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Acertijos y Dolor

Los rayos cálidos entran por su ventana revelando el nuevo día que le espera. Cierra los ojos y con un suspiro se levanta de la cama no sin antes tallar sus párpados, fue otra noche sin dormir por quedarse hasta tarde leyendo.

No se da cuenta de que ya está vestido y ahora mismo se encuentra en el comedor, su hermano Louis le entrega el típico desayuno inglés que cada día ingiere. En algún momento la rutina se vuelve sosa, no lo demuestra pero su semblante es muy serio (¿Nostálgico?)

—¿Estás bien William nii san?.— preocupado pregunta por su salud, sin embargo él no le contestará con la verdad.

—Todo bien Louis, no te preocupes.— sonríe y da un bocado a la panceta que está enfrente suyo, sigue con los tomates , champiñones fritos, salchicha y deja el huevo al final acompañado con una tostada.

Toma el té con el periódico en mano traído por Louis, quién se queda a su lado. De nuevo, noticias sobre política, economía, algún que otro suceso irrelevante y los juegos de acertijos que vienen al final. Le entretienen, pero los termina tan rápido que no se siente a gusto, de hecho le frustra y suspira. Mira por la ventana viendo los carruajes pasar hasta que un dedo con una cara pintada se aparece de la nada dejándolo anonado.

—¡Liam! ¿Cómo estás hoy?.— el dedo parlanchín le habla, piensa que es tonto pero sin duda le saca una sonrisa.

—¿Otra vez jugando a esto señor Holmes?.— pregunta abriendo la ventanilla, dejando que su amigo pase siendo esto tan informal.— Sabes que existe una puerta ¿No?

—Sin embargo, siempre me abres la ventana para que entre.— le contesta como si fuera lo más obvio del mundo.
 
Liam sonríe, el calor en su pecho aumenta cada día mientras ve a quien considera su verdadero amigo. Ríe, juegan, se pelean y vuelven a reír conforme pasa el tiempo, como si reviviera una infancia libre y llena de felicidad. Mira su cabello negro azabache, sus zapatos manchados probablemente con alguna sustancia de su laboratorio al igual que su traje, pero aún así la sonrisa de Sherlock es tan brillante que le obliga a entrecerrar sus ojos. 

—¿Qué tienes, Liam?— pregunta recibiendo una mirada fulminante por el menor de los Moriarty.

—¿A que se debe su visita señor Holmes? ¿Tiene algún asunto con mi hermano?— se pone por delante de la figura alta y delicada de su hermano mayor, su mirada se vuelve cada vez mas amenazadora que antes, no era sorpresa (para nadie) que Louis tuviera un rechazo extremo hacia el detective que los visitaba sin falta de una hasta cuatro veces por semana. 

—Tan simpático como siempre.— sonríe y se acerca mas solo para molestar.

—Vamos Louis, no es como si el señor Holmes nos fuera a atacar.— le da unas palmaditas en el hombro y así la fiera se logra tranquilizar.— Mi hermano tiene razón ¿A que se debe su visita? 

La figura alta del famoso detective se pasa por la sala de estar y llega al periódico dejado por William en el sofá, lo toma por las orillas y decide hablar.

—¿No hay razón para visitar a mi amigo?.

—Siempre es un placer recibirlo.— Y no era mentira, conforme pasaba el tiempo su ser ansiaba las visitas casi diarias del contrario, Louis quien miraba todo desde un ángulo diferente no podía comprender la felicidad que su hermano desprendía ante tan vulgar presencia (así es, estaba celoso).— ¿Ya ha desayunado? 

—Así es, no te preocupes, De hecho quería preguntarte algo Liam.

—¿Y cuál es su pregunta?— intrigado lleva una de sus manos a la comisura de sus labios mientras arquea sus rubias cejas.

—El clima de hoy es excelente ¿No quieres salir a dar un paseo?.— sonríe y William no puede evitar pensar que es algo digno de ver.

—¿Y a dónde me llevará el detective Holmes?

— A dónde quieras que vayamos.

El brillo en sus ojos lo iba a delatar, estaba confundido y le aterraba, incluso un poco más cuando idea los planes que llevará a cabo como "El amo del crimen". Sus sentimientos no pueden consumirse, mientras mas lo ve, más puede sentirse atraído hacia su persona.

—Me parece que tengo algo de tiempo hoy ¿A que hora saldríamos en caso de aceptar?— Sherlock sabe que él ya había dicho que si en cuanto se lo propuso, por eso sonrío mas de lo normal. ¿Acaso era un avance en su relación?

—Cuando gustes, por mí podemos irnos de inmediato.

—Si me permite iré a cambiar mis ropas y salimos. Espere un momento por favor.— hace una pequeña reverencia y sale por la puerta junto a su hermano. 

Mientras avanza por los pequeños escalones y pasillos su hermano por detrás se queda pensando si es una buena idea o no el que asista ante tal invitación inesperada.

—William-nii san ¿Estás seguro de querer ir? ¿Y si te descubre?.— su semblante desborda preocupación genuina. 

—No te preocupes Louis, su invitación es meramente amistosa. Si quieres salir puedes hacerlo, me temo que no podré llevarte con nosotros, no sé si seas capaz de reprimir tus deseos por deshacerte de él.— su risa tranquiliza al mas bajo, tenía razón, no había posibilidades en que pasara algo así. Cambia su bata y ropa de dormir por algo mas formal como su traje habitual y sombrero de copa. 

—Ten cuidado al salir nii san. Regresa pronto y diviértete. 

—Lo tendré, gracias por siempre preocuparte por mi Louis. — Acaricia los cabellos de su  hermano y sale de la habitación para encontrarse con su acompañante. 

— Te ves bien, Liam ¿Nos vamos ya?.— abre la puerta esperando a que su rubio amigo salga primero.

—No soy una dama, pero agradezco su caballerosidad.— ambos se carcajean y terminan saliendo de la residencia.

William mira hacia el cielo que se encuentra despejado, dejando ver un azul claro deslumbrante  que parece querer regresarle un buen ánimo, camina con la vista en alto a lado de quién considera su mejor amigo.

—Te dije que haría un buen tiempo ¿No? Debemos disfrutar ¿A dónde quieres ir?

—No hay muchos lugares a los que quiera ir, elija nuestro destino por favor.— Le da una sonrisa que hace que haga lo que diga, Sherlock tiene ese pensamiento en que Liam posee el don de tener una sonrisa persuasiva y carismática, mas no le desagrada, cree que es atractivo ese rasgo.

— ¿Y si te dijera que iríamos al fin del mundo ¿Aceptarías?.—no sabe por que, pero su corazón late con fuerza y comienza a reír discretamente debido al nerviosismo.

—Es alguien gracioso Mr. Holmes.— inhala más oxígeno de lo que suele hacer.— Pero si usted me hiciera tal proposición de manera seria ,la respuesta sería si, Sherlock.— El sonido de un carruaje pasando no permitió que el azabache escuchara la última palabra.

—¿Me llamaste Sherlock?.— emocionado saltó de la felicidad igual que un perro moviendo la cola. 

—No sé de lo que habla Mr. Holmes.— comenzó a avanzar mientras un Sherlock extasiado le seguía.

La pareja proyectada en la pantalla a la que miró apáticamente estaba sonriendo. Las cosas que aprendes demasiado rápido y menos quieres saber de ellas fueron absorbidas al pasar los días, aún así, quise volver a verte de nuevo.

Recuerdos como esos son memorias preciadas para nuestro azabache, ya que fue la segunda y última vez en la que el amo del crimen le llamó por su nombre, su querido amigo era aquel que aterrorizaba a aquellos demonios que se hacían llamar "nobles". No le afectaba que él fuera la mente criminal ante los asesinatos de los nobles durante este tiempo, entendía que el buscaba la igualdad de clases, era un paso necesario para que ese país que estaba condenado fuera liberado, lo que si lo afectaba fue la decisión que llevó a William al escenario que todo Londres estaba presenciando en ese momento. 

Él y William estaban arriba de la estructura del Tower Bridge casi finalizada, en un ambiente bastante tenso.

—Me alegra que hayas llegado a tiempo, Sherlock.— 

Las cosas que aprendes demasiado y que menos quieres saber de ellas fueron absorbidas al pasar los días

—¿Así que este era tu plan?— pregunta apático.— Usar los incendios para que los nobles y los demás ciudadanos superaran sus diferencias y defendieran la ciudad. Y luego, proyectar todos los sentimientos negativos de Londres hacia ti.— hace una pausa, le frustra la situación.— Todos te consideran un demonio, Liam.—Extiende su mano ante su verdadero amigo, aquella en la que tiene su preciado anillo de calavera.— Peo aún queda tiempo ¡No hay nada en este mundo que no pueda remediarse!.

Su mano sigue extendida, hubieron segundos donde el silencio reinó, su corazón y alma estaban nerviosos esperando una respuesta afirmativa por parte del rubio.  Pero no llegó en ese momento.

—Así intentas tentarme para que me aferre a mi vida.— ríe amargamente mientras tira el sombrero de copa al Río Támesis y desenfunda la espada oculta en su bastón, aquella arma que quitó algunas vidas (mas no insignificantes) y la apunta ante el detective.— ¡Tu eres el demonio, Sherlock!.— avanza decididamente a atacarlo, mas sin embargo la espada fue desviada haciendo que las manos de ambos se entrelazaran haciendo una lucha de fuerza. Se separan y William ataca de nuevo, Sherlock hace uso de sus conocimientos en defensa personal haciendo una vista real de lo que sería una pelea entre el Amo del crimen y el detective Sherlock Holmes.

A lo lejos, se encuentran Moran y Louis observando el escenario final.

—¿Estás seguro de querer ver esto, Louis?.— pregunta asegurándose de su salud mental al menor.

—Le encargué mi hermano a Holmes... que le salvara la vida. Solo estoy aquí como testigo de la conclusión entre ellos dos. Entregué mi vida por mi hermano y sus ideales, aunque sabía que su muerte sería un hecho en el futuro lejano, eso no me importaba mientras pudiéramos morir juntos.— deja un silencio cargado con dolor.

William le hizo un corte pequeño en la mejilla de Sherlock, aunque no era su plan herirlo de verdad.

—Pero luego mi hermano decidió morir solo.— sus preciosos ojos escarlata se veían apagados.— Tenía miedo de quedarme solo en este mundo. Creía que no tendría sentido vivir, creía que no tenía ningún valor intrínseco . Pero mi hermano ratificó mi existencia todo este tiempo...— le duele y pesa, son memorias agradablemente amargas— Asegurándose que sí merecía estar en este mundo.— el viento mece su cabello revelando la cicatriz que se hizo por el bien de su hermano y su plan, una cicatriz que evidencia el amor y lealtad de todos esos años.—  Así que, sin importar lo que suceda, viviré y seguiré contemplando este mundo. 

Si una persona... si alguien pudo reconocer mi existencia, y con eso me bastó para vivir.  Y si él es esa persona para mi hermano, como mi hermano lo ha sido para mí, entonces estoy seguro... 

—Ya es suficiente.— william se detiene y regresa a su posición original.— Todos han visto al detective luchando contra el amo del crimen. Estoy listo...

—¿Pretendes que solo vea cómo te diriges a tu muerte?.— su mirada no ha cambiado, y el tono de su voz se muestra colérico.— ¡No me hagas reír, Liam! ¿Piensas que muriendo expiarás tus pecados? .— aquel que apodaron como el amo de crimen, dió una sonrisa amarga mientras la mano que sostenía su arma temblaba ligeramente.— ¡No hagas de la muerte tu escape! ¡Solamente estás tratando de escapar del dolor! ¡Si realmente quieres expiar tus pecados, no escapes del dolor! ¡Elige el camino más difícil para ti!.— grita, no logra hacerlo cambiar de opinión y todos están aclamando que atrape al criminal que tiene enfrente, adultos, ancianos, los niños aterrados  sin comprender la situación que pasa a su alrededor.— Maté a Milverton con mis propias manos... Así como tú, soy un criminal. Así que... expiemos nuestros actos juntos.— vuelve a extender su mano anhelando que la tome.— ¿No estás de acuerdo, Liam?

Mientras yo creía en tus palabras, el tiempo pasaba y tú me dejabas solo, el futuro que debí ser capaz de ver se escapaba entre mis manos

De nuevo, hay un silencio y el rubio hace una mueca . El silencio permite que se escuche el viento.

William mira su mano, la voltea y solo puede admirar que está manchada por ese líquido carmesí. Recuerda que las primeras veces vomitaba y no deseaba comer, así que cuando ejerció a cabo sus planes al asesinar nobles, redujo su comida y por consecuencia ahora tenía una complexión delgada, no importa si solo era veneno o uso de espada, no quita el hecho de que arrebató una vida humano (aunque llevara a la salvación del país en el que nació y deseó para su hermano y seres queridos). Levantó la mirada, como una persona que se autoproclama indigno de ser humano haciendo estremecer al detective (no de buena manera) es más, podría decirse que esa mirada lo aterró, porque significaba que no tomaría la mano que le extendió.

—Adiós... Sherlock.— Se quitó el abrigo negro y lo lanzó al aire esperando que Moran le disparara para activar el explosivo que tenía y caer con las tablas restantes. William dio un paso atrás definiendo su muerte, y con los brazos extendidos se dejó caer hacia el río que yacía bajo sus pies.

Incluso ahora me encuentro buscando solo los fragmentos de días que no puedo regresar. Sigo extendiendo mi mano a la pareja que éramos antes

—¡Maldito terco!.— corrió y logró alcanzar a agarrar el brazo de Liam, se queja por el peso mientras que el sostenido tiene la cabeza baja flotando en el aire.

—¿Por qué...vas tan lejos por mí?.— sus palabras salen en un tono tan triste que provocan un dolor profundo en el corazón de Sherlock.— 

—¿Cuántas veces tengo que decirlo? ¡Porque eres mi amigo! ¡Es motivo suficiente!.— sonríe, expresando sus más sinceras palabras.— ¡He leído tu carta! 

El pasado no tiene nada que ver con el futuro. Debemos continuar hacia adelante 

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Caminó por un lugar deshabitado con casas destruidas hasta llegar a una mansión cubierta por enredaderas.

Ve derecho al final del corredor. Detrás de la habitación más escondida mira dentro de la pared detrás del librero

Removió el librero tal y las indicaciones de aquella carta entregada hace unas horas. Al moverlo se encontró con diversas y papeles.

—¿Qué es este gran dibujo?.— al desplegar el papel más grande sus sorpresas ya no eran tantas.— Los planos del Noathic, el proceso para transferir el cuerpo y las instrucciones para guiar al perpetuador. Esas fueron las órdenes sobre como irrumpir en la habitación del count. Todos estos fueron los planes de Liam.— mirando con cada papel encontró un pequeño sobre al final.— Y este sobre es..?.— quita el sello y desdobla el contenido.— Es una carta, y dos actas de nacimiento. Una tiene el nombre de "Louis"... Así que este es el verdadero nombre de Liam...

Con uno de sus cerillos enciende una vela y la coloca frente a una ventana, se acomoda en un cajón viejo de madera para poder leer con calma.

Querido Sherlock Holmes

Primero que nada, gracias por leer esta carta. 

Había considerado que tal vez no lo harías, sin embargo no estaba preocupado. 

Suelta un chasquido en su lengua mientras fuma un cigarrillo divertido

Regresando al tema. Como sabrás, tomaré toda la responsabilidad por este plan. He cambiado las condiciones que acordaste con la Reina y con los miembros del parlamento en intercambio de resolver este caso. Gracias 

Mi plan fue suficiente pero con tus negociaciones se logrará alcanzar un mejor mundo. Ciertamente creo que este proyecto tendrá éxito. Lentamente, pero de manera segura, los corazones de las personas en este país comenzará a cambiar. Yo no seré capaz de presenciar ese futuro, es por eso que, Sherlock Holmes, me gustaría pedirte que me hicieras algo.

Quisiera encomendarte este mundo.

Incluso si el cambio comienza a extenderse, siempre habrá una pequeña voz que llame por ayuda. Por favor, ayúdalos

Su ceño comienza a fruncirse

Una cosa más... Cuando te visite, tú me preguntarás: "¿Por qué me escogiste?" En ese entonces, ¿Te logré responder? Como pensé, probablemente no fui capaz de hacerlo cara a cara. Es difícil explicar mi razonamiento con palabras. 

Sí, conocerte fue más divertido de lo que alguna vez pude haber anticipado. Y, solo por un momento, olvidé todo el peso de los pecados que involucraba mi plan.

Recuerda su encuentro en el Noathic y la forma de mirar aquella escalera de caracol, le falta el aliento.

Me sentí como si hubiese encontrado a la única persona que me pudiera entender. Incluso si teníamos puntos de vista opuestos, yo quería continuar hablando contigo, incluso quería abandonar todo solo para continuar resolviendo misterios junto a ti.

Aquel asesinato en tren, todos los momentos juntos se galopan en su mente ahogándolo

Fue extraño tener este tipo de sentimientos hacia un detective. Desde el primer momento en que nos conocimos, sentí que había encontrado a un viejo amigo. Quería que tu fueras el único que estuviese a mi lado en esos últimos momentos . Tu y yo, nadie más.

Sí. si pudiésemos revivir en otro mundo, no tengo dudas de que en ese entonces, seremos capaces de apoyarnos como los verdaderos amigos lo hacen.

William James Moriarty 

—Fue lo mismo...— deja caer su cabeza para aclarar su mente.— Todo este tiempo... ¡Tú te sentiste de la misma manera!.— salió corriendo de la habitación sucia y descuidada.— ¿¡Si pudiésemos revivir!? ¡Tú, maldito idiota! ¡Aún no! ¡Aún puedo lograrlo!

Yo mismo dibujé los límites mientras pretendía no ver la realidad al yo de ese momento, no pude verla, Las vívidas flores que florecieron más allá de los límites pude en realidad verlas.

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.

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—Tu nunca me viste como un peón más en este plan ¡Y yo tampoco lo hice!.— grita sincerando su corazón.— ¡Nunca te vi como un misterio que solamente quería resolver! ¡Desde el comienzo no fue así! ¡Desde que nos conocimos nos hemos sentido de la misma manera! Entonces ¡Debemos ser capaces de presenciar el mismo futuro ¿¡Verdad!?.— los ojos de William se abren destellando ese brillo de esperanza que se esfuerza por apagar.— ¡Así que vive! ¡Vive, William! Sé que si vamos a seguir viviendo, habrán muchos problemas esperando por nosotros... Pero aún así, este nuevo mundo que has creado pronto comenzará a ser un bello lugar para vivir ¡Sin ninguna duda!.— el tiempo pasa, y no puede descifrar lo que pasa por la mente del hombre que cuelga y es sostenido por él.— ¡Protegeré este mundo! ¡Tu también debes hacerlo!

Sin saberlo yo encerré las puertas de mi desgastado corazón y ahí solo quedé yo, carente de toda belleza. El cielo azul que iluminó mis ojos me llevó de vuelta al escenario de ese día. Dónde tu decías que me amabas

Al escenario dónde le preguntó si iría con él al final del mundo.

—...Tú...— su corazón late, esta nervioso.— Así que no viniste aquí como 'detective' sino como un 'amigo' huh... Es mi derrota, Sherly...— sus gestos faciales dieron paso a una sonrisa abatida, sorprende y vuelve a asustar a Sherlock, nunca le había llamado por aquel apodo que su hermano Mycroft le dice.— Tu dijiste que viva y supere mis pecados...Tal vez exista un futuro... Pero parece que el destino no está dispuesto a perdonarme ... La tabla no podrá soportar este peso por más tiempo...

—¡Suficiente! ¡Suelta la maldita espada! ¡Usa ambas manos para sostener mi mano!.— tick tock, el tiempo está en su contra.

—La única persona que deseo que pueda volver a casa con vida... Eres tú.— la espada que colgaba en su mano hace un último esfuerzo para rasgar el traje de sherlock.

Los sentimientos que escondí en la palma de mis manos incluso ahora siguen viviendo conmigo, cuando trato de cerrar mis ojos los días los días que vivimos se siguen repitiendo en mi mente

William lo consigue, por acto reflejo Sherlock lo suelta dejando una sonrisa satisfactoria en el rubio. Se despide extendiendo ambos brazos y se va al abismo con una sonrisa ganadora, Sherlock se queda viendo a un Liam burlón.

—Y una mierda ¡No te dejaré morir solo!.— le grita en forma de última advertencia saltando del puente sorprendiendo al amo del crimen.

En cuestión de segundos, alcanza a su mejor amigo y lo toma delicadamente (aún estando en el aire) como si fuera algo preciado.

—Ahora, finalmente te he atrapado.— sujeta la cabeza del menor de estatura y la cubre con su cabeza a modo de un abrazo protector.— Liam, sobrevivamos juntos, ambos. Tu y yo, vivamos

Sherlock, quien aceptó el pacto suicida de William se prepara para caer al río Támesis junto a su amante

Y William, quien ha querido que alguien le recordara y afirmara su existencia, cierra los ojos esperando, rogando por una nueva oportunidad.

La caída libre de ambos cuerpos provoca una turbulencia en el flujo del agua, seguido de las tablas que siguieron a este par. El sonido que provoca conmociona a la gente y nadie sabe que decir. El amanecer llegó y solo se pudo observar la capucha negra flotando en el agua

Para el nacimiento de un nuevo mundo, dos cuerpos desaparecen entre las olas.






















































Los fragmentos de aquellos días que no volverán comenzaron a proyectarse, y el futuro que fue completamente borrado empieza a dibujarse de nuevo 

William recuerda la dramática situación del día de su suicidio y ahora esta un poco avergonzado por ello, Sherlock quién ahora está a su lado esta muy feliz de verlo despierto de su coma.

—Pensé que lo olvidaría.— sorprende a Sherlock quién lo buscó como loco tras ver la cama vacía y ahora ambos se encuentran en aquella banca en la terraza de ese edificio en New York.

—Te lo dije esa vez, Liam. Expiaremos nuestros pecados juntos.— se sienta junto a él y observan el horizonte de un escenario desconocido.— Estoy feliz de verte vivo

Su mirada se ablanda dejando un sonrojo en William.

—Sin un ojo, pero vivo. Lamento arrastrarte a todo esto, Sherlock.— toca el parche donde se encontraba su antiguo ojo. No puede evitar que la melancolía se apodere de su cuerpo.— Ya han pasado tres años, es increíble que recuerde con exactitud las palabras que me dijiste ese día, y el hermoso tiempo que pasamos juntos se conecta ahora con el futuro que pensé que estaba perdido.— La mano que posee el anillo de calavera se coloca encima de la suya transmitiendo calor.

—Vivamos, hemos hecho un esfuerzo grandioso en este tiempo.— le toma por la nuca y deja un beso en su frente, haciendo avergonzar al pequeño e indefenso William James Moriarty.— ¿Estás listo para volver?

Decidió que, se olvidará de aquellos días a los cuales ya no puede regresar, y de ahora en adelante se despedirá de quiénes eran en esos días. Ya no eran más "El amo del crimen" y "El detective Sherlock", ahora solamente eran William y Sherlock 

—Vayamos juntos, Sherly.— ambos cuerpos se levantaron para despedirse del país que les brindó ayuda y dio un respiro a su antiguas identidades .

Caminaron hacia el futuro que se empezó a mover.


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