- Cuenta conmigo, Bell, es muy agradable escuchar tu voz, hacía mucho que no oía a nadie.- dijo Andy acariciando suavemente el pelo de Bell.

Omaira se acercó a ellas con algo escrito en una de las páginas de la libreta.

"Oi, que sigo aquí... Ambas tenéis unas voces hermosas."

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-No te he olvidado, Omaira. Y gracias. Pero cuando dije que quiero contar, me refería a ambas. Así que quiero saber si tú también estás dispuesta a poner un poco de ayuda a la causa. Quiero tener amigas con quienes pueda contar aquí.

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Omaira asintió repetidamente con emoción. En su rostro y ojos se notaba que estaba ansiosa no sólo por salir de allí, sino, más que nada, por ayudar a que todos estuvieran tan libres como el resto de la academia.

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-No se preocupen, las cosas marchan bien. Y pronto ustedes podrán ayudarme con los chicos del ala C. Ellos serán unidos a ustedes para que estén bajo su cuidado y en conjunto se puedan apoyar. Así tampoco estarán solos en sus celdas.

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- Waaa~ eso suena lindo, podremos cuidar de nuestros pequeños... Seguro que todos son muy adorables.- dijo Andrea sonriendo muy amplia y dulcemente.- Ya quiero conocer al chico o chica al que cuidaré.

"Lo mimarías demasiado, acabaría siendo un pequeño consentido." escribió Omaira, a lo que Andrea respondió hinchando un poco sus mejillas.

- Esos niños seguro que necesitan mucho amor, no será malo mimarlo un poco.

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-Andrea tiene razón. Son chicos que no han recibido ninguna atención o muestra de cariño más allá de lo que le damos nosotros aquí. Solo de tener un día de campo, fue increíble el cambio que dieron todos a mejor. Solo necesitaban cariño y amigos con quienes compartir.

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- ¿Ves, Omi? Solo necesitan ser mimados.- dijo Andrea realmente feliz.- Aaaah... Será como volver a tener a mis hermanitos pequeños, será tan genial... Ya quiero conocerlos.

"Le diste en su punto débil, A Andy le encanta cuidar a niños, ama a cualquiera que sea menor que ella."

-¡Omi! Me haces ver como una asaltacunas.

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Reí con ganas ante la conversación con aquellas chicas. ¿A qué le tenían miedo los demás? Ellas eran unos ángeles. Era imposible que fueran tan peligrosas como decían, pero bueno, debía a estar que todos tenemos nuestros momentos difíciles.

-En unos pocos días se llevará a cabo esa unión. No debería tardar. Pronto los conocerán. El papeleo ya está asignado para cada persona del ala C y M. Ah, si. Me gustaría pasar a hablar con Jorge. Él estará asignado a mí, por lo que tendremos que cuidarnos entre nosotros. ¿Sería una descortesía si me retiro un momento?

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- No es ninguna descortesía, pero para eso es mejor que vayas con el chico que ha venido contigo.- dijo Andrea sonriendo.- Jorge es muy ansioso y es bastante conocido por ser un asesino a sueldo famoso, además, su poder es bastante impresionante... Ten cuidado, no porque sea ciego quiere decir que le sea difícil acertar... Tiene mucho instinto.

"Ni siquiera nosotras nos hemos acercado mucho a él, da bastante miedo."

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-No se preocupen, no tengo miedo. Y Dudú, el chico que me acompaña, me protege aunque no lo parezca. Justo ahora, también lo está haciendo. Espero que disfruten mucho de sus regalos y de sus nuevas compañías cuando vengan los del ala C. Omaira, cuando me vaya tendré que regresarte a tu celda. Por ahora, puedes pasar el rato aquí mientras hablo con Jorge.- dije antes de dirigirme a la puerta.

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"Gracias, Bell, aprovecharemos para hablar de muchas cosas que no conocemos de la otra."

- Lo mismo digo, muchas gracias, Bell.- dijo Andrea volviendo a abrazar a Bell antes de dejar que se fuera con Duncan, que esperaba algo lejos, pero frente a la celda.

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Al salir, fui a encontrarme con Duncan frente a la celda de Jorge. Lo miré por unos segundos antes de hablar con mi pareja.

-Quiero entrar, quiero que me vaya conociendo. No tengo miedo, pero... temo que él no se tome bien el hecho de que quiera ayudarle... ¿Qué crees?

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- Todos deseamos ayuda, yo, él, Travis, las chicas... Ese no es el problema, sino la predisposición que pueda tener a fiarse de ti.- dije acariciando su espalda suavemente.- Lo conseguirás, de eso estoy seguro.

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-De acuerdo... -suspiré.- Aquí voy...- abrí la puerta de la celda y entré con lentitud, ni siquiera sabía si me había escuchado entrar.- Hola, Jorge... Soy Bell, soy una amiga...

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- Ya... Aquí las paredes son finas... Y sé muy bien que tu noviecito está en posición de ataque dentro de mi cabeza.- dijo como si nada, yendo al grano.- ¿Qué quieres de mí? Ya no hago encargos, no puedo salir de aquí.

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-No vine por un encargo, vine porque quiero ayudarte. Escucha, no soy un celador ni ninguno de esos científicos que solo quiere experimentar contigo. Solo soy alguien como tú que quiere ayudarte a que recuperes tu vida y la puedas vivir plenamente... Y estaré dispuesta a hacer lo que sea para lograrlo... Así que, me gustaría que aceptaras mi ayuda.

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- Por supuesto... Pero déjame decirte algo.- dije sonriendo.- Y es algo de lo que tu noviecito no se puede enterar... Así que dile que salga de tu cabeza... Y de la mía, o te quedarás sin saber un pequeño secreto.

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-Está bien, voy a confiar en ti.- dije suspirando.- Dudú, déjanos solos por dos minutos. Luego regresa.- le pedí de favor esperando que confiara en mí por si ocurría algo en ese tiempo.

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Cumplí sin problemas con la petición de Belly, pues sabía que no se dejaría atrapar y en el peor de los casos, siempre puedo volver a la mente de ambos.

- Bien, ahora que de verdad estamos solos, te diré... Que sé que estás más cerca de tu límite de lo que intentas aparentar... Ya comienzas a sentir los efectos del abuso de tus poderes... Espero que sepas que hay pastillas que arreglan eso.- dijo Jorge sin más sentándose en el camastro que había en la celda.

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-¿Q-qué...? ¿D-de qué estás hablando...?- no podía creer que Jorge supiera del límite de mis habilidades y más aún de que yo estaba sintiendo sus efectos secundarios.- Yo... no quiero asustar a nadie. Si tomo esas pastillas, Dudú estará siempre preocupado por lo que haga, Travis también... mucha gente está pendiente de mí, no puedo decepcionar a nadie más... así que, por ahora, aguantaré lo que sea necesario, por ellos... - me acerqué a él hasta estar frente a frente.- ¿Cómo sabías eso?

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- Digamos que es mi quinto sentido, ya que soy ciego después de todo.- dijo Jorge medio recostándose.- Tu chico toma esas pastillas, ¿tú te preocupas cuando usa sus poderes?¿Acaso no los usa continuamente? Si las tomaras, le ahorrarías a tu novio eso mismo, preocuparse.

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-Jum, veo que me quieres cuidar. Hagamos algo, si yo accedo a tomar esas pastillas, ¿podrías tú permitirme visitarte a menudo para ayudarte también?- me alegraba que fuera cierto lo que decía Travis, Jorge tuvo un instinto de cuidarme de solo estar cerca de él.- Si tú lo aceptas, yo me cuidaré.

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- ¿Eres tonta? Ese trato ni siquiera debería ser válido, quizás ese truco te funcione con los de preparatoria, aquí hay adultos, pequeña. No me decepciones y tómate esas pastillas o salgo ahora mismo afuera y le cuento a tu novio lo que sé de tus poderes.

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-¡No! Por favor, no lo hagas. Ha tenido mucho de qué preocuparse últimamente, y más aún conmigo... No quiero que vuelva a tener otro colapso por mi culpa... La última vez estuvo en coma autoinducido...

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- Entonces cuídate por ti, o haré con todos los que conoces lo que mejor de me da.- dijo Jorge sonriendo como no nada.- Los mataré... Aaah, y si te cuidas, es hasta posible que me piense eso de que vengas, no permito que alguien que no se cuida, me cuide a mí.