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Capítulo 6: Kol Mikaelson

Sigo caminando junto a los demás, pero no puedo evitar que mi mirada se desvíe hacia el profesor Kol. Esa mezcla de emociones que siento de su parte me inquieta. Kol nunca ha sido el tipo de profesor con el que te sientas cómodo, pero esto es diferente. Hay algo más oscuro en él, algo que no había sentido antes. Acelero un poco el paso, mirando hacia donde él desapareció al final del pasillo.

-"Lyra, ¿estás bien?"- me pregunta Lowell, notando mi distracción.

-"Sí, solo... creo que voy a ver algo."- le doy una sonrisa rápida-. "Nos vemos en la cafetería. No tardo."

Lowell me mira con preocupación, pero asiente, sabiendo que cuando me obsesiono con algo, no hay quien me detenga. Sin decir más, me separo del grupo y giro en la dirección que tomó Kol.

Camino por los pasillos vacíos, con cada paso mis sospechas creciendo. La sensación de inquietud aumenta, las emociones de Kol parecen intensificarse cuanto más me acerco. A medida que avanzo, escucho murmullos débiles, como si estuviera hablando con alguien... o algo.

Me detengo junto a una puerta entreabierta, asomándome con cuidado para no ser vista. Kol está en el centro de la habitación, hablando en voz baja con alguien que no logro ver desde mi posición. Pero lo que sí veo es su expresión: una mezcla de ira contenida y desesperación. Está agitado, gesticulando de forma exagerada, como si estuviera discutiendo con alguien que no está de acuerdo con él.

-"No hay tiempo. Los vampiros han adelantado los Juegos de la Amistad."- su voz es baja, pero el tono es urgente.

No puedo ver a quién se dirige, pero de alguna manera siento que no es un simple colega o un superior. Esto es más personal. La energía en la habitación es tensa, casi peligrosa.

-"No me importa lo que cueste."- añade Kol, sus ojos brillando con una intensidad inquietante-. "Hemos llegado demasiado lejos como para detenernos ahora."

Mi corazón late más rápido. Algo no está bien aquí. Algo más grande de lo que cualquiera de nosotros ha estado sospechando. Doy un paso atrás, pero piso una tabla suelta en el suelo que cruje bajo mi peso.

Kol se gira inmediatamente, sus ojos clavándose en la puerta donde estoy escondida. Mi respiración se detiene. Me quedo completamente inmóvil, esperando que no haya notado mi presencia, pero sus ojos oscuros y penetrantes parecen atravesar la madera.

-"¿Quién está ahí?"- su voz suena peligrosamente calmada.

Siento un escalofrío recorrerme la espalda. No tengo muchas opciones. Podría salir corriendo, pero eso solo levantaría más sospechas. Respiro hondo y decido enfrentar la situación, abriendo lentamente la puerta y entrando a la habitación.

-"Lo siento, profesor Kol."- digo con la voz más neutral que puedo manejar-. "No quería interrumpir... estaba buscando la sala de estudio y creo que me perdí."

Kol me observa fijamente, su expresión volviéndose impenetrable. Es imposible saber si me cree o no, pero su tensión disminuye ligeramente. La habitación está vacía, no hay señales de con quién hablaba.

-"Lyra."- dice finalmente, sus ojos nunca dejando los míos-. "¿Qué estás haciendo aquí realmente?"

Mi corazón late con fuerza, pero mantengo mi postura relajada.

-"De verdad, estaba buscando la sala de estudio."- repito con una sonrisa tensa-. "Pensé que estaba cerca, pero me he desorientado."

Kol se queda en silencio durante lo que parece una eternidad, evaluándome. Finalmente, su rostro se suaviza ligeramente, aunque aún hay algo oscuro en sus ojos.

-"No tienes por qué estar aquí ahora."- dice, aunque su tono no es del todo hostil-. "Las clases empezarán pronto, así que será mejor que te prepares."

Asiento rápidamente, agradecida de que no me esté cuestionando más.

-"Claro, lo siento."- digo, comenzando a retroceder hacia la puerta-. "No volverá a pasar."

Antes de que pueda girarme del todo, la voz de Kol vuelve a llenarse de una fría advertencia.

-"Y Lyra, la curiosidad es peligrosa. No te metas en cosas que no te conciernen."

Me quedo quieta, sintiendo cómo su advertencia cala hondo. Sin decir más, me apresuro a salir de la habitación, cerrando la puerta tras de mí. Mis manos están temblando mientras camino de vuelta por el pasillo. Algo no está bien con Kol, y su advertencia me deja más preguntas que respuestas.

Mientras avanzo, me encuentro con Lowell y los demás en la cafetería. Intento sonreír como si nada hubiera pasado, pero sé que no podré ignorar lo que acabo de presenciar.

-"¿Todo bien?"- pregunta Lowell, observándome de cerca.

-"Sí, solo me perdí un poco."- respondo rápidamente.

Pero en el fondo, sé que el profesor Kol está involucrado en algo peligroso. Algo que podría estar relacionado con todo lo que hemos estado sospechando: los hombres lobo, las desapariciones, Ruby... Todo está conectado. Y ahora, más que nunca, sé que tenemos que estar preparados para lo que viene.

Incluso si no sabemos exactamente qué es todavía.

-"Pues yo prefiero el batido de frutas no se vosotros."- la voz de Natalia me saca de mis pensamientos.

-"Nat, es un desayuno, no la merienda."- se burla Claire.

-"¿Y eso qué? El batido de frutas es perfecto a cualquier hora del día."- replica Natalia, levantando su vaso como si estuviera haciendo un brindis.

Claire sacude la cabeza riendo, mientras Lowell me lanza una mirada de complicidad, claramente notando que no estoy tan presente como debería.

-"Oye, ¿estás segura de que todo está bien?"- susurra Lowell, inclinándose hacia mí.

Le doy una pequeña sonrisa, tratando de que su preocupación no me afecte más de lo que ya lo hace.

-"Sí, solo... mucho en qué pensar. Tú sabes."- intento sonar despreocupada, pero no puedo evitar que mis pensamientos sigan regresando a lo que acabo de ver con Kol.

Kevin, que está sentado a unos metros de distancia, alza la vista de su plato con expresión aburrida.

-"Si vais a poneros sentimentales, mejor avisadme para largarme."- dice, con su tono habitual de sarcasmo.

-"Siempre tan amable, Kevin."- dice Natalia con una sonrisa irónica-. "¿Nunca te cansas de ser el gruñón del grupo?"

-"Nunca."- responde él, sin mirarla-. "Alguien tiene que equilibrar tanto optimismo tonto."

Claire suelta una risa nerviosa, intentando aliviar la tensión.

-"Bueno, ya que estamos todos aquí... ¿qué hacemos después del desayuno? Podríamos aprovechar que hoy no tenemos tantas clases para hacer algo juntos, ¿no?"

Kevin frunce el ceño y se encoge de hombros.

-"Haced lo que queráis. Yo tengo cosas que hacer."

-"¿Qué cosas?"- le pregunto, curiosa, levantando una ceja. Después de la advertencia de Kol, estoy más alerta a cualquier cosa inusual.

-"No es asunto tuyo, insecto."- suelta con frialdad, antes de darle un mordisco a su tostada.

-"Siempre tan misterioso."- murmura Natalia, rodando los ojos.

A pesar de su actitud, algo en la forma en que Kevin se comporta me inquieta. Hay demasiadas cosas sucediendo en este lugar, y tengo la sensación de que todos estamos guardando secretos, no solo Kol. Pero antes de que pueda presionar más, Lowell cambia el tema.

-"Podríamos ir al campo de entrenamiento después."- sugiere-. "Hace tiempo que no practicamos todos juntos."

-"Buena idea."- responde Claire, sonriendo-. "Podríamos usar un poco de ejercicio para despejarnos."

Natalia asiente, aunque mantiene su atención en su batido de frutas.

-"Lo que sea con tal de no quedarme encerrada aquí todo el día."

Kevin se levanta de la mesa abruptamente, dejando su plato a un lado.

-"Vosotros id al campo si queréis. Yo tengo que resolver algo antes."

Antes de que alguien pueda decir algo más, se marcha sin mirar atrás. Miro a los demás, notando que todos parecen igual de desconcertados.

-"¿Está todo bien con él?"- pregunta Claire, arrugando el ceño.

-"Con Kevin nunca sabes."- murmura Natalia-. "Pero parece más raro de lo normal últimamente."

-"Quizá deberíamos hablar con él."- sugiero, aunque sé que eso es casi imposible-. "No podemos permitir que siga distanciándose de nosotros. Si estamos enfrentando algo grande, necesitamos estar unidos."

-"Eso es más fácil decirlo que hacerlo."- responde Lowell-. "Sabes cómo es Kevin. No habla de sus cosas... en realidad nunca lo hace."

-"Lo sé."- susurro, más para mí que para ellos.

Mientras terminamos el desayuno, no puedo dejar de pensar en lo que vi con Kol y cómo todo parece estar conectándose de alguna manera. Kevin, Kol, los hombres lobo, las desapariciones... Todo parece un rompecabezas cuyas piezas aún no hemos terminado de encajar.

-"Bueno, ¿quién está listo para el campo de entrenamiento?"- dice Natalia, estirándose-. "Necesito deshacerme de toda esta energía acumulada."

Nos levantamos de la mesa, y aunque intento concentrarme en el plan inmediato, una parte de mí sigue pensando en lo que vi. No puedo dejar que esto se quede sin respuestas. Kol está involucrado en algo grande, y no puedo quedarme al margen.

Antes de que salgamos de la cafetería, me detengo un momento y me vuelvo hacia los demás.

-"Id adelante. Yo os alcanzo en un momento."- digo.

Lowell me mira con preocupación.

-"¿Seguro que estás bien?"

Asiento, tratando de no mostrar mi nerviosismo.

-"Sí, solo necesito aclarar un par de cosas."

Él duda por un momento, pero asiente finalmente.

-"Te esperamos en el campo."

Cuando se marchan, me quedo un momento parada en el umbral de la puerta, respirando hondo. Sé que no puedo ignorar lo que vi, y si quiero llegar al fondo de todo esto, tendré que ser más cuidadosa. Kol tiene secretos, y de alguna manera, estoy segura de que Kevin también.

El campo de entrenamiento puede esperar. Hay preguntas que necesitan respuestas, y no pienso dejar que me adviertan nuevamente sobre meterme en lo que no me concierne.

Con decisión, me dirijo hacia la oficina del director Armand. Es hora de empezar a obtener respuestas.

Llamo a la puerta antes de oír un suave "Adelante." Así que me dispongo a abrir suavemente la puerta y cerrar tras de mi.

Al entrar, me encuentro con el director Armand sentado detrás de su enorme escritorio de madera oscura, sus ojos fijos en unos documentos. Levanta la vista al verme entrar y su expresión, siempre severa pero no hostil, parece suavizarse ligeramente.

-"Lyra, ¿en qué puedo ayudarte?"- pregunta, dejando sus papeles a un lado.

Respiro hondo, intentando ordenar mis pensamientos antes de hablar.

-"Director Armand, hay algo que he descubierto y creo que es importante que lo sepa."- digo, con la voz firme, aunque mi corazón late con fuerza.

Armand entrelaza las manos sobre el escritorio, su atención completamente centrada en mí. Es un hombre que siempre ha transmitido confianza y control, pero en este momento, su rostro no revela nada.

-"Adelante."- dice con calma, inclinándose un poco hacia adelante-. "¿De qué se trata?"

Dudo por un momento, pensando en lo que podría suceder si le digo todo lo que vi. Pero no hay vuelta atrás. Necesito respuestas.

-"Es sobre el profesor Kol."- comienzo, eligiendo mis palabras con cuidado-. "Lo vi hablando con alguien en una habitación vacía. Estaba muy alterado, mencionó algo sobre los vampiros y que los 'Juegos de la Amistad' se han adelantado."

Armand me mira en silencio, sin interrumpirme, pero puedo notar un ligero cambio en su postura, como si estuviera procesando cada palabra con sumo cuidado.

-"Dijo algo sobre que no le importaba el costo, que ya habían llegado demasiado lejos."- continúo-. "No sé con quién hablaba, pero había una tensión... algo más grande está ocurriendo y creo que tiene que ver con las desapariciones recientes."

El director Armand se reclina en su silla, suspirando profundamente mientras me observa. Por un momento, pienso que no va a decir nada, pero luego habla, su tono controlado pero serio.

-"Lyra, hay muchas cosas que ocurren en este lugar de las que quizás no estés al tanto."- empieza, sus ojos manteniéndose fijos en los míos-. "Y algunas de esas cosas son peligrosas, incluso para personas tan especiales como tú."

La advertencia en su tono es sutil, pero clara. Siento un nudo formarse en mi estómago.

-"Lo que has presenciado con el profesor Kol no es algo que puedas entender del todo en este momento, pero puedo decirte que hay fuerzas en movimiento que no podemos controlar fácilmente."- Armand se inclina hacia adelante, sus ojos mostrando una preocupación que rara vez había visto en él-. "Los Juegos de la Amistad son solo una fachada, algo que mantiene un equilibrio frágil entre la academia St. Vladimir y nuestra academia. Si ese equilibrio se rompe, las consecuencias podrían ser devastadoras."

Mis pensamientos se aceleran. Todo lo que he estado sospechando parece estar confirmándose, pero todavía hay tantas piezas que no encajan.

-"Entonces, ¿qué puedo hacer?"- pregunto, sintiendo una mezcla de frustración y determinación-. "No puedo simplemente ignorar lo que vi. Kol está involucrado en algo, y no me voy a quedar de brazos cruzados mientras esto empeora."

Armand se levanta lentamente de su silla, caminando hacia una estantería llena de libros antiguos. Toma uno de ellos y lo coloca sobre el escritorio antes de mirarme nuevamente.

-"No te estoy pidiendo que ignores nada, Lyra. Solo quiero que tengas cuidado."- su voz se suaviza un poco-. "Hay más en juego de lo que puedes imaginar. Si te involucras, debes estar preparada para lo que venga, y eso incluye enfrentarte a cosas que podrían cambiar tu vida para siempre."

El silencio que sigue a sus palabras es pesado, cargado de advertencias no dichas. Estoy a punto de decir algo más, pero en ese momento, la puerta se abre gracias a una enorme explosión que destruye la puerta. Kevin entra, su expresión dura y su mirada dirigida directamente hacia Armand.

-"Tenemos un problema."- dice, ignorándome por completo-. "Han llegado."

Mis ojos se abren con sorpresa mientras miro a Kevin, y luego a Armand, esperando una explicación. Pero ambos hombres están en una sintonía que excluye a todos los demás.

-"¿Quiénes han llegado?"- pregunto, intentando romper el silencio.

Kevin me mira por un segundo, su mirada oscura y llena de algo que no puedo identificar del todo.

-"Los vampiros."

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