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Eileen estaba en su cubículo muy concentrada escribiendo sin prestar atención a nada a su alrededor ni siquiera cuando alguien se paró a su lado levantó la mirada pues no quería olvidar lo que había en su mente.
—¿Eileen? —una suave y agradable voz llegó a sus oídos.
Fue entonces cuando levantó la mirada y se encontró con Hermione Granger. La única e inigualable Hermione Granger, si había alguien a quien Eileen admiraba más que a Harry, era a esa mujer. Sabía de todos sus logros y hazañas desde que estaba en el colegio y en su infantil mente, siempre quiso llegar tan lejos como ella. Las mejillas de la chica se calentaron y por un instante se quedó sin palabras. En aquella cena de navidad habían intercambiado un par de palabras pero con todo el drama, olvidó los nervios.
—Señora Granger —se puso de pie ruidosamente— lo siento, ¿a qué debo su visita?
Hermione dejó salir una suave risa y le dirigió una amable mirada.
—Vamos, sólo dime Hermione —le sonrió— ¿Podemos hablar un momento en privado?
Eileen asiente con una sonrisa, está un poco más tranquila. Las dos comienzan a caminar y cuando están lejos de las personas curiosas, se detienen.
—¿Está todo bien? —pregunta Eileen con curiosidad.
—Sí. Es... es por el cumpleaños de Harry. Quería saber si tenían planeado algo.
La cabeza de Eileen tarda en procesar lo que le dice su contraria.
—Oh... bueno... no lo sé. En realidad no planeamos nada.
Hermione asiente con tranquilidad.
—Estaba pensando en una fiesta sorpresa, si no te molesta, por supuesto.
—¡Para nada! —se tapa la boca al notar que lo gritó— lo siento, la verdad estoy tan nerviosa de estar frente a usted. La admiro demasiado y parece casi irreal que estemos hablando sobre el cumpleaños de Harry —habla rápido y sin poder contenerse pero Hermione le sigue el hilo.
Se siente halagada y no puede evitar sonreírle con ternura.
—Eres muy linda, Eileen. Gracias por tus palabras.
Eileen respira profundamente, luego de decir lo que tenía en la cabeza se siente mil veces más tranquila.
—Entonces —frunce el ceño— ¿fiesta sorpresa? Uhm... lo siento, nunca he organizado una fiesta.
La castaña sonríe de lado y las dos vuelven a caminar cuando un grupo de personas se acerca por el pasillo.
—No te preocupes, Ron, Luna y yo nos haremos cargo de todo. Sólo tienes que entretener a Harry algunas horas y llevarlo de regreso a casa cuando sea el momento.
—De acuerdo.
—Ahora ambos viven en Grimmauld Place, ¿no es así?
Eileen está segura de que no puede tener el rostro más rojo. ¿Cómo sabía que vivían juntos? ¿Harry le dijo? En todo caso, a ella no le molestaría porque ella le contó a Fabian en cuanto tuvo la oportunidad.
—Sí, ahí... ahí vivimos —se aclara la garganta, nerviosa.
A Hermione realmente le parece adorable aquella chica. No puede evitar pensar que es la pareja perfecta para Harry. Ambos lucen muy bien juntos y se nota a kilómetros que se hacen bien el uno al otro.
—Bien. Haré una lista de invitados con los amigos más cercanos de Harry y te la daré mañana para que agregues a quien quieras. ¿De acuerdo?
—De acuerdo.
—Entonces en eso quedamos. Mañana regreso y cualquier cosa no dudes en decirme.
Eileen asiente y cada una se va por su camino. Cuando la chica regresa a su cubículo ha olvidado por completo lo que estaba escribiendo y permanece con la mirada perdida en el documento frente a ella.
Ella nunca ha celebrado su cumpleaños, al menos no después de que su hermano muriera. Sus padres cayeron en una fuerte depresión que hizo que dejaran de lado a Eileen y en el colegio no tuvo precisamente muchos amigos. A la chica nunca le importó realmente pero a veces deseaba saber lo que era eso. Es la misma razón por lo que aprecia demasiado los obsequios que le dan. Y está feliz de saber que Harry tiene personas que realmente lo aman y se preocupan por él. ¿Ella alguna vez tendría algo así?
Libera un gran suspiro y mira la hoja frente a ella para terminar su escrito, sólo que ahora está algo distraída en sus pensamientos y apenas está segura de lo que hace. Entonces se pone de pie y casi sale corriendo hacia la oficina de Fabian, donde no se molesta en tocar y abre directamente.
—Necesito un favor.
Fabian despega la vista de su trabajo y mira a Eileen con el ceño fruncido.
—Hola a ti también, Eileen. Estoy muy bien, gracias por preguntar. ¿Y tu?
Ella sonríe avergonzada.
—Lo siento. Hola.
El hombre pone los ojos en blanco y después sonríe.
—¿En qué te puedo ayudar, Eileen?
—¿Tu tienes llaves del almacén de evidencias?
La mira sin comprender.
—Soy jefe de departamento, así que sí. Tengo llaves de casi todo.
Eileen sonríe de oreja a oreja.
—¿Me podrías prestar la llave sólo diez minutos?
Fabian se deja caer en su silla y cruza los brazos mirando inquisitivamente a la chica.
—¿Harás que me meta en problemas?
—No —pone los ojos en blanco. Fabián no le cree.
—¿Te meterás tu en problemas?
—No —resopla.
Suspira y abre el cajón de su escritorio de donde saca una llave y la desliza en dirección a Eileen.
—¿Por qué no se la pediste a Potter?
—No puedo. Pero gracias.
Él asiente.
—Sólo evita los problemas, Armstrong.
—Tranquilo. Aunque te agradecería que no le digas a nadie dónde estoy, mucho menos a Harry.
—De acuerdo.
Eileen toma la llave y sale de la oficina para ir rumbo al almacén de evidencias. Es una habitación increíblemente grande pero sabe lo que busca así que sólo verifica de qué manera está clasificado todo para comenzar a buscar.
✦ • ° *.
Aunque Harry y Eileen no están todo el tiempo juntos en el trabajo, Harry siempre trata de estar al pendiente de la chica, simplemente porque sabiendo que Eileen está bien, él también está bien.
Sin embargo, aquel día vio a Hermione en el cubículo de Eileen, no escuchó nada de lo que hablaron pero si vio cuando las dos se fueron. La vio regresar y estuvo trabajando en sus cosas durante algunos minutos pero al volver a asomarse, Eileen ya no estaba.
Al principio no le tomó importancia. A veces ella iba a con Fabian o tenía otras cosas que hacer fuera de su lugar. Pero pasaron casi tres horas y ella no regresaba. Trató de mantenerse en calma, si seguía en el ministerio, definitivamente estaba a salvo y de todas formas, ella le habría avisado si se iba a ir.
Regresó a su oficina para seguir con el trabajo y cuando notó que eran casi las siete, hora de la salida, dejó todo de lado y se puso de pie, tomando su gabardina antes de salir por la puerta. Habían algunos aurores aún trabajando en sus casos, pero eran sólo cinco o seis. Dirigió su mirada al cubículo de Eileen y no había rastro alguno de ella aunque allí estaban sus cosas.
—Keith —le llamó a uno de los hombres y este rápidamente volteó a verlo.
—¿Si, señor?
—¿Has visto a Armstrong?
Keith frunció los labios y miró en dirección al lugar de su compañera. Recordaba haberla visto en la tarde pero no recordaba haberla visto marcharse.
—No, señor.
Harry asintió.
—De acuerdo. Buena noche, no se queden hasta tarde trabajando.
El hombre sonrió un poco.
—Gracias, señor. Que tenga una buena noche también.
Harry se dirige a la oficina de Fabian y llama un par de veces con suavidad. Es Fabian quien le abre personalmente.
—Dornh —saluda— ¿has visto a Eileen?
Él sostiene el aire por un segundo. ¿Aún no había regresado del almacén?
—Lo siento, hoy no la vi en todo el día.
—Gracias. Si la ves... ¿podrías decirle que la busco?
—Por supuesto.
Harry se marcha y Fabian cierra la puerta algo preocupado por su amiga. Realmente espera que no se meta en problemas.
✦ • ° *.
Harry encuentra a Eileen media hora más tarde en el pasillo. La chica ya tiene todas sus cosas y sonríe a Harry cuando lo ve.
—Hola —le dice Eileen— Keith me dijo que me buscabas. Lo siento, tuve que ir a hacer algunas cosas.
Potter se siente más tranquilo y le sonríe.
—No te preocupes. ¿Está todo bien?
—Sí. Creo que hoy tuve un buen día.
Eileen abraza el brazo de Harry cuando éste se lo ofrece y juntos caminan a la salida.
—Vi que estabas hablando con Hermione.
Eileen lo mira con una sonrisa.
—Sí, ¿le has dicho que ahora vivimos juntos? —trata de no abordar el tema de lo que hablaron y funciona pues Harry se sonroja y se pone nervioso.
—Uhm... sí. ¿Te molesta?
—Claro que no. Sólo me sorprendió que lo supiera.
La conversación cambia por completo y cuando se dan cuenta ya están en su hogar y listos para descansar.
✦ • ° *.
Conforme avanzan los días y el cumpleaños de Harry se acerca Eileen está más nerviosa. Hermione le había entregado una larga lista de invitados y ella apenas reconocía a algunas personas. Eileen sólo agregó a Fabian.
Entonces la chica notó que Harry tenía bastantes amigos cercanos, muchos de ellos eran héroes de guerra. De entre los nombres de la lista, el que reconoció muy bien fue el de Neville Longbottom. Había algunos otros nombres que le parecían familiares, pero en realidad no estaba segura.
Hermione le había pedido que se llevara a Harry a eso de las dos de la tarde y que regresara a las cuatro. Aunque aún no estaba segura de cómo lograr eso.
Tan pronto como el sábado llegó, precisamente el 31 de julio, Eileen despertó más temprano y más emocionada que nunca. Preparó un desayuno y se lo llevó a Harry hasta la cama.
—No debiste molestarte, amor —le había dicho Potter con voz somnolienta y una cálida sonrisa.
—No me molesta —le entregó la charola de comida— Feliz cumpleaños, Harry.
Ella se acercó y le dio un profundo beso en los labios. Cuando se separaron Eileen salió de la habitación corriendo y Harry comenzó a comer el delicioso desayuno pero tan pronto como vio a Eileen regresar la miró con curiosidad. La chica tenía una enorme sonrisa y ambas manos las tenía detrás de la espalda. Harry dejó la charola sobre la mesita de noche y estiró los brazos hacia Eileen.
Ella saltó emocionada a la cama y le entregó a Harry su regalo de cumpleaños. Era lo que estuvo buscando durante horas en el almacén de evidencias aquel día.
—Espero que te guste —le dijo Eileen con emoción.
—Gracias, cariño.
Harry frunció el ceño pero besó la frente de la chica que se había acomodado junto a él. El hombre notó que el regalo era algo pesado, como un libro, aunque era un poco más grande que un libro estándar. Quitó la envoltura con cuidado y se encontró con un álbum de fotos. Pero no era cualquier álbum. Este parecía algo desgastado y viejo.
Harry lo abrió con cuidado y las lágrimas se acumularon en sus ojos al ver la primera foto. Rápidamente limpió sus ojos y siguió pasando las páginas, su corazón sentía cada vez más calidez conforme avanzaba. Cuando llegó al final, cerró el álbum y lo dejó a un lado antes de abrazar a Eileen con fuerza.
—Es el mejor regalo de toda mi vida —habló sin separarse.
—Me alegra que te guste... aunque mejor no menciones que lo tienes o tendremos problemas.
Harry se separa y la mira confundido.
—¿A qué te refieres?
Ella ríe nerviosa.
—Bueno... lo robé del almacén de evidencias. Lo estuve pensando mucho tiempo y pensé que tal vez seguían guardando las cosas que quedaron en la casa de tus padres el día que murieron y así fue. Tardé en recolectar las fotos porque había mucha evidencia. No notarán que falta pero...—
—Gracias, Eileen —la vuelve a abrazar con fuerza— en serio es perfecto.
Era un álbum lleno de fotos de James y Lily, también aparecían Sirius y Remus y algunas más de sus años en Hogwarts, incluso unas cuantas de Harry cuando aún era un bebé. Harry en serio no podía estar más feliz que en ese momento. No tenía muchos recuerdos de sus padres y realmente nunca pensó que el ministerio aún guardara la evidencia de esa noche.
—Bueno, ahora termina el desayuno y arréglate porque vamos a salir.
Eileen se va antes de que Harry pida explicaciones y se encierra en el baño. Una vez que está sola, se mira en el espejo y suspira profundamente. Ahora mismo se siente nerviosa por no saber qué usar, pero decide entrar a la ducha y preocuparse más tarde. Cuando regresa a la habitación envuelta en una toalla, se sorprende al ver una gran caja de regalo sobre la cama. Harry la mira desde el armario, donde estaba escogiendo su ropa.
—Se supone que es tu cumpleaños —le dice la chica, con el ceño fruncido.
Él se encoge de hombros.
—En todo caso es un regalo para mi.
Eileen se acerca un poco más y abre la caja con cuidado. Sonríe al ver lo que hay dentro. Es un bonito vestido rojo con pequeños puntos dorados, es casual y perfecto para el calor, también hay un conjunto de lencería de encaje rojo. Las mejillas de la chica se calientan de inmediato y Harry se acerca a ella por detrás, pasando sus manos por su cintura y recargando su barbilla en su hombro.
—¿No te gusta? —pregunta el hombre.
Eileen lo mira con una pequeña sonrisa.
—Claro que me gusta, sólo... no lo esperaba.
Potter comienza a dejar besos en el cuello de la chica y ella siente que se derrite bajo su toque. Sabe que debe detenerlo porque ya tiene planes para el día pero... ¿por qué negarse a lo que desea? Aún había tiempo.
Se da media vuelta para besar a Harry, pasando sus brazos por su nuca. Harry no se queda atrás y se deshace de la toalla que cubría a la chica, entonces recorre su piel con suavidad. Eileen dirige sus manos al borde de la playera de Harry y la levanta con necesidad.
Solo un par de minutos después los dos están de regreso a la cama y casi cuarenta minutos después los dos regresan al baño.
—A veces te odio, Potter. ¿Lo sabías? —los dos están en la habitación cambiándose.
Harry deja salir una larga risa.
—También te amo, Eileen.
Ella pone los ojos en blanco aunque lo hace con diversión y camina un poco más cerca de Harry.
—¿Me ayudas? —se refiere al cierre de su vestido. Le da la espalda y hace su cabello a un lado. Potter siente un ligero deja vú, pero lo ignora y ayuda a su novia.
—Por supuesto —besa su hombro cuando termina— Te ves realmente hermosa, Eileen.
—Bueno, el rojo no es mi color favorito pero creo que tienes buen gusto.
Ambos ríen.
—¿Debo usar corbata?
—No, creo que te ves perfecto así.
Cuando salen de casa es la una y media de la tarde, siempre que Harry se acerca a besar a Eileen es como si ninguno de los dos se pudiera detener y eso los detiene un poco en sus actividades. Si fuera por Harry, se quedaría en cama todo el día con Eileen entre sus brazos. Sólo ellos dos.
Ambos se la estaban pasando bastante bien, con Eileen improvisando cualquier cosa y con Harry explicándole ciertas cosas muggle que ella no comprendía.
Cuando Eileen vio la hora, se sintió algo decepcionada pues quería seguir pasando más tiempo con Harry pero había persona en casa esperando a que llegaran. Era su momento de actuar.
—Uhm, Harry —Eileen estaba abrazando el brazo de Harry y lo miró con una expresión preocupada.
Potter se asustó un poco.
—¿Qué pasa?
—Creo que me siento un poco mal, ¿Podemos regresar a casa?
—Sí, por supuesto.
Harry pasa su brazo por la cintura de la chica para sostenerla con fuerza y hacen una rápida aparición afuera de la puerta de su hogar. Ambos entran, Harry sosteniendo a Eileen con fuerza y ella aún fingiendo que está a punto de desmayarse. Caminan lentamente por el pasillo pero se detienen en la sala de estar y Harry se asustó cuando muchas personas gritaron al unísono "Feliz cumpleaños".
Volteó a ver a Eileen en busca de respuesta y ella lo miró con una gran sonrisa.
—Feliz cumpleaños —murmuró.
Harry le dio un rápido beso antes de entrar a la sala y saludar a sus conocidos. Eileen vio a los niños Potter correr a abrazar a su padre y cada uno le dio un pequeño obsequio hechos por ellos mismos.
Fue Hermione la que tomó a Eileen de la muñeca y la llevó muy emocionada por todas partes para presentarle a los invitados ya que Harry estaba un poco ocupado. Ven a los niños correr escaleras arriba a la habitación de James y Albus.
—Él es Neville —le dijo Hermione— Neville, ella es Eileen.
El nombrado sonrió con amabilidad.
—Últimamente he escuchado mucho de ti. Es un verdadero gusto conocerte por fin.
Eileen no puede evitar el sonrojo que se extiende por su rostro.
—También es un gusto. Me hablaron de usted en el colegio, señor Longbottom y es un gran honor tenerlo aquí.
—Me dijeron que eras muy adorable, pero nunca creí que tanto. Por favor, sólo Neville.
Eileen siente que se quiere desmayar. ¿Realmente habían hablado tanto de ella?
—Neville... claro.
—Vamos, te presentaré a Luna y a Dean. Están por allá —le dice Hermione y la abraza del brazo para llevarla.
Hermione realmente le presentó a todos los invitados, al final no fueron tantos como ella había pensado pero la castaña mencionó que algunos no pudieron asistir. Incluso asistió Draco Malfoy junto a su esposa e hijo, Eileen no había conocido a este último antes, pero parecía ser agradable.
Al final vio a Ginny que iba acompañada de Elliot. Eileen casi no lo creía pero no quiso ser grosera y se acercó junto a Hermione a saludarlos pese a que ella le dijo que no era necesario. Fue un muy incómodo saludo pero no resultó tan mal.
—Es una bonita casa —es Elliot el que habla y todos pueden sentir que Troya comienza a arder.
—Gracias —Eileen trata de mantener la calma— en realidad es Harry quien se encargó de remodelar casi todo. El tapiz de antes estaba muy desgastado y lo quitaron para pintar las paredes, igual algunos muebles eran muy viejos que se estaban pudriendo y fueron reemplazados aunque se quedaron los que aún tenían arreglo —explicó con amabilidad, tratando de llevar una agradable conversación.
—Sí, puedo ver que al final no resultó ser tan mala casa —comenta Ginny y todos la miran pero ella mira a Elliot— esta hubiera sido mi casa.
Eileen se siente fastidiada.
—Bueno, pero no lo es. Es de Harry... y mía —le sonríe, y Ginny aprieta los dientes— Estás saliendo con alguien más, te recomiendo que superes a tu ex. Es de mala educación estar hablando de tu ex cuando estás con alguien nuevo —mira a Elliot— dime que no te parece incómodo. Que siempre hable tan bien de Harry como si se arrepintiera de estar contigo. Ella está celosa y aunque aprecio tus disculpas y tus intentos por mantener las cosas en clama, las dos sabemos que tu y yo nunca podremos ser amigas. Debiste pensarlo antes de engañar a tu esposo.
Las dos se miran con intensidad. Hermione no está segura de qué hacer y Elliot toma a su novia de los hombros para evitar que de un paso al frente.
—¡Eileen! —Fabian se acerca luego de haber presenciado la incómoda escena. Hermione le agradece con la mirada.
Pero ellas dos se siguen mirando.
—Así que él es tu amante. Seguro que los dos planearon todo para quitarle su dinero a Harry. No me sorprendería —su voz está llena de veneno.
Se escucha el sonido de la mano de Eileen golpeando la mejilla de Ginny. Todos lo escucharon.
—¡Tu no tienes derecho a decir eso! —la mira con odio y la señala con su dedo índice— no cuando traes a Elliot después de lo que pasó. No después de que trajeras A TU AMANTE A MI CASA.
La habitación está en silencio. Ginny se va a lanzar contra Eileen pero Elliot la agarra con fuerza y cuando Eileen estuvo a punto de dar un paso al frente, Fabian se pone frente a ella y la carga, llevándola fuera de aquella habitación. Harry se acerca corriendo y le dirige una rápida mirada a Eileen antes de acercarse a Ginny y Elliot.
Fabian suelta a Eileen cuando llegan al comedor al final del pasillo. La chica echaba humo por las orejas y caminaba molesta de un lado a otro. Fabian permaneció en la entrada para evitar que ella saliera.
—No tiene derecho —le dijo a Fabian, sin dejar de caminar— No tiene ningún derecho a hablarme de esa forma. Y de todas maneras, no tenía por qué involucrarte a ti.
—Eileen, entiendo tu molestia. Pero no tiene ningún sentido ponerse a pelear en una habitación llena de invitados.
La chica se sentó y recargo sus codos en sus piernas.
—Creí... creí que las cosas iban a quedar en paz entre nosotras. Pero ella sigue sin superar a Harry y yo no tengo la culpa de eso. Harry ya la superó. Y no tengo que soportar sus miradas y sus palabras horribles.
—Tienes razón. Pero ella es la madre de sus hijos y si quieres a Harry, tendrás que soportarla.
La furia de Eileen poco a poco se desvanece y mira a Fabian con ojos de cachorro.
—Lo siento. Me comporté muy mal allá afuera.
—No te disculpes —escuchan la voz de Harry que está detrás de Fabian.
Ella lo mira apenada pero él le dirige una mirada tranquilizadora y se acerca. Se arrodilla frente a ella y coloca ambas manos en sus piernas.
—En serio lo siento.
Fabian le dirige una rápida mirada a Eileen y se marcha para asegurarse que todo esté tranquilo en la otra habitación.
—Les pedí a Ginny y Elliot que se marcharan. Los niños se quedarán aquí y los llevaré mañana en la tarde a casa. Escuché su discusión y tienes razón, ella no debió decir nada de lo que dijo. Y como tu dijiste, Ginny ya está sólo en mi pasado, te amo sólo a ti y lo sabes, ¿cierto?
Ella asiente un poco.
—Yo también te amo, Harry.
—Ven aquí —se pone de pie y sin soltar las manos de Eileen y la atrae en un fuerte abrazo.
—Lamento que tu cumpleaños sorpresa se arruinara —habla sobre el pecho del hombre y siente sus vibraciones cuando ríe.
—Estás aquí y es lo único que necesito para que sea un cumpleaños perfecto.
Se separan un poco, Eileen levanta la mirada y le sonríe.
—Nunca creí que pudieras ser tan cursi, Potter.
El nombrado deja salir una risa y se encoje de hombros.
—No puedo evitarlo.
Unen sus labios rápidamente y se separan.
—Bueno, es muy incómodo para mí regresar a esa sala... entonces iré a ver a los niños y les preguntaré si quieren algo de comer.
—De acuerdo.
Harry se acerca para volver a besar a Eileen y finalmente cada uno va por distintos caminos. Ella aún se siente enojada pero más tranquila y estar con los niños la calma bastante, sobretodo Lily. El resto de la pequeña fiesta sigue con calma. Hermione y Luna sacan un bonito pastel y los niños son los más emocionados en ese momento.
Es bastante tarde cuando todos se marchan, Harry lleva a sus hijos a la cama y los arropa. Eileen está junto a él y les da un beso en la frente a cada uno cuando ellos se lo piden. Cuando Harry y Eileen regresan a su habitación, caen rendidos en la cama pero Harry aún tiene otros planes.
—Aún es mi cumpleaños —dice en voz baja, sentado en el borde de la cama.
Eileen que se había acostado, se levanta un poco para mirar a Harry.
—Sí, aún lo es. ¿Por qué?
—Hay algo que he querido hacer toda la tarde.
La chica se pone de pie y se acerca a Harry, colocándose entre sus piernas y sosteniendo sus mejillas.
—¿Qué cosa es?
—Quiero quitarte ese vestido con mis propias manos.
Ella ríe y se sienta en las piernas del hombre a horcajadas. Harry la sostiene con fuerza y se acerca a besarla con gran intensidad y necesidad.
—Harry —murmura Eileen, separando a Potter un poco— los niños están en la casa.
—No es nada que no se pueda arreglar.
Toma su varita, que había dejado sobre la cama y lanza un hechizo silenciador, luego cierra la puerta con seguro y regresa toda su atención a la chica sentada en sus piernas.
Sin duda, es una larga y agradable noche para los dos.
Estos dos se querían comer desde que se conocieron y ahora son bien calientes >:(
En fin, ¿qué les pareció el capítulo?
En serio perdón por lo de Ginny, como ya les dije antes, no es nada en contra de ella, la amo mucho y sólo necesitaba un poco de drama <3
Los tqm, no se olviden de tomar awita
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