- Está bien, te encargo mi bastón y la silla de Rose.- dijo el rubio tomando en sus manos a modo de princesa a la mencionada.

Iván se mantenía agarrado suavemente de la camisa de Travis, al parecer sin intenciones de soltarlo en ningún momento. También parecía algo desorientado, como si no se hubiera enterado del todo de a dónde irían.

- En marcha chicos... A la aventura.- dijo Travis haciendo que todos sonrieran felices, lo cual hizo que Iván también sonriera.

Jared, Rassel y Lion también sonrieron como niños y Noel parecía algo más tranquilo y afable. Ese era el efecto que el rubio tenía en todos ellos... Y Rose tampoco se quedaba atrás a la hora de ser carismática para todos.

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Tras guardar ambos objetos en mis sombras, fui caminando con todos los chicos alrededor. Sonreía, pero también me causaba algo de envidia lo bien que Travis los lograba animar y dirigir debido a la confianza que le tenían.

Tardamos un poco para llegar al jardín debido a que no era sencillo guiar a un ciego bajando las escaleras si llevaba a alguien cargado, y tampoco a Rassel se le daba muy bien aquello. Sin embargo, cuando llegamos al jardín, solo pude sonreír.

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Todos los que podían correr fueron hacia la gran manta que cubría suavemente el césped, había muchas cosas, juguetes, elementos y cestas que abrirían a la hora de comer.

Alice llevaba un pantalón corto y se encontraba entre ambos chicos, Duncan y Orión, quienes sonreían al ver a todos fuera.

Travis avanzó para dejar a Rose sentada sobre la manta con mucho cuidado y Víctor ayudaba con Rassel.

Travis volvió al lado de Bell, pues Duncan estaba saludándolos a todos y ya haciendo que Lion dejara los juguetes que había traído.

- Bell, ¿ocurre algo? Estabas más callada de lo normal cuando bajábamos... ¿No te sientes bien?

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-No, no es nada, Trav.- le sonreí al mirarlo y luego miré a todos los demás cómo se instalaban para relajarse y pasarla bien.- Veo... que Rose y tú saben mucho de ellos y se llevan bien. Es muy bueno eso... te ayudará cuando quieras... apadrinar a alguno de ellos para salir...

Ni cuenta me había dado que, mirando a los chicos disfrutar, las lágrimas habían comenzado a salir de mis ojos. Muchos sentimientos me atacaron de repente. Orgullo y felicidad por esa escena, pero también tristeza e impotencia por lo que había pasado.

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La mano de Travis llegó, muy certeramente, a la cabeza de Bell, la cual comenzó a acariciar con ternura.

- No llores, pronto confiarán tanto en ti como lo hacen conmigo. Es gracias a ti que están fuera, en cuanto se den cuenta, serás su amiga, salvadora y por supuesto, compañera. Aunque... Si de mi dependiera, te diría que no te encariñes demasiado con ellos. Pero decirte eso sería cruel... Tanto para ti, como para ellos. De todas formas, quiero que seas consciente de que no todos llegarán con vida a la etapa universitaria.

Después de decirle aquella dura verdad, el rubio fue junto a sus compañeros, no sin antes sonreír y darle unas palmaditas en la cabeza.

- Vamos, es un día de celebración... Es mejor que juguemos todos juntos para que te agarren confianza.

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Bajé la mirada ante lo que me dijo el rubio. Suspiré profundamente y sequé mis lágrimas tratando de animarme. Si al menos les podía dar esta felicidad a ellos, que así fuera.

-¡Espérame, Trav!- le dije un poco más alegre y tomé su mano en el trayecto para llevarlo con todos a la manta sobre el césped.

Cuando me senté con ellos, me acerqué a Duncan con alegría y le di un beso en la mejilla sin siquiera avisar.

-Te extrañé, Dudú.- le dije con cariño.- ¿Todo fue bien por aquí?

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Reí ante el beso, sabiendo que ella no podía tomarme por sorpresa tan fácilmente.

- Ha ido todo genial... Tuvimos un pequeño percance en la cocina, pero por suerte Orión apareció en el mejor momento, como siempre.- dije alegremente.

- Nada más llegar, parecen divertirse mucho... Espero que les guste lo que Alice y Orión han preparado. También dejaremos margen por si Travis quiere hacer fuegos artificiales.

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-Jijijiji, fue buena idea al final de todo traerlos aquí... merecen esto, y creo que nadie se ha puesto a pensar que también... lo necesitan...

Tomé la mano de Duncan entrelazando sus dedos con los míos y lo miré con una sonrisa relajada.

-Gracias por apoyarme con esta idea... no hubiera podido hacerlo sin tu ayuda... sin la de todos... pero sobre todo... sin el apoyo que me diste todo el tiempo...

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- Las buenas ideas deben ser apoyadas, mi Belly... Y tranquila, lo que yo hice no es nada comparado con lo que haces tú por ellos.- dije sonriendo de forma serena y totalmente despreocupada.- Puede que todos los días pasen miles de sucesos raros, extraños o terribles... Pero hoy no, para nosotros no.

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-Solo quiero que sean felices, que la pasen bien... que hagan bonitos recuerdos que logren borrar de sus mentes los malos del pasado...- suspiré y miré a los chicos.- Dudú, ¿puedes... hacerme un favor? Espera aquí un momento. Voy a traer a Travis con nosotros. También quiero que esté frente a ti cuando lo hagas ver, porque sé que, a pesar de todo, te lo querrá agradecer. ¿Me esperas?

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- ¿Estás segura de que lo primero que tiene que ver es a mí? Me apostaría las manos a que lo que más desea ver es a ti... Después de todo... Te ama, y si yo pudiera ver, preferiría que fueras mi primer paisaje... Mucho antes de mirar al cielo o a otra persona de este mundo.

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-Lo sé, Dudú. Solo quiero que lo hagas. Cuando él me vea, sé que serás la segunda persona que quiera ver con tal de agradecerte.- le di un beso y me levanté de su lado para ir con Travis.

Él estaba conversando y jugando con los chicos, por lo que me acerqué lentamente y le puse mis manos sobre los hombros para llamar su atención.

-Oye, Trav, ¿puedes venir conmigo un momento? Quisiera mostrarte algo...- dije con tono juguetón para intrigarlo.

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- Claro.- dijo con una sonrisa acorde a un chico de su edad.- Vamos.

Se levantó con emoción, tomándola de la mano, aún sabiendo que Duncan lo estaba percibiendo todo.

- ¿Qué es lo que quieres mostrarme? - dijo con bastante curiosidad.

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-Uhm... -esperé a que estuviéramos cerca de Duncan para responderle.- Es solo que quiero que veas algo.- al decir eso, le hice una seña a Duncan, a sabiendas de que Travis no lo notaría, esperaba que no fuera algo molesto para él, pues yo estaba emocionada por Travis.

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Asentí, pues para mí los movimientos de Belly eran obvios, pero para Travis no.

Abrí mis ojos, pues le daría la vista sin tocarle... Aunque eso significara que yo no podría cerrar los ojos en todo ese tiempo.

Dirigí mis ojos hacia Travis y me concentré.

La primera reacción del rubio fue literalmente un salto, algo normal para quien lleva tiempo sin ver y de repente se encuentra tanta luz y colores. También se tapó los ojos debido a la luz del sol matutino, una reacción bastante normal.

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-¡Travis!- lo sujeté por el brazo.- ¿Te duele? ¿Estás bien?

No creí que su reacción fuera tan estrepitosa, pero supuse que era normal para volver a acostumbrarse a la luz. Solo esperé que se tomara su tiempo para adaptarse, pero no lo solté en ningún momento para que supiera que estaba ahí.

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Travis asintió suavemente, fue retirando la mano poco a poco para acostumbrarse a la luz y lo primero que vio fue sus propias manos.

Después simplemente se giró para ver a Bell, quien con su apariencia, no hizo más que hacer que la amara aún más de lo que ya lo hacía.

- Sabía que eras linda... Pero no imaginé que lo fueras tanto.- dijo llevando su mano a acariciar el pelo de ella con suavidad.- La forma en la que se mueve tu pelo es divertida.

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Reí levemente mientras me sonrojaba. Estaba feliz, orgullosa, su sonrisa no se comparaba con el brillo del sol. Miré a Duncan con lágrimas en mis ojos y le susurré un muy leve "gracias", luego miré a Travis.

-Quería que tuvieras este... pequeño y momentáneo obsequio. Lo deseabas mucho, y considero que lo mereces...- di un par de pasos para dejarme ver por completo por él.- Como dijiste, soy pequeñita. Jijijiji....

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- Pues sí que lo eres, jajajajajaja... Pareces una nenita de 12- dijo riéndose con la mayor de las alegrías.

Después me miró, sus ojos fueron implacables y directos a los míos. Una mirada sin compasión, solo ira contenida y total hacia mi persona.

- Gracias... Por dejarme ver de nuevo... Aunque eso no cambia que eres la persona a la que más aborrezco en este mundo.- dijo con absoluta franqueza.

- No esperaba caerte bien de repente solo por hacer que veas de nuevo, tampoco lo hice por ti... Ella me lo pidió.- dije suspirando.

- Al menos una cosa que dicen de ti es mentira... Tus ojos no dan miedo, solo son raros.

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Sabía que no tendrían la mejor de las conversaciones, pero ya era un avance que se trataran con tanto respeto hacia el otro.

-Para mí, sus ojos son muy bonitos. No sabría cómo explicar la belleza que tienen, pero los adoro...- comenté sonriendo.- Trav, también mira a los chicos. Estoy segura de que te gustaría verlos a ellos también.- sin pensarlo, tomé las manos de ambos y fui a donde estaban los del ala C.

Entre juguetes, leves risas y conversaciones, todos se divertían a su manera, pero al menos lo hacían, y eso me daba muchísimo placer.

-Mira, Trav, están sonriendo... ellos... son felices...- dije con un tono orgulloso y conmovida.

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- Jamás pensé que realmente vería sus sonrisas o los vería jugar.- dijo Travis sonriendo ampliamente.- Para ellos, este momento es como una Navidad para un crío... Y todo es gracias a ti, Bell.

Alice nos interrumpió todo, incluso llamando la atención de los demás chicos que dejaron de jugar para mirarla... Sinceramente, ella parecía una niña más.

- Chicos... Creo que es hora de que saquemos algunos de los juguetes, también podemos jugar al escondite, será divertido... Después comeremos y tendremos una gran función para todos.

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Todos se emocionaron mucho, incluso yo quería compartir con ellos. Travis se veía emocionado de poder saber a dónde moverse y qué hacer para ordenar el caos y a la vez tomar los juguetes para compartir con todos ellos.

No me les uní a pesar de que quise, porque noté algo inusual. Miré a Duncan un poco preocupada y le hablé bajo.

-¿Tienes cansados los ojos?- había notado que llevaba todo el rato con ellos abiertos y no los había dejado descansar.- Si no es así, Travis no podrá ver... ¿estoy en lo cierto...?

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- Puedo pestañear... Pero si los cierro por más de un minuto, Travis no podrá ver hasta dentro de un rato. No es tan duro como parece. - dije intentando quitarle peso al asunto.- Tranquila... Lo he hecho otras veces, 8 horas es mi límite... Por eso, solo puedo concederle a Travis 7. Si supero mi límite de nuevo, es posible que tengan que darme pastillas nuevas.

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-No tiene que ser tanto, solo dale el tiempo que estemos fuera... eso será más que suficiente y no quiero que lo pases mal tú por complacerlo a él... y a mí...- lo besé en los labios con cariño y luego me aparté con una sonrisa.- Igual si te sientes mal, solo dímelo... también estoy para cuidarte a ti.

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- No tienes que preocuparte, puedo con ello, al menos le podré dar vista mientras estemos aquí.- dije antes de besarla suave y fugazmente.- Quiero que lo pase igual de bien que todos los demás... Es justo que pueda ver por fin a todos sus compañeros.

Sabía que Travis nos estaba mirando... Y también que sus ojos no eran de amistad precisamente.

-Gracias, Dudú.- entrelacé su mano con la mía.- Ven, vamos a jugar con los demás. Estoy intrigada por la función también.

Nos acercamos al grupo con los demás, todos los juguetes estaban regados por el suelo. Era muy agradable el ambiente.