-¿Puedo al menos ir a verlo ahora? Creo que no soportaré si me quedo con esa imagen en mi mente de cuando se puso mal... te prometo que seré obediente con mis deberes... pero no me prives de quedarme a su lado...

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- Respetarás las horas de visita... Eso es lo que te pido. Ahora... Es mejor que no le veas, no soportarías verlo, hazme caso.

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Todo mi cuerpo tembló por la impotencia, pero solo pude asentir con la cabeza gacha y en silencio. Esta era la culpa que más dolor me había dado asumir.

-Cumpliré con las clases, lo prometo... ¿Cuándo son las horas de visita...?- pregunté casi en susurro.

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- En unas horas, cuando esté estabilizado, te llevaré a verle... Te lo prometo, ven anda.- dijo Orión tendiéndole un pañuelo y abrazándola con mucha suavidad.- Tranquila... No pasa nada, ¿vale? No dejaré que os pase nada.

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Tomé el pañuelo, pero fui directo a abrazar a Orión con fuerza. Lloré unos segundos más dejando salir todo lo que tenía dentro. Pasé así un rato hasta que me calmé un poco y sequé mi cara con el pañuelo.

-Entonces... ¿qué puedo hacer ahora...?- pregunté cabizbaja.

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- Mantener la cabeza bien alta y seguir adelante... No dejar que tus ánimos y ganas decaigan... Tienes que salvar a los chicos de ambas alas sea como sea. Sé nuestra consciencia y orgullo.

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-Mi único apoyo moral yace en una cama por un coma autoinducido... No sé de dónde voy a sacar ese... valor, pero... si Dudú confiaba en mí, no lo defraudaré... -intenté recuperar mi respiración y miré a Orión con convicción.- Haré lo posible para que cuando Dudú despierte se sienta más que orgulloso...

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- Así me gusta... Una futura hermana política mía tiene que tener narices.-dijo Orión acariciando el pelo de Belly.- ¿Te apetece una limonada? La cafetería queda cerca de la enfermería... Después podemos ir a verle.

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-E-está bien... me ayudará a calmarme... el beber algo...- dije asintiendo levemente.- Solo espero que no demore mucho para que pueda ir a verlo hoy... Al menos quiero verlo antes de... acostarme...

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- Le verás... Así que calma... Todo estará bien, así que cálmate, los nervios no ayudan a nadie.- dijo con calma y totalmente relajado.- Duncan estará bien, no es la primera vez que le pasa esto.

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-Trataré de mantenerme calmada... Vamos, déjame salir de aquí o no lo lograré... necesito despejar mi mente...- casi arrastré a Orión hacia el pasillo para que fuéramos a la cafetería.- ¿Cuántas veces ha pasado...?

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- Desde que le conozco dos, con esta tres. Según él, le ha pasado 5 veces en la vida... Esta sería la sexta. Aún así siempre se recupera y aquí tenemos a los mejores médicos y equipo.

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-Uhm... ya veo...

Fue lo único que pude decir, pues mi mente aún estaba atacada con lo que había pasado, pero me había calmado un poco. Solo intentaba descifrar qué otros sucesos habían podido provocar algo así en Duncan que fuera a esta magnitud.

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- Quiero que entiendas que no pretendo echarte la culpa de nada, pues no la tienes. Esto lo empezó ese idiota que dudó de ti sabiendo lo que podía pasarle... Y Duncan al mentirte. Aunque tampoco voy a echarle la culpa a él... Pues he visto cómo funciona y piensa... O al menos pensaba....

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-Aunque me digas eso... yo me culpo a mí misma... Podría aceptar que cualquier otra persona me mintiera, pero... como no lo esperaba de Dudú... exploté sin remedio... debí controlarme... debí pensar en sus razones... y su lógica... pero la ira me nubló...

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- Y la tuya es una reacción de lo más normal, no te comas la cabeza por eso. El que no piensa de forma normal es Duncan, es muy difícil adaptarse a su forma de pensar, te lo digo siendo muy consciente de ello.- dijo dándole unas palmaditas en el hombro.- Tomemos algo, ¿vale? Te calmas un poco, hablamos y vamos a ver al idiota de Duncan.

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Asentí un par de veces y entramos a la cafetería. Estuve casi todo el tiempo con la mirada baja, por lo que apenas me enteré cuando Orión compró las bebidas, lo supe porque me puso la lata frente a los ojos. Luego nos sentamos en una mesa cercana y solté un suspiro al abrir la lata, me había acordado de Duncan solo por eso.

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- Bell... Eh... Vuelve al mundo, pequeña, relájate. Ya te digo que no tienes la culpa, eres la única persona a la que le confiaría a mi hermano. Todo estará bien... ¿Vale? Confía en él y en mí.

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-¿Cuánto tiempo crees que pueda tardar en despertar...?- pregunté tras dar un sorbo a mi refresco y volviendo a suspirar.

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- La última vez fue una semana... No sé si tardará más, menos.... De verdad que no lo sé. Espero que sea pronto.

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-¿Toda una semana en coma? Dios mío... ¿Eso no le hará daño...? Es decir... Podría afectarse su mente de alguna forma.... ¿o algo así?

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- Para nada... En realidad es lo que necesita. Enfriarse las ideas... Estará bien mientras descanse... Y seguro que escuchar tu voz le ayudará mucho.- dijo sonriendo levemente antes de beber de su lata de refresco.

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-¿Escuchar... mi voz...?- suspiré, pero me di cuenta de que me había sonrojado por aquello.- Espero que eso le ayude... Haría lo que fuera por hacer que se mejore...

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- Si le lees algo durante los tiempos de visita, seguro que le encanta... Siempre ha sido de leer demasiado.- dijo riéndose suavemente.- Tranquila... Puedes escoger cualquier libro.

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-Uhm... bueno... eso haré... tal vez... -sonríe levemente.- ¿Tienes idea de qué género le gusta? Porque de libros creo que poco hemos hablado como para saber lo que ha leído y lo que no...