Para no dejar mis libros tan abandonados ésta semana les voy a contar cómo fue mi primer aniversario con mi pololo.

Todos imaginarán que fue perfecto, pero no, o bueno... casi...

Resulta que eran mediados de septiembre y mi novio y yo estábamos haciendo planes para nuestro primer aniversario.

Parecía difícil por la pandemia, pero con las medidas necesarias se podría lograr.

- ¿Ir al cine?

- ¿Ir al parque?

- ¿Ir a la plaza?

Ninguna de esas opciones.

Lucecitas, decidimos que nuestro primer aniversario lo celebraríamos en...

¡La cafetería de nuestra primera cita!

Nos pareció un buen lugar: rememorar el momento en que comenzó éste maravilloso amor había sido nuestra elección.

Hablamos con mis padres y ellos estuvieron en total de acuerdo, cabe recalcar que ellos nunca se opusieron a lo nuestro y estuvieron de acuerdo en nuestra relación.

Ya teníamos todo planeado, ya tenía su regalo listo, ya tenía mi outfit para ir toda diva y elegante a mi cita e impresionarlo con mi deslumbrante belleza (okno).

Y así todos felices y contentos ¿no?

¡PUES NO!

Porque el destino tenía otros planes para mí.

Una noche llegué a casa después de una visita familiar y todo normal, al día siguiente era lunes y nosotros tendríamos nuestra cita de aniversario el miércoles 30. Nada podría ir mal.

Pero, pero, pero... al día siguiente...

Amanecí con dolor de cabeza.

- No no, esto no me puede pasar -pensé.

Creí que había sido por un mal descanso o algo por el estilo, pero NO. Esa misma tarde me quedé dormida, y les hago saber que yo solo duermo en las tardes cuando estoy demasiado cansada o cuando estoy a punto de enfermarme.

Y ¿adivinen qué? Sí, fiebre y escalofríos.

- ¡NOOOOOO!

Tuve qué llamar y decirle a mi pololo lo que me había pasado, fue algo inesperadísimo para los dos, pero me dijo...

- No te apures por eso, tengo una idea.

Llega el miércoles y yo toda tristecilla por perderme la cita, pero feliz porque él me dijo que nos veríamos de todos modos y me traería una sorpresa.

Así que iguál me puse me arreglé y esperé.

Como por las 5 de la tarde me escribe "baja al comedor".

Yo bajo y me llevé la gran sorpresa.

La mesa estaba decorada con pétalos de rosas y un ramo en un jarrón en el centro. Música romántica (nuestro estilo es muy vintage cuando se trata de romance). Un regalo en una silla y él por supuesto muy guapo como siempre.

Había comprado algunas cosas de la cafetería para comer y celebrar nuestro aniversario en casa.

¡LES ESTOY HABLANDO QUE ME LLEVÓ UN CHOCOLATE CALIENTE! ¡ES UN AMOR!

Y el resto de la tarde estuvimos en el comedor disfrutando del ambiente y felices por haber podido celebrar nuestro primer año de noviazgo de una u otra forma.

No es lo que esperaba pero aún así fue un día muy especial y memorable para mí.

Y así fue como celebramos nuestro primer año como novios, ahora estoy esperando a ver con qué me sorprende ésta vez (será el viernes).

Lo único que me dijo "tú solo espera que es una sorpresa".

¿quieren que luego les cuente cómo me fue en éste segundo aniversario?

Estoy emocionada y a la vez nerviosa por planear el regalo que le tengo.

Bueno, depende de ustedes y les cuento ya sea el viernes a media noche, el sábado o el domingo cómo me fue.

Por entonces voy a continuar con el regalo, que básicamente será un collage gigante compuesto por 4 hojas de colores (sí, son colores rosa, azul, verde y morado) y a seguir componiendo el poema.

Nos vemos, Lucecitas *se hace invisible*.

Violett💜