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El mayor de la casa, viéndose como al que le correspondía la obligación de estar metido en la cocina, al ver la hora, con pereza se adentro a hacer su mayor esfuerzo esa noche. Lo que fue su sorpresa, es notar a la joven Tsukimi que se le acercara, lavándose las manos antes de moverse por la cocina buscando entre los cajones.
— Quiero ayudarle. Con mi hermano siempre cocino, puedo hacerlo bastante bien. — Aseguró. Entendía la mirada escéptica de Toji pero este no se quejó, y la dejó.
En parte porque él no era, que se pueda llamar experto. Siempre lo que hacía era con un manual pegado a la cara siguiendo paso tras paso de una forma muy robótica. Cosa que se podía diferenciar con ella porque lo hacía con bastante naturalidad, mientras ella sabía lo que hacía, Toji leía el libro 3 veces antes de hacer algo nuevo. Había una clara diferencia entre la soltura de uno y otro.
— Asumo que notaste que no se me va bien. — Comento de la forma más casual unos minutos después. Poniendo una olla con aceite para cocinar, quería hacer pescado. — No estés repitiendo mis insultos cerca de algún maestro tuyo. Por nuestro bien. — Advirtió, sabía que llegó a hacerlo peligrosamente cerca de uno de los 2.
— Por eso quiero ayudar.
— Supongo que gracias. — Le indicó lo que quería hacer y en silencio empezaron.
Toji se terminó cayendo al suelo, por no prestar atención a la chica a su lado. Mientras buscaba no reírse, el mayor hacía lo posible por no insultar hasta el alma a la vida. Misión fallida para los 2. Tsukimi terminó ayudando a Toji a pararse quedando pasmada, la olla que a Toji le cayó encima quedó hundida. El golpe contra si fue lo suficientemente fuerte para doblarle.
— Sé que tengo un cuerpo duro pero esto es... — Quitándole a la niña lo que rompió, busco ponerlo donde estaba, cambiarse rápidamente la camisa mojada y seguir tranquilamente.
El sonido fue lo suficientemente fuerte para que Megumi corriera en busca de ambos.
Que bueno que Gojo no estaba, este les había informado que tendría una reunión en su clan. De paso, tenía que hablar con una vieja amiga.
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Satoru había conseguido una consola de videojuegos para que Megumi y Tsukimi jugarán, pensando qué seguramente al ser niños lo disfrutarían en algún momento libre, pero ninguno parecía mostrar mayor interés. De una u otra forma, el y Toji la usan más que ellos 2. Y bueno, tampoco es como si Gojo no hubiera tenido planeada usarla de todas maneras.
Satoru miraba por el rabillo del ojo a Toji, su expresión era muy calmada. Casi sonriendo en la satisfacción que tenían desarrollando esa competitividad en un medio virtual. Haciéndolo ver, bastante guapo. Y de por sí el hombre junto a él mejor arreglado sabía llamar mucho la atención a su físico.
— Hey Toji. — Terminando el nivel se recostó en la cabecera del mueble. — Me puse a pensar, ¿Que tanto ha cambiado tu percepción sobre mi? Digo, prácticamente estamos criando niños juntos.
— Uhm... Si quieres una respuesta digamos que te tengo un poco más de respeto que antes, y te agradezco por toda esta locura en la que te metiste por ayudarme. — Dejando el control de lado se cruzó de brazos, y una pierna. El albino mantenía su sonrisa confiada y un poco burlona.
— Supongo que lo hice por mera empatía. O lastima, las 2 cosas son lo más seguro. Aunque es claro que sin las indicaciones de Tengen yo feliz te dejo pudriéndote. Solo que ahora, es raro. Me caes incluso bien. — Se encogió de hombros. — Te has ganado la confianza de varios tanto en mi clan, como de varios liberes de Jujutsu. Aparte que el putazo que te viste con Geto no pasó desapercibido para nadie. — Esto último le provocaba cierto dolor en el pecho. Eran sentimientos mezclados.
— ¿Y ese milagro si no hice nada? Solo he estado encerrado tras tus órdenes siendo un maestro negligente.
— Tan negligente no eres. Y digamos que te estaban poniendo a prueba. A ver si era verdad que querías aceptar mi propuesta.
— Uhm. No sé que me sorprende, ¿Me van a usar de arma ahora? — Se burló. — ¿Has sabido algo de Geto?
— Para mi desgracia se lo tragó la tierra, Yaga me dijo que él se propuso a investigar sobre su paradero. Está en serio molestó por sus acciones... Luego hablé con Shoko, ella dijo que no soy el único inquieto por eso, que de ser por ella le voltearia el rostro a golpes si lo tuviera enfrente. — Rio. — Pero no quiero hablar de eso. Y con Megumi y Tsukimi dormidos... Quítame la venda negra.
— ¿Eh?
— No es una pregunta, te lo estoy ordenando. — Muy confundido, Toji mete sus dedos por un extremo de la banda, sujetando el espacio suficiente de tela para moverlo fuera de la cabeza de Gojo de un sólo movimiento.
El cabello blanco de Satoru cayó rápidamente sobre su frente, enmarcando sus ojos que se encontraban abiertos, brillando junto a la sonrisa de su portador. Haciendolo ver hipnotico.
Aprovechándose de eso, Gojo saltó, besando la mejilla de Toji por ese corto momento para sorpresa de este.
— He pensando en decirte que me estás empezando a provocar bastante, eres un desgraciado. Nadie lo sabe, así que, busqué está forma de decírtelo. Estaré en mi cuarto, la puerta estará abierta, si quieres algo conmigo de ahora en adelante entra y duerme conmigo, si no lo deseas pues lo aceptaré y haré como si está conversación nunca hubiera pasado. Pero piénsalo bien, que si soy el rey de los chamanes necesito un segundo rey y guerrero a mi lado, capaz, fuerte, alguien que gobernará junto a mi.
Y se fue. Toji quedó allí sentado, casi pasmado. Tocando el área besada con la palma abierta, hasta cerrarla en un puño que se tomó el tiempo de detallar.
Primero que todo ¿Enserio era buena persona como varios han dicho? ¿Enserio a tanto había llegado? Era muy extraño. Se podría decir que nunca estuvo tan acostumbrado a halagos, haciendo que muchas veces no pudiera dejar de ver a muchos chamanes como ilusos por darle esa confianza.
Pero fue Tengen quien pidió eso. Y si era crítico él también se ganó ese derecho, porque de lo contrario hubiera vuelto a presión por no cooperar.
Haciendo un antes y un después… Casi se cumplian 2 años desde que esto inicio. Había un mar de diferencia entre las 3 fases de su vida.
Primera fase, Toji Zennit.
Segunda fase, Asumi Fushiguro.
Tercera fase, su vida actual.
En este momento, sentía la verdad cierta satisfacción que no había querido admitir. Dejo de ser simple conveniencia hace bastante rato.
Ahora tenía la pregunta que debía responder, ¿Sentía ese tipo de atracción por Satoru? Debía admitir que el tipo era inteligente con la decisión que tomó para hacerlo decidir. Sabiendo que era muy posible que lo rechazará.
Pero allí estaba el problema para Toji, saber que esa propuesta si le movió el corazón. Uno esperaría que lo rechazará de primera pero genuinamente lo estaba considerando, genuinamente se podía imaginar dando un paso al frente y entrar a ese cuarto para follarse Satoru esa noche y el resto de sus vidas.
¿En serio existía la posibilidad que indirectamente se haya logrado enamorar de él? Toji siempre fue consciente de sus propios sentimientos y muchas cosas alrededor de él. Con su difunto amor pasado, fue muy consciente de decir que la amaba, que su presencia le gustaba y que quería quedarse con ella. Y de no ser por la tragedia de su vida, seguiría estando con ella.
Satoru jamás sería un reemplazo para ella. Porque ella lo hizo sentir cómodo y en un hogar que no tuvo antes, puesto en simples palabras que más se pudieran acercar a lo que tuvo con Asumi.
Cerrando los ojos Toji rememoró cada recuerdo que tenía con el albino. Podría decir que agradecía conocerlo mejor, así como estaba seguro que Satoru pensaba lo mismo, no siendo únicamente enemigos esporádicos que te va el destinó.
Sonriendo Inconscientemente en más de uno. Su inicio fue muy difícil pero se iba sintiendo más cómodo a medida que pasaba el tiempo. Su tiempo con Gojo se hacía más agradable, por más extraño que fuera el hombre que portaba los 6 ojos.
Noto en el reloj que pasó más de media hora desde que Satoru le hizo la propuesta. Sabiendo lo que iba a hacer, apagó las luces de la cocina y la sala. Cómo dijo, la puerta del cuarto de Satoru estaba abierta, dejando ver una iluminación muy tenue que el cuarto adornada.
Desabrochando su pantalón, frente a esa puerta Toji se desnudo, dejando la ropa en el suelo que tomó cuando entró al cuarto. Dejándola dónde mejor acomodo lo encontró, tampoco veía mucho dónde pudiera ser eso.
Gojo sonrió cuando lo escuchó entrar, pero se sorprendió al verlo sin ropa, aunque tampoco iba a desaprovechar la oportunidad. Con una mano sujeto a Toji por la muñeca, acostándolo junto a él y con la otra movió la sábanas para cubrirlos a los 2.
Aunque Toji no se hizo de rogar para ponerse encima del albino.
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Por cierto. Una aclaración para los nuevos, este fic fue publicado originalmente entre enero y mayo de este año. Lo que estoy publicando actualmente es una edición, solucionando errores y agregando más detalles a ciertas escenas.
Faltan pocos capítulos para terminar de editar todo.
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