Maldije la hora en la que me acostumbré a poner su mano en mi mejilla si en ese momento se me había calentado toda la cara por el sonrojo que me había provocado.

-N-no es para tanto... solo quiero que todos vivan bien y felices... y de todos ellos... tú... No es que me guste tener preferencias, pero... quería asegurar que fueras feliz fuera de esa celda... aunque me llevara años lograrlo... porque te quiero... y mucho...

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- Lo sé, enanita... Tranquila, ya soy feliz... Porque soy capaz de sonrojarte, porque tú eres feliz y porque puedo salir libremente los fines de semana... De hecho, este año podré llevar lirios a la tumba de Elenita... Gracias a ti, puedo ir esta vez.

En la cocina había revuelo, en los pasillos había revuelo... Hasta había gente preparando las mantas, juguetes y demás para los otros chicos del ala C.

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-Si quieres, puedo acompañarte a llevárselas...- escuché a varias personas caminando por fuera de la habitación.- ¿Qué estará pasando? No creí que los preparativos del día de campo llegaran a tal magnitud...

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- Huele bien... Fuera hay una chica, a no ser que el olor a jazmín sea ahora popular entre los chicos. Hay varios tipos, uno comió sandwich de cena... No creo que tenga bien el estómago ahora mismo. Llevan una manta, creo que es de lana y poliester... Creo que hay otra chica, pero no sé quién es, es la primera vez que la huelo.

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-Bueno, solo hay una forma de averiguarlo.- me levanté de su cama y fui a su armario.- Date una ducha y salgamos fuera. Hay que ayudar a los demás con los del ala C para llevarlos al jardín. - rebusqué en el mueble para sacar una muda de ropa limpia para él.

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- Yo cargaré a Rosemary, hay que llevar la silla y a ella, también intentaré estar pendiente si quiere bajarse o moverse... Yo la ayudaré.- dijo sin más ofreciéndose antes de que nadie le dijera nada.

Travis se giró y se quito la camiseta, sin pensar apenas que Bell estaba allí para ver las quemaduras de su espalda, todas ellas provocadas por la explosión que mató a Elena.

- Iré a esa ducha, después de todo estuve horas gritando, sudando y moviéndome.- dijo agarrando algo de ropa y acertando a meter la camisa sucia en el cajón de la ropa para lavar antes de ir al baño sin el uso de su bastón.

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-Estaré cerca por si necesitas ayuda con algo...- dije cuando me volteé, pero mi respiración se cortó al ver todas esas marcas de quemaduras en su cuerpo.- Travis... eso...- me acerqué a él y lo tomé del brazo para detener su paso por unos segundos.- ¿Qué son esas quemaduras...? ¿Cuándo te las hicieron...?- pregunté y continué caminando con él dentro del baño hasta conducirlo a la ducha.

Casi como mismo había pasado en la habitación de Duncan, me quedé en un rincón tras cerrar la cortina, solo que esta vez estaba con esa imagen en mi mente.

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- Son de la explosión... El fuego y la onda expansiva me lanzaron volando. Llevaba a Elena en brazos, yo sobreviví con la espalda hecha cacao... Pero ella no pudo con la onda y el golpe, murió en mis brazos cuando ya mis ojos no podían ver su pequeña carita.- dijo ya mientras se daba una buena ducha tras la cortina, habiéndose quitado lo que le quedaba de ropa.- A veces, lo único que pienso es cómo sería ahora con sus 10 añitos, corriendo detrás de mí, yendo al colegio, invitando a sus amigas a casa... Todas esas cosas. Siempre le decía que cuando tuviera novio, allí estaría yo para asustarlo.

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-No sé qué decirte, Trav... solo espero que este nuevo comienzo te haga darte cuenta de que muchas personas también pueden necesitar esos consejos y ayuda de ti... y que... yo no soy Elenita, pero nunca te dejaré solo, siempre estaré a tu lado, y siempre te querré.

Me encogí en aquella esquina y abracé mis rodillas mientras bajaba la mirada. Últimamente solo pensaba en la felicidad de las personas más importantes para mi vida, Duncan y Travis. Y ellos, siempre seguían sonriendo para mí y dándome de su cariño. Eso me hacía sentir que les estaba quitando el dolor de sus corazones poco a poco.

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- Sé que siempre estarás conmigo, por eso quizás es que me siento tan valiente.- dijo sonriendo y sacando la mano para agarrar una toalla.- Intentaré ayudar a todos ellos... También a los que vayan llegando nuevos al ala C.

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-Serías un muy buen ejemplo para ellos. El ver lo feliz que eres al estar fuera, los puede motivar a querer serlo ellos también.- cubrí mis ojos con mis manos por si de casualidad había algún descuido con la cortina.- Aún así, sigo diciendo que, para el tío loco y gruñón que me encontré al llegar al ala C, nunca esperé que fuera una de las personas más importantes en mi vida... que fuera... una persona tan buena y especial...

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- Así que pensaste que era un loco más... Bueno, no te culpo, lo parecía. Verás, creo firmemente que cuando tratas a una persona como un animal, se convertirá en un animal.- dijo con firmeza mientras salía con la toalla tapandolo de cintura para abajo.- Eso es lo que suele pasar a los chicos del ala C... Con las chicas es aún peor. He vivido casos horribles para las chicas.

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-Espera... no me malinterpretes... Aunque pensara que estabas descabellado, para mí solo eras una persona incomprendida que expresaba su impotencia a través de la furia y el comportamiento salvaje... De ahí que me quisiera acercar a ti para tratar de comprenderte y así ayudarte... Y no pienso eso solo de ti, también lo pienso de los demás chicos del ala C.

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- Espero que no cambies tu forma de pensar cuando conozcas a Iván... Ya que quizás es el que menos distingue lo bueno de lo malo... Tiene muchos problemas cognitivos.- dijo mientras se vestía sin cortina ni nada, sabía que Belly no estaría mirando ya que era demasiado inocente y pudorosa.- Bien... Ya estoy, ¿Qué hacemos ahora?

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Cuando me avisó que estaba listo, retiré las manos de mi cara para mirarlo. Luego me puse de pie y sacudí un poco mi ropa.

-Vamos al ala C a ayudar con los chicos para sacarlos. Ya es casi la hora, aunque falta un poco, pero hay algo aún que te debo, así que podemos aprovechar ese tiempo para ello.- salí del baño antes de él mientras decía eso.

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- Entonces vamos a por ello.- dijo con las manos por delante para no comerse la pared.- Por cierto, a Iván también le sacaré yo... No le gustan las personas a las que no tiene confianza, si quieres entrar conmigo, está bien ya que a mí me conoce bastante, digamos que también he hecho de hermanito mayor para él.

Cuando al fin alcanzó su bastón, fue más rápidamente hasta donde Bell lo esperaba.

- Vamos allá... Saquemos a los chiquitines.

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-¿Estás seguro de que podrás encargarte de él y de Rose a la misma vez?- pregunté mientras le abría la puerta para que saliéramos, pero estaba evitando por todos los medios el tener que guiarlo para que fuera conmigo.

Si Duncan le iba a dar un tiempo de visión, no podía dejar que su entrenamiento se fuera al abandono solo por eso. Por mucha ayuda que quisiera darle, Travis estaba ciego y debía aprender a vivir con ello.

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- Claro que sí... Primero iré por Iván, él puede ir agarrado de mi camiseta mientras cargo a Rose... Aunque ahora vuelva a sentir dolor, sigo teniendo más fuerza de la normal.

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-Entonces me encargaré de Víctor y de Rassel... espero que este último acceda fácilmente... No he podido tener contacto con él aún... Tampoco con Noel ni con Jared... y me preocupa un poco si Lion se sale de control. Aunque, creo que se comportará. Luego de todo, es un niño bueno...

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- Francamente... Rassel es el que más miedo me da, es quien tiene el récord de bajas en el ala C y si se sale de control puede llegar a ser catastrófico. Noel es capaz de matar a Duncan con solo abrir la boca, así que no esperes que hable mucho, más que nada susurrará. Ah, y no demuestres miedo ni nervios, de alguna forma todas las bestias pueden oler esos sentimientos a través de las hormonas del sudor.

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-Nunca lo demostré contigo, Trav, y eres el que más capacidad tiene para percibir eso. No creo que vaya a temerles a ellos si mi intención es ayudarles.- en un momento, hice que mis sombras opacaran el sonido de mis pasos, también hice lo posible por disimular mi respiración.

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- Bell, te sigo oliendo... Eso puede funcionar con Duncan, pero no conmigo.- dijo adelantándola al caminar, pues ya iba con total seguridad siendo guiado por su fiel amigo, el bastón.

Incluso ya se sabía los principales caminos de la academia, enfermería, habitación, salida principal, ala C. Esos caminos ya los tenía en la cabeza como quien sigue un mapa.

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-Jum... creí que te estaba entrenando...- dije llegando a su lado.- Te has acostumbrado mejor de lo que esperaba... al menos en la academia... ¿Te la conoces así de bien...?

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- Solo los pasillos por los que deambulamos anoche... Los demás siguen siendo un problema para mí y mi mapa mental. Cuando me escapaba del ala C, hacía agujeros por las paredes así que no me preocupaba cuando terminaba un pasillo y empezaba otro

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-¿Será que hay algún mapa de la academia que sea a relieve...?- dije pensativa.- Tendré que preguntarle a Dudú... creo que él y tú son los únicos ciegos que hay en la academia... ¿o no...?