- Que bien... Me alegra que te llevara a verla... Tuvo que ser bonito. ¿Te gustó mucho la floristería? Los elementales de tierra tienen un poder precioso.

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-Sí, me gustó mucho... y Travis se notaba que estaba pleno de alegría... Fue muy conmovedor...- sonreí solo de recordarlo.- Luego Trav dijo que me llevaría a otro lugar, pero mientras caminábamos, se estaba metiendo conmigo, así que lo sorprendí por la espalda y me colgué de él. Así fuimos el resto del camino mientras yo le indicaba por dónde ir.

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- Jajajaja... Seguro que le diste un buen susto.- dije hasta que hice una leve mueca por el entumecimiento.- ¿Y? ¿A dónde fueron?

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-¿Uhm? No te esfuerces mucho... - dije al ver que por reírse hacia una mueca.- Fuimos a una heladería, pedimos helado. Son deliciosos. Quisiera llevarte algún día, hay de melocotón y me gustaría que lo probaras.

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- Iré encantado... Siempre y cuando vayamos tú y yo solos... En una cita.- dije sonriendo ampliamente aún manteniendo mis ojos abiertos.- Así también podré enseñarte mis lugares favoritos del pueblo.

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-Me encantaría tener una cita contigo.- me acurruqué un poco más en sus brazos y sonreí.- También estoy deseosa de ir a alguna misión contigo... ser tu apoyo en esos momentos...

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- De hecho... Cuando me recupere del todo, tendremos que ir los dos... Quiero llevarte conmigo a un sitio, más bien, a una misión. Puede que no sea la mejor, pero es un buen comienzo.

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-Contigo... voy hasta el fin del mundo, Dudú... -le di un beso en la mejilla.- Estaré siempre al otro lado de tu mano... nunca lo dudes...

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- Jamás lo dudaría... Tenerte a mi lado es lo que me mantiene.- dije logrando acariciar su mejilla aunque muy levemente.- Tienes que ir a descansar, es tarde... Mañana puede que nos veamos en los pasillos...

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-Dudú... ¿estás seguro...? Solo mira cómo estás... aún no puedes moverte bien... No quiero que abuses de ti mismo...- me incorporé en la cama y lo miré de frente.

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- Estoy mucho mejor... Aunque sí que tendré que moverme más lentamente. Por otra parte, tengo que ir a clases... He estado mucho en la enfermería y no puedo faltar tan seguido.

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-¿Cuándo estarás en tu habitación? Si en la mañana vas a clase, quiero ir contigo... al menos deja que haga eso por ti... ya que... el que estés así... al final de todo, fue mi culpa...- bajé tanto mi tono como mi mirada.

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- No bajes la mirada... No conmigo... Esto no fue culpa tuya, sino mía, porque soy un idiota.- dije sonriendo.- Si mañana voy a clase, te avisaré y cuando vaya a estar en mi habitación, también... Te lo prometo... Pero si quieres que te avise, tienes que prometerme que no agacharás la cabeza...

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Sonreí y lo miré con ternura. Me acerqué lentamente y besé su frente.

-De acuerdo. Te lo prometo, Dudú... pero prométeme tú que me dejarás cuidar de ti esta vez... y que no harás ninguna locura por ti solo...

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- Lo prometo... No haré nada sin tu supervisión.- dije sonriendo aún más.- Ahora... Solo ve a descansar, ha sido un gran día para ti... Y a mí aún me duele todo.

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-Descansa tú también, Dudú...- le di un último beso con toda la pasión que pude antes de separarme y sentarme en la cama.- Por favor, si cuando amanezca, vas a clase, avísame... vendré por ti...

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- Así lo haré... Belly, espero que duermas bien esta noche.- dije feliz.- Y no olvides nunca que te quiero y que siempre velo por ti.

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-Tampoco lo olvides tú. Descansa, buenas noches...- dije antes de levantarme de su cama y cubrirlo bien con la manta.- Te amo... hasta mañana...- salí de la enfermería y fui directo a mi habitación esperando encontrarme con mi gran amiga Alice.

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Sonreí con suavidad y me estiré de nuevo puesto que mi cuerpo aún estaba resentido por no moverme.

Cerré mis ojos y aún soñando con el momento más feliz de mi vida... En la azotea viendo las estrellas... Me dormí.

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Cuando llegué a la habitación, fui directo donde Alice para hablar con ella. Demasiado había pasado sin que pudiéramos tener el tiempo de hablar.

-Alice... ¿cómo estás...?- pregunté al acercarme a ella.

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- Bien... Al menos eso creo.- dijo con voz algo apagada.- Al menos herida no estoy... Pero Orión me ha revocado la autorización para ir a la parte universitaria, hace dos días... Ya no puedo ir a ver a Jamal. Y parece que vuelvo a dormir sola... Pero que más da... ¿Tú cómo estás?

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Me arrodillé en el suelo cerca de su cama y la miré fijamente.

-Alice... perdón... no es que quiera dejarte sola... En serio lo siento... es solo que he tenido varias cosas que hacer y... de un momento a otro todo se me cayó encima...- tomé su mano.- Amiga... tus sentimientos son importantes, así que no quiero que vuelvas a decir eso de "qué más da". Ahora estoy aquí, y para ti, como tu amiga... así que quiero que me digas todo lo que necesitas soltar...

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- Me negué a decirle a Orión que los moretones y heridas son por la excesiva emoción de Jamal... Así que me quitó la autorización como castigo. Le mentí... Él lo notó y ahora piensa que cada vez que me escaqueo es para estar con algún universitario...

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-Oh, Alice...- apreté los labios y la abracé para consolarla.- Lo siento mucho... Lo único que puedo hacer por ti es hablar con Orión... o que lo haga Dudú... son hermanos al fin y al cabo... de seguro lo convence de que no te pregunte tanto y te vuelva a dar permiso...

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- No lo creo... Con celos o cabreos... es Orión quien da más miedo. Tú no lo has visto, pero... Yo sí. Duncan retrocede cuando Orión se enfada, y recuerda quién es Duncan, no es un civil cualquiera como tú o yo... Es un excomandante... Se supone que no tiene miedo... Está entrenado, y aún así retrocede ante él.