
XXVI
No estaba interesado en cualquier contacto físico, no pensaba que había algo en él, solo pensaba que no era necesario, aun cuando Jihoon se burló. No tenía sexo porque era indiferente ante el tema, no era algo que rechazara, pero tampoco era algo que buscara, por eso, cuando Seungkwan le sonreía y lo besaba no sabía cómo responder. Regresaba sus besos solo porque le gustaba la linda sonrisa que había despues de ello, y acariciaba su rostro por la sensación de felicidad que le transmitía el chico.
—¿en serio no te gusto ni un poquito?— Preguntó Seungkwan abrazándolo y tambaleándose, casi como si bailara. —¿ni porque me visto bien?
—Me gustas.— Respondió mirando su rostro. —¿Quién dijo que no me gustas?
La sonrisa de Seungkwan se burló un poco antes de darle un suave beso en el labio inferior.
—En el otro sentido. Ya sabes.
—En el sexual...— Seungkwan asintió y Dino respiró profundo pegando su frente al chico. El aroma de Seungkwan era agradable, siempre lo era, tan sutil y bonito oculto debajo de lociones. Si le daba la respuesta sin más iba a enojarse. —Me gusta cuando sonríes, me gusta tu aroma... y tu rostro, creo que eres bonito. Y a veces molesto, pero bonito, bonito molesto.
Seungkwan hizo un puchero.
—Bien, tendremos que hablar de eso pronto.
Dino asintió aunque no comprendía porque no lo hablaban en ese momento, sin embargo Seungkwan solo lo besó de nuevo con tanta delicadeza que Dino suspiró. Le hubiera gustado decirle a Seungkwan lo que quería escuchar, darle una respuesta mejor para que le sonriera tan hermosamente y despues hacerlo enojar, pero no, no podía porque mentir le ocasionaría más problemas y más daños que otra cosa. Tenía que ser honesto.
Sin embargo, aunque no sintiera ningún deseo sexual, aun quería mantenerse cerca, aun quería verlo y sentir su aroma, lidiar con sus cambios de humor y sus actitudes que no siempre estaban justificadas. Quería estar con Seungkwan, más que con cualquier otra persona. Solo él. Seungkwan lo hacía sentir tan calmado y feliz que podría vivir así por siempre, sin hacer nada más que observarlo, y servirle, aun cuando no lo necesitara.
Deseaba ser un mono. Porque quería tanto a Seungkwan que su corazón dolía.
—¡Dino!— La voz de Hoshi lo hizo despertar y alzar el rostro. Estaba frente al espejo, el rastro rojo desde su nariz hasta su barbilla estaba difuminado por el agua. Estaba soñando despierto, en medio de su trabajo. Negó mientras terminaba de limpiarse la cara. Cuando salió del cubículo Hoshi estaba allí, molesto. —¡¿sabes qué hora es?! ¡La cena es esta noche!
No. No sabía qué hora era. ¿Qué cena? Recordaba haber trabajado durante horas esos últimos días, recordaba los preparativos y convencer a cada familia de que estarían bien, recordaba hacer llamadas, ordenas comida, entrenar a los lobos de servicio, ayudarle al señor Kwon, cuidar de los cachorros. Recordaba todo eso y hasta ahora se daba cuenta que era como si no hubiera vivido hasta entonces. Algo que hizo como si estuviera en automático. Claro que era él en cada uno de sus recuerdos, pero no se sentía como él.
Pero de cualquier manera ¿Por qué despertó hasta ahora? Si todo lo había hecho así ¿Por qué despertó de pronto? ¿fue por el recuerdo de Seungkwan? ¿Qué fue lo que hizo recordarlo en primer lugar? Llevó una mano hasta su cabello y miró su mano segundos despues. ¿Por qué tenía confeti en el cabello? Lo sacudió mientras Hoshi continuaba hablando de preparativos.
Escuchó un par de pasos en la puerta y miró con curiosidad. Vernon y Jihan estaban allí, asomándose, y curiosamente Jihan exhalaba pequeñas risas con algo en sus manos. De allí venía el confeti. ¿Qué estaban haciendo? Hoshi había desaparecido entre las habitaciones así que se acercó a ambos cachorros y se mantuvo de pie mirándolos.
—Estoy entrenando el olfato de Vernon.— Habló Jihan con calma. —Tiene un pésimo olfato.
—Estoy mejorando.— Dijo Vernon. —No, en realidad hice trampa, Vini jr me dijo por dónde.
Dino miró la planta entre sus manos y suspiró. Vernon era hijo de Hoshi pero se parecía tanto a Mingyu que a veces olvidaba que era completamente un lobo. Jiwoo también era mala con su olfato.
—Esta noche habrá una cena especial.— Les dijo quitándose el confeti y colocándolo sobre la cabeza de los cachorros. —Asegúrense de estar listos para las ocho.
Ambos asintieron y Dino los mandó a correr. Solo eran dos cachorros jugando, y se sintió mal por Jiwoo, a ella le habría encantado jugar con ellos, porque siempre se sentía sola y ahora que Dino tenía un montón de trabajo entonces estaría aburrida con Seungcheol, porque Seungcheol era aburrido. Muy aburrido. Giró, y ni siquiera se sorprendió tanto cuando encontró a Jihoon allí.
—Jihan parece encontrarse bien, pensé que estaba enfermo.— Habló el mono con desinterés. —¿no te parece que el otro niño se parece a Hansol? Es gracioso.
¿Hansol? ¿Quién era Hansol? Sacudió un poco la cabeza.
—Creo que le anima encontrarse con Vernon.— Respondió. —Jisoo continua mezclándose con los demás lobos e informándose sobre la familia Kwon. Está descuidando a su hermano un poco.
—Es demasiado joven como para tener que encargarse de todo.— Suspiró Jihoon, como si realmente le importase. —Debe estar preocupado por Jihan... si alguien pudiera cuidarlo como él...
—¿quieres que le asigne un lobo de servicio?
—No, eso los pondría incomodos... Ah, detesto este asunto de los niños, Jiwoo siempre fue más fácil.— Jihoon sacó un cigarrillo colocándolo en su boca, pero se detuvo antes de encenderlo. —Jeonghan tendrá otro bebé y creo que es el peor momento, demasiado estrés... bueno, no tanto estrés como el que tuvo cuando Joshua aun lo maltrataba y amenazaba con matar a su bebé... Pero aun así es estrés.
—él estará bien.— Asintió Dino.
—¿y tu estás bien? Dino.
¿a que venía esa pregunta? Jihoon lo miró casi preocupado, la misma expresión que ponía cuando se trataba de Jihan y Jisoo.
—¡No fumes aquí!— El grito de Hoshi hizo a ambos encogerse. Pero Jihoon encendió su cigarrillo y le escupió humo en la cara en cuanto se acercó.
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