-Waaaaa... ¡que bonitas!- dije soltando algunos aplausos mientras las veía, pero luego volteé a Duncan.- ¿Puedes verlas? Si no, puedes usarme. Así podemos disfrutar todos.- me apoyé en su pecho para seguir disfrutando del espectáculo.

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- Puedo verlas... Tranquila.- dije sonriendo y abrazándola suavemente.- Tienen un movimiento muy fluido, ¿verdad? Es toda una experta... Jejejeje

Los demás estaban viendo la pequeña danza como si fuera algo maravilloso y genial... Pues lo era, tanto que Rassel y Lion estaban anonadados.

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-Bailan de forma tan bella... es increíble... yo no podría hacer nada como eso con mis sombras... solo cosas muy pequeñas...- comenté mientras seguía mirando aquel baile hasta que la canción de Alice terminó y las figuras de fuego hicieron una reverencia, a lo que aplaudimos.- ¡Bravo, Alice!- dije orgullosa.

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Alice hizo la reverencia al mismo tiempo que sus lindas y detalladas figuritas de llamas.

- Chicos y chicas, espero que les haya gustado, ahora me encantaría dejarles en manos de Orión, el domador de bestias de hielo.- dijo de forma algo exagerada antes de ir a su sitio y dejar a Orión el protagonismo.

- Bien... Haremos muchas cosas hoy... Pero... Mmm... Soy alguien que no es muy bueno imaginando cosas. Así que necesitaré que todos me ayudéis... ¿Qué tal si hago aparecer a vuestros animales favoritos? Empezamos con las chicas... Mmm... Bell, ¿qué tal si me dices tu animal favorito?

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-¡¿Eh?!- dije casi dando un salto por la sorpresa de que mi nombre fuera el primero.- Ay, lo siento mucho, Orión. Pero no creo que que los colibríes sean un animal muy feroz como para domar.- sonreí apenada por no darle una respuesta mejor.- Si te sirve... un tigre... o un oso...

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- Bueno... Yo antes de decir eso miraría bien a mi alrededor. - dijo el albino, pues mientras Bell se enrrollaba hablando, ya había hecho aparecer varios colibríes al lado de ella.

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-¿Uhm?- al voltearme para saber a qué se refería Orión, vi aquellos hermosos colibríes de hielo volando a mi alrededor.- ¡Waaaaaa, son preciosos!- sin dudarlo, hice un colibrí de sombra que se puso a danzar en vuelo con uno de los de hielo, casi parecía una representación del equilibrio en el mundo debido a sus colores, como el Ying Yang.

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- Bien... Ahora Rose, ¿cuál es tu animal favorito? - le preguntó Orión sonriendo muy levemente.

- El lobo... Son hermosos- dijo ella algo tímida.

Orión amplió la sonrisa y todos vieron como de la nada aparecía un lobo de hielo y varios cachorros del mismo animal.

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-Awwww, son una familia, que lindos.- algunos de los cachorros se acercaron a nosotros, cuando uno de ellos vino a mí, le acaricié la cabeza.- Jijijiji está frío. Pero es muy tierno. -tomé la mano de Duncan para que también lo acariciara.- ¿No es tierno, Dudú?

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- El hielo me es difícil de ver, pero seguro que es muy tierno.- dije sonriendo suavemente.- Me alegra mucho que lo estés disfrutando.

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Cargué al cachorro entre mis manos y lo subí a mi regazo. Como Duncan estaba cerca de mí, esperaba que lo quisiera tocar un poco más para verlo mejor.

-Lo estoy pasando genial. No sabía que Orión tuviera una faceta tan juguetona. Parece que, a pesar de todo, podría llevarse bien con los niños.- reí levemente imaginando a Orión siendo papá y rodeado de pequeños.

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- Orión es mucho más amable de lo que aparenta... Con los niños puede llegar a ser incluso demasiado amable... Me lo puedo imaginar mimando demasiado a sus futuros hijos.

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-¿Acaso volviste a entrar en mi mente? Eso es lo mismo que imaginé.- dije riendo mientras volvía a bajar al cachorro de mi regazo y este iba con el lobo más grande a darse mimos con sus hocicos.- Oh, Dios mío... que escena tan tierna y hermosa...- el lobo más grande comenzaba a lamer la cabeza de los pequeños y estos a juguetear entre sí fingiendo pelear y mordiéndose entre ellos orejas y patitas con los típicos movimientos de un bebé de animal salvaje.- Dudú... ¿en serio no los quieres ver? Realmente es algo muy tierno...

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- Tranquila, puedo saber lo tierno y lindo que es solo con escucharte hablar de ello... Los tonos de voz son muy informativos.

Orión fue pasando por los animales de todos, hasta llegar al de Travis, que literalmente dijo dragón.

Nadie lo esperaba, pero un enorme dragón de hielo y algunos más pequeños fueron creados de la nada gracias al albino.

Era algo extraño, pero cuando usaba sus poderes de hielo durante un tiempo, tanto sus ojos como su pelo se volvían del color del material. Algo digno de ver, eso sin duda.

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-Esto pasa de lo tierno y cae en lo majestuoso.- dije sorprendida por aquel enorme reptil de hielo.- Nunca podría crear yo una cosa así...

Cuando miré a todos, estaban embobados con aquel ser de hielo tan grande, pero solo una persona no lo miraba, sino a su creador. Alice estaba como en un sueño por su rostro y mirada mientras observaba al albino cosa que me hizo reír por lo bajo.

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Alice estaba embobada con Orión, todos los demás con su increíble creación de hielo, un enorme dragón que se iba acercando a todos como si los fuera saludando.

Aquella bestia se partió en mil y un fragmentos dando lugar a muchos dragoncitos de tamaños diversos y formas algo más simplonas, pero igual de lindas.

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Cuando los dragoncitos aparecieron, empezaron a corretear entre nosotros. Entre risas, intentábamos atraparlos, pero estos revoloteaban o corrían con más prisa para huir de nosotros.

En uno de mis intentos por atrapar a uno, dejé caer mi cuerpo sobre el regazo de Duncan debido a que había perdido el equilibrio. Al estar ahí, sobre él y con esa bella mirada aún disponible a mis ojos, no pude sino sonrojarme.

-¡L-lo siento, Dudú!- dije rápidamente tratando de incorporarme.

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- No pasa nada... ¿Estás bien? ¿No te hiciste daño? - pregunté tomándola por la cintura y pegando más mi cuerpo al de ella para poder incorporarnos de nuevo.

De repente la tierra tembló ligeramente, una pequeña corriente eléctrica me erizó por completo y un ruido de derrumbe inundó el lugar, seguido de un grito de auxilio.

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Al escuchar todo aquello, los chicos retrocedieron de lo que era el lugar donde estaban, pues la tierra se había abierto en un agujero. No lo pensé mucho, solo me puse en pie y saqué de mis sombras la silla de Rose.

-¡Tenemos que mover a Rose de aquí!- le dije a Duncan cuando escuché esa voz que gritaba y la reconocí.- ¡Rassel!

Travis y yo nos asomamos al agujero y lo vimos dentro de este a punto de caer al vacío. Estaba demasiado lejos para que yo lo pudiera alcanzar con mis sombras sin hacerle daño.

-¡Tenemos que sacarlo de ahí! ¡Rassel, aguanta, no te muevas! ¡Mantente ahí tanto como puedas!- volteé a Travis.- ¿Cómo lo sacamos de ahí?

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- Tengo una idea...- dijo antes de que yo pudiera reaccionar.- Jared... Hacemos el Tarzán.

Quizás sonaba demasiado infantil, pero lo que sucedió fue bastante impresionante, pues Jared creo unos hilos que se adhirieron a los pies de Travis, quien saltó al agujero agarrando a Rassel.

Fue más fácil de lo que en un principio aparentaba, pues Rassel sólo tenía que atender a su agarre en la espalda del rubio mientras este escalaba por el hilo que Jared había creado.

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Como vi que el rescate de Rassel iba bien hasta el momento, seguí ayudando a los demás a controlar a los chicos debido al caos que se había formado en un momento.

Fui a atender a Lion, quien lloraba de miedo y sin moverse el lugar. Lo abracé para calmarlo y consolarlo mientras intentaba convencerlo de que fuera conmigo para alejarlo del peligro.

Mientras, vi que Orión y Alice se encargaban de Rose y Víctor, yo tenía a Lion conmigo e iba a atender a Noel también. Vi también que Duncan se apresuraba a ayudar a Iván. Estábamos haciendo un buen equipo por suerte, y todo marchaba bien, solo esperaba poner a todos a salvo y que pasara el mal rato.

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Noel comenzó a resistirse, diciendo una y otra vez que no necesitaba ayuda... Comenzaba a ponerse nervioso hasta el punto en el que todos escuchamos como cogía ingentes cantidades de aire y soltaba uno de sus gritos sónicos.

Los demás tendrían unos segundos de sordera, pero en mi caso... Fue fatal. Perdí toda concentración posible, no escuchaba mis propios pensamientos, no sabía si estaba gritando o llorando, solo sabía que todo me dolía, no era capaz de sentir mis alrededores. Travis, el agujero, ahora él tampoco podía ver porque mis ojos se habían cerrado.

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Tuve que cubrir mis oídos con mis manos al escuchar aquel grito. Estaba aturdida por un momento y todo lo que escuchaba era un pitido fuerte. Agité mi cabeza un poco esperando que fuera pasando ligeramente pero me sentía completamente ida. Pasó más de un minuto para que pudiera volver a escuchar algo con claridad o al menos, lo más posible.

-D....Dudú... -susurré y luego lo busqué con la mirada.- ¡Dudú, no!- como Noel se seguía resistiendo a irse conmigo, tuve que usar mis sombras para alejarlo del lugar.

Al lograr moverme, llevé como pude a Lion a donde los demás habían alejado en un lugar seguro a los chicos. Al dejar a Lion al cuidado de Alice y Orión, fui rápidamente donde Duncan.

-¡Dudú! ¡¿Estás bien?!- dije al llegar frente a él y tomar su mano.- ¡Dudú, respóndeme!

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No podía escuchar... Pero sentí su mano, eso me calmó lo suficiente al menos, como para poder hablar.

- Rassel, Travis, agujero... Él ya no ve...

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-¿Qué...?- me estremecí por completo al escucharlo.- ¡Ay, no!- con todo el dolor de mi alma tuve que dejar a Duncan justo ahí, soltar su mano, y dejarlo solo para ir a ayudar a Travis.

Cuando llegué cerca del agujero, Jared ayudaba a Rassel a salir, pero Travis se había quedado dentro y pedía ayuda. Me acerqué al borde y la verlo, me alegré de al menos poder tomar su mano.

-¡Travis, calma, estoy aquí!- tendí mi mano al frente.- ¡Toma mi mano!