasando aquí? -exigió saber con cara de pocos amigos el profesor Schneider.
¿Era esto lo que quería? ¿Qué Erik se metiese en problemas? ¡Maldito, Seth! ¡Solo yo podía meter en problemas a Erik!
-Erik no tiene la culpa de nada. Fue Seth el que inició la pelea -declaré.
Pude distinguir por breves segundos la expresión de asombro de Erik junto a una sonrisa casi imperceptible. Miré hacia otro lado, sintiendo mis mejillas sonrojarse. Menudo idiota. No lo había defendido ni nada...
-Muchacho, ¿usted se piensa que no tengo ojos? ¡Desde la distancia pude ver como Erik atacaba al nuevo estudiante!
-¿Atacaba? ¿No piensa que está exagerando un poco? -parpadeó varias veces Jake.
-¡Usted quédese callado, Jake! A menos que quieras quedarte castigado con estos tres...
¿Eran mis oídos fallando o acababa de decir... los tres? ¿Yo también estaba castigado? ¿¡Por qué?!
-Eh... ¿Por qué estoy yo también castigado...? -titubeé.
-¿Acaso no es obvio, Daniels? ¡Por mentirme!
¡Tenía que ser una broma! ¡Una muy mala broma! ¡Si ni siquiera había mentido! ¡Si es que no había hecho nada!
-¡Pero si no le ha mentido! ¡Erik de verdad no hizo nada! -reiteró insistente Jake.
-Acompañadme a la clase de detención. Los cuatro -Jake y yo nos miramos como si el mundo se nos hubiese venido abajo.
No sé cómo diablos me había podido gustar Seth alguna vez... ¡Lo odiaba! ¡Lo detestaba! ¡Y odiaba incluso más a mi yo del pasado!
-Parece que mi suerte no ha hecho más que aumentar... -susurró Seth, sonriendo juguetón y comiendo con la mirada a Jake como si se tratase de un pedazo de carne.
¿No me digas que Jake era su tipo? Creo que ahora no me extrañaba tanto que me hubiese rechazado...
-¡Eww! -hizo mohín asqueado Jake, pegándose a la espalda de Erik como protección -. ¡No te acerques a mí! ¡S-Sé kárate!
Seth no hizo más que reír en respuesta.
-¡Ahora quiero que se sienten y se comporten! -cerró la puerta de un portazo, encerrándonos en una clase que más bien parecía un sótano. ¡Si hasta había telarañas!
-Mis padres me van a matar cuando se enteren de esto... ¡Y todo será por tu culpa! -Le recriminó Jake a Seth quién se había sentado detrás de él.
-Oh, por favor. No seas una princesa del drama... -puso los ojos en blanco, cruzándose de brazos Seth.
-¡Silencio! -les llamó la atención el profesor.
-Hey... Viktor -Me susurró Erik.
-¿Qué pasa? -suspiré fastidiado.
-Sé que lo menos que quieres es escucharme en este momento, pero quería disculparme por haberte metido en este lío. Y también... agradecerte por haberme defendido antes.
-N-No seas ridículo... Tan solo me limité a contar la verdad.
-Pero podrías haber elegido no hacerlo... -murmuró con una sonrisa tan deslumbrante que no solo me cegó sino que además hizo que mi corazón se acelerara. Otra vez.
-Siento interrumpiros, par de tortolitos, pero en cuánto se largue el profesor, que tarde o temprano se largará, me piro de aquí. ¿Queréis uniros?
-¿Para meterme en más problemas? -soltó irritado Jake.
-¿Y contigo? -agregué.
-Ni en broma -sentenció Erik -. Tú eres el que provocó está situación en primer lugar.
-De acuerdo. Pudriros aquí -repuso, mirándonos con desdén.
¿Pudrirnos aquí? Pero, ¡si lo menos que quería era gastar dos horas de mi vida en este lugar en el que ni podía respirar por la falta de oxígeno!
-Está bien. Tú ganas -Me resigné, no teniendo de otra que intentar confíar en Seth.
-¿Viktor? -Me miró Erik como si hubiese perdido la cabeza.
-Sácanos de aquí y te perdonaré la vida.
Una sonrisa de satisfacción se asomó en los labios de Seth.
-Hecho.
En ese mismo instante alguien tocó la puerta desde fuera. El profesor, chasqueó la lengua, y se levantó a regañadientes de la silla para ir a abrir la puerta.
-Profesor Schneider, unos estudiantes de cuarto están remojándole la cabeza a Richard en el váter.
-¿C-Cómo lo has...? -musitó estupefacto Jake. Y cabía decir que él no era el único sorprendido.
-Tengo mis recursos... -alardeó con una sonrisa arrogante Seth.
-Por el amor de dios... -resopló Schneider, llevándose una mano a la frente -. Gracias por avisarme, Smith. Ahora iré a controlar la situación. Y cuando vuelva... más os vale estar aquí -Nos advirtió, apretando los dientes.
Esperamos a que Schneider saliese, y dejamos que pasaran unos pocos minutos. En cuánto Seth dio la señal, agarramos nuestras mochilas y huimos de aquella clase lo más rápido que nuestras piernas nos permitieron.
-¡Libertad! ¡Somos libres!-gritó eufórico Jake, corriendo por los pasillos -. ¡Todo gracias al sacrificio de nuestro gran compañero, Richard! -murmuró conmovido.
-Oye que Richard no ha muerto... -Lo miré raro.
-¡Lo sé! Gracias al profesor Schenider...
No fue hasta que por fin alcanzamos la salida del instituto que acorralé a Seth en busca de respuestas.
-¿A qué ha venido eso?
-No sé de qué me estás hablando, Vik... -Se hizo el tonto, encogiéndose de hombros.
-¿Te crees que somos idiotas? -repliqué incrédulo -. Sé que tú has planeado todo esto. ¿Es esta una de tus muchas maneras bizarras para hacer amigos?
-¡Ding ding! ¡Y el premio es para...! -canturreó Seth.
-Por qué... ¿¡Por qué... eres tan malditamente tú!? ¿¡No puedes ser cómo los demás y hacer amigos de otra manera?!
-Tú mismo lo has dicho. Si no lo hubiese hecho de esta manera no sería yo -sacó un paquete de cigarros del bolsillo y encendió uno, llevándoselo a la boca -. Te he echado de menos, ¿sabes?
-Qué lástima... por qué yo no -repuse sarcástico.
-Hablo en serio -Me aseguró, envolviéndome entre sus brazos y sujetando el cigarrillo entre sus dedos -. Sólo te rechacé porque te consideraba como mi hermano pequeño y no me esperé recibir una confesión tuya. Nunca fue mi intención hacerte daño, Vik...
Me mordí el labio inferior de la frustración y lo empujé alejándolo de mí. ¿Y ahora me lo decía el muy cabrón? ¿No podría habérmelo aclarado hace mucho antes?
-¡Ejem! -carraspeó incómodo Erik -. Por si no os habíais dado cuenta seguimos aquí...
-¿Celoso? Y luego insistís en que no sois pareja... -Se carcajeó Seth.
-¡Es que no lo somos! -Me quejé, levantando un puño al aire.
-Vale, ilumíname, entonces, Vik. ¿Qué sois? ¿Folla-amigos? -A Erik y a mí se nos encendieron las mejillas de la vergüenza ante tal pregunta.
-¡Claro que no, pedazo de imbécil! -Le tiré la mochila a la cabeza.
-Entonces, no dejaré de llamaros pareja. No hasta que defináis lo que sea que es vuestra relación... -sonrió malicioso, lanzándomela de vuelta.
¿Definir nuestra relación? ¡Já! ¿Cómo podía ser tan insensato? ¡Erik y yo no teníamos ninguna clase de relación! ¡No éramos amigos! ¡Nada! ¡Solo éramos unos conocidos que compartían los mismos amigos!
-Creo que Seth tiene algo de razón... -concordó abstraído Erik.
-¡No escuches a ese imbécil! ¡No sabe de lo qué habla!
A pesar de todo y por mucho que odiara reconocerlo... Erik era un conocido que me resistía a perder...
-¿Quieres que te lleve a casa? -Le preguntó Seth a Jake, quién aparentemente no iba a librarse tan fácilmente de él. Mis condolencias, Jake.
-Puedo regresar solo.
-Es una verdadera pena -contestó con una expresión inexpresiva después de haber lanzado un suspiro. Acto seguido, se colocó el casco y montó en su moto que no tardó en arrancar.
-Es hora de que nos vayamos, Erik. El profesor puede estar buscándonos -Le susurró Jake. Lo que más quería en este momento Jake era salir de aquí, pero no por el profesor. Y no le culpaba.
-Sí. Es mejor que salgamos cuánto antes. Encima ya se ha hecho bastante tarde-informó, ojeando el reloj de su mano mientras lo arrastraba Jake-. Nos vemos mañana, Viktor.
-Hasta mañana, Erik -Me despedí de él, sintiéndome un tanto decepcionado porque hoy no volvíamos juntos a casa.
Sí, lo admito. Me había acostumbrado más de lo debido a su presencia y también a que tomáramos el mismo camino a casa.
Aunque por otra parte tal vez hubiese sido lo mejor. El regreso de Seth y Elliot me habían tomado totalmente por sorpresa y tenía muchas cosas en qué pensar.
Especialmente en Erik y lo que sentía respecto a él.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro