La brisa marina se sentía en el aire acariciando todo con su fresco toque playero, llevando consigo aromas de todo tipo, el aroma de los bronceadores, bloqueadores solares, característicos de cuando uno suele ir a la playa a descansar y disfrutar el sol sobre todo en cierto moreno, disfrutando de la brisa acostado en su cama, paredes de color crema y muebles de color caoba contrastan entre ambas, lámparas de noche envueltas en tela blanca dando un toque de blancura y cubre la destellante luz de la ampolleta, las sabanas de color azul cielo cubren su cuerpo formado por los entrenamientos, músculos tonificados, brazos fuertes y grandes rodean los de su amante y marido, el pequeño despierta primero, desnudo, su piel tostada por el sol le hace mostrar un poco de aquel leve bronceado y su piel blanca ya no lo hace brillar tanto a luz solar, se veía mejor pero sonríe al recordar la noche apasionada y acalorada que tuvo con aquel hombre de piel morena dormido en la misma cama con él, marcas, mordidas decoran su cuello y su cuerpo, vuelve a sonreír de nuevo mira su tatuaje, un lindo gato de color azul las hojas de diferentes especies plantas trópicales recrean la ilusión del dulce gatito adornado con flores blancas mientras en el brazo izquierdo de su esposo yace aquel mismo gatito pero en color verde rellenado en hojas y flores blancas ambos miran el brazo de su contraparte y en la frente de aquellos gatitos estan la luna y el sol, Yugi tenía la luna y Atem el sol en su gatito verde de lindas hojas trópicales ambos habían decidido tatuarse aquellos gatitos como símbolo de amor y lealtad para ambos. Yugi pidio el desayuno en el cuarto pero mientras esperaba vio algo que no le gustó.

–que extraño no sale–se le encimó a su esposo dormido, frotandose en cierta zona y concentrandose en aquella parte, aquellos movimientos hicieron que Atem despertara y extrañandose del comportamiento de su querido esposo.

–buenos días mi amor–gimió Atem despertando lentamente–¿se puede saber que haces?–siguió mirando a su Yugi viendolo concentrado en frotarse .

–buenos días, trato de frotar esta parte–Yugi seguía concentrado en su labor.

–amor es temprano para eso, dejame dormir ¿si? Y de paso abrazame más fuerte.

–no voy a parar amor no hasta sacarlo.

–cielo eres terrible–rió Atem, lo terco que era su esposo le causaba gracia, siempre lo había sido y no era fácil sacarlo de esa faceta–si quieres te ayudo a sacarlo

–no se como te lo causaste pero quiero hacerlo desaparecer–no se dieron cuenta que la mucama había llegado con el desayuno y la pobre mujer oía su conversación

–cielo ahí no, esta más grande asi no lo sacarás fácil mojalo.

–que no, solo lo voy a dejar peor y que pasa si lo ven?–estaba concentrado mientras la cama comenzaba a hacer ruido, la pobre chica estaba roja como un tomate oyendo lo que decían.

–Amor, en serio esta creciendo, será mejor que lo dejes, lame un poco o mojalo–y con ello la mujer se fue corriendo a otro lugar con su cara completamente roja y su corazón latiendo a 1000% pensando Dios sabe que cosas

–¡Como vergas manchaste la sábana con chocolate Yami!–Yugi trataba de quitar los restos de manchas de chocolate de aquella sábana

–¡no me culpes! ¡Estaban deliciosos!