Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 12 ''Pequeño favor''

Hola a todos ( ͡° ͜ʖ ͡°)/
Joder, podría llorar y todo de la felicidad(?) Tras mucho tiempo de espera, FINALMENTE, logré terminar el capítulo 12 de Acosador. En otra de mis novelas, ya expliqué el porqué de mi 'hiatus'. Aparte de que estoy en vacaciones (Merezco disfrutar de mi tiempo libre fuera del infierno x'DD), principalmente es por el estrés que no me permite escribir y también porque este capítulo de ''Acosador'', en particular, se me hizo difícil de escirbir. Desde un principio no tenía una idea muy clara sobre que iría el capítulo (?) y se me hizo verdaderamente complicado terminarlo/escribirlo, como podrán imaginar (?)

En fin, los que esperaron todo este tiempo y todavía tienen interés en la historia (Os lo agradezco ( ͡°; ͜ʖ; ͡°)), espero que disfruten de este capítulo ( ͡° ͜ʖ ͡°)
Pronto se vendrá lo interesante (No necesariamente limón), creanme ( ͡° ͜ʖ ͡°)( ͡° ͜ʖ ͡°)( ͡° ͜ʖ ͡°)

-La foto del capítulo es de Alex. (El amigo de Viktor y Elian)

--------------------

VIKTOR

Los primeros rayos de luz solar traspasaban la ventana de la habitación del hotel, alumbrando el interior. Según el reloj de mano que había dejado ayer sobre la mesilla de noche eran las 7 a.m. La hora que siempre marcaba en mi despertador para levantarme e ir a clase.
Últimamente mi cuerpo se había acostumbrado tanto a despertar a esa hora que ya difícilmente requería un despertador que hiciera su trabajo. Me removí durante un tiempo más entre las sábanas y me aferré a lo que creí que era parte de la sábana o alguna almohada.

Que tan equivocado estaba.

-Esto... no se siente para nada como una sábana... -murmuré para mí mismo haciendo mohín e inspeccionando con mis manos lo que sea que fuera el bulto enrollado en sábanas.

Recuerda, Viktor.
¿Qué es lo que pasó ayer por la noche antes de irte a dormir? Hablé con Erik sobre mi miedo a las tormentas, ¿cierto?
Erik. ¡Erik! ¡Claro, era Erik! Aun sí... ¿¡Por qué diablos se había metido Erik en mi cama, en primer lugar?!

Antes de que pudiese seguir cuestionándome las intenciones de Erik, el mencionado, todavía dormido, se dio la vuelta y me abrazó por la espalda como si me tratara de una almohada.

Y en ese preciso instante noté una sensación de algo firme y rígido, rozando mi parte trasera.

-N-No... N-No puede ser... -balbuceé atónito y con las mejillas ardiéndome de la vergüenza. ¡No me jodas! ¿¡En serio tenía una erección matutina?! ¿¡Por qué de todos los posibles momentos tenía que ser ahora?! ¡En esta cama! ¡Y conmigo!

Espantado, pegué un pequeño gritito apenas audible y arrastré mi cuerpo en dirección contraria a él, provocando mi estrepitosa y patética caída al suelo.

-¿Viktor? -logré escuchar murmurar adormilado a Erik.

Ugh. Le había despertado con mi caída. Qué vergüenza...

-¿B-Buenas mañanas? -Me forcé a reír a pesar del intenso dolor que estaba sintiendo en mi pierna.

-¿Se puede saber qué haces en el suelo? -preguntó extrañado Erik, encontrándome en el suelo enrollado en sábanas como si me tratase de una momia.

¡Todo esto es tu maldita culpa, imbécil!

-S-Suele pasarme a menudo -excusé, no atreviéndome a darle la cara del bochorno.

-¿Sueles amanecer en el suelo a menudo? -interrogó divertido.

-Eh... ¿Sí?

-Qué extraño... -se quedó pensativo Erik -, según lo que pude ver ayer, eres tranquilo en tu sueño... No te mueves mucho y...

-E-Espera un momento... -lo interrumpí alarmado -. ¿Cómo qué según lo que pudiste ver ayer? ¿Acaso te quedaste observándome mientras dormía?

Erik no respondió. En su lugar, permaneció mirándome fijamente, inquietándome y poniéndome nervioso todavía más. ¿Se supone que tenía que tomarme su silencio como un sí...?

-No seas absurdo -aclaró completamente en calma -. ¿Por qué haría eso? Lo decía porque a diferencia de ti, que te dormiste como un tronco, continué despierto unos minutos más.

¿Yo? ¿Dormir como un tronco? ¿Qué le hacía pensar eso? Cómo si pudiese dormir tan tranquilo, teniéndolo tan cerca de mí...

Aunque... me sentía aliviado. No se había dado cuenta que estaba despierto. No se había dado cuenta qué apenas había pegado ojo en toda la noche por su culpa.

-¿Ah, sí? -respondí desinteresado a la vez que sarcástico, intentando disimular mi vergüenza -. Espera... ¿Qué tienes en la mejilla? -señalé con el dedo su mejilla, pareciéndome ver un pequeño moretón.

Erik se tensó al escucharme decir eso y rápidamente se llevó la mano a su mejilla derecha, como si estuviese tratando de ocultar algo.

-Nada -afirmó seguro de ello.

-¿Ahora quién está siendo el absurdo? -le eché en cara, incrédulo -. ¿Quién te ha golpeado?

Erik retiró su mano de su mejilla y bajó la mirada, lanzando un suspiro.

-En todo caso... soy yo el que tiene la culpa.

-¿Culpa? ¿Culpa de qué?

-Ayer cuando volviste a la habitación después de visitar la enfermería del hotel... Me metí en una pelea con el chico que provocó tu caída.

Mi boca se entreabrió de la sorpresa. ¿Se había metido en una pelea con un chico que ni siquiera conocía? ¿Ese mismo Erik Hastings que no mataba ni a una mosca?

-¿Por qué?

-Se podría decir que fue porque quise defender tu honor... -sonrió de lado divertido.

¿Mi honor? Menudo idiota... ¿Por qué habías ido tan lejos por mí? ¿Por qué me defendiste aún arriesgándote a ser suspendido o incluso expulsado? ¿Por qué hacías tanto por mí, Erik...?

Simplemente no lo entendía.

No éramos amigos. Ya no éramos nada. Así qué, ¿Por qué?

-¿Cómo supiste que fue él?

-La profesora fue quién lo destapó-articuló molesto y apretando los dientes -. Sé que no tuve que meterme porque no soy tu amigo ni nada tuyo, pero... No podía dejarlo así. No podía permitirme dejarlo libre luego de que te hiciera daño...

Mis ojos se abrieron ampliamente ante sus palabras y sentí escalofríos recorrer mi cuerpo. Este idiota me estaba comenzando a asustar de verdad...

-¿Y-Y quién ganó? -pregunté, queriendo que el rumbo de la conversación cambiara. Y también romper ese silencio tan incómodo y estremecedor que se había formado.

-Técnicamente ninguno. Los dos nos hemos ganado una detención después de clases -Se obligó a sonreír, como si le estuviese restando importancia.

¿Una detención después de clases? Sonreí satisfecho mentalmente. Erik Hastings, el estudiante estrella, castigado después de clases... no podía haber algo mejor que esto.

Bueno, nada, excepto, las reacciones de las locas de sus seguidoras. De solo imaginármelo, sentí unas inmensas ganas de estallar en carcajadas.

-No... pareces muy arrepentido... -indiqué, mirándolo escéptico -. ¿Ganaste la pelea?

-Por supuesto. ¿Quién te crees que soy? -sonrió arrogante -. Si no fuera porque me hubiese distraído al último momento ese maldito hijo de... -Se detuvo, sobresaltándose al darse cuenta que lo estaba escuchando. ¿Ahora se daba cuenta? -, no habría logrado devolverme ni un solo golpe.

Y yo que creía que Erik era un enclenque... Aunque, bueno... después de ayer... todas mis dudas respecto a ello se habían disipado.
Mis mejillas enrojecieron al recordar aquel acontecimiento. Mierda, ¡no! ¿¡En qué diablos estaba pensando?!

-D-Deberíamos irnos preparando... -carraspeé, levantándome del suelo y mirándolo por breves segundos-. No quisiera meterte prisa, pero es que tampoco quiero que el autobús se nos escape y me quede contigo aquí a solas-terminé por decir con una sonrisita irónica.

-Joder... -Se carcajeó, llevándose su mano a la boca -. Cuánta hostilidad...

-No se trata de eso -mentí. En realidad era exactamente eso. Antes de quedarme aquí con Erik una noche más preferiría tirarme por un precipicio -. Es mi hermano pequeño... Oliver. No quiero dejarlo solo durante más tiempo.

La madre de Elian: Abby, lo estaba cuidando, pero no podía dejar de estar intranquilo. No podía evitar pensar que algo andaba o podía ir mal si no me encontraba junto a Oliver. Como hermano mayor que era, Oliver, era mi responsabilidad y no podía dejar que nada le pasara.

-Tú... ¿Seguro que no tienes un complejo de hermano? Estás demasiado apegado a él... -puntualizó socarrón, sacándose su camiseta.

-No seas... ¡J-Joder, tío! ¿¡No podrías desvestirte en otro sitio?! -salté de la sorpresa. ¡Cada vez que despegaba mi vista de él por un solo mísero segundo, lo encontraba desnudándose!

-No hay razón alguna para que entres en pánico-soltó incrédulo con una pequeña sonrisa Erik-. Además... tú fuiste el que dijo que deberíamos darnos prisa.

Tenía razón. ¿Por qué me ponía tan jodidamente nervioso? Me gustaban los chicos, pero Erik ni siquiera era mi tipo. Era cierto que a veces podía verse algo atractivo, pero...

Espera... ¡¿Acababa de pensar que Erik era atractivo?!

Negué fuertemente con la cabeza y me golpeé la cabeza varias veces la cabeza contra la pared, asustando a Erik.

-C-Cómo quieras-aparté mi vista de él, actuando como si nada hubiese pasado-. Yo iré a vestirme en el baño -avisé, agarrando la primera prenda de ropa que avisté dentro de mi mochila.

-¿En el baño? ¿En serio? -cuestionó como si hubiese dicho lo más divertido del mundo.

-No creo que te agrade mucho que un chico homosexual te observe desvestirte, ¿o sí? -contraataqué con una sonrisa ladeada sarcástica, dejándolo sin palabras.

Antes de que Erik llegase a responderme, escapé del lugar, encerrándome en el baño. Apoyé mi espalda contra la puerta y observé desde la distancia mi rostro reflejado en el espejo colgado por encima del lavamanos. Mis mejillas se encontraban rojísimas por la tontería que acababa de soltarle.

Me pregunto... que cara habrá puesto la rata de Erik...

* * *

Con nuestras respectivas mochilas colgadas de nuestros hombros, y cambiados de ropa, salimos de la habitación del hotel.
Ninguno de los dos hablábamos. Erik tenía aspecto de gruñón -lo cual era extraño viniendo de él-, y yo, por mi parte, llevaba audífonos mientras escuchaba música desde el móvil, decidiendo pasar totalmente de él.
Ya ni siquiera éramos amigos. No tenía por qué obligarme a mantener una conversación con él. Y honestamente... tampoco me apetecía.

-¡Hey! -me saludó Elian, acercándose a mí-. ¿Qué tal habéis pasado la noche?

-Bien -se adelantó Erik, sonriéndole falso y apartándolo de un pequeño empujón en el pecho-. Y no es necesario repetirte que el asiento al lado de Viktor me pertenece, ¿no?

Elian negó repetidas veces con la cabeza horrorizado por la forma en la que lo estaba mirando y sonriendo Erik en este momento.

-Joder, ¿quién mierda se ha meado en tu desayuno, Erik? Sospechaba que estabas de mal humor, pero no pensé que tanto... -articulé, pausando la música y quitándome los audífonos.

-¿Y a qué crees que se debe mi mal humor? -respondió sarcástico, sin borrársele esa aterradora sonrisa.

¿Eh? ¿Estaba insinuando... qué estaba molesto por mi culpa? Pero, ¿por qué? ¿Era porque lo había estado ignorado deliberadamente? ¿Qué diablos? ¡Aquello no tenía sentido alguno! ¡Él había decidido dejar de ser mí amigo!

-Woah, relájate, Erik. Menudo humor traes...-señaló Jake con una risotada, quién acababa de alcanzarnos con Alex.

-¿Seguro que pasasteis bien la noche?-insistió Alex, ganándose una mirada asesina por parte de Erik.

-Dejando de lado la tormenta, diría que si... -volvió al sarcasmo.

-Estás siendo un completo gilipollas, Erik-le llamé la atención, mirándolo severamente. Erik se quedó callado por unos segundos, pensativo, reflexionando.

-Lo siento. Ayer no dormí nada -Se justificó con otra sonrisa forzada, ajustándose la gorra azul que me prestó ayer.

¿Qué mosca le había picado ahora?

-Ya me parecía a mí que no habías dormido nada bien...-Le devolvió la sonrisa Jake.

Fruncí el ceño ligeramente ante su reacción. Su sonrisa se veía algo extraña también. Era como si estuviese cubriendo a Erik. ¿Qué se traían entre manos estos dos?

O tal vez... realmente no había nada y Jake era la única persona que verdaderamente comprendía a Erik. Y no sé por qué, pero pensar en aquella posibilidad provocó que mi humor empeorara considerablemente...

ERIK

Tenía que mantener la calma. Viktor no merecía que me enfadara con él.
Era cierto que había sido su culpa por no darse cuenta, pero tampoco podía culparlo. Yo era el que no se había molestado en explicárselo. Y luego estaba... su inocencia.

Aunque, bueno, no tenía muy claro si se trataba de su inocencia o su lentitud...

Le lancé una última mirada a Viktor y me adelanté con Jake al autobús.
El autobús estaba medio vacío. Eran casi las 8 a.m. Casi la hora de regreso. Y apenas había estudiantes ocupando los asientos.

-¿Vas a sentarte con Viktor? -Me preguntó Jake.

-¿Debería? -Le mostré una sonrisa arrepentida.

Jake me juzgó con la mirada.

-¿A qué viene esa pregunta? ¿No eras tú él que lo estaba acosando el otro día? -Me echó en cara -. ¿De verdad vas a rendirte ahora?

-¡No lo estaba acosando!

-Sí, claro... -puso los ojos en blanco-. ¡Encima te pones constantemente celoso de Elian! ¡Él y Viktor tan solo son amigos!

-Oye, que no he dicho que me vaya a rendir con él ni nada, tampoco dramatices -Le fulminé con la mirada, tapándole la boca para que dejara de gritar -. Es sólo que...

Es sólo que estaba harto.

Era la primera vez que sentía algo así por alguien. Algo tan fuerte. Tan... real. Y estaba totalmente perdido. No tenía idea de qué hacer o cómo comportarme con él. Todo era diferente entre nosotros ahora.

Y lo único que quería era que él sintiera lo mismo por mí. ¿Tan difícil era?

Igualmente, sabía que lamentándome de esta forma no conseguiría nada. No podía rendirme tan fácilmente. Y tampoco tenía intención alguna de rendirme. Viktor no me quería. Ni siquiera me quería cómo un amigo. Estaba consciente de ello.

Pero... no me odiaba. Pese a todo, Viktor, no me odiaba. Y por eso mismo no podía darme por vencido.

-Estás en mi camino.

-¿Eh? -solté y giré mi mirada hacia atrás, encontrándome con la de Viktor.

-Oh, eres tú -susurró inexpresivo él.

Enarqué una ceja perplejo. ¿Acaso no era obvio por la gorra que llevaba puesta?

-¡Justo a tiempo! -exclamé, agarrándole del brazo con una amplia sonrisa.

-¿¡Hey, qué haces!? ¡Suéltame! -forcejeó mientras lo arrastraba hacia nuestros asientos.

-Somos compañeros de asiento -le recordé, sentándome primero -. ¿Acaso te has olvidado?

-Sí, por desgracia... -murmuró por lo bajo, sentándose él también.

-Siento lo de antes...

Viktor finalmente volteó a verme. ¿Había logrado captar su atención?

-¿Por qué estabas de tan mal humor, de todas formas? -preguntó, mirándome con sus ojos castaños que desprendían curiosidad e interés.

Reí nervioso. Mierda. ¿Ahora qué le decía...?

-Me di cuenta que ayer... cometí bastantes gilipolleces...

-¿Solo ayer?

-¿Cómo? -arqueé una ceja ofendido.

-Nada -contuvo una risa.

-Ajá...

-Es broma -ratificó completamente en serio. ¿De verdad era broma? -. En realidad... el único que cometió gilipolleces ayer fui yo...

-¿Por qué lo dices?

-¿Vas a obligarme a decirlo? -musitó un tanto avergonzado, mirándome mal -. Ayer fui un jodido desagradecido contigo...

-No te preocupes por eso -sonreí alegremente. Viktor estaba siendo quizá por primera vez honesto conmigo -. Tú fuiste un desagradecido y yo fui un gilipollas. Estamos a mano.

-Supongo -rio un poco. Al darse cuenta que acababa de reírse, sus mejillas se pusieron coloradas. Realmente era demasiado adorable... ¿Cómo diablos no iba a gustarme? -. Oye... ¿Qué era eso de que tengo un complejo de hermano? ¿Acaso tú no tienes hermanos? -interrogó, mirándome con resentimiento.

Bueno... tal vez había sido insolente de mi parte acusarle de tener un complejo de hermano. Viktor simplemente era como cualquier otro hermano mayor que se pasaba de sobreprotector.

-Tengo un único hermano: Adrien. Aunque a diferencia de ti y de tu hermano... no somos muy cercanos...

-¿Y eso? -Se mostró sorprendido. Este chico era demasiado ingenuo... Ingenuo e inocente.

-No todos los hermanos se llevan bien entre ellos. Además... no estamos relacionados. Es el hijo de mi madrastra.

-Oh... -murmuró Viktor, sintiéndose incómodo.

-No te sientas mal. No has preguntado nada indebido.

-En realidad no me siento mal -afirmó de inmediato.

Ouch. Tan directo como siempre.

-¿Ah, sí? -reí amargamente.

-No tiene sentido que me disculpe, ¿no? No es como si fuese mi culpa y diciéndote un ''Siento haber preguntado'' no arreglaría nada. Tú fuiste el que dijo algo parecido una vez, ¿te acuerdas? -sonrió ladeado.

-Estoy impresionado -admití sorprendido, abriendo los ojos de par en par -. Todavía te acuerdas.

-E-Eh... yo... -Se trabó con sus propias palabras, sonrojándose.

Volví a reír una vez más. Esta vez de verdad.

-¡No te rías! -siseó, sonrojándose todavía más.

-¿Cómo está tu tobillo?

-No muy bien... pero soy capaz de caminar aunque sea como un pato así que no me quejo.

-El doctor dijo que tienes que guardar reposo. ¿No vas a ir a clases, no?

-Sí. Ya sabes... no me apetece nada estar cojeando por todo el instituto -contestó irónico -. Pero solo podré faltar un día a clase.

-Lo siento...-dejé escapar, bajando la mirada.

-¿Por qué te disculpas?

-Siento no poder haber hecho nada por ti...

Viktor me miró por un instante, y acto seguido, lanzó un suspiro.

-Golpeaste al causante de mi esguince en el tobillo-me recordó con una sonrisa apenas perceptible. ¿Era mi imaginación o Viktor estaba tratando de animarme...? -. Si no lo hubieras hecho tú lo habría terminado haciendo yo. Así que gracias por ahorrarme el trabajo, por lo menos.

-¿Qué si lo golpeé? Le partí la cara al bastardo... -proclamé, sonriendo tétricamente.

-Eres raro, ¿lo sabes? -soltó Viktor tras un largo silencio, mirándome directamente a los ojos.

-¿Otra vez?-Lo miré no pudiendo creerlo a la vez que retenía mi risa-. Es la tercera o cuarta vez que me lo dices.

-¿D-De verdad? -preguntó desconcertado. ¿Iba en serio? ¿Realmente no se había dado cuenta de la cantidad de veces que me había dicho lo mismo?

-Sí -confirmé, sonriéndole enternecido -. ¿Y sabes qué? Tú eres adorable...

-¿Q-Qué? -Sus mejillas cobraron un rubor intenso.

-Q-Qué si ves Dora la exploradora -rectifiqué, sintiendo mis mejillas enrojecer también. ¡Mierda! ¿¡Cómo se me había ocurrido decirle que era adorable?! ¡Joder, era un maldito imbécil! ¡Ahora sí que no me iba a dirigir la palabra en la vida!

-¿Qué diablos? -frunció el ceño, mirándome raro. Y con razón -. ¿A qué viene esa pregunta?

-Bueno, como los dos tenemos hermanos pequeños... Me preguntaba si has tenido que tragarte cientos de episodios de esa serie... -improvisé, fingiendo una sonrisa.

-Afortunadamente de Dora la Exploradora, no. Pero sí veo un montón de series animadas con mi hermano.

¿En serio? ¿No era un poco mayor para ver ese tipo de series? Oh, bueno. Viniendo de él, se me hacía algo lindo...

-¿Pokémon también? -mencioné con una pequeña sonrisa.

Viktor se quedó callado y un leve rubor se adueñó de sus mejillas.

-¿Te estas burlando de mí?

-¡P-Para nada! -Le aseguré.

Viktor, sin embargo, no creyó ni una palabra de lo que le decía. Me mandó una mirada cargada de desprecio y se colocó los audífonos una vez más. Sí había nombrado Pokémon era porque sabía cuánto le gustaba. En ningún momento había pretendido burlarme de él...

Lancé un suspiro resignado y me levanté de mi asiento. En ese preciso instante, Viktor, se sacó uno de sus audífonos y me dirigió una especie de mirada indefensa.

¿Qué? ¿Por qué me estaba mirando de esa manera? ¿Por qué me miraba como si me estuviese pidiendo a gritos que no me fuera?

-¿A dónde vas? -musitó lo más bajo que pudo, evitando mi mirada que lo observaba intensamente.

Y se supone que yo era el raro.
¿No era él el que quería que me marchara? Bueno, no lo había dicho explícitamente, pero su mirada lo había dejado más que claro...

-¿Por qué lo preguntas? -Lo probé.

Viktor se mantuvo en silencio, notándoselo confundido. Por lo visto no parecía saber qué responderme. Ahora... que lo pensaba... Ayer, ¿no había sucedido lo mismo? Le había dejado de hablar y, de repente, se volvió extraño conmigo.

-P-Por nada -negó con la cabeza -. Haz lo que quieras... -susurró esto último, haciendo pucheros.

Suspiré mentalmente y me senté nuevamente en mi asiento con una sonrisa que apenas pude disimular. ¿No querías que me fuera, cierto?

¿Por qué simplemente no podías ser sincero conmigo, Viktor? Conmigo y contigo mismo...

* * *

Casi tres horas después llegamos a nuestro destino. Jake quién había estado mareado durante medio trayecto, sentir la brisa del viento en su rostro casi le hizo llorar de la emoción. Viktor seguía tan retraído como siempre, y Alex tenía unas orejas enormes que parecía que tenían vida propia. Elian y yo éramos los únicos que nos encontrábamos en perfecto estado. Más o menos...

-Aire fresco... ¡Por fin! -gritó a todo pulmón Jake, sobresaltando a la gente a su alrededor.

-Eso tendría que decir yo... -murmuró asqueado Elian-. Temía que en cualquier momento me vomitaras encima.

-¡Oye! -Le reclamó indignado.

-Jake tiene cinetosis -expliqué -. No necesariamente tendría qué haber vomitado.

-¿Cinequé? -Me miró perdido Alex.

-Cinetosis es el mareo causado por movimiento-reiteré.

-¿Eso quiere decir que te mareas en cualquier transporte? -inquirió Viktor, cruzando de brazos.

-No en todos, pero sí en la mayoría... -contestó con voz de ultratumba Jake, quién todavía no se había recuperado del todo.

-¿Y no has probado a tomar una pastilla antes de cada viaje? -preguntó Elian, arqueando una ceja.

-Sí, pero al final siempre me acabo olvidando... -Se rascó la nunca Jake, riéndose nervioso.

-Mira que eres...-masculló Elian, evitando llevarse la palma de la mano a la frente.

¿Un caso perdido? Sí. Definitivamente.

-Elian, ya deberíamos irnos... -Le susurró Viktor.

Sentí un tic en la ceja y me aproximé a ellos peligrosamente con una sonrisa forzada.

-¿A dónde vais?

-A mi casa -respondió extrañado por la pregunta Elian.

-Oliver se quedó con la madre de Elian mientras estábamos en la excursión-Me recordó Viktor.

-Oh, cierto... -caí en la cuenta, soltando el fuerte agarre que tenía en el hombro de Elian.

Maldita sea... Mis celos realmente se estaban volviendo ridículos...

-¿Y ahora por qué te pones rojo? Menudo rarito... -expresó Viktor, mirándome raro a lo qué lancé una risa boba.

-N-No es nada... -garanticé, sintiéndome todavía más avergonzado conmigo mismo.

Elian rodó los ojos y me sonrió pesaroso.

-¿Vienes? -preguntó, sorprendiéndonos a Viktor y a mí.

-¿Qué? Pero, ¿¡por qué?! -demandó saber Viktor.

-¿Y por qué no? -Se cruzó de brazos, dejándolo sin saber qué decir -. Erik también es mi amigo. Puedo invitarlo a mi casa si quiero.

Al igual que Viktor permanecí callado. Un sentimiento de culpa me carcomía por dentro. Me sentía mal por haber desconfiado de Elian tantas veces a pesar de que me hubiera asegurado él una y otra vez que no había nada entre ellos dos.

-¡P-Pero yo sólo voy a recoger a Oliver! -insistió, frustrándose.

-Es un largo camino hasta tu casa.

-Y mi casa queda cerca de la tuya -añadí con una sonrisa inocente.

-Gracias, pero no necesito un escolta -recalcó Viktor, mirándome mal.

-Oh, vamos -rodó los ojos exasperado Elian -. Vivís en la misma dirección. ¿Cuál es el problema? Además, tienes un esguince en el tobillo.

Viktor volteó su mirada para otro lado, haciendo pucheros. Reí disimuladamente por lo adorable que se veía. En este momento realmente se asemejaba a un animalito de bosque...

-Está bien... -murmuró resignado Viktor, aceptando que fuera con ellos.

Elian me lazó una sonrisa cómplice que no dudé en devolver y tras despedirnos de Alex y Jake, nos pusimos rumbo a su casa. A la entrada de esta, un niño de unos seis o siete años, salió a recibirnos arrojándose a los brazos de Viktor.

-¡Vik, por fin has vuelto! -exclamó emocionado Oliver, envolviendo a Viktor con sus pequeños brazos.

-Sí, siento haber tardado tanto -Le sonrió tiernamente, correspondiendo su abrazo -. Presumo que te has portado bien mientras no estaba, ¿no? -Lo miró receloso dispuesto a darle un tirón de orejas.

-No te preocupes por eso, Vik -apareció por detrás la madre de Elian, caminando en nuestra dirección -. Oliver se ha comportado como un caballero.

-¿Un caballero? ¿Él? -Se burló Viktor a lo que Oliver hizo pucheros. Esto solo probaba que estos dos definitivamente eran hermanos.

-Oliver sí que sabe cómo ser un caballero... A diferencia de otros -le lanzó una indirecta Elian, aguantándose la risa.

-Pffft... -Me tapé la boca yo también.

Viktor enrojeció de la rabia y nos mandó una mirada amenazante a los tres. Incluido Oliver quién se estaba riendo a carcajadas.

-¡Oh! -soltó repentinamente Oliver, dejando de reír al clavar su mirada en mí-. ¡Tú eres el chico guapo del otro día!

Esta vez fue mi turno de ponerme rojo como un tomate. ¿Cómo podía acordarse todavía? Nos habíamos visto recientemente, pero los chicos de su edad normalmente no prestaban atención a esas cosas...

Especialmente si se trataba de un chico...

-¿Chico guapo? -dejó escapar la risa que llevaba aguantando Elian.

-Necesitas ir a un oculista, Oliver. En serio -Lo juzgó Viktor, mirándolo incrédulo.

-¡Hey, que mi vista es perfecta! ¡Tú sí que deberías ir a un oculista, cegato! -Se quejó Oliver, alzando un puño al aire.

-¡Repite eso, maldito mocoso! -Lo amenazó Viktor, apuntándolo con el dedo índice.

-Hace frío aquí fuera, ¿por qué no mejor pasáis dentro? -ofreció la madre de Elian con una amplia sonrisa, intentando animar el ambiente -. Por cierto... A ti no te había visto antes... -Se dirigió a mí, mirándome intrigada y expectante.

-Soy Erik Hastings, un amigo de Viktor y de su hijo, Elian -Me presenté con una sonrisa, estrechándole la mano -. Un gusto en conocerle, señorita -Viktor rodó los ojos, haciendo mueca de disgusto a lo último y Elian soltó una risita.

-¿Señorita? -repitió divertida -. ¡Por favor, joven! ¡Si tengo más de 30 años!

-Pues déjeme decirle que no lo parece...

Viktor quien se encontraba detrás de mí, soltó un bufido, y coloco sus manos sobre mi espalda, obligándome a entrar a la casa.

-¿Así que eres amigo de Elian y Viktor? Qué curioso. Es la primera vez que te veo con ellos -puntualizó, invitándonos a entrar al salón -. Es por eso mismo que al principio pensé que podrías ser el nuevo novio de Viktor...

Los tres nos quedamos callados hasta que Elian explotó en risas y Viktor en cólera. Yo quién no terminaba de asimilar lo ocurrido solo logré susurrar un pequeño ''¿Qué'' que fue opacado por el grito de Viktor.
¿Y qué era eso de ''nuevo novio''? Que yo sepa... Viktor y Seth nunca habían llegado a ser pareja.

-¿¡Có-Cómo qué mi novio?! ¡Claro que no! ¡Absolutamente no! ¡No seas absurda, Abby! -negó rotundamente y rojo de pies a cabeza.

-¿Seguro qué no? Tu reacción demuestra lo contrario... -Lo picó Abby, sonriéndole maliciosamente.

-¡Viktor es el novio de Erik, Viktor es el novio de Erik, Viktor es el novio de Erik! -canturreó Oliver con claras intenciones de molestar a su hermano mayor.

-¡Tú cállate, mocoso! -Lo acalló, tirándole una almohada del sofá a la cara -. ¡Ve a traer tus cosas que nos vamos!

-¡S-Sí, señor! -asintió Oliver, corriendo hacia las escaleras y dejando caer la almohada al suelo.

-No, no soy el novio de Viktor... -desmentí, manteniendo la compostura.

-Gracias -suspiró Viktor, calmándose poco a poco.

Una sensación de angustia me invadió por dentro. ¿Tanto le desagradaba la idea de que fuera su novio? Cerré mi puño con fuerza y aparté mi mirada de él, regañándome a mí mismo mentalmente.
Viktor no me quería. Era un hecho qué tenía aceptar. No podía seguir lamentándome de esta manera una y otra vez.

-Así que... ¿Nada de novios? -indagó Abby.

-N-Nada de novios... -afirmó abochornado y cruzado de brazos Viktor.

-¿Ella también sabe lo de Seth? -Le susurré a Elian.

-Sí. Espera... ¿¡Qué?! ¿T-Tú sabes lo de Seth? ¿Te lo ha contado Viktor?

-Sí, ¿por qué?

-Es solo que me extraña que Viktor haya decidido contártelo a ti -explicó perplejo Elian -. Tú sabes lo desconfiado que es.

En realidad describirlo como desconfiado no era ni suficiente...

-¿Fue Seth el novio de Viktor? -decidí preguntar, queriendo resolver mis dudas. Y también mis miedos...

Aunque, bueno, teniendo en cuenta que Viktor entraba en pánico cada vez que me veía sin camiseta... Podía estar seguro al menos que jamás había pasado algo entre ellos.

-En cuánto a eso...

-¡Ya estoy! -anunció Oliver, acercándose a nosotros con una maleta en la mano.

Sonreí amargamente. ¿Justo ahora tenía que llegar el mocoso?

-¿A qué viene esa sonrisa tan macabra, Erik? -cuestionó divertido Elian.

-A nada -le aseguré, cambiándola a mí sonrisa radiante de siempre.

Elian frunció el ceño, mas no dijo nada. Probablemente se había quedado con la idea que habían sido imaginaciones suyas.

-Ya nos vamos, Abby-murmuró Viktor, agarrando de la mano a Oliver.

-¿Tan pronto? -Se mostró sorprendida Abby.

-Lo siento, Abby. Me siento cansado del viaje... -explicó sin entrar en detalles. Quizá Viktor no quería preocuparla con su esguince en el tobillo.

-Oh, vaya... -susurró decepcionada -. Espero que te sientas mejor más tarde, Vik. Y si necesitas algo, siempre puedes llamarme a mí o a Elian.

-Sí, claro. Muchísimas gracias por todo, Abby -Le agradeció sinceramente con una sonrisa ladeada.

Nos terminamos de despedir de ellos y salimos de la casa. Fuera, Viktor y yo, empezamos a discutir sobre sí iríamos a su casa a pie o en taxi.

-Te digo que estoy bien, Erik. Puedo caminar hasta casa.

-No seas terco, Viktor -Le reproché. Viktor se mordió los labios con fuerza. -. Todavía no estás bien. Apenas puedes caminar.

¿Cómo podía ser tan obstinado este chico? Casi ni podía caminar y todavía quedaba mucho hasta llegar a su casa. La mejor opción era ir en transporte. ¡Sí hasta él mismo había confesado que estaba cansado!

-¡No es eso, cabeza de chorlito! -Me señaló con el dedo, rechinando los dientes -. Es solo qué... qué...

-¿Solo qué? -cuestionamos al unísono Oliver y yo.

Viktor bajó la mirada al suelo y soltó en un pequeño murmuro palabras inteligibles que no llegué a escuchar.

-¿Cómo?

-¡He dicho que no me queda dinero para el taxi! -admitió rojo de la vergüenza.

Una vez más, Viktor, había conseguido dejarme sin palabras. Tuve que hacer un gran esfuerzo para retener mi risa. No quería hacerle pensar que me estaba burlando de él de nuevo.

-Sí ese era el problema podrías haberle pedido dinero a Abby o incluso a Elian.

-¡Ese es precisamente el problema! N-No puedo pedirles dinero. Ellos ya saben de mi problema económico y no quiero... Me da vergüenza...

-¿Y qué hay de mí? ¿No has pensado en que podría pagar yo? -Le cuestioné, sintiéndome un tanto ofendido. ¿Por qué no era capaz de depender de mí? -. Los dos vivimos cerca del otro.

-No quisiera deberte nada...

-Viktor, ¿qué es más importante? ¿Tu salud o tu orgullo? -Lo reprendí con la mirada.

Viktor tragó saliva fuertemente.

-De acuerdo... pero que sepas que pienso devolverte el favor -accedió, mirándome con el semblante serio. Bueno, ahora sí que estaba intrigado.

-¿Ah, sí? ¿De qué manera? -quise saber.

-Puedes pedirme cualquier pequeño favor que quieras. Como ya te dije, no quiero deberte nada -dejó claro.

Si Viktor no estuviese en frente mía con su hermano pequeño probablemente habría dejado volar mi imaginación...

-Si. Cómo quieras.

-Bien.

Dando por finalizada la discusión y llegando a una especie de acuerdo con Viktor, llamé a un taxi. Tras unos veinticinco minutos de larga espera, el coche, por fin, se detuvo delante de la casa de Viktor.

-¿Puedes caminar? -Lo ayudé a bajarse.

-Tan solo tengo un esguince en el tobillo. No estoy inválido -Me miró con cara de pocos amigos, apartando bruscamente mi mano.

-Sí, sí, lo que tú digas...

-G-Gracias por todo... y... ¡Adios! -soltó mi mano y se apresuró a entrar a casa con Oliver. Ni siquiera me había dejado tiempo a contestarle de vuelta.

Me tapé la boca ruborizado levemente. Maldita sea. Realmente era demasiado adorable. Ya era la segunda vez que el pequeño malhumorado, orgulloso y desagradecido de Viktor me daba las gracias. Tal vez algo verdaderamente estaba cambiando entre nosotros dos.

Respecto al pequeño favor que Viktor me debía... Me pregunto qué clase de favor podría pedirle a cambio...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro