Las clases fueron pasando y el gran descanso entre medias de las clases había llegado. Fuera de todo pronóstico, yo estaba en la puerta de su aula, esperando por ella para al menos pasar un poco de tiempo juntos.

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Como todos había salido a almorzar, incluso los hermanos, solté un suspiro y me dirigí a la puerta sin saber mucho qué hacer hasta que la figura de Duncan me sorprendió.

-¿Dudú?- me emocioné y fui corriendo a abrazarlo.- ¡Dudú! ¿Qué haces aquí? Creí que estarías en tu clase...- en mi voz era más que notable la alegría de verlo.

-Es hora de almorzar... Pensé que te gustaría venir a comer algo conmigo, después de todo... No estamos juntos desde anoche y te extrañaba demasiado. No me dirás que no tienes hambre después de tantos sermones inútiles.- dije riéndome un poco mientras la abrazaba por la cintura.

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-Yo también te extrañaba mucho, Dudú.- besé su mejilla y le sonreí.- Claro que tengo hambre, y no me voy a negar a comer contigo. Es como una cita en la escuela, jijijiji...- lo tomé de la mano.- Caballero, por favor, esta dama está deseosa de tener una comida con usted.- dije en tono exagerado.

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- Jajajajaja, exagerada.- dije aún sin poder parar de reír y enredando mis dedos con los de ella.- No sabes lo bien que lo paso cuando estamos juntos. ¿Qué te apetece comer? Te llevaré a la zona de la cafetería en la que comen los miembros del comité directivo... Preparan lo que quieres y no tienes que atenerte al menú.

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-Me gustaría comer pollo frito... Me encantan las cosas fritas... jijijiji...- respondí algo apenada de unos gustos tan infantiles, pero era una de las comidas más sabrosas que había probado cuando estaba en el orfanato.

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- Entonces pediremos pollo frito para ti... También podemos pedir algo cada uno y compartir ambos platos.. Así ambos probamos lo que el otro pide.- dije emocionado mientras la llevaba a donde la cafetería, pero no entraríamos por la puerta de siempre, sino por una puerta algo más a la derecha.

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-Dudú, no te he preguntado, ¿cómo siguen tus oídos?- dije un poco más seria, pero sin perder el buen ambiente que teníamos.- Me habías dicho que te tardarías en recuperarte un poco más de lo normal... entonces... ¿qué tal estás...?

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- Quizás un poco mejor, pero me está costando lo suyo... Las siluetas que veo aún están demasiado difuminadas, así que salvo objetos demasiado grandes no soy capaz de distinguir nada.

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-Es posible que ya mañana estés recuperado del todo si sigues así.- comenté sonriendo mientras entrábamos al comedor y me dirigí a una mesa para dos que estaba vacía.- Entonces... ¿cómo podemos pedir lo que queramos?- pregunté cuando estuvimos cerca de la mesa.

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- Aquí hay servicio en mesa... No tenemos que movernos en absoluto... Hasta puedes decir exactamente cómo quieres el pollo frito, si quieres una especia en concreto o una salsa que te guste especialmente.- dije sonriendo.- Es bastante práctico cuando me encuentro mal, así no tendrás que ir a por los platos de ambos tampoco.

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-Uhm... ¿podrías... hacer el pedido por mí, por favor...? Sabes que no soy muy buena con eso... y soy bastante tímida... Dejo la elección de las cosas de agrego a tu gusto... no soy muy exigente...- le pedí bajando la mirada con pena y un leve sonrojo.

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- Entonces déjamelo a mí.- dije sonriendo muy suavemente cuando llegó la camarera.- En cuanto a las bebidas, una limonada fría y un jugo de melocotón. De comer nos gustaría pollo frito, ponga salsa de tomate y mayonesa, también con ajo... Las salsas aparte por favor. Un plato de tallarines a la carbonara de salmón también, por favor.

- Enseguida... Denos 5 minutos para la comida... Las bebidas vienen en unos segundos.- dijo la camarera antes de irse por donde mismo habia venido.

- ¿Ves? No es para tanto.- dije tranquilizador mientras estiraba mi mano para tomar la de ella.

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-Para mí eso es algo más complicado de lo que podrías imaginar...- comenté tomando su mano cuando me la tendió.- Recuerda que pasé muchos años sola y le tomé un poco de miedo a la gente... por eso a veces me cuesta tanto entablar una conversación o participar en ella... también entender muchas cosas...

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- Poco a poco y con calma. Yo no tenía ni idea de cómo interactuar con la gente y mucho menos con las personas de mi edad... Son cosas que se aprenden y también se entrenan. Eres buena, dulce e inocente... En este mundo habrá tanta gente que te admire como que quiera aprovecharse de lo linda que eres... No es algo que deba preocuparte, porque siempre estaré aquí para ayudarte con ello.

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-Bueno, al menos hice un par de... conocidos en mi clase... Son los hermanos Clara y Cris. Son bastante simpáticos, aunque Cris se queda dormido en clase, y Clara espera a que estemos en receso para usar su móvil, es increíblemente rápida con él. Pero se la pasan alegrando a los demás con ayuda de sus habilidades para que se entretengan, son muy buenos.

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- Eso es una gran noticia, me alegra mucho que empieces a llevarte bien con ellos.- dije acariciando su mano con la mía en una muestra de aceptación y afecto.- Estoy muy orgulloso de ti, Belly.

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-No es nada aún...- sonreí con un leve sonrojo.- Solo intenté hablarles... para conocerlos un poco... supongo... Al menos, son buenos chicos, y parecen muy amables... ¡Oh! Por cierto, debo decirte... Mañana en la tarde después de clase, voy a salir con Travis. Dice que quiere ir a un lugar, así que, como su supervisora, debo acompañarlo aún a los lugares. También quiere que conozca a alguien, pero me ha dicho que es una sorpresa... así que tendré que esperar...

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- Oh... Entiendo, ya casi hace 4 años desde aquello... No te preocupes, ve con él y conoce a quien quiere presentarte.- dije sonriendo un poco más suavemente.- Espero que sea una salida agradable para ti... Sabes que siempre que me necesites, puedes llamarme... Estaré contigo pero sin estar...

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-Claro, estoy más que agradecida de que hayas hecho eso. Me siento más segura contigo de esa forma... como si... fueras un ángel que me cuida desde donde esté... Como un guardián en mi mente que vela por mí, así me siento contigo en mi mente... No tengo miedo, me siento protegida...

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- Es la primera vez que me dicen eso... Normalmente a la gente no le gusta tener a alguien en su mente, creen que no sólo es un atentado a su privacidad... Mucha gente lo siente raro... Saber que hay alguien más dentro de tu cabeza no siempre es agradable. - dije sonriendo ampliamente.- Por eso solo suelo hacerlo cuando es necesario.

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-A mí no me molesta, tengo a la persona que más amo en el mundo más cerca de lo que cualquiera pudiera desear.- dije con un tono tierno y me disponía a acercarme para besarlo, cuando fuimos interrumpidos por la mesera que traía las cosas, lo cual hizo que me pusiera más que colorada por lo que había estado a punto de hacer en plena cafetería.

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- Tranquila, niña, no deberías haber parado.- dijo la camarera riéndose un poco antes de marcharse rápidamente tras dejar todo sobre la mesa.

- Creo que es mejor que comamos... Después de salir de aquí, tenemos mucho tiempo para saborearnos.- dije sonriendo de forma algo más pícara de la normal.

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-¡D-Dudú! ¡¿Tú también?!- creí haber sido solo víctima de la camarera, pero no esperaba que también Duncan me respondiera eso, por lo que me puse más roja aún, si es que se podía.- M-me haces sonrojarme... y muchísimo... - suspiré y abrí mi bebida para tomar un poco antes de comenzar a comer, tenía que aceptarlo, estaba muy bueno.

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- Jejejeje... Supongo que porque esa era mi intención esta vez.- dije de forma algo traviesa antes de empezar a comer con tranquilidad.- Mmm... Está muy rico... ¿Quieres probar?