Capítulo 20
No sabia que pensar en ese momento.
Todo a su alrededor le gritaba que todo lo que estaba haciendo era malo, muy malo.
Se avergonzaba de si mismo, era un pésimo amigo.
Aunque, ¿realmente era un mal amigo?
Todo esto había comenzado porque Vio no quería aceptar la relación con ese psicópata enfermó.
Si tan sólo no hubieran querido desafiarlo, todos estarían bien y vivos.
Pero...
¿También estaba bien sacrificar el bien y la felicidad de uno por sus amigos?
De nuevo las náuseas lo llevaron al baño para vomitar en la taza.
No importaba cuantas semanas llevará en aquella vieja casa, el olor a sangre siempre le pondría su estómago sensible y le haría regresar la poca comida que había consumido durante el día.
Odiaba ese lugar.
Quería volver a su casa, junto a su madre y a su padre, aunque el segundo de seguro le importaría un pepino si volviera o no, para él era mucho mas importante el partido de fútbol que su bienestar.
Eso le hacia preguntarse: ¿Se habrán dado cuenta que no estoy?
-Ya casi terminas Azul, solo tienes que esperar a que venga y te podrás largar de aquí -Se dijo a si mismo con voz firme, o por al menos la más firme que logró reunir en esos momentos de debilidad y asco- Sólo tienes que esperar a que llegue para que te deje ir junto con Rojo, y todo volvera a estar bien
Nada estaría bien.
Lo sabía perfectamente.
Nada sería igual una vez saliera de esa casa sacada de una película de terror de los setenta.
Sabía que él lo vigilaria para que no dijera ni una sola palabra acerca de donde estaba Vio, o quienes fueron los verdaderos asesinos de todos esos hylians inocentes.
Sabía que posiblemente ese psicópata entraría por esa puerta y lo apuñararia para no correr riesgos de que dijera la verdad y arruinara sus planes.
Desde el principio sabia que sus posibilidades de salir con vida eran escasas, no queriendo pensar que son casi inexistentes.
Y aún así...
Decidió formar parte del plan de ese duo de enfermos para salvar a su mejor amigo de la infancia.
¿Pero a qué precio?
Entregando la libertad de sus dos amigos restantes a ese duo.
No sabía si era un héroe o un egoísta.
No sabía si era el gato o el ratón en esto.
Si había tomado la decisión correcta o la peor de todas.
Sólo estaba seguro de una cosa, y esa era que le había fallado a todas las personas importantes para él.
-Lo siento, chicos... Ojalá puedan perdonarme
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Una melodía dulce se escucho por toda aquella habitación de paredes grises.
Aquella canción de paz era entonada por una vez masculina afinada, que poco a poco se acercaba a su ubicación.
Intento librarse de sus cadenas, tirando de estas con toda su fuerza disponible, más la falta de alimento y agua le habían pasado factura a su cuerpo.
-Buenos dias Rojo, ¿dormiste bien?
Su cuerpo se congeló al instante, todo a su alrededor desapareció, y su cuerpo empezó a temblar. Bajo su mirada al suelo, ahogando sus sollozos por miedo de ser golpeado otra vez. Tratándose de ese chico, todo era confuso.
Un momento podía estar feliz, y al otro enojado.
En un momento te felicitaba, y al otro te ahorcaba.
Las marcas en su cuello lo demostraban.
-Tranquilo, pronto te irás de aquí -No sabía si debía de estar alegre por esas palabras, o empezar a rezarle a las diosas que su muerte fuera rápida y con el menor dolor posible- Azul ha hecho bien su trabajo, así que cumpliré mi parte del trato
El rubio solo mantuvo su mirada en el suelo, dejando escapar de forma libre sus lágrimas llenas de dolor.
No podía darle crédito a lo que escuchaba, le había gritado a Azul que no hiciera ningún trato con él, que huyera ahora que tenía tiempo, pero no, tal parece que sus palabras y suplicas fueron a parar en saco roto.
-Los dejaré irse de aquí, mañana en la mañana -Pronunció con tono alegre el joven causante de tanto dolor- Ya tengo todo para su despedida, y para asegurarme de que esa boquita se quede cerrada, aunque... dudo que alguien les crea
El rubio solo mantuvo su cabeza baja, sabia que Sheik descubriría por fin quien era en realidad el autor de todas esas muertes, después de todo, Sheik era el mejor detective de toda su generación, sabia que no fallaria.
-¿No dirás nada? -Pregunto el joven hincandose delante del rubio, estirando su mano derecha para acariciar su cabeza- Parece que ya Marta te comió la lengua, en fin, entonces yo me divertire cortando otras cosas
Esas palabras hicieron que el rubio alzará su rostro para ver el rostro del contrario, encontrándose con esa sonrisa alargada sin dientes, hasta que poco a poco fue mostrando sus dientes blanquesinos, causando más terror en el rubio que intento alejarse, lástima que las cadenas le evitaban moverse, haciendo que solo se escuchará el tintineo de estas.
-A dormir Rojo~ -Canto con voz suave y aguda antes de sacar un par de tijeras y sujetar con fuerza la oreja del rubio- Que ya no escucharas nada más~
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-¡Diablos! -Grito con todas sus fuerzas Sheik, golpeando con el dorso de su puño su escritorio, lo suficientemente fuerte para que sus lapiceros y plumas dieran un salto en el aire- No puede ser... debe de haber algo que ignoró
-¿No querrás decir que ignoramos? -Le regaño el joven adolescente de cabellos púrpura claro, el cual se encontraba sentado en el suelo, a unos metros del escritorio del rubio cenizo, esto con el propósito de poder revisar todos los expedientes de los posibles acosadores, y ahora, secuestradores.
-Aún no confío en ti -Contestó sin interes alguno Sheik, su vista de nuevo en los resultados del forence.
-Si no confías en mi, ¿por qué me pediste que viniera y te ayudara? - Ladeo su cabeza hacia un lado, no entendía las acciones del mayor hacia su persona.
-Tengo un dicho, ten a tu familia cerca, y a tus enemigos más cerca -Le contestó con sencillez, por primera vez en todo el día, alzando su vista para verle, solo por unos minutos, antes de bajar su vista a sus documentos otra vez.
-Claroo -Shadow rodo sus ojos, no podía creer lo que decía el mayor-Bien, si tu lo dices, aunque no lo creo conveniente
-¿Por qué? -Alzo su vista carmesí de nueva, abriendo sus ojos y dando un leve salto en su silla al ver la punta de una pistola calibre apuntandole en medio del rostro.
-Podemos aprovechar para matarte -Sonrio viendo al cenizo, una sonrisa alargada y blanca.
Sheik se quedó quieto, sabia que el menor estaba en todo esto, pero nunca pensó que se atrevería a apuntarle con un arma dentro de una estación de policias.
-Bam -Exclamó Shadow jalando el gatillo.
Sheik cerro sus ojos esperando la bala, más nunca llego, sino que a sus oidos llegaron el tronido de varias burbujas. Abrio sus ojos, y vio como de la punta de la pistola salian varias burbujas.
-Y eso es lo que diria el psicópata -Pronunció Shadow dejando la pistoma de juguete sobre el escritorio del mayor- Ese es el secreto
-¿De qué hablas? -Pregunto viéndolo confundido, y aún sintiendo los latidos de su corazón en el cuello.
-Idiota -Mencionó Shadow antes de bufar cansado- Por eso no podemos descubrir quien es, estamos pensando como lo haría cualquier psicópata común, pero este no lo es
-Ve al punto antes de que te encierre -Le exigió sacando sus esposas, esas palabras y ese tomo de voz le habían confirmado sus sospechas acerca de que ese peli morado era el responsable de todo esto, pero aún no descubría al contrario.
-Escucha, pensamos que él mata solo a las personas que cruzaban por la vida de Vio para hacerlo sufrir y despistarnos, pero no es así -Las palabras del purplette eran firmes y seguras, al igual que las pisadas que daba hacia la pizarra, quitando y acomodando fotografías- Zelda fue crush de Vio, o eso dices tu, pero Vio ya no mostró interés en ella y el psicópata no fue tras ella, pero si fue contra su vecina que siempre le llevaba de almorzar
-Asesina a los verdaderos contratiempos, lo sabemos ya
-No -Le interrumpió el menor- Asesino a todos los que podían hacer con Vio lo que él quería hacer, ¿no lo entiendes?, Zelda sería su rival por el amor de Vio, pero nunca la atacó ni amenazó, porque está no mostró señales de querrer una relación amorosa con tu hermano, en cambio yo, que llegue a pasar y divertirme con él para distraerlo, intento matarme más de dos veces
-Celos y envidia -Trato de confirma el cenizo, caminando a su escritorio a buscar los demás expedientes de los difuntos- Mataba por envidia y celos, no porque fueran rivales para él
-Exacto -Confirmó con una sonrisa el purplette tocando la punta de su propia nariz- Ahora, debe de ser alguien cercano a él, alguien que siempre convivia con Vio para darse cuenta de esos pequeños detalles, pero lejano como para tratarlo de forma romántica o cariñosa
-¿Estás diciendo que uno de sus amigos es el responsable de todo esto? -Pregunto con seriedad, no podía creer que pudiera ser alguno de los amigos de su hermano menor, eran buenos chicos, los conocía bien a todos
-Es una posibilidad -Comentó con calma viendo al mayor- Aunque... ¿Por qué tardaste en llegar esta mañana aquí?, dijiste que fue por el tráfico, pero las noticias y la radio no reportaron de ningún atraso a los automovilistas
-¿Estás insinuando que yo soy el acosador? -Se sentia ofendido, y eso se distinguía en su voz
-Sólo digo qué tardaste el tiempo justo para ir a las afueras de la ciudad y volver, el suficiente tiempo como para realizar algún "trabajo" -Mencionó el purplette viéndolo fijamente- ¿Dónde esta Vio?
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Aquí esta la prometido :3
Lamento la tardanza, mi compu no cooperaba q.q
Hasta la próxima
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