Noté que Belly se había dormido, pero en lo que a mí respecta, no llegué a consiliar el sueño, es algo bastante común en mí puesto que mi cabeza funciona a más rapidez que una persona normal. Lo que sí hice fue apagar todas las funciones salvo la del pensamiento y mi oído, para así poder velar el sueño de mi Belly.

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De alguna forma, mi descanso fue el más placentero que había tenido en mi vida. Escasamente recordaba alguna vez haberme sentido tan cómoda y tranquila al dormir.

Cuando abrí los ojos y me di cuenta de que estaba en la habitación de Duncan, más aún, en su cama y entre sus brazos, me sonrojé por completo, pero a la vez, sonreí. Como siempre, me era algo difícil saber si Duncan dormía o no debido a su costumbre de tener los ojos cerrados. Besé sus párpados con suavidad justo antes de susurrarle.

-Buenos días, Dudú...

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- Buenos días, mi bella y hermosa Belly.- dije abrazándola con más protección y ganas mientras comenzaba a mimarla con suaves besos.- Jamás había tenido tan buen despertar sino este a tu lado.

Sabía que le costaba saber si yo estaba o no despierto y no dejaría de aprovecharme de ello, sinceramente me parecía muy divertido.

- ¿Quieres ir a ver si Travis se ha despertado? Puedes ir a cambiarte, darte una ducha... Lo que quieras, yo tengo que ir a preparar el día de campo con Alice... Estarás con Orión hasta que llegue el momento.

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Correspondí a sus mimos riendo levemente mientras me incorporaba en la cama. Acomodé sus cabellos con cariño mientras le sonreía.

-Creo que me aventuré mucho al venir así de imprevisto aquí... -dije apenada, pero agradecida de haber pasado tan buena noche con él.- ¿Podrías decirle a Alice que prepare algunos dulces para los chicos? Quiero estar segura de que Travis estará bien... aún me faltará por darle su regalo de hoy... o bueno, se lo darás tú...

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- Se lo daré cuando lleguéis al jardín... Por el momento, iré a ayudar a Alice a cocinar antes de que le dé un ataque de ilusión y gaste toda la comida del mes.- dije riéndome antes de besarla con ganas y bajar de la cama con ella en brazos aún... Sinceramente no quería soltarla en absoluto.

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-Uhm... Dudú... en algún momento tienes que soltarme, jijijiji... -dije aquello en tono bromista, pero no era como si yo quisiera que me soltara tampoco, podía pasarme toda la vida en sus brazos si fuera posible.

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- Lo sé... Solo quiero aprovechar todo el tiempo posible que pueda para tenerte bien cerquita.- dije antes de besarla muy suavemente y al fin soltarla del abrazo.- Ve con Orión y Travis... Yo tengo que ir a despertar a Alice y llevarla a la cocina para darle algo de café...

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-¿Estás seguro de poder controlar la combinación de Alice y el café?- dije en tono de broma, para luego soltar una melodiosa carcajada y mirarlo con ternura.- Estaré con ustedes nomás compruebe el estado de Travis. Quiero que Orión descanse también y, ¿quién sabe? Si Travis está bien, es posible que lo convenza de unirse a los preparativos.- le di un último beso antes de encaminarme a la puerta.

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- Entonces todo dejaría de ser una sorpresa... ¿A Travis que sabores le gustan? ¿Recuerdas qué donas se comió cuando salisteis ilegalmente de la academia? Nos servirá para cuando hagamos los dulces y demás.

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-¡¿Cómo lo supiste?! ¡Eso no te lo dije! ¿O sí? Ay, Dios, estoy en un buen lío... - agitaba mis cabellos preocupada y sin saber qué buena excusa dar para lo que había hecho.- Dudú... este... yo... lo siento... solo quería....

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- Tranquila... Si hubiéramos dicho algo, sí estarías en un lío, pero salir sin permiso es algo que hemos hecho todos alguna vez. Todos nos dimos cuenta cuando nos diste las donas, no se venden dentro de la academia y los dulces, salvo en los eventos, están restringidos a uno por alumno durante el almuerzo.

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-Ugh... Pues... uhm... Chocolate blanco y... fresa... esos son sus sabores favoritos... -dije completamente roja, tanto que me escondí tras mi cabello, no tenía ninguna excusa para justificarme, y aunque Duncan me lo hubiera aceptado, me seguía dando mucha pena.

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- Solo hazme un favor, Belly... Escucha, no me importa si quieres salir, aunque sea sin permiso de la academia... Pero por favor, al menos avísame, quiero saber al menos que estás a salvo.- dije acariciando su pelo suavemente.- No pasa nada, no tienes que avergonzarte de ello ni sentir pena. Ahora ve con Travis, que no sepa nada de lo que vamos a hacer de comer... Yo iré enseguida a ayudar a Alice, ¿vale?

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-Va-vale... pero recuérdame luego que debo decirte algo más...- le lancé un beso y salí de su habitación yendo directo a la ducha de la mía.

Tras darme un baño y cambiarme, no tardé en ir a la habitación de Travis. Ni siquiera había hecho ruido en mi habitación para no despertar a Alice, y todo lo había hecho en muy poco tiempo. Toqué la puerta ligeramente esperando que Orión me abriera.

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- Está abierta, Bell... Entra.- dijo Orión con toda su calma.

El albino estaba aún sentado en la silla cercana a la cama de Travis, y el rubio sentado en la cama, despierto y bastante más tranquilo.

- Eh, pequeñaja... ¿Estás bien? Siento haberte dado tan mal rato.- dijo Travis sonriendo levemente.

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-¡Travis!- al verlo despierto y sonriente, fui corriendo a abrazarlo.- Me alegra tanto que estés bien. ¿Cómo te sientes? ¿Pudiste descansar a pesar de todo?

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- Orión dice que dormí un par de horas... Pero me siento como si hubiera dormido una semana.- dijo sonriendo más ampliamente mientras apapachaba a Bell.- Ey, ey... Que ahora sí duele... Muy poco... Pero duele.

- Y aumentará hasta que llegues a un 50 o 60 % del dolor normal... Nunca volverás a sentir un dolor tan grande, también en parte porque es parte de tu habilidad de fuerza.

-Bueno... Al menos seguiré siendo capaz de parar un tanque.

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-Al menos estás bien, eso es lo que me importa... -dije separándome de él y yendo también a abrazar a Orión.- Gracias, Orión. Gracias por cuidar de Travis... eres realmente alguien en quien es imposible desconfiar...

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- Gracias... Es lo menos que puedo hacer por un compañero.- dijo Orión abrazando suavemente a Bell y dándole unas suaves palmaditas en la espalda.- Además, también lo hago por ti, eres quien les está dando una oportunidad y eso merece una buena ayuda.

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Me separé de Orión con una sonrisa agradecida y miré a Travis, luego lo volví que mirar a él.

-Ve a descansar entonces. Debes hacerlo tú también, yo me encargo de ayudar a Travis ahora...- dije con una sonrisa cordial.

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- Te lo dejo entonces... Iré a ver un par de cosas y a echar una mano.- dijo sonriendo y revolviendo suavemente el pelo de Bell.- Mos vemos luego... Travis, más te vale comportarte.

- Señor, si señor.- dijo riéndose al igual que el albino.- Tranquilo, seré bueno y me aseguraré de que ella esté bien también.

- Te lo agradezco... Hasta luegooo... Ah, Bell, a las 10 sacamos a los demás.

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-Allí estaremos para ayudar a sacarlos.- cuando Orión se hubo ido, me senté en el borde de la cama de Travis y sostuve su mano.- Me alegra mucho que hayas descansado... me diste un gran susto anoche... Estuviste más de 3 horas quejándote por el dolor...

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- Y te aseguro que hacía mucho que no sentía algo así, pero después dormí como nunca, esta cama es jodidamente cómoda.- dijo con bastante sentido del humor.- Lo que quiero saber ahora es si estás bien, no te hice daño, o te pegué ni nada así... ¿Verdad? Lo último que recuerdo es que me tenías inmovilizado con tu pelo.

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-Tuve que hacerlo o podías hacerte daño. Pero no, no me lastimaste ni nada, así que tranquilo.- coloqué su mano en mi mejilla.- Lo bueno es que lo superaste, y te felicito por ello. Eres muy valiente, Travis... no sé cómo decirte lo que siento, ya que fui yo quien te pidió que pasaras por eso, pero estoy muy orgullosa...

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- Bell, yo sabía a lo que me enfrentaba cuando te dije que quería salir... Y aún así decidí vivir fuera de la celda, no quiero nada más que estar donde pueda ayudarte y protegerte para tener la oportunidad de  agradecerte todo lo que has hecho por mí. Eres maravillosa, y pobre del que diga lo contrario.