Dino no llegó durante una semana. Era gracioso, Seungkwan realmente lo esperó durante varias noches, lo esperó incluso cuando se hizo de día y esperó su llamada, pero no, no hubo ninguna llamada de Dino. ¿en serio estaba cayendo de nuevo por él? Seungkwan tenía muchos amigos, amigos que querían tener una oportunidad de ser una pareja, así que debía estar pensando en ellos y no en un estúpido lobo que llegaba y se iba en un parpadeo. Que solo dejaba dudas en él y se desligaba de cualquier responsabilidad.

No era justo. Observó los papeles que Dino le había entregado de Wonwoo, todos de fechas viejas, muchos avisos de pagos que no lograron concretar, Wonwoo debía hasta el alma en ese punto. Suspiró con fuerza y dejó los papeles en una esquina de la sala de estar. Estaba seguro que no podía confundirse en cuanto a la firma de Wonwoo. Sin embargo, Wonwoo había muerto hacia catorce años, o quince, ya no estaba seguro.

Alguien tocó su puerta y decidió no abrir, su pequeño cachorro dormido sobre el sillón ayudándolo a disimular. Volvieron a tocar.

—¿Para qué flores?— Preguntó Dino con las flores en las manos. Seungkwan sonrió tomando el ramo y dejándolas frente la urna. A veces era adorable. Dino juntó sus manos detrás de su espalda.

—¿los lobos no se llevan flores?— Las acomodó en el pequeño lugar y dio dos pasos atrás, observándolo por largos segundos a un lado de Dino. —Es un acto de amor.

Dino lo miró con curiosidad pero asintió de inmediato, como si lo entendiera, aunque él no lo hacía. Seungkwan detestaba un poco eso, saber que Dino aceptaría cualquier respuesta sin cuestionar nada más. Negó con una pequeña sonrisa y colocó sus manos en su espalda, así como Dino. Se mantuvieron en silencio por varios minutos, mirando el nombre.

—¿Cuánto tiempo hacen esto?— Preguntó con calma y Seungkwan suspiró.

—Las flores no solo se dan a los que se fueron.— Aclaró quitándose la pequeña espina de la mente. —También se dan a los que están aquí, a los que amas.

Dino asintió sin decir más. Seungkwan lo miró.

"Dame flores" Pensó, como si pudiera comunicarse telepáticamente. "Dame flores, dame flores, dame flores, dame flores."

—Ah... hay flores muy lindas que se dan a los que se aman. A las parejas.— Volvió a decir sin apartar su mirada. —Se podría preguntar a una florista. Las flores tienen significado.

Dino volvió a asentir.

—¿y que hace con las flores?— Preguntó el lobo.

—Solo... solo se ponen en agua y se observan para recordar a la persona que las entregó.— Dio un pequeño suspiro dándose la vuelta para comenzar a caminar, Dino lo siguió. —Es tan triste que los lobos no hagan eso. Es realmente lindo. A mí me gusta.

Continuaron tocando la puerta por varios minutos, así que Seungkwan se puso de pie con fastidio y fue hasta allí, abriéndola de golpe. Si esa persona era tan insistente entonces sabría que Seungkwan estaría allí. Así que no tenía caso.

Un ramo de flores se asomó justo en su rostro y sus ojos se abrieron con sorpresa, y algo de emoción. Las tomó entre sus manos sin contener la sonrisa y alzó el rostro mirando a la persona.

No era Dino. Su sonrisa desapareció.

—Pensé en llamarte, pero como no respondías creí que era mejor venir.

Oh. La persona frente a él solo era uno de sus tantos amigos que "querían algo más" Tan amable siempre y apuesto, mejor que Dino. ¿Por qué pensaba en él si quiera? Había pasado diez años desde que estuvieron "Juntos" ya no tenían que relacionarse más, Dino solo era alguien que llegó para joder su cabeza. No tenía que importarle.

—¿quieres pasar?— Preguntó sin ánimos.