Había pasado un día desde la escena de Jisung con los pañuelos y todo con respecto al resfrío iba fluyendo bien, demasiado bien para el gusto de Minho. No era que no disfrutara de de que todo estuviera tranquilo, si no que le parecía sospechoso que no haya pasado nada con Jisung.

Lamentablemente confirmó sus sospechas cuando tiempo más tarde el timbre del apartamento sonó anunciando la llegada de alguien.

El peli naranja se levantó de la cama donde descansaba junto a su dormido novio para abrir la puerta, encontrándose con algo que podría haber sido una grata sorpresa de no ser por el problema de 1.79 que entró al hogar junto al resto de sus amigos.

—¡Min, hace tanto tiempo que no nos veíamos! Te he extrañado demasiado, tengo muchas cosas que contarte. ¿Por qué no me has llamado? Pensé que éramos los mejores amigos del mundo mundial y que nun...

—¡Yah, Hyunjin, déjalo! Lo estás mareando de tantas idioteces que dices, lo viste hace menos de una semana.

—Pero cariño, los roomies generamos una conexión especial, es como vivir sin una parte de mí. Tú no lo entiendes porque no tienes uno. —el pelinegro le mostró la lengua a su novio.

—Ay, dios. ¿Por qué me tocó un novio tan infantil?

—Porque fui hecho especialmente para ti Seungminnie, y me amas así.

Minho pudo escuchar como Seungmin susurró un «lamentablemente» antes de dejarse besar en la mejilla por Hyunjin. Luego ambos miraron al peli naranja, el cual yacía un poco confundido gracias a la escena montada por el par, y estos al ver su expresión recordaron el por qué estaban ahí.

—Bueno, volviendo al tema principal, veníamos a ver cómo estaba Sung. —Minho torció una ceja en señal de interrogación y Hyunjin entendió enseguida a lo que se refería. —Ah, y vinimos con BamBam. ¿Lo conoces, no?

—Creo que nunca lo he visto.

Dijo Minho, mostrando una sonrisa más falsa que sus palabras. Porque conocía demasiado bien a BamBam.

Kunpimook Bhuwakul, o BamBam como le decían sus cercanos, era el mejor amigo de Jisung y ex pretendiente del mismo, así que pueden suponer el problema que este le generaba a Minho. Y aunque sólo lo conocía por fotos e historias que Jisung le contaba, deseaba arrancarle los brazos cuando lo veía en una imagen abrazando a su novio.

—Hola, un gusto. Soy Kunpimook Bhuwakul, pero me puedes decir BamBam. —habló el alto estirándole una mano.

—Hola, igualmente. Soy Minho. —respondió estrechándola. —Iré a buscar a Jisung, pónganse cómodos.

Tal como lo había anunciado, Minho fue a la habitación para avisarle a Jisung de la llegada de sus amigos. Cuando llegó, se encontró una de las imágenes que nunca se podría aburrir de ver: Jisung envuelto en muchas mantas, con un puchero de concentración mirando caricaturas. Incluso llegó a olvidar por unos segundos que su competencia estaba a menos de 5 metros de distancia.

—Sunggie... —lo llamó con suavidad.

—¿Qué pasó, amor? —respondió el pelinegro con una voz igual de suave, ya que había despertado hace apenas unos minutos. Minho tomó asiento al lado de Jisung en la cama.

—Tenemos visitas. Hyunjin, Seungmin, y ese tal  BamBam.

—¿Ese tal BamBam? —preguntó Jisung, levantando una ceja. —No me digas que estas celoso. —prosiguió con tono burlón, sentándose en el regazo del peli naranja para quedar frente a frente.

—¿Yo? ¿Celoso? Creo que el resfrío te está afectando, ardillita.

—¿No lo estás? Pues entonces iré ahora mismo a saludarlo. —hizo amago de levantarse pero Minho lo detuvo inmediatamente, acercándolo más a él.

—No irás a ningún lado sin mí. —susurró en el oído de Jisung, luego lo besó, beso que comenzó siendo tierno pero que aumentó rápidamente de intensidad, y hubiera seguido aumentando de no ser por unos golpecitos en la puerta.

—Hagan sus cochinadas rápido, los estamos esperando.

—Que tú no me hagas cochinadas no significa que tengas que interrumpir las del resto, Hwang. —se escuchó gritar a Seungmin.

Minho y Jisung se miraron sin poder evitar estallar en risas, sus amigos eran un caso.