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Fabian ama a Eileen, pero no de una forma romántica, la ama como a una hermana, la hermana que nunca tuvo y que siempre deseo tener; y verla llorar de esa manera aquella noche simplemente lo destrozó por completo. Eileen tiene un corazón puro, es amable y siempre está dispuesta ayudar a los demás, sin duda no encajaba en el perfil típico de un slytherin y si ella no le hubiera dicho que pertenecía a esa casa, él hubiera imaginado que era hufflepuff. Pero también sabía que Eileen era terca, muy astuta y tenía una gran determinación. Tal vez algo de orgullo y ego elevados, pero era aceptable.

Él sólo quería protegerla, no era su trabajo y sabía que ella no necesitaba que nadie la cuidara pero él estaría para ella siempre sin importar nada.

El lunes cuando llegó al ministerio no se dirigió a su oficina y en cambio se dirigió al departamento de aurores. Era muy temprano por lo que aún no llegaba la mayor parte del personal. Se detuvo frente a la oficina de Harry Potter y sin dudarlo tocó un par de veces con más fuerza de la que debería.

Hubo un largo momento de silencio, Fabian sabía que Harry estaba ahí pero aún así espero pacientemente a que le cedieran el paso.

—Adelante —escuchó la voz cansada de Potter y abrió la puerta.

Harry sí se sorprendió de ver a Fabian de pie justo ahí en medio de su oficina. Lo miró con disgusto por un momento pero rápidamente retomó la compostura.

—Dorhn, ¿te puedo ayudar con algo?

Fabian tiene el ceño fruncido, está molesto pero sabe que no será buena idea comenzar a gritar.

—Amo a Eileen, ¿sabes? —dice de pronto, Harry lo mira sin comprender y se acomoda en su asiento.

—Es bueno saberlo —murmura confundido.

Fabian deja salir una corta risa y niega.

—Pero no de la forma que tú crees —lo mira con severidad, es difícil que alguien intimide a Harry, pero la forma tan intensa en que lo miró Fabian lo hizo sentir incómodo— el día que la conocí ella estaba llorando... por tu culpa, por si no lo sabías. Eileen fue mi primera amiga auténtica, ella no busca nada de nadie pero lo da absolutamente todo y yo soy egoísta... muy egoísta porque la quiero sólo para mi —se detiene por un segundo— ella no merece sufrir y mucho menos por alguien como tú. Te respeto, Potter, en serio lo hago pero eso no quiere decir que me agradas.

—Fabian... —comienza Harry pero el nombrado no le permite hablar.

—Sólo para que lo sepas, Eileen y yo nunca fuimos "pareja". Ella te lo dijo porque tenía miedo de aceptar sus sentimientos —lo miró con los ojos entrecerrados— Eileen te ama y yo no entiendo por qué. Ella merece algo mil veces mejor que tú pero sólo ella sabe lo que siente. Esa noche cuando te vio besar a Mackenzie lloró toda la noche sobre mi pecho y en este preciso momento tengo tantas ganas de golpearte en la cara pero me estoy conteniendo. Seguramente ella me odiará por decirte todo lo que te acabo de decir, pero prefiero eso a seguir viendo cómo sufre. Deberías sentarte a hablar con ella y no evadirla cuando trata de decirte algo. Eso es todo.

No esperó a que Harry dijera nada cuando salió de aquella oficina a paso rápido. Potter se quedó mirando la puerta por donde se marchó el hombre. Se sentía raro y confundido.

Harry esperó con impaciencia todo el día a que Eileen llegara, pero ella nunca apareció en la oficina. A las seis de la tarde, decidió ir a buscarla directamente a su casa. Decidió ir a comprar algo de comida y un par de malteadas que estaba seguro que a Eileen le gustaría, siempre quiso llevarla a su café favorito de Londres pero nunca tuvo la oportunidad.

Al llegar al departamento de la chica llamó con suavidad un par de veces y esperó con paciencia a que Eileen abriera. Fue un largo momento de espera, pero cuando la puerta se abrió vio a la chica envuelta en una cobija con los ojos hinchados. Pareció decepcionada al verlo.

—Oh... creí que eras Fabian.

—Lamento decepcionarte —quiso sonreír pero no lo logró— ¿Puedo pasar?

—No creo que sea buena idea —contesta con frialdad.

Estuvo a punto de cerrar la puerta, pero Harry la detuvo con la palma de su mano.

—Por favor —los ojos de Potter eran suplicantes.

Eileen lo pensó por un momento. Finalmente asintió y se hizo a un lado. Harry se adentró con precaución dejando la bolsa de papel en la mesa. Eileen se quedó de pie a mitad de sala mirando a Harry con el ceño fruncido. Molesta tal vez.

—Te busqué en la fiesta luego de que Mackenzie interrumpió.

Eileen se incomodó ante la mención de aquella mujer. Prefería no volver a escuchar ese nombre.

—Me sentí mal y le pedí a Fabian que nos fuéramos.

Harry dio un paso al frente.

—Esta mañana tuve una extraña conversación con Fabian... bueno, más que conversación sólo él habló.

Eileen caminó a la mesa, donde Harry había dejado la bolsa de papel y abrió con curiosidad. Sacó un vaso de plástico con una extraña bebida color rosa y una dona.

—No estoy segura de querer saber de qué hablaron —no se atreve a mirarlo. No es capaz de hacerlo. Le da un sorbo a la extraña bebida con ayuda del sorbete.

Cuando voltea a ver al azabache, él está de pie justo frente a ella. Nota sus ojeras y lo cansado que parece. Le da una mordida a la dona de azúcar y la deja en la mesa, luego le da otro sorbo a la bebida y también la deja en la mesa.

Harry se mantiene en silencio un momento y se sienta en el sillón, Eileen lo sigue y toma asiento a su lado aún envuelta en su cobija.

—Cuando te vi por primera vez no pude parar de pensar en ti todo el día —confesó con voz suave y una sonrisa— ya había visto un par de fotos tuyas en el expediente y evidentemente había leído todo sobre ti. Tenía tanta intriga por conocerte. Eres tan inteligente, tan fuerte y cuando estuviste de pie frente a mí, quedé completamente cautivado. También fue una sorpresa para mí cuando Kingsley dijo que seríamos compañeros pero estaba feliz —baja la mirada, algo nervioso— el momento en que supe que estaba enamorado de ti fue cuando regresamos del viaje a París. No lo sé, simplemente supe que estaba dispuesto a todo por ti y haría cualquier cosa que me pidieras.

Eileen lo miró con ojos cristalizados, salió de su cálida cobija y se acercó un poco más a Harry.

—Harry... —murmuró, pero tenía la garganta adolorida y apenas pudo pronunciar correctamente su nombre. Potter por su parte tomó las manos de Eileen.

—Pero tenía miedo, ¿sabes? Soy mayor que tú, soy tu jefe y tenía miedo de quitarte la vida que tienes por delante. Por supuesto que había la posibilidad de que yo ni siquiera te interesara, pero eso no quitaba el miedo que sentía y por ello temía acercarme a ti. Yo ya estuve casado y tengo tres hijos, tú recién comenzabas a trabajar para el departamento de aurores —dejó salir una corta risa nerviosa— me moría de celos cada vez que te veía junto a Fabian. Y lo siento... en serio lo siento por haber sido un imbécil por tanto tiempo.

Fue un rápido movimiento en el que Eileen dejó caer la cobija que permanecía en su regazo y se sentó a horcajadas sobre las piernas de Harry tomando por completa sorpresa al azabache. Eileen ocultó su rostro en el cuello del hombre al mismo tiempo que pasaba sus brazos por su nuca en un abrazo.

Al principio, Harry no supo cómo reaccionar y todo su cuerpo se tenso, luego pasó sus manos por la cintura de Eileen y la presionó contra su pecho con fuerza. Harry entonces notó que Eileen lloraba. Una mano permaneció alrededor de su cintura y la otra viajó a su cabeza, donde acomodó su cabello y comenzó a dejar suaves caricias.

—¿Por qué besaste a Mackenzie? —preguntó sin separarse y sólo cuando el llanto se detuvo.

—Para que me dejara en paz para siempre —explicó con calma— Me dijo que si la besaba, me iba a dejar de molestar.

De pronto toda la cordura que tenia lentamente iba desapareciendo al sentir la suave respiración de Eileen sobre su cuello. Cerró los ojos un momento al mismo tiempo que un poco de aire salía de sus labios apenas entreabiertos. Debía mantener la calma antes de explotar en ese preciso momento y hacer algo indebido.

Eileen levantó la cabeza para mirar a Harry, ambas manos del hombre se dirigieron a la cadera de la chica sentada sobre sus piernas y ambos se miraron. Armstrong tenía lágrimas por todo el rostro y Harry se sentía realmente horrible por haberla hecho llorar. No quería que Eileen volviera a llorar por tristeza nunca más.

—Lo siento —murmuró Harry— en serio lo siento.

Su mano derecha se dirigió a la mejilla de Eileen y con su pulgar limpió la humedad debajo de sus ojos. La chica cerró los ojos al sentí el toque de su jefe y se dejó llevar, sólo por un momento, por aquella agradable sensación.

—Harry —habló Eileen en voz baja sin abrir los ojos.

—Dime.

—¿Me puedes besar?

Harry sonrió apenas cuando la mano que tenía sobre la mejilla de la chica viajó con completa suavidad a su nuca. La atrajo hacia él y cuando sus labios estuvieron a escasos centímetros, Potter la miró con ternura.

—Todas las veces que quieras —murmuró Harry.

Y entonces, unió sus labios con los de Eileen. Primero fue un beso lento y algo romántico pero poco a poco se tornaba en algo más intenso y necesitado.

Las pequeñas manos de Eileen se dirigieron al pecho de Harry con la necesidad de quitarle el saco. La mano de Potter que permanecía en la cintura de Eileen se deslizó suavemente por debajo de su delgada blusa de tirantes sintiendo así la suave y tersa piel de Eileen.

Cuando Eileen logró deshacerse de la molesta prenda de su jefe, comenzó con los botones de su camisa.

Fue Harry quien detuvo el beso y alejó un poco a Eileen, ambos se miraron con las respiraciones entrecortadas y aunque antes Eileen ya tenía las mejillas sonrojadas a causa del llanto, ahora todo su rostro estaba de un bonito color rosa.

—Lo siento —se disculpó la chica y dejó caer su cabeza en el hombro de Harry para relajar su pulso y su respiración.

—No te disculpes, amor —tomó con cuidado la barbilla de Eileen entre sus dedos pulgar e índice— Sólo quiero que llevemos esto con calma y quiero que siempre te sientas segura, ¿de acuerdo?

Eileen asiente y coloca sus manos en las mejillas de Harry. En la posición en la que están, ella está ligeramente más alta que su contrario por lo que Potter debe levantar un poco la mirada para verla mejor.

—Siempre me he sentido segura contigo, Harry.

Se inclina un poco y besa con suavidad los labios de Harry una vez más.

Quince minutos más tarde, Eileen estaba acomodada en el sofá comiendo la deliciosa dona de azúcar junto con la extraña bebida color rosa sabor fresa. Harry estaba en la cocina en busca de un té para él mismo.

—¿Y qué es esto que estoy tomando? —preguntó la chica cuando Harry regresó a la sala.

Harry, que se había subido las mangas hasta los codos y su cabello era un completo lío a causa de la chica, sonrió de lado antes de tomar asiento junto a Eileen, dejando la taza de té en la mesita de centro.

—Es una malteada de fresa, hay de muchos sabores pero imagine que te podría gustar esa. Luego podemos ir por otra.

—Eso me gustaría —habló emocionada— es fantástico, nunca había probado algo así.

—Me alegra que te guste —Potter observó con detenimiento cada una de las expresiones que hacía la chica, él simplemente estaba fascinado y estaba completamente seguro de que jamás se cansaría— Eileen, quería preguntarte algo.

La nombrada lo miró de reojo sin dejar de beber, cuando se detuvo, lo miró con una sonrisa. Dejó el vaso casi vacío en la mesa de centro y dejó toda su atención en el hombre a su lado.

—¿Ya no soy "amor"? —el rostro de Harry se encendió de inmediato. Dejó salir una risa nerviosa— Sólo estoy bromeando, ¿qué pasa?

Harry suspiró, tratando de regresar a la normalidad. Tarareo un momento antes de poder conectar su cerebro y lograr decir algo coherente.

—Uhm... bueno, sabes que mañana es navidad y como cada año me invitaron los Weasley a pasarla con ellos y creo que toda la familia irá... como sea, siempre voy porque a los niños les hace mucha ilusión y me preguntaba si, ¿te gustaría ir conmigo?

Lo miró sonrojada. ¿Realmente le estaba pidiendo pasar navidad con su familia? Es decir... con TODA su familia, bueno, técnicamente ex familia. Era algo complicado de explicar. ¿No quería llevar las cosas con calma?

—Lo siento —volvió a hablar Harry— ¿es demasiado pronto?

Eileen dejó salir una corta risa y tomó las manos de su contrario.

—Creo que sí es demasiado pronto, pero no me importa. La vida es demasiado corta para esto. Me gustaría ir contigo, de todas formas, no tenía nada que hacer. Fabian alcanzará a sus padres y me dijo que podía ir con él pero insistí en que no era necesario.

—Perfecto —Potter alcanzó su taza y le dio un sorbo.

—¿Hay algo particular que te gustaría que usara? —el tono de Eileen fue bastante sugerente y Harry casi se ahoga con su bebida causando una risa en Eileen.

—Es algo bastante casual, de todas formas, creo que te ves preciosa con cualquier cosa que uses.

—¿Incluso una caja de cartón?

—Incluso una caja de cartón —aseguró.

Eileen sonrió hasta que sus ojos se hicieron muy pequeñitos.

—Veré que puedo hacer.

Harry sonrió dejando la taza en la mesita una vez más y jalando a Eileen de la cintura para que ambos quedarán recostados en el pequeño sofá. Eileen sobre Potter.

—Eileen, en serio no tienes ni idea de cuanto tiempo desee por esto. Tú y yo, por fin juntos.

—Bueno, no tienes que esperar más.

Le dio un fugaz beso en los labios antes de acomodarse en el pecho del hombre, escuchando los latidos de su corazón. En ese momento no necesitaba nada más.

Notas

¿Qué les pareció el capítulo? Sólo les aviso que el siguiente es MUUUUUY intenso, en el sentido de que hay mucho drama aldkaqldkw aún no decido si debería agregar una escena +18 o saltarme esas partes. Bueno, ya veremos.