-Me gustaría, solo si Travis comparte ese puesto conmigo, ya que la idea fue de ambos y él también quiere ayudar con ello.- respondí con alegría y sonriendo a Travis sabiendo que de seguro estaría de acuerdo con mi propuesta.

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- Claro... Así me quitáis curro de encima... En fin, es hora de irte a clase Bell... O acabarás por llegar tarde. Estudia mucho, yo me encargo de Travis... ¡Vengaaa!

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-¡Ánimo los dos para hoy!- dije en forma de despedida y fui a paso apresurado a mi aula, podía haber usado mis sombras, pero estaba emocionada por la noticia de Orión, de ahí que quisiera soltar un poco de adrenalina, aunque eso se me quitó al llegar a la puerta de mi aula.- B-bueno días...- dije a los presentes y entré yendo a mi asiento con bastante pena.

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En el asiento de al lado de Bell había un chico, al otro lado una chica.

Ella parecía estar contando en su mente pues parecía marcar un ritmo muy concreto con los pies.

El chico parecía estar despierto, pero en su interior estaba dormido por completo... Como si estuviera en el séptimo sueño.

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Me sentía extraña y a la vez curiosa por lo peculiares que eran mis compañeros, bueno, más peculiares de lo que ya de por sí somos todos los estudiantes allí. Me preguntaba qué tanto contaba ella o cómo podía él estar tan despierto por fuera, pero como ido por dentro. Aún así, me daba algo de pena preguntar o terminar por molestar a alguno de los dos. Debía admitir que, cuando se trataba de una situación así, yo era fatal para hacer amigos o dar el primer paso.

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En medio de la clase, el compañero de la lado fue llamado a leer en alto, lo cual hizo aún estando su alma dormida. En fin, cosas de lo más normales en la academia. Otros alumnos de la clase escribían a la velocidad del sonido o con 3 manos a la vez mientras la cuarta pasaba las páginas y cosas por el estilo.

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Sin embargo, durante la clase yo iba un poco más lenta debido a que no estaba tan acostumbrada a escribir tanto y todo el tiempo, pero al pasar un rato, pude llevar el ritmo. Era genial ver cómo todos usaban sus habilidades para facilitar su desempeño en el aula. Esperaba que, por el momento, a Travis le fuera bien solo escuchando, ya que aún no había podido darle clases de braille.

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La primera clase había sido agotadora para muchos... Aunque los compañeros de las mesas contiguas a la de Bell, no parecían afectados de ninguna forma posible.

El chico despertó del todo y la chica sacó su teléfono, con el cual escribía muchísimo más rápido que con las manos. Era como si la chica y el teléfono fueran uno solo.

El chico, por otra parte, se quedó mirando por la ventana, en la cual aparecieron pequeñas figuras que casi parecían tener vida propia m, corriendo entre los cristales y jugando entre ellas.

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-Son muy buenos con sus habilidades...- comenté sorprendida al mirarlos a ambos haciendo cada uno la demostración de sus poderes solo por buscar un entretenimiento.

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-Su poder es crear figuras en superficies planas... También puede alterar el reflejo de alguien en el espejo... También puede hacer esas figuras realidad.- dijo la chica.

- Y ella tiene electrokinesis... Es decir, que controla la tecnología con la mente... Incluso hasta el punto de poder controlar las emisiones de voz y anuncios de la academia.- dijo el chico como si nada.

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-¿Uhm?- los miré sorprendida de cómo era posible que me respondieran por el otro.- Vaya... me han... sorprendido... jeje... Son geniales... yo... pues... Umbrakinesis... Por cierto... Soy Bell...- me presenté con bastante pena.

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- Yo soy Clara... Encantada de conocerte.- dijo dejando su teléfono y mirando a Bell con unos hermosos ojos dorados.- Él es mi hermano Cris.- soltó señalando al chico del otro lado.- Supongo que por eso hablamos muchas veces por el otro.

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-Ahora tiene sentido, jajajaja, un placer en conocerlos.- me levanté sonriendo.- Perdonen que los deje ahora, pero debo ir a ver a alguien en este primer cambio de clase y no debo perder tiempo.- me hice sombra y me dirigí rápidamente al aula de Travis y Orión asomándome  a la puerta.- ¿Trav?

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- Bell... Ven.- decía el rubio levantando la mano desde el fondo de la clase, aunque esta estaba casi vacía.- Casi todos han ido a la máquina expendedora del final del pasillo. ¿Qué tal fue tu primera clase?

Travis parecía contento o al menos bastante tranquilo. Orión estaba sentado en el pupitre de al lado, medio adormilado con los ojos cerrados.

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-¡Trav!- fui corriendo donde él y lo abracé por el cuello.- ¿Cómo te fue? A mí me fue bien. Estuve pensando en ti... - estaba emocionada de verlo animado y contento.- Veo que estás feliz...

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- Siiii... Pude hacer un par de amigos... O bueno, al menos hablaron conmigo... Parece que doy menos miedo del que imaginaban.- dijo sonriendo como un crío en plena Navidad.- Uno de ellos incluso dijo que me traería batido de fresa de la máquina expendedora.

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-¡Qué bien! Yo también estuve hablando con unos chicos de mi aula.- comenté mientras sujetaba su mano.- ¿Qué tal te fue la clase? Perdona que no tuviera tiempo de enseñarte braille...

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- No pasa nada... Es bastante más fácil de lo que me imaginaba... Es de sentido común, así que ni siquiera habría tomado apuntes aunque supiera braille.- dijo sonriendo y acomodándose en el asiento.- Huele a batido de fresa... Creo que mi compañero está a punto de llegar.

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-Entonces, creo que estorbo aquí. No quiero estar en medio de una buena amistad en comienzo. Llámame por las luces si me necesitas. Yo estaré en mi aula.- le di un beso en la mejilla antes de irme.- Suerte con esas clases, mente brillante.

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- Claro, estaré atento a todo... Y tranquila, puedes hacer amigos como cualquier otra personita, solo tómate las cosas a tu ritmo... Eres genial y serán capaces de verlo.- dijo Travis dándole ánimos a su dulce y adorable amiga a la que amaba más que a sí mismo.- Si tienes problemas, también házmelo saber... Electrocutaré a quien te moleste.

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-No será necesario... pero gracias. Adiós, Trav...- di unos pasos adelante y me acerqué al oído de Orión para susurrarle.- Adiós, Orión, gracias por ayudar a Travis...

Regresé a mi aula justo un rato antes de cuando el maestro de la siguiente lección entrara, solo que él lo haría por la puerta y yo solo aparecí en mis sombras.

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Travis obtuvo su batido de fresa, el cual fue bebiendo tranquilamente mientras la segunda clase del día comenzaba.

En la clase de Bell, tanto Clara como Cris estaban haciendo varias cosas para entretener a los de la clase, pues el profesor aún no había llegado. Aviones de papel volaban, pequeños lobos y conejos en dos dimensiones corrían por las paredes y música sonaba en un volumen discreto dando ambiente a todo el caos de la clase.

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-Wow, chicos...- sonreí ampliamente y aplaudí a los autores de tan magnífico espectáculo.

Uní a los animalitos que habían mis colibríes y mariposas para dar un mayor ánimo a la ocasión, pero cuando el maestro ordenó que comenzaría la clase, todos nos ubicamos nuevamente en nuestros puestos.

-Eso fue asombroso...- les susurré a los hermanos.

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- Gracias. - dijeron justo a la vez antes de reír casi de la misma forma.

- Solemos hacerlo entre las clases... Alegra a los demás.- dijo Clara sonriendo ampliamente.

- Antes trabajábamos en un circo haciendo este tipo de cosas... A los niños les encantaba, digamos que somos el espectáculo viviente.- añadió Cris encogiéndose de hombros antes de volver a quedarse medio dormido internamente.

- A Cris le aburren bastante las clases... Su cerebro es como una esponja capaz de aprender un idioma en 2 minutos... Tiene otra habilidad que le permite separar su cuerpo de su mente y absorber todo lo que escucha o ve.

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-Yo quisiera ese poder... me están aburriendo las clases, jijijijiji...- reí levemente, pero volví mi atención al profesor, quien escribía cosas en la pizarra.

De vez en cuando suspiraba, tomaba mis notas de clase, leía las cosas de los libros y demás, pero tenía muchas cosas en mi cabeza... y una en mi corazón. Sí, pensaba también en Duncan. No lo había visto desde la noche anterior. Esperaba que le estuviera yendo bien en clase y que se estuviera recuperando de su oído. Me había dicho que tardaría unos días, apenas habían pasado dos.