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Cuando entré, llamé la atención de Pedro con mis sombras para que supiera que estaba allí. Le sonreí maternalmente y me acerqué lentamente. Abrí los brazos para saber si quería un abrazo, al menos, quería comenzar por calmarlo con eso.
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Pedro la miró mientras sus tiernos ojos se llenaban de lágrimas y corría hacia ella para abrazarla y comenzar a llorar desconsoladamente. Estaba soltando todo aquello que había guardado y expresado en forma de nerviosismo, pero ahora que podía y se sentía relajado con Bell, no podía guardar más ese miedo que lo sobrecogía.
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Lo abracé con sumo cariño y le di varias caricias en la espalda para que se calmara lentamente. Esperé, para que soltara todo lo que necesitaba. Fueran minutos u horas, al fin Pedro soltaba todo lo que había sufrido.
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Tras unos pocos sollozos, Pedro se calmó por completo, se alejó un poco de Bell y se limpió la cara con la manga de su suéter, el cual le quedaba algo largo.
- Ya... No...- dijo con dificultad señalando sus orejas.
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Le sonreí y le acaricié la cabeza. Luego saqué la cajita con los aparatos y le señalé sus orejas. Tomé uno y le mostré cómo ponérselo, luego se lo di para que usara ambos.
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Pedro se los puso con cautela, estaba algo emocionado porque quería saber si eso le permitiría hablar y conversar con ella con naturalidad.
- Hola... Hola, holaa, holaaaaa.- decía cada vez más emocionado.- Bell, Bell, escucho de nuevo... ¡Esto es genial! jejeje jejeje
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-Y veo que ya puedes hablar también. Me alegro mucho, Pedro.- lo volví a abrazar compartiendo su alegría.- Te lo prometí, te dije que te ayudaría. Pero yo no soy la única de mérito.- me separé de él y le señalé a Clara.- Esa chica de allí fue quien hizo esos aparatitos que estás usando para escuchar.
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- ¿De verdad? Guau...¿Debería... Agradecerle?- dijo el chico ladeando levemente la cabeza.- Seguro que le costó mucho hacerlos para mí... Me gustaría darle las gracias... Y a ti también, Bell... Has hecho mucho por mí en poco tiempo...
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-¿Quieres salir conmigo para agradecerle a Clara?- pregunté tomándolo de la mano.- Estoy segura de que le gustará mucho ver lo feliz que eres con su invento.
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- ¿No crees que le daré miedo? Puede que se asuste de mí... O algo así.- dijo con algo de vergüenza.- Es que no sé... Me da un poco de cosita.
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-Nunca lo sabrás si no lo intentas. Este es el primer paso para hacer amigos, Pedro. Yo tampoco sabía si tú te asustarías de mí y aún así me aventuré a conocerte. Puedes hacer lo mismo y tener una nueva amiga. Anda, vamos. Veras que no pasará nada. Clara es una buena persona, un poco enérgica, pero muy buena.
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- Está bien... ¿Me ayudarás si me trabo al hablar? Por favor... - dijo algo tímido y agarrándose el borde el suéter para intentar encontrar el valor necesario.- Venga... Si no acabaré por ir al rincón y no salir...
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-Vamos, estaré a tu lado todo el tiempo. Puedes hacerlo.- sosteniendo su mano, salimos ambos y fuimos donde Clara.- Amiga mía, te presento a alguien especial.
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- Ho-hola.- dijo Pedro aún algo avergonzado y jugando con el borde de su ropa.- Gra-gracias, por los aparatos... Bell dijo que los hiciste tú.
Clara parecía estar entre el borde de las lágrimas de emoción y las ganas de devorar a mimos al chico que tenía tan adorable frente a ella... Finalmente prevalecieron cabezas más sensatas y solo corrió a abrazarlo.
- Tan lindo.... Por favor, no tienes que tener tanta pena... Eres adorable, espero que te gusten mucho y te funcionen bien... ¿Se sienten cómodos?
- ¿¿Eeeeeeeeeeh?? S-si... Mucho...
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-Despacio, Clara, le va a dar un infarto a Pedro. Deja que procese el hecho de que lo está abrazando una extraña.- aunque era una especie de regaño, lo tuve que decir entre risas, ya que no me pude aguantar al verlos a los dos tan tiernos y lindos así abrazados.
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- Jejeje, lo siento, no pude evitarlo.- dijo Clara alejándose un poco.- Es que eres demasiado tierno, Pedro... ¿Qué me dices? ¿Te funcionan bien?
Pedro asintió algo más cómodo al no estar siendo abrazado.
- Son geniales, oigo muy bien y son muy cómodos.- dijo sonriendo muy lindo.
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-Al menos ahora está más calmado.- dije dándole unas caricias en la cabeza al chico.- Pero debes ir a dormir, Pedro. Ya los demás duermen y es tarde para ti. Vamos, te llevaremos a tu celda para que descanses.- con un gesto, invité a Clara a unirse a nosotros.
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- Sí... - dijo sonriendo levemente, pero igual de lindo.
- Te acompañaremos las dos... Oh, si tienes algún problema con los aparatos, te molestan o pasa cualquier cosa, no dudes en decirlo y vendré a comprobarlo. También si tienes alguna pregunta... Puedes dormir con ellos o incluso bañarte o bucear, no se caerán o romperán. - dijo Clara sonriendo emocionada y feliz.
- Gracias, los cuidaré mucho... Y creo que sí me los quitaré para dormir, por si acaso, hasta que me acostumbre.- dijo más feliz que nunca, aunque no se separaba de Bell en ningún momento. Casi como un cachorrito siguiendo a su mamá.
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-Está bien, incluso si se rompen por algún descuido, Clara lo puede reparar cuando pase. Así que no tienes que temer por eso, solo disfruta tu regalo cuando entramos a la celda, lo llevamos a su cama a que se acostara y lo arropé con la manta.- Buenas noches, Pedro. Ten dulces sueños, pequeño.- le di un beso en la frente y me despedí de él con una sonrisa cordial.
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- Buenas noches, Bell, buenas noches, Clara.- dijo sonriendo demasiado feliz como para poder ocultarlo.
- Buenas noches, pequeñajo. Duerme mucho para mañana estar genial y que nosotras no nos pongamos tristes.
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-Te dejaremos tranquilo. Lindos sueños.- tomé la mano de Clara para sacarla de ahí o se quedaría toda la noche admirando la ternura que es Pedro durmiendo.- Vamos, tú también tienes que descansar. Que no me gusta que te pongas a trabajar hasta tarde. Te llevaré a tu cuarto, Cris ya debe estarse preguntando a dónde me llevé a su hermana. Jijijiji
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- Cris debe estar ya en el séptimo sueño, pero sí, debería irme a dormir también.- dijo Clara riéndose y tomando bien la mano de Bell.- Gracias por dejarme venir a verlo, es muy tierno.
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-Querías saber cómo actuaron Omaira y Andrea. Así que te mostré la reacción de Pedro. Eres su salvadora.- la llevé en una sombra justo frente a la puerta de su habitación.- Ahora, descansa, mañana ya seguirás haciendo cosas para los chicos.
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- Eso dalo por hecho... Tú también descansa, escuché que tienes algo muy importante que hacer, no te duermas muy tarde.- dijo Clara abrazándola antes de entrar a su habitación.
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Me despedí de Clara y luego fui directo a mi habitación en una sombra. Era casi obvio, la bella durmiente con la que comparto cuarto estaba más que en el quinto sueño, así que solo me di una rápido ducha y me acosté.
-¿Dudú? Ya estoy en la cama, cariño. ¿Qué hay de ti? ¿Terminaste los papeles?
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