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33.-Dia libre.

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Tras una celebración, que duró hasta la hora de salida, el lanzaguisantes regresó a casa, con una sonrisa que demostraba la felicidad que había sentido hace poco.

Durante el camino, no paraba de observar a su alrededor con gran entusiasmo, como si hubiese comenzado a ver solamente el lado rosa del mundo.

Estaba contento.

Una vez llegó a su hogar, fue recibido por aquella pequeña margarita, quien no pudo recibirlo adecuadamente, pues fue tomada del tallo y cargada entre las vainas del lanzaguisantes.

—¡Sarahí, lo logré! -dijo él entre risas, mientras la observaba desde abajo- ¡Estamos dentro!

Ella no podía hablar fácilmente. Su risa contagiosa terminó por afectarle, haciendo que también riera mientras se dejaba cargar.

Pea dio algunas vueltas con ella en el aire, sostenida por sus vainas. Tras algunos segundos, terminó con un pequeño abrazo y la soltó en el suelo nuevamente.

—¡Jeje, me alegro por tí! -comentó ella, con una sonrisa. Aún soltaba algunas pequeñas risas por el movimiento de hacía algunos momentos.

Él se agachó a su altura y acarició su cabeza brevemente, antes de ir con su madre y contarle su día.

Sarahí lo miraba con una sonrisa, mientras cerraba la puerta e iba tras él, para unirse a la pequeña conversación.

-...-

Durante la noche, jugaba con Sarahí en su pequeña consola. Ambos se divertían un poco, sentados en el sofá, jugando al título: "Humans Vs. Zombies™".

—¡Cuidado! -gritó ella al notar que su compañero iba a ser atacado.

—¡Lo tengo, lo tengo! -comentó en respuesta tras recibir el aviso, mientras controlaba a su personaje para esquivar y atacar de vuelta.

A pesar de ser un juego violento, ambos lo tomaban como lo que es: Un juego ficticio. Se divertían sobreviviendo a hordas de zombies y aniquilando a estos mismos en dúo.

Entonces, el teléfono sonó.

—Ups! Espera, iré a contestar. -mientras él pausaba el juego, dejó a la margarita para ir tomar el teléfono de la cocina.

Al tomarlo con si vaina, una voz familiar le hizo sonreír.

—¡Torchwood! ¿Qué tal, amigo ¿Cómo va todo? -preguntó sonriendo, con emoción.

—Bien, bien, gracias. -respondió el tronco, al otro lado de la linea- Hey, escuché que lograste entrar al evento.

—Sí, es cierto. Fue un martirio, pero lo logré al final. No pude haberlo hecho solo. -culminó Pea con algunas risillas.

—Me imagino. ¡Oye! Me preguntaba si querías salir mañana a pasar el rato por la ciudad. Ya sabes, divertirnos como antes. -preguntó el tronco en llamas.

—Mientras no sea igual que la última vez, jeje. -bromeó- Bien, me gustaría ir...

-...-

Tras algunos acuerdos, Pea regresó con la margarita para continuar el juego.

—¿Y quien era? -preguntó la margarita, mientras comía ositos de goma.

—¡Hey, te he dicho que no comas dulces en la noche! Ya sabes que te complican el sueño. -regañó un poco, mientras le quitaba los dulces.

—Bueno, ya, está bien. -aceptó con sospechosa facilidad, pues aún tenía algunos dulces escondidos- ¿entonces, quien habló?

—Fue Torchwood. Me pidió salir mañana a una salida de amigos. -él retomó el control, y esperó a que ella tomara el suyo.

—¡Woah... ¿Salir?! ¡Se oye divertido! ¿Puedo ir? -la emoción de la margarita subió de 0 a 100 en pocos segundos.

Pea no sabía que decir. Podía ser que su amigo deseaba una salida juntos cómo antes, sin nadie más. Pero tampoco podía rechazar a la pequeña.

Entre la espada y la pared, lo que terminó por hacerlo decidir fue la inocente cara de emoción que Sarahí tenía, y con la que lo miraba a los ojos.

—Bueno, está bien. Tal vez no habrá inconvenientes si vienes conmigo. -el lanzaguisantes se sintió derrotado.

Ante su respuesta, recibió un abrazo de la margarita, mientras repetía la palabra "Gracias" con alegría.

Él también sonrió, y pocos segundos después, continuaron su partida.

—¡Oye, ¿que te dije?! -Pea alzó la voz al ver que comía de sus dulces que ella tenía escondidos.

Ella soltó algunas risas, mientras salía corriendo de él con las gomitas.

Esa noche estuvo un poco movida, y ruidosa.

-...-

Al medio día, el par de plantas se hallaban esperando en el lugar indicado: Un parque común, el cual tenía pocos transeúntes planta, para tratarse de un finde.

Ella miraba a su alrededor con asombro. Había varios lugares llamativos que quería ver, y algunos puestos que parecían vender comida deliciosa.

—¡Hey, no te vayas lejos! -él advirtió. Parecía una especie de niñero al lado de ella.

—¡Pero... pero mira allá! -ella apuntó con su hoja una heladería- ¡Hace mucho calor, y sé que tu también haz de querer uno! -intentó persuadirle sin pensarlo mucho.

—Pero si somos plantas... -susurró para él mismo, antes de responder- Bien, te compraré uno.

Ante sus palabras, los ojos de la pequeña se iluminaron, y salió corriendo hacia la heladería.

Los intentos del lanzaguisantes para detenerla fueron nulos, por lo que no tuvo de otra, mas que seguirla.

-...-

Los dos yacian en una banca, disfrutando de un helado en una "calurosa" tarde.

Ella comía de su helado alegremente, mientras que Pea, del suyo sin prisa.

—¿Me puedo comer el tuyo? -preguntó Sarahí tras haberse acabado su helado, y mirar que Pea no comía mucho del suyo.

Él se lo cedió sin ninguna objeción. Rápidamente ella lo tomó y se lo comió. Fue tan rápido, que terminó congelandose el cerebro.

—No debiste comerlo tan rápido, ¿sabes? -dijo él.

—Si... Creo que es cierto... -posó su hoja en su frente, con la intención de "aliviar" su dolor.

Aún si pudo aliviarse del dolor segundos después, siguió disfrutando del helado, pero ahora sin mucha prisa.

-...-

No pasó mucho tiempo hasta que el tronco se apareció. A lo lejos, le fue difícil intentar llamar la atención de ambos. Fue su suerte la que hizo que los dos lo avistaran a lo lejos.

—Oh, allá está. -Pea saltó de la banca en donde yacían. Con una vaina, apuntó hacia la dirección del tronco.

—Oh, ¿ese es Torchwood? -preguntó la pequeña, al mirar al objetivo. Bajó de la banca segundos después- No lo había visto antes.

—Sí, es él. -respondió antes de caminar hacia el tronco, con Sarahí a su lado.

Conforme se acercaban, Torchwood los recibió con un saludo.

—¡Hey, Pea y...! -él miró a la margarita- Y... Tú debes de ser Sarahí, ¿Cierto?

Ella asintió con una sonrisa, la cual se desvaneció levemente a los pocos segundos.

—Oye, ¿Cómo es que sabes mi nombre? -preguntó ella, curiosa.

—Oh, bueno, verás: Pea suele hablar de una "peculiar" margarita a quien quiere mucho y vive con él. Y la única margarita que veo a su lado en este momento eres tú. -concluyó con una sonrisa confiada.

Pea se sintió un poco avergonzado ante tal revelación. Le parecía vergonzoso que Sarahí supiera que habla de ella con sus amigos.

—¡Bueno, estoy feliz de que Pea me quiera mucho! -abrazó una de las vainas del lanzaguisantes- ¿Y qué más dice de mí?

Ante su nueva pregunta, Pea intervino en la charla.

—¡Hey...! ¿Qué tal si nos divertimos un poco por los alrededores? -como excusa para cambiar de tema, sugirió.

—¡Claro! Debería de haber bastantes cosas divertidas para hacer, cerca de aquí. ¿Por qué no caminamos un poco y buscamos algo que hacer?

Ante la propuesta del tronco, Pea aceptó. El trío de plantas comenzó una caminata en busca de algo que hacer. Pea y Torchwood caminaban juntos, charlando de algunas cosas. Sarahí andaba delante de ellos.

—Ví que encontraste miembros para tu equipo. Me alegra saber que participarás. -soltó el tronco, mientras avanzaba.

—Bueno, no podía desaprovechar la oportunidad. Además, entré no solo por mi, sino por los demás. -dijo Pea.

——Me imagino. ¿Quien no quisiera conocer a los grandes ídolos? -Torchwood rió un poco antes de volver a hablar- Lamento no haber podido participar contigo.

—¿Eh? ¡Ah, no te preocupes! Debí ser un poco más rápido para haberte invitado, pero está bien. -al decir eso, volteó hacia Sarahí, quien revoloteaba delante de ambos- ¡Hey, no te alejes mucho!

Ella se disculpó y se tranquilizó un poco. Torchwood soltó otras risas más.

—Parecen dos hermanos, ¿Lo sabías? -este comentó.

—Bueno, un poco. Mamá también bromea con eso, y puede que ambos tengan razón... Aunque tenemos la misma edad, es como si fuera mi hermana pequeña.

Mientras hablaba, el lanzaguisantes observaba a Sarahí con una sonrisa serena. La había dejado de ver cómo a una chica conocida más, para verla como si fuera de su familia.

Sarahí, en cambio, se mostraba feliz en todo momento. Miraba a sus alrededores los distintos lugares y puestos de comida del parque con asombro, mientras que también llamaba la atención de los demás por sus coloridos pétalos.

—Veo que es feliz. A diferencia de cuando contabas de la vez en que la conociste, ahora parece alguien diferente, ¿no crees? -el pedazo de árbol en llamas dijo. Sus ojos también observaban a la planta multicolor.

—Claro... Y me alegro por ello. -brevemente culminó, sin deshacer su sonrisa.

Ambos aumentaron el paso al notar que ella se alejaba un poco de los dos. Entre risas, corrían detrás de Sarahí

Excepto el tronco. Él saltaba. Pobre, no tiene piernas. :(

-...-

Habían pasado un rato juntos. Ya sea un paseo por el parque, o un almuerzo en las bancas, habían pasado toda la tarde.

Ahora, Pea y Torchwood observaban, desde un quiosco, a Sarahí divertirse con otras plantas más jóvenes que ella. Se divertía bastante entre las atracciones del parque.

Entre las risas que tenían al verla jugar, el tronco soltó una curiosa pregunta.

—¿Y sabes que fue de los demás?

—Ah, ¿de los chicos y las chicas? -ante la pregunta del guisante, el tronco asintió. Pea prosiguió- Bueno, solo supe que Aldro participará, y que Bruce también. Ambos, en distintos grupos.

—Es bueno saberlo. Me gustaría ver de qué son capaces. -el tronco carcajeó brevemente- ¿Y de las chicas? ¿No tienes noticias?

A Pea se le había formado una ligera sonrisa nerviosa, antes de responder

—Oí que Polyantha se unió a un equipo. Aunque me contaron que estaba enojada porque no la consideré para mi equipo. -posó su vaina por detrás de su cabeza, de forma nerviosa.

—¿Es por eso que la evitaste a toda costa? -soltó la pregunta el tronco.

—¡Bueno, no era mi culpa! ¡No sabía que estaba libre, ya que había dado por sentado que todo mundo tenía su equipo!

Soltó su excusa el lanzaguisantes. Tras ello, volteó de regreso a donde la margarita jugaba. Miró a las demás plantas con las que ella jugaba, siendo estos sorprendidos por los múltiples colores de los pétalos de Sarahí.

—Al menos debiste preguntar. -dijo el tronco, entre risas.

—A la próxima lo tendré en cuenta... -se le formó una ligera sonrisa más tranquila, mientras soltaba una risa- También escuché que Sunny y Diana decidieron no participar. Sunny me contó que practicaría sus métodos de curación con su madre, y Diana dijo que entrenaría bajo sus propios métodos.

Sin dejar de mirar a su "hermana", Pea le contó a su amigo tronco.

—Oh, es sorprendente. Aunque en cierto punto se comprende. Es difícil para un médico de combate entrenar en medio del campo de batalla. -reflexionó brevemente el pedazo de árbol.

—Si. Mejoras tu concentración bajo presión y todo eso, pero si tus habilidades de curandero no son adecuados desde un inicio... -el guisante continuó y culminó el tema.

Tras algunos segundos, ambos continuaron la charla. Intercambiando información sobre los demás.

Algunos participarían, otros no. Era de esperarse, y no había problema en ello.

Cambiando el tema, conversaron de otros temas y sucesos pasados. Tales como aquella invasión en las orillas Sharkbite.

Sarahí volvió con ellos, minutos más tarde. Y todos reunidos, celebraron el término de su día ante la puesta del sol, tranquila y pacífica.

Con varias plantas paseando por ahí, y las faloras encendiendose una vez la noche llegaba, el trío se despidió y volvió a separarse.

El dúo de "hermanos" regresaron a casa. De camino, Sarahí contaba a Pea sobre su día de diversión en las atracciones del parque, y sobre los amigos que había hecho durante el día. Él la escuchaba, con una sonrisa en su rostro, atento de sus aventuras.

Arribaron a casa minutos después. Y de ahí, no tardó mucho para que todo mundo terminara su día, con un merecido descanso.

-...-

Otro día pasó como si nada. El merecido descanso finalizó y comenzó nuevamente la semana.

Aquel primer día de la semana, Pea había llegado a la academia sin ningún inconveniente. Tenía mentalizado que ese sería el primer día de entrenamiento para el tan aclamado evento, y que intentaría no desaprovecharlo.

Sin embargo, mientras su mente pensaba en el futuro entrenamiento, chocó con una planta mayor a él.

Desconcertado, volvió a la realidad. Habiendo notado lo ocurrido, se recuperaría y volvería hacia la otra planta para disculparse. Más no esperaría que fuese él con quien se habría topado.

—¡¿Alex?! -sobreexaltado, exclamó. Sabía que después de haberlo molestado, incluso con algo leve como lo era un empujón, las cosas no terminarían bien- Oye, lo lamento, ¿okay? No hay razones para complicar esto aún más.

Intentó persuadir al repetidor, quien le daba la espalda a todo momento. Lo cual hizoa Pea preocuparse más.

Entonces fue que él volteo a verlo de reojo, con una mirada penetrante y sombría. Pea ya esperaba lo peor...

—Tsk... -fue lo único Alex que soltó, antes de seguir su camino.

Sorprendido, el lanzaguisantes se alivió bastante, mientras veía que Alex se alejaba poco a poco.

Por fin había podido evitar un conflicto con él, por lo que se sentía bien con ese milagro...

Y entonces supo que algo andaba mal.

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Bad Cap. corto, solo para aclarar pequeños detalles.
(Aparte de que no quería ir directo al tema principal)

Sorry, not sorry.

2291 palabras. :/

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