Capítulo 4: El rugido del Kanima
Me cuesta respirar, sigo viendo a Alexandra en el suelo, solo quiero pensar que todo es una pesadilla, las lágrimas no cesan, la mirada de Alexandra no se separa de la mía, sus ojos muertos y apagados me duelen cómo dagas en la piel.
Quiero levantarme pero las piernas no me responden, solo quiero que todo sea un mal sueño, para saber qué Alexandra estará bien cuándo despierte, por favor.
Mi mente se llena de recuerdos que tengo junto a ella; la noche de Halloween cuándo ambas teníamos 8 años, aquella navidad dónde ambas estuvimos cantando y haciendo el tonto sin importarnos nada más que la diversión, la tarde de verano del 2019 viendo la temporada 3 de Stranger Things, cuándo ella vino corriendo a contarme que tuvo su primer novio emocionada, o cuándo lo dejaron y vino llorando cuál dramática exagerada. Lo que más duele es saber que son solo recuerdos y que ya no podré verla nunca más, no oír su voz, escuchar su risa... todo queda cómo un mal trago y un recuerdo lejano.
Una mano toca mi hombro, haciéndome sobresaltar, me doy la vuelta para ver a Alexander con una mirada de decepción.
—"¿Qué haces aquí?"— pregunta cruzándose de brazos.
—"Tuve una premonición—. Comienzo a explicar ignorando el cuerpo de mi mejor amiga—. Dónde una criatura atacaba a una chica, le pregunté a Kevin cuándo te dije que iba al baño, él me dijo que era un hombre lobo, quise venir a impedirlo pero-
Miro el cadáver de mi mejor amiga en el suelo, no puedo evitar que el dolor asfixiante vuelva a mí, Alexander se acerca al cadáver, se arrodilla y lo inspecciona.
—"Podrías habérmelo dicho."— comenta sin siquiera mirarme.
—"Lo siento...—. me disculpo aunque no sirva de nada, puedo notar su decepción—. Solo quería evitarlo y ni siquiera fui capaz."
—"¿Viste quién lo hizo?"— se levanta para mirarme.
—"No—. Niego con la cabeza abrazándome a mi misma—. En la premonición vi al hombre lobo, pero cuándo llegué ya estaba así."
—"¿Sabes por qué los hombres lobo atacan en manada?— pregunta sin esperar respuesta—. Porque juntos son más fuertes, pero cuándo un lobo ataca solo se denomina omega, es decir, un lobo solitario que expulsaron de la manada, el hombre lobo que ha atacado a tu amiga es omega."
—"¿Por qué siento que no puedo respirar?"— pregunto intentando respirar.
—"Se llama ataque de pánico."— explica Alexander con calma.
Vuelvo a mirar a Alexandra muerta, lo cuál me sigue doliendo cómo un puñetazo en el estómago, Alexander se interpone para que deje de mirar.
—"Ella era mi hermana—. Confiesa de repente—. Nunca la conocí porque a mí me enviaron a la Academia Nocturna, sí, estoy furioso por eso, ella no tuvo poderes, nunca sabrá que yo existo, pero me hubiese gustado conocerla."
—"Espera—. Intento asimilar la información—. ¿Eres su hermano? pero tienes 22 años, y literal eres profesor y mentor."
—"Ella y yo tenemos 6 años de diferencia—. Continúa explicando—. Cuándo ella nació yo tenía 6 años, es cuándo me separaron de mi hermana, porque mi poder es la teletransportación."
—"Por eso en su casa habían fotos de un niño de seis años y una habitación cerrada—. Comienzo a unir los hilos—. Era tu habitación."
—"Estar en la Academia significa dejar atrás tu vida normal y dedicar toda tu vida a lo sobrenatural."— concluye Alexander.
—"¿Y que se supone que debo hacer ahora?— pregunto cruzándome de brazos—. ¿Fingir que no ha pasado nada y que mi mejor amiga estará muerta para siempre?"
—"Eso no lo sé—. Alexander se pasa una mano por el pelo—. Sólo trata de seguir con tu vida, ahora mismo estás dolida, es normal, así que descansa un poco."
—"Lo intentaré."— respondo sin dejar de sentir que me han arrancado un pedazo de mi alma.
Le doy la mano a Alexander, el cuál sonríe débilmente, para después estar en cuestión de segundos en mi habitación, miro a Alexander el cual sonríe y se va cerrando suavemente la puerta para dejarme intimidad y espacio.
Me acerco a mi cama, agarro el móvil, veo que tenía mensajes de Alexandra y que ya no puedo responder, al menos tengo audios para recordar su voz.
—"Vaya chica, parece que estés muerta—. Comenta Ruby entrando en la habitación junto a Natalia—. ¿que ha pasado?"
—"¿Es necesario preguntar?"— pregunta Natalia cruzándose de brazos.
—"No, pero es nuestra compañera de habitación, preguntar es lo mínimo que podemos hacer—. Ruby sonríe antes de abrir los ojos como platos—. Se que podemos hacer, ir de compras."
—"Tienes que estar bromeando"—. Gruñe Natalia con pocas ganas.
—"Chicas, os lo agradezco, pero quiero estar sola."— respondo con pocas ganas.
—"Me da igual lo que tú quieras—. Responde Ruby decidida—. Tu te vas de compras, quieras o no."
—"Esa es la Ruby que me gusta."— comenta Natalia sonriendo por primera vez.
Ruby me agarra de las muñecas, sacándome de la cama, Natalia por su parte camina detrás de nosotras con una sonrisa, vemos a Claire caminando hacia Lowell y Kevin, pero ninguna de ellas les dice nada.
—"Nos lo vamos a pasar genial, ya verás, Lyra."— sonríe Ruby sin soltarme.
—"Lo dudo."— murmuro.
Salimos de la Academia Nocturna, las tres caminamos por las calles, simplemente camino con las manos en los bolsillos después de que Ruby me soltase para hablar con Natalia, cada calle me recuerda a Alexandra.
—"Tenemos que entrar ahí."— sugiere Natalia.
Ruby asiente, ambas se adelantan entrando en la tienda de zapatos, yo me quedo atrás mientras recuerdo cuándo Alexandra y yo veníamos aquí porque siempre tendia a comprar ropa o zapatos a pesar de que tenía demasiados.
—"¿Vas a entrar o solo quedarte fuera?"— pregunta Natalia mirándome con las cejas levantadas.
—"Si, ya voy."— respondo con poco ánimo.
Entro en la zapatería, observo cómo todo el mundo está cómo congelado en el tiempo, ni siquiera se mueven, entonces se que es cosa de Ruby ya que ella y Natalia están caminando y probándose zapatos.
—"¿Qué habéis hecho?"— pregunto mirando a una niña que está suspendida en el aire.
—"Se llama diversión."— responde Ruby con indiferencia.
—"Pero estáis usando vuestros poderes fuera de la academia—. Miro preocupada a mis dos compañeras de habitación—. ¿no es peligroso?"
—"¿En qué mundo vives?— pregunta Natalia—. No es peligroso."
—"Además, nadie sabrá quién fue."— Ruby sonríe agarrando unos zapatos.
—"Al menos, ¿vais a pagar?"— pregunto.
Ambas se miran entre si, me miran cómo si hubiese dicho una estupidez y comienzan a reírse y seguir probándose zapatos.
Miro unos zapatos, no puedo evitar recordar a Alexandra probándose zapatos y siempre pidiéndome opinión, en otras ocasiones ella siempre solía ponerse tacones y caerse, lo cuál nos parecía gracioso a ambas.
—"Vamos al centro comercial, ¿vienes?"— pregunta Ruby saliendo con una caja de zapatos.
—"Si."— asiento rápidamente.
Nos dirigimos al centro comercial, antes de entrar Ruby abre las manos paralizando todo el centro comercial, Natalia simplemente sonríe y ambas caminan adelantándose.
Suspiro, me adentro al centro comercial, observo a todo el mundo que está congelado en el tiempo, camino por el centro comercial, me dirijo a un pasillo lleno de faldas y pantalones, no puedo evitar volver a recordar a Alexandra probándose ropa, en mi mente parece que el recuerdo sea real en vez de un triste recuerdo, las lágrimas me brotan de los ojos.
—"Creo que hay una dramática en el pasillo de los pantalones."— comenta Ruby usando la megafonía.
—"Sois muy graciosas."— me seco las lágrimas y frunzo el ceño.
—"Oh cielo, la fiesta acaba de empezar."— responde Natalia metiendo una camisa dentro de la bolsa de una chica.
—"Bien dicho, Nat."— Ruby se desliza por el suelo.
Pongo los ojos en blanco, cuándo un zumbido en mis oídos resuena dentro de mi, mi cuerpo se entumece, lo cual significa que voy a tener una premonición, ante mi, aparece una visión en blanco y negro, dónde las luces se apagan, y una especie de lagarto humanoide araña el cuello de Ruby dejándola paralizada.
—"Tenemos que irnos."— trato de alertarlas.
—"¿Y ahora qué te pasa?"— Natalia se cruza de brazos.
—"Que tenemos que irnos, ahora."— insisito en irnos.
Las luces comienzan a parpadear, luego chisporrotean para después apagarse.
—"Ruby, no tiene gracia."— se queja Natalia.
—"No he sido yo."— la pelirroja se acerca a nosotras.
—"¿Entonces quién ha sido?"— pregunta Natalia frunciendo el ceño.
—"Os he intentado advertir—. Me cruzo de brazos—. He tenido una premonición dónde un lagarto humanoide nos ataca.
—"¿Un lagarto humanoide?"— pregunta Ruby sin creerme.
—"Kanima."— responde Natalia rápidamente.
Observo algo en el techo que se arrastra, entrecierro los ojos, para verlo bajar lentamente, es como una serpiente, solo que con brazos y cola enorme, cuándo lo miro, nuestras miradas se cruzan, entonces suelta un rugido bestial.
—"¿Qué cojones es eso?"— pregunta Ruby.
—"Paralízalo."— Natalia insiste poniéndose detrás de Ruby.
Ruby abre las manos intentando paralizar al Kanima pero este simplemente le da con la cola en la muñeca, mientras Ruby se queja de dolor.
—"¿Por qué no se congela?— pregunta sosteniendo su muñeca—. Debería paralizarse."
—"Pues al parecer es inmune a ese poder."— comenta Natalia.
—"¿Y que hacemos?"— pregunto.
—"Explotarlo."— Natalia mira a Ruby—. "Usa la combustión molecular."
—"Claro, porque cómo la inmovilización molecular ha funcionado y todo."— se queja Ruby poniendo los ojos blanco.
Observo a Ruby mover sus manos rápidamente hacia el Kanima, de sus manos sale una pequeña explosión que lanza al Kanima contra una estantería llena de ropa.
—"¿Eso es lo mejor que sabes hacer?"— gruñe Natalia.
—"Oye guapa, no soy Kevin, no lanzo una explosión enorme, lo mío son las explosiones pequeñas."— comenta Ruby mirando al Kanima.
El Kanima se levanta del suelo, nos ruge, su cola le da a Ruby en el estómago y la lanza por el suelo, Natalia y yo vemos a la pelirroja deslizarse por el suelo.
—"Natalia, haz algo."— exijo.
Natalia pone los ojos en blanco, de la palma de su mano sale una pequeña ráfaga de viento, el Kanima sale lanzado hacia una pared cercana.
—"Está claro que soy mejor que la pelirroja."— se regodonea.
—"¡Cuidado!"— señalo al Kanima ir hacia nosotras.
La cola del lagarto golpea a Natalia en el estómago lanzándola contra la pared, yo simplemente retrocedo, cuándo el Kanima está a punto de arañarme con sus afiladas garras, una explosión impacta en su cabeza lanzándolo hacia atrás con fuerza.
—"Pues al final la combustión molecular si que ha servido."— comenta con orgullo Ruby mientras se levanta del suelo.
—"¿Esta muerto?"— pregunto.
—"Lo dudo, parece que es inmune a mis poderes."— simplemente se encoge de hombros.
—"Y a los míos también, eso no me lo esperaba."— Natalia se levanta del suelo con un gruñido.
—"Entonces no sólo tenemos un hombre lobo correteando y matando personas—. Afirmo antes de mirar al Kanima—. Sino que también tenemos un lagarto que puede paralizar a sus víctimas con sus garras y además es inmune a vuestros poderes."
—"Tal vez su parálisis es debido al veneno que lleva dentro."— comenta Natalia.
—"Si, ¿sabéis lo que estoy significa?— pregunta Ruby mirándonos a ambas, sin obtener respuesta—. Idiotas, significa que algo está por venir y que el mundo sobrenatural está patas arriba."
—"Genial."— comenta Natalia con sarcasmo.
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