Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 17: Sombras y Secretos

No tengo ganas de nada, sigo en la cama reviviendo una y otra vez el momento en el que Alexander murió, Ruby apenas pasa tiempo en la habitación, Natalia sigue en la enfermería recuperándose, Lowell me hace visitas para ver cómo estoy, Kevin está por ahí, y Claire bueno, ella está con Kol.

—"Levanta ese cuerpo."— Ruby aparece por primera vez desde ayer en la habitación.

—"Pero si es doña desaparecida."— trato de bromear.

—"Es que tengo una vida muy ocupada."— sonríe.

—"Ya lo veo ni siquiera duermes aquí."— me incorporo para mirarla mejor.

—"Bueno, es que soy muy activa."— se sienta en el borde de mi cama—. "Y tienes a Lowell preocupado cómo un novio preocupado, no es sano."

—"¿Y que sabes tú de eso?"— levanto una ceja.

—"Digamos que se preocupa demasiado por ti."— frunce el ceño.

—"Es un buen amigo."— miento.

—"A mi un chismorreo no se me escapa, entre vosotros dos hay algo más."— me mira con picardía.

—"¿Y entre tú y Kevin?"— le devuelvo el comentario.

—"¿Entre gruñón y yo? nah, no hay nada, más quisiera ese salir con semejante diosa griega."— comenta con su habitual orgullo—. "Soy inalcanzable para él."

—"Haré cómo que te creo."— me río un poco.

—"Mírala pero si sonríe y todo."— bromea la pelirroja.

—"Hoy tengo el entierro de Alexandra y de su hermano mayor y mi mentor."— suspiro.

—"Estarás bien, fueron personas importantes para ti, ahora están mejor, que envidia."— comenta mirando a la pared.

—"¿Perdona que?"— la miro con incredulidad.

—"Digo que... ellos ya no tienen que lidiar con toda esta locura,"— Ruby desvía la mirada, como si hubiese dicho más de lo que quería—. "No es fácil, ya sabes, estar aquí."

—"No lo es,"— admito, sintiendo el peso de sus palabras—. "Pero no envidio su descanso, todavía hay tanto por hacer."

—"Y eso es lo que quiero que recuerdes,"— Ruby se inclina hacia mí, su voz adquiriendo un tono más serio—. "Tienes que seguir adelante, por ellos, por ti."

—"Sé que tienes razón,"— asiento lentamente—. "Pero es difícil no sentir que parte de mí se fue con ellos."

—"Todos hemos perdido algo,"— Ruby suspira—. "Pero si nos quedamos estancados en eso, ¿qué nos queda? Nada. Así que levántate, porque el mundo no se va a detener porque te sientas mal."

—"No todos tienen tu fuerza, Ruby,"— le digo, mirándola con una mezcla de admiración y resignación.

—"No siempre fui así,"— responde, y por un instante, algo vulnerable asoma en sus ojos—. "Aprendí a base de golpes. Y te aseguro que no quieres pasar por lo mismo."

—"Tienes razón,"— admito, sintiendo que algo dentro de mí comienza a cambiar, como si sus palabras hubieran encendido una pequeña chispa de fuerza—. "No quiero quedarme aquí, hundida."

—"Eso es,"— Ruby asiente con aprobación—. "Levántate, haz lo que tienes que hacer, y luego sigue adelante. No estás sola en esto."

—"Gracias, Ruby,"— digo con sinceridad, sorprendiéndome a mí misma al encontrar algo de alivio en sus palabras.

—"No me des las gracias,"— dice ella, sonriendo de nuevo, aunque esta vez su sonrisa es más suave—. "Solo haz lo que digo, y saldrás de esto más fuerte."

—"Prometo intentarlo,"— le respondo, empezando a levantarme de la cama.

—"Bien,"— dice Ruby, poniéndose de pie también—. "Y después del entierro, te invito a una copa. No te puedes negar."

—"No me negaré,"— digo, dejando escapar una pequeña risa—. "Pero solo si tú vienes conmigo."

—"Trato hecho,"— dice Ruby, dándome una palmadita en la espalda antes de dirigirse hacia la puerta—. "Ahora vístete. Tenemos mucho que hacer."

La veo salir de la habitación, sintiéndome un poco más ligera, como si el peso que llevaba en el pecho se hubiese aligerado un poco. Tomo aire profundamente y me preparo para enfrentar el día, sabiendo que, aunque no será fácil, tengo a personas como Ruby a mi lado para ayudarme a seguir adelante. Pero hay algo que me inquieta, ¿por qué Ruby desea tanto la muerte? no lo entiendo, pero supongo que ya hemos hablado suficiente por hoy.

Me visto con algo de negro, pues no sé cómo ir para un funeral pero supongo que algo de negro estará bien. Recibo un mensaje de mi madre, hace mucho que no hablamos y recibirlo me hace querer volver y olvidarme de mis poderes y de la Academia Nocturna.

Camino hacia la iglesia, mi madre ya está allí esperándome, con un vestido negro elegante pero sencillo.

—"Vaya, has perdido color, ¿va todo bien?"— pregunta preocupada.

—"Sí, todo bien, estoy estudiando mucho y apenas tengo tiempo de salir."— miento.

—"Haz amigos, ¿vale?"— me da un suave toque en el hombro—. "Anda vamos, la madre de Alexandra nos espera."

—"Sí, claro, vamos,"— respondo, sintiendo un nudo en la garganta al pensar en enfrentar a la madre de Alexandra.

Entramos en la iglesia, el ambiente es solemne, con la luz de las velas parpadeando suavemente. La madre de Alexandra está de pie cerca del altar, con los ojos enrojecidos pero manteniendo la compostura. Me acerco a ella con pasos lentos, mi madre a mi lado.

—"Señora Hayes,"— digo en voz baja cuando llego a su lado—. "Lo siento mucho."

Ella me mira, sus ojos tristes pero agradecidos.

—"Gracias por venir,"— responde, su voz temblorosa—. "Alexandra te apreciaba mucho. Siempre hablaba de ti como de una amiga leal."

—"Ella... era una persona especial,"— respondo, sintiendo que las palabras no alcanzan a expresar lo que realmente siento.

—"Lo era,"— asiente la madre de Alexandra, forzando una pequeña sonrisa—. "Y sabía que podía contar contigo. Eso significaba mucho para ella... y para mí."

Mi madre se inclina hacia ella, ofreciendo su apoyo con una mano en el brazo de la señora Hayes.

—"Lamento mucho su pérdida,"— dice mi madre, con un tono lleno de compasión—. "Si necesita algo, estamos aquí, siempre serás bienvenida en la familia ya lo sabes."

—"Gracias, vosotras sois muy amables,"— responde la señora Hayes, luchando por mantener la compostura—. "Es difícil... pero es un consuelo ver cuántas personas la querían."

Nos quedamos en silencio un momento, el peso del dolor de la pérdida compartida llenando el espacio entre nosotros. Luego, mi madre me toma del brazo, guiándome hacia los asientos para tomar nuestro lugar en la ceremonia. Me siento junto a ella, mi mente vagando en los recuerdos de Alexandra y todo lo que compartimos.

Mientras el sacerdote comienza la ceremonia, no puedo evitar que mis pensamientos vuelvan a Ruby y a sus palabras de antes. Su comentario sobre la muerte me sigue molestando. ¿Qué es lo que la hace pensar así? No lo sé, pero algo en mí siente que debo entenderlo.

La ceremonia avanza, y aunque las palabras del sacerdote son reconfortantes, no logro apartar esa inquietud de mi mente. Cuando finalmente todo termina, me acerco una vez más a la señora Hayes para despedirme.

—"Cuídese,"— le digo con suavidad—. "Alexandra siempre estará en nuestros corazones."

—"Lo sé, querida,"— dice ella, su voz cargada de tristeza y gratitud—. "Y eso es lo que me da fuerzas para seguir adelante."

Salgo de la iglesia con mi madre a mi lado, el aire fresco del exterior llenándome los pulmones. Pero en lugar de sentirme aliviada, siento una extraña mezcla de emociones. Mi madre me mira con preocupación.

—"¿Estás segura de que estás bien?"— pregunta, deteniéndose para mirarme a los ojos.

—"No lo sé,"— admito, sabiendo que no puedo seguir ocultando lo que siento—. "Es solo que... todo esto es tan difícil."

—"Lo sé, cariño,"— dice ella, envolviéndome en un abrazo—. "Pero tienes que recordar que no estás sola en esto. Tienes a tus amigos, a mí, y aunque no lo parezca ahora, el dolor se irá suavizando con el tiempo."

—"Espero que tengas razón,"— susurro, correspondiendo su abrazo.

Nos quedamos allí un momento, en silencio, dejando que el consuelo de su abrazo me envuelva. Pero mientras lo hacemos, una parte de mí sigue inquieta, pensando en lo que Ruby dijo, en lo que ella misma podría estar enfrentando en silencio.

—"Voy a ir con una amiga,"— le digo finalmente a mi madre, apartándome del abrazo—. "Necesito hablar con ella."

—"Está bien,"— asiente mi madre—. "Solo recuerda que estoy aquí si necesitas hablar, ¿de acuerdo?"

—"Lo sé, gracias,"— le digo, sonriendo levemente antes de despedirme y dirigirme hacia donde sé que Ruby podría estar.

Mientras camino, mi mente sigue dándole vueltas a todo, intentando desentrañar lo que pasa por la cabeza de Ruby y por qué parece tan distante últimamente. Siento que hay algo más, algo que no está diciendo, y aunque no sé si estoy preparada para enfrentar lo que sea, sé que no puedo ignorarlo.

Entro a la Academia Nocturna, me dirijo a nuestra habitación y ahí está la pelirroja con su coleta alta característica y un elegante vestido negro.

—"¿Voy divina verdad?"— gira sobre si misma.

—"Uh..."— la miro.

—"¿No estás preparada para otro entierro o es que voy deslumbrante?"— sonríe.

—"¿Que quisiste decir sobre la muerte está mañana?"— voy directa al grano.

—"Nada olvídalo, tenemos un entierro, ¿vamos?"— sale de la habitación.

—"Bien, cómo quieras."— pongo los ojos en blanco.

Salgo de la habitación dirigiéndome al patio trasero de la Academia Nocturna, es bastante extenso y lleno de plantas, en el centro está Armand el director, junto al cadáver de Alexander en el suelo.

—"Ya era hora, ¿dónde estabais?"— gruñe Kevin.

—"Las chicas tenemos que ponernos guapas a diferencia de ti."— sonríe arrogante.

—"¿Nos hemos perdido algo?"— susurro poniéndome al lado de Lowell.

—"Sólo chorradas sobre la vida."— se burla Lowell.

—"Estoy preocupada."— comenta Claire.

—"¿Por?"— pregunto con curiosidad.

—"El director está demasiado serio."— señala con la mirada.

—"Bueno un profesor está muerto, ¿esperas que esté saltando de alegría?"— interviene Ruby con su sarcasmo.

—"No, pero hay algo que me inquietud."— Claire vuelve a hablar.

—"¿Qué es lo que te inquieta?"— pregunto a Claire, bajando la voz para no llamar la atención.

—"Es solo una sensación,"— responde Claire, mirando de reojo al director Armand—. "Como si hubiera algo más que no nos están contando."

—"Tal vez simplemente es el peso de la situación,"— intenta razonar Lowell, aunque se nota la tensión en su voz.

—"No lo sé,"— insiste Claire—. "Lo he visto manejar situaciones difíciles antes, pero nunca lo vi así... parece, no sé, preocupado o enojado."

Ruby, con su habitual desdén, resopla y se cruza de brazos.

—"Siempre veis fantasmas donde no los hay. El tipo perdió a un colega, claro que está serio. Fin de la historia."

Kevin, que había permanecido en silencio, mira a Ruby con una mezcla de frustración y algo que parece cercanía.

—"O tal vez tú eres la que no quiere ver lo que está pasando realmente,"— dice Kevin, con un tono de voz más bajo, pero cargado de significado—. "Algunos de nosotros aún sentimos... aunque intentemos ignorarlo."

Ruby se queda quieta, y por un instante, su arrogante fachada parece tambalearse. Pero antes de que pueda responder, el director Armand levanta la mano para llamar nuestra atención.

—"Estamos aquí para despedir a un miembro valioso de nuestra comunidad,"— comienza Armand, su voz resonando en el silencioso patio—. "Alexander fue un profesor dedicado, un mentor, y un amigo para muchos de nosotros. Su pérdida es un golpe profundo para la Academia, pero su legado perdurará en los corazones de aquellos a quienes tocó con su sabiduría y su amabilidad."

El discurso del director sigue, pero mis pensamientos comienzan a divagar. Las palabras de Kevin, la respuesta contenida de Ruby, y la inquietud de Claire hacen eco en mi mente. Todo parece fuera de lugar, como si hubiera piezas de un rompecabezas que no terminan de encajar.

—"Lo que sea que esté pasando,"— murmuro a Lowell, apenas moviendo los labios—. "No creo que se termine con este entierro."

Lowell me mira, sus ojos reflejando la misma preocupación que siento.

—"Tienes razón,"— admite en voz baja—. "Pero ahora mismo, lo mejor que podemos hacer es mantenernos atentos."

Ruby, que debe haber captado nuestro murmullo, nos lanza una mirada rápida antes de volver a centrar su atención en Armand, pero su postura relajada parece más un acto forzado que una realidad.

El director Armand concluye su discurso y un silencio reverencial envuelve el patio. Los estudiantes y profesores comienzan a pasar uno por uno para dar su último adiós a Alexander. Cuando llega mi turno, me acerco al cuerpo de mi mentor, sintiendo una opresión en el pecho. Me arrodillo a su lado, incapaz de contener las lágrimas mientras murmuro unas palabras en su honor.

—"Gracias por todo,"— susurro—. "Te prometo que haré que tu sacrificio valga la pena."

Cuando finalmente me levanto, siento una mano en mi hombro. Es Ruby, su expresión, por una vez, libre de su habitual sarcasmo. Sin decir nada, asiente ligeramente, como si entendiera lo que estoy sintiendo.

Nos apartamos junto a los demás mientras el cuerpo de Alexander es cubierto. El director Armand, aún con una expresión grave, hace un gesto para que nos retiremos. Sin embargo, antes de que podamos hacerlo, Claire se detiene de repente, mirando fijamente a la sombra que proyecta el edificio de la Academia sobre el patio.

—"¿Qué... qué es eso?"— dice, su voz temblando levemente.

Seguimos su mirada y vemos lo que parece ser una figura encapuchada, apenas visible en la penumbra. Una energía oscura y densa emana de ella, algo que ninguno de nosotros había sentido antes.

—"Esto no es bueno,"— murmura Lowell, dando un paso hacia atrás.

Ruby se adelanta instintivamente, su cuerpo tenso y listo para cualquier cosa.

—"¿Qué demonios...?"— empieza a decir, pero la figura se desvanece antes de que pueda terminar la frase.

El patio queda en silencio, todos mirándonos unos a otros, intentando procesar lo que acabamos de ver. La inquietud de Claire, la preocupación del director Armand, la oscuridad en la mirada de Ruby... todo parece conectado, y un terrible presentimiento comienza a instalarse en mi pecho.

—"Algo está muy mal aquí,"— digo finalmente, rompiendo el silencio.

—"Y tenemos que averiguar qué es,"— añade Kevin, su voz llena de una determinación sombría.

Ruby, que hasta hace unos minutos parecía desinteresada en todo lo que no fuera ella misma, ahora está visiblemente preocupada.

—"No podemos ignorar esto,"— dice, su tono serio—. "Sea lo que sea, no va a desaparecer solo."

—"Entonces averigüemos qué está pasando,"— declaro, mirando a mis amigos con determinación—. "Por Alexander, por todos nosotros."

El grupo asiente, y mientras nos alejamos del patio, el peso de lo que acabamos de presenciar se siente cada vez más pesado. Sabemos que algo oscuro acecha en la Academia Nocturna, y aunque no estamos seguros de lo que es, estamos decididos a enfrentarlo juntos.

—"Ruby quiere decir unas palabras."— anuncia Armand.

¿Qué?

Miro atónita a Ruby, la cuál se dirige hacia Armand y el cadáver enterrado.

—"Si todos los reyes tuvieran sus reinas en el trono, abriríamos champán y haríamos un brindis."— sigue hablando la pelirroja—. "A todas las reinas que luchan solas. Cariño, no estás bailando sola. Creo que es gracioso, pero cariño, no puedes dirigir este programa tú sola."— Ruby habla mirando a todas las chicas que hay, sin centrarse en los chicos—."Puedo sentir mi cuerpo temblar, hay mucho que puedo soportar, te mostraré cómo se comporta una verdadera reina, oh no hay damisela en apuros, no necesitas salvarme. Una vez que empiezo a respirar fuego, no podrás domarme y podrías pensar que soy débil sin una espada, pero si tuviera una, sería más grande que la tuya."

Todas las chicas aplauden, Ruby simplemente sonríe con su arrogancia volviendo a su rostro, yo me quedo flipando, Lowell está atónito, Kevin frunciendo el ceño y Claire estupefacta.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro