Marc estaba nervioso, no podía dejar de apretar la prueba de embarazo en su mano, había estado evitando cualquier síntoma, convenciéndose de que no era nada.

Pero ahora, con el resultado claro frente a él, sabía que no podía ocultarlo más, su Alfa merecía saberlo.

El camino hacia la casa de Wojciech parecía eterno, cada paso lo llenaba de dudas, pero al mismo tiempo lo impulsaba la ilusión.

Imaginaba cómo sería la reacción de Wojciech, cómo lo abrazaría y lo tranquilizaría, quizás incluso lloraría de felicidad.

Sin embargo, al llegar, las risas provenientes del interior de la casa lo detuvieron en seco, se acercó con cautela, empujando la puerta entreabierta.

—Estoy dispuesto a lo que sea por ti, porque mi corazón ya te pertenece... Solo dame una oportunidad.—Escuchó decir a Robert, ¿Qué demonios?

Marc frunció el ceño, confundido.

—Acepto.—Y esa era la voz de su... De su Alfa.

La prueba de embarazo resbaló de sus dedos y cayó al suelo con un ruido seco que parecía gritar más fuerte que cualquier palabra, ambos Alfas voltearon hacia él al instante.

Marc no podía pensar con claridad, el dolor en su pecho era insoportable, como si cada latido le recordara la traición que acababa de presenciar.

Con las manos temblorosas, recogió la prueba de embarazo del suelo y salió de la casa de Wojciech sin mirar atrás.

Llegó a su coche estacionado frente a la casa y se subió, encendiendo el motor con un movimiento brusco, sus lágrimas nublaban su visión, pero la rabia y la tristeza lo impulsaban a pisar el acelerador con fuerza.

—¡Marc! ¡Espera!—Gritó Wojciech, saliendo corriendo detrás de él, pero el Omega ya se había ido.

Wojciech maldijo, corriendo hacia su propio coche para seguirlo.

Marc conducía como si quisiera dejar atrás todo lo que acababa de escuchar.

Las palabras de Wojciech seguían retumbando en su cabeza.

“Acepto”.

¿Cómo pudo ser tan cruel? ¿Cómo pudo fingir amarlo mientras prometía su corazón a otro Alfa?

Pisó el acelerador, ignorando los límites de velocidad, mientras las lágrimas seguían cayendo, su teléfono sonaba una y otra vez, pero lo ignoró.

—¡Maldita sea, Marc!—Gritó Wojciech, conduciendo detrás de él, con el corazón en la garganta al verlo cambiar de carril de forma imprudente.

Wojciech tocó la bocina, intentando llamar su atención, pero Marc no lo miró.

—¡Vas a matarnos a los dos, Marc!—Murmuró Wojciech, acelerando para mantenerse cerca.

Finalmente, Marc giró hacia su calle, frenando bruscamente frente a su casa, Wojciech apenas tuvo tiempo de detenerse detrás de él antes de que el Omega saliera del coche y entrara corriendo a su hogar, dejando la puerta abierta de par en par.

Wojciech entró tras él, jadeando y con el corazón acelerado.

—¡¿Qué demonios fue eso, Marc?!—Gritó el Alfa con la voz cargada de preocupación.

Marc estaba en el centro de la sala, con la mirada baja, sus ojos todavía estaban llenos de lágrimas.

—No tenías derecho... —Murmuró, sin mirarlo.

—¿Derecho a qué? ¿A preocuparme por ti mientras conduces como un loco?—Replicó Wojciech, caminando hacia él.

Marc levantó la mirada, sus ojos estaban llenos de dolor.

—¡No tenías derecho a jugar conmigo, Wojciech! Yo confiaba en ti, creía en nosotros, pero todo era una mentira, ¿Verdad?

Wojciech se detuvo, confundido.

—¿De qué estás hablando?

—¡Te escuché! —Gritó Marc, señalándolo con un dedo, su voz se quebró al continuar.

—T-Te escuché aceptar... Aceptar estar con Robert.

Wojciech quería que la tierra lo tragara, sus hombros cayeron, y soltó un largo suspiro.

—Marc, cariño, no fue lo que crees...

—¡No me llames cariño! —Marc retrocedió, sintiendo que iba a romperse en mil pedazos.

—Por favor, escúchame.—Wojciech levantó las manos, se acercó lentamente, como si temiera que Marc pudiera desaparecer.

—Te vi con él... L-Lo escuché decir que te amaba... Y-Y tú... Tú dijiste que aceptabas.

Wojciech negó con la cabeza, con un destello de desesperación en sus ojos.

—Robert estaba practicando, está enamorado de Gavi y no sabe cómo decírselo sin parecer un idiota, me pidió que lo ayudara, y lo único que acepté fue que su confesión era buena.

Marc lo miró fijamente, procesando sus palabras.

—¿Q-Qué? —Susurró, su voz apenas audible.

—Marc... ¿Cómo puedes pensar que podría amar a alguien más que a ti?

Marc parpadeó, sintiéndose de pronto muy pequeño.

—Es que... —Su voz tembló.

—Yo solo quería darte una noticia importante, y cuando escuché eso...

Wojciech frunció el ceño.

—¿Qué noticia?

Marc respiró hondo, su corazón acelerandose a mil, sacó la prueba de embarazo de su bolsillo y se la mostró.

—Voy a tener un bebé.

El rostro de Wojciech pasó de la sorpresa a la pura felicidad en cuestión de segundos.

—¿Qué...? ¿U-Un bebé? —Repitió, incrédulo.

—Sí, pero si te vuelves a desmayar como siempre haces con las noticias fuertes, esta vez no te voy a perdonar.—Advirtió Marc, medio en serio, medio en broma.

Wojciech lo miró con una sonrisa radiante.

—Tendremos un bebé.—Susurró, más para sí mismo que para Marc.

Luego, de repente, sus ojos se pusieron en blanco y cayó al suelo.

—¡Lo sabía! —Exclamó Marc, dejándose caer de rodillas junto a él.

Cuando Wojciech volvió en sí, estaba recostado en el sofá, con Marc sosteniendo un vaso de agua frente a él.

—¿Estás bien? —Preguntó el Omega con preocupación y diversión.

—Tendremos un bebé... —Repitió Wojciech con una sonrisa boba, como si todavía no pudiera creerlo.

—Sí, y necesito que sigas vivo para ayudarme. —Marc rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír.

Wojciech se incorporó, abrazándolo con fuerza.

—Prometo que seré el mejor padre del mundo, el mejor Alfa para ti y-y un buen papá... Lo juro.

—Más te vale.—Respondió Marc, apoyando la cabeza en su hombro.