- Todo listo por aquí, mi dulce ángel... Acabamos de ordenarlos todos y estamos a puntos de irnos a dormir, de hecho, Orión ya está más que roncando.- le dije a su mente a la vez que mi cuerpo estaba tomando lugar en la cama.

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-Genial... aunque no sé si me pueda dormir esta noche. Estoy demasiado emocionada por mañana. ¿Podrías ayudarme con eso?- dije algo apenada en mi mente también.

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- Mmmm... No sabría cómo ayudarte si no estoy ahí contigo, pero creo que puedo hacer una pequeña cosa.- dije antes de mostrarle directamente una imagen del cielo estrellado y de fondo una dulce canción de cuna, la única que siempre había estado en mi mente.

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-Es perfecto, Dudú... gracias. Que tengas dulces sueños, amor. Te espero mañana para que pases a por mí. Estaré lista a la hora acordada...

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- Buenas noches, mi Belly... Descansa y ten lindos sueños.- le dije antes de quedarme dormido yo, tan plácidamente.

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Me dormí con aquella bella sensación y con una sonrisa en mi rostro. Involuntariamente abracé mi almohada con cariño y más de una vez susurraba el nombre de Duncan dormida. Así pasé toda aquella noche antes de la misión.

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En la mañana siguiente, fue Alice una de las primeras en despertar, amanecer temprano se estaba haciendo costumbre para la compañera de habitación de Bell.

Yo me había despertado temprano también, tenía muchas ganas de enseñarle a Belly todo lo que podíamos hacer cuando estamos juntos. Fui a vestirme y a preparar todo lo que llevaríamos, estaba demasiado emocionado, y eso que Orión ya no estaba en la habitación.

Hasta llegué una hora antes a estar frente a la habitación de mi amado ángel.

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Luego de las burlas de Alice por haberme encontrado hablando dormida, me preparé con el traje que ella me había cedido, bastante cómodo y bueno para correr y moverse.

Cuando estuvimos listas, escuchamos la puerta. Al abrir, encontré que Duncan ya estaba allí.

-¿No es un poco temprano aún, Dudú?- pregunté con una risita al ver que estaba completamente listo.- Buenos días.

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- Buenos días, mi amor... Estaba demasiado emocionado así que acabé por despertarme temprano.- dije sonriendo y abrazándola.- Me alegra que hayas podido dormir, ¿lista para tu primera misión?

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-Más que lista, jefe.- dije saludando en pose militar, pero con una amplia sonrisa.- Debemos pasar a por Travis. Porque supongo que Orión ya está más que listo y esperando por nosotros, ¿no es así?

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- Orión seguramente está durmiendo en el coche.- dijo Alice saliendo a la vez que nos esquivaba.- Iré yo a por Travis, id vosotros a los furgones que nos esperan fuera.

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-Está bien, los esperamos allá.- tomé el brazo de Duncan y caminé con él dando leves saltitos de emoción.- No puedo esperar a llegar. Sé que debo ponerme seria, pero algo me dice que esto saldrá más que bien.

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- Claro que saldrá bien, y aún mejor sabiendo que iremos todos juntos... Además, aunque sea tu primera misión, estamos seguros de que podemos confiar en ti, así que estamos muy tranquilos por eso mismo.- dije enredando mis dedos con los de ella.

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-Daré lo mejor de mí en esta misión. Lo prometo...- sonreí antes de divisar los vehículos que nos esperaban en la puerta de la academia.- ¿Iremos en eso?

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- Nosotros iremos en el hammer de ahí detrás con los demás, el resto de coches son de los swats... Nos ayudarán a apresar a los empleados del laboratorio.- dije mientras llevaba a Bell hacia un coche alto y de apariencia robusta.- Aquí iremos, Orión está dentro durmiendo.

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Ese extraño auto o lo que fuera, me pareció extravagante, pero no debía sorprenderme, era mi primera misión, cosas así debían ser muy comunes por como actuaba Duncan.

-Buenos días, Orión.- lo saludé sonriendo cuando entré para que se despertara.

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- Buenos días... ¿Ya es hora de salir? - dijo mi hermano albino bostezando y limpiándose las babas de las comisuras de la boca.- Espero que hayas dormido bien, el primer poder que se va a usar es el tuyo, cuñadita.

- Hermano... No eres nada convincente con esa cara.- dije yo alzando una ceja.

- ¿Y qué? Ni qué los swats no me hubieran visto dormir nunca... Por cierto, Bell, yo entraré por mi cuenta con Duncan, es menos peligroso así... Tendremos el doble de oportunidades, nosotros entraremos por el aire.- dijo Orión como si nada mientras veía como Travis y Alice llegaban.

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-De acuerdo, será más fácil para mí llevarlos así.- me volteé sonriendo al ver que Travis también se montaba.- Hola, Trav. ¿Listo para la misión?- dije mientras lo abrazaba por el cuello.

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- Mucho más que listo pequeñaja, aunque sinceramente, tengo algo de sueño aún.- dijo riéndose y abrazando a Bell como quien abraza a una hermana pequeña.

- Ya somos dos... Si quieres dormir, Travis, adelante... Tardaremos un poco en llegar al laboratorio.

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-¿Por qué están tan cansados? Yo estoy entusiasmada y llena de energía.- reí levemente mientras sentía que nos movíamos en aquel vehículo.

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- Tú no tuviste que escuchar a Duncan cantar toda la bendita noche.- dijo Orión tapándose la cara con una gorra militar.

- Yo escuché a Bell llamar a Duncan toda la noche.- dijo Alice.

- Y yo me di en la frente con la pared durante la noche y con el calor tuve que darme varias duchas en la madrugada.- soltó Travis.

- En definitiva, solo vosotros dos pudisteis dormir como es debido.- soltó Alice riéndose.

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-¡¿Qué?!- sentí como toda mi cara se ponía terriblemente caliente.- ¡Alice, no tenías que decir eso en frente de todos! ¡Uuuuuuuigh!- me cubrí la cara por la pena.

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Todos en el coche rieron con ganas pasándolo bien y acariciando la cabeza de Bell.

- Tranquila, que no te de vergüenza, después de todo, estamos en confianza y sabemos lo empalagosos que sois.- dijo Orión sonriendo como pocas veces hacía.

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Hice un puchero cruzada de brazos. Otra vez me estaban tratando como una niña, aunque, bueno, era la menor del grupo, así que era de esperarse un poco ese comportamiento hacia mí.

-Dudú, ¿puedes mostrarnos a Travis y a mí cómo es ese lugar a donde vamos? No quiero que me falte sitio por revisar.

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- Por supuesto... Os lo enseñaré a todos.- dije sonriendo ampliamente.

- Abstente de enseñarmelo a mí, yo ya lo he visto.- dijo Orión como si nada.

Yo me concentré y uní las mentes de nosotros cuatro, omitiendo a mi hermano, para enseñarles el lugar, las celdas de los pacientes, los pasillos y las posiciones de los guardias.