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15

Temerosa, tomé la mano de Alice y dejé que fuera ella quien me condujera por el lugar a dónde teníamos que ir. Era cierto que al ser mayores, los universitarios imponían más respeto, pero también notaba que eran muchos menos en cantidad que nosotros. Como fuera, solo esperaba que Alice me llevara, al parecer no era su primera vez allí.

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- Suelo venir varias veces al mes... Te dije que tengo un amigo en el ala M.- dijo sonriendo muy suavemente.- Ese chico venía mucho al orfanato... Prácticamente enloquecimos a la vez, pero él mucho más que yo. Cuanto más tarde perdemos el control, más difícil es volver a un término más o menos normal. Oh, ahí es, vas a conocer al presidente de la sección universitaria, es de tercer año de carrera, frívolo y aún más frío que Orión... Poder, miedo. Su sucesor es un capullo, cuanto menos caso le hagas mejor...y no me culpes si le quemo el culo.

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-O-ok... yo... hablaré lo que sea necesario... Si no he tenido miedo con los chicos del ala C, nada me podrá intimidar ahora.

Aunque había hecho esa comparación, más pensaba en que, si había aceptado tanto horror del pasado de Duncan y aún así me mantenía a su lado y lo amaba, nada en el mundo me volvería a intimidar de forma que llegara a tener como tal "miedo". Estaba convencida que lograría enfrentar lo que fuera desde que había descubierto mis sentimientos por Duncan.

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- Bell, no tengas miedo, yo estoy contigo... Tú solo habla, yo me encargo de chamuscarles si no te toman en serio.- dijo sonriendo y tocando en la puerta con confianza.

- ¿Quién es?

- Alice y Bell, sección preparatoria, venimos a una reunión de parte del almirante... Tenemos pase y carta de presentación.- dijo Alice con calma.

- Adelante.- se oyó en voz calma, pero imponente.

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Cuando entramos, las personas que se encontraban allí eran realmente intimidantes por su aspecto de mayores y por sus vestimentas más elegantes que nuestros simples uniformes. El que lucía mayor, tenía el cabello negro y largo y unos ojos que me hicieron estremecer por completo. Eran blancos y aún así me miraban fijamente.

-Mis respetuosos saludos para ustedes, superiores.- dije con una leve reverencia, pero sin dejar de estar algo incómoda por esa mirada, no tenía la belleza que tenía la mirada de Duncan.

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- No hay necesidad de ser tan formales, señorita, todos los presentes somos simples alumnos en la academia.- dijo el mayor levantándose ligeramente.- Tomen asiento, por favor... Escucharé el motivo de la visita. Yo soy Hermes Helth, presidente del comité disciplinario universitario.

- Ya nos conocemos, pero en fin... Yo soy Alice, segundo año de preparatoria, ella es Bell, primer año, es nuestra adquisición más reciente para el comité... Además, es la alumna de Duncan Fletcher. Nuestra visita es más que nada por una propuesta de Bell, así que será ella quien se dirija a usted.

Una leve risa se escucho de fondo, lo que hizo que Alice levantara una mano, se la notaba tranquila.

- Espero que no haga falta recordarles cuales son mis poderes.- dijo Alice muy seriamente.- Creo que su futuro sucesor no querrá perder el otro brazo.

Realmente Alice era intimidante, solo decir eso hizo que todos se callaran y me dieran la palabra. Suspiré para calmarme un poco y me aclaré la garganta para hablar. Hacía lo posible por no mirar a los ojos al que se dio a conocer como Hermes, me hacía sentir muy rara.

-Pues... aunque no conozco mucho de aquí... quisiera consultar con el directivo universitario cuáles son los métodos que utiliza para la inserción social de los alumnos que alcanzan la mayoría de edad y dejan de ser responsabilidad de la academia. Esto es porque he visto cómo las habilidades de los alumnos pueden ayudar justo donde más estas tienen que ver. Mi mejor ejemplo está justo a mi lado, un poder de fuego que ayuda en el cuerpo de bomberos.- señalé a Alice y le sonreí.- Sin embargo, es de mi conocimiento que no todos logran encontrar un lugar en la sociedad para aportar a ella en vez de ser temidos. Quisiera plantear un programa de ubicación que se especialice en los elementos que pueden controlar y los ubiquen en lugares en los cuales su aporte pueda ser una ayuda.-hice una  pausa.- Y quiero hacer una observación. Me he referido a un "aporte", es decir, prestarán su ayuda a esos lugares y personas, pero serán tratados como iguales y de eso se constará en un seguimiento y supervisión. De no ser así, será puesto bajo investigación el lugar y todos sus trabajadores hasta hacer una justa sanción a los culpables de cualquier incidente.- suspiré nuevamente.- Esa es mi primera propuesta. Si tienen alguna pregunta u observación que quieran hacer... pueden... soy todo oídos...

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- Sí, tengo una observación.- dijo Hermes sonriendo.- Señorita Bell, su propuesta debería ser presentada en el ayuntamiento, no aquí. Una vez los alumnos se gradúan no son responsabilidad de la academia y no se hace responsable de ninguna de las acciones o problemas que éstos se encuentren. Por otra parte la academia no tiene ninguna potestad contra las empresas contratantes. Desde antes de que usted naciera, las personas como nosotros han sido y son tratados como herramientas par algún fin.

-En resumen, no podemos hacer cumplir tu propuesta.- dijo el otro chico.- Quién decide eso es el presidente del país, no nosotros. Una persona con poderes no puede ser acusada de asesinato, cuando alguien nos mata, no es castigado por ello... La ley, no nos considera humanos, sino amenazas. Así piensa el padre de tu presidente de comité.

Alice miró al chico con unos ojos que denotaban una profunda ira repentina. No le había gustado que hablarán así de Orión.

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-Alice... calma...- dije tomando su mano, luego miré a Hermes fijamente con mucha más seriedad.- Hago la petición aquí, porque es el último centro por el que pasan antes de salir allí fuera, sobre todo luego de pasar la mayor parte de sus vidas aquí. Encerrados, marginados y siendo usados como al gobierno le plazca. Estoy ofreciendo una forma de comenzar a incorporarlos a la sociedad desde antes de salir de la academia. Un seguimiento de peticiones no creo que sea demasiado trabajo para un directivo tan eficiente como este. ¿Qué tan difícil es poder garantizar, desde antes de que salgan, un lugar para cada uno de los estudiantes en la sociedad? Y si la administración es tan complicada, podemos trabajar juntos ambos directivos para ayudar. Pero no creo que sea bueno quedarse de brazos cruzados cuando somos rechazados de esta forma. ¿O me dirá usted, estimado presidente universitario, que tiene su vida plenamente asegurada para cuando salga de aquí? Porque le recuerdo que tiene a toda una multitud de estudiantes universitarios creyendo en usted y en la seguridad que les ofrece.

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- Yo no soy político... Y no todos los estudiantes hacen peticiones mientras estudian aquí. Muchos de los que ves por los pasillos son alumnos de familias distinguidas que tienen un trabajo asegurado fuera. ¿Cree que no me afecta la situación? Usted y yo lo tenemos más difícil que muchos otros... Usted por su pelo flotante y yo por mis ojos absolutamente blancos. Mi protegido aquí presente... También lo tiene complicado fuera, pues solo posee su brazo izquierdo. Esto no es un juego, yo también quiero un trabajo cuando salga de aquí... ¿Quién cree que hizo que los alumnos del ala C no fueran ejecutados? Yo... Esto no es un sueño para mí.

Hermes se levantó, serio e imponente.

- Si puedo ayudarla en algo, lo haré... Pero primero le recomiendo que se informe más sobre el funcionamiento de los archivos de la academia.

- Le recuerdo, Hermes, que Bell es una alumna de primero... Como tal, aún tiene restringida cierta información, a no ser que un alumno de sección superior se la facilite.- dijo Alice.- Así que si es tan amable...

- De acuerdo... - suspiró el chico.- Bell, los archivos no salen de esta academia salvo para los contratantes... La sociedad fuera no tiene conocimiento de nuestros alumnos, lo que hace algo curioso. Los alumnos con apariencia normal y capacidad de raciocinio son plenamente libres de dar a conocer sus poderes una vez se gradúan. En caso de ser como su ídola aquí presente, quien en su momento perdió control de sus poderes superando su límite... La academia se asegura de seguir facilitando la medicación adecuada para mantener bajo niveles normales su capacidad de razonar y el control completo de sus habilidades.

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Sus palabras me sorprendieron mucho, incluso cierto aire de admiración hacia él surgió de mí.

-¿Qué idea tiene usted si le dijera que alguien puede lograr que los alumnos del ala C y M no necesiten contención?- pregunté con un tono más bajo y apacible.

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- ¿Se refiere a la reinserción de Travis Maddox? Sinceramente, lo considero una gran hazaña. Ahora que sé que fue por su clara intervención y que hay indicios de que sea posible... Me gustaría intentarlo en el ala M. Aquí no tenemos celadores, nosotros cuidamos de los alumnos ya que consideramos que así tienen algo más de interacción personal humana... No sólo con personas que los crean animales, sino con personas que tratan sus problemas de forma personal y cercana. Si quiere puedo llevarla allí, así Alice hará también su visita bisemanal.

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-Me alegro de que esté al tanto de mi trabajo. Travis no solo se ha recuperado por completo, sino que también está ayudando a la recuperación de sus otros compañeros del ala C.- dije orgullosa de cómo mi gran amigo rubio se había convertido en todo un modelo para evidenciar que no todo está perdido para los que sobrepasaban los límites de su poder o tenían sus mentes atormentadas.- Claro que me gustaría ir.- acepté con más ánimos.

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- Solo déjeme decirle que aquí no encontrará ese sentido del compañerismo al que estás acostumbrada. Aquí cada uno de los alumnos mataría al resto solo por un bocadillo.

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-Pues... intentemos cambiar eso. Si las cosas que están mal se dejan así y se terminan ignorando porque se cree que no se pueden cambiar, entonces no cambiarán.- aquella conversación estaba poniendo más que a prueba mi carisma al hablar y mis más sinceros valores y principios, debido a que, no sabía mucho de administración, pero algo tenía claro, tanto los que no tenemos familia como los hijos de ricos y poderosos, merecían un trato bueno y amable por parte de los demás.

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- Vayamos a ver a los chicos del ala M.- dijo Hermes con tranquilidad.- Raymond, agarra las llaves, vienes con nosotros.

- Por supuesto.- dijo el chico sacando su mano izquierda de la chaqueta y tomando las llaves.

Salieron de la sala para poner rumbo al ala M.

- Bienvenida, espero que estés calmada, no te alteres pase lo que pase, porque no hay cadenas, aunque sí cristal.- dijo el presidente abriendo la puerta que no era tan fuerte como en la C.

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-No tengo miedo, mis mejores amigos son del ala C. Así que no se preocupe, algo como esto puede que me espante un poco, pero miedo no me dará.- mis palabras eran firmes y estaba convencida de que iba a ser una experiencia similar a la primera vez que fui a la celda de Travis, o incluso peor, pero quería sentirme preparada conmigo misma.

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Abrió la puerta, los oídos de todos los presentes se inundaron con gritos, golpes y alaridos de los presentes allí.

- El peor está en la última celda... Los demás están más o menos dentro de unos parámetros de control.

Alice fue la primera en entrar, firme y tranquila por completo. Se paró frente a la tercera celda a la cual miró con una dulce sonrisa, demasiado dulce, casi como miraba a Orión.

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Me estremecí al escuchar aquellos alaridos, era como cuando Travis, pero multiplicado en varios más. Miré curiosa a Alice, al parecer, conocía a la persona que estaba en la tercera celda. Fui junto a ella y miré a la persona.

-¿Le conoces, Alice? Parece que le tienes mucho aprecio...- pregunté esperando no molestarla con mi curiosidad.

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- Éramos amigos de la infancia, yo tenía 4 años cuando le conocí... Él tenía 8, me ayudó a llegar al orfanato una vez que me perdí. Cuidó de mi en toooodo momento, hasta que todos murieron por mi culpa, él enloqueció conmigo y de una forma mucho más brutal que yo. Sus poderes son muy siniestros, solo hay dos o tres que tienen su mismo poder. Le quería y le quiero... Por así decirlo, fue mi primer príncipe azul.- dijo Alice sonriendo.- Ahora dicen que soy la única persona a la que reconoce, así que suelo venir a verle para que se porte bien.

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-Oh, Alice...- la abracé por el costado mientras ambas mirábamos al muchacho encerrado.- Tranquila, lo ayudaremos de alguna forma. Y tú vas a ser la que más lo haga, porque tiene apego a ti. Y eso ayudará más de lo que crees.- la miré con una sonrisa.- Entre todos los ayudaremos, Alice, pero no puedes perder las esperanzas en ningún momento, porque somos lo único que les queda. Y tú eres lo único que le queda a él, ¿no es así?

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- Sí... Soy lo único que tiene, siempre solía decir que me prestaba a sus padres todo el tiempo que quisiera con tal de que yo no me fuera... Ahora él es tan huérfano como yo, pero no me he ido.- dije sonriendo.- Se quedó mudo cuando sobrepasó el límite, imagina gritar y no escuchar nada... Así de repente, fue horrible... Y más aún cuando tenía una voz tan bonita.

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-Eso me recuerda a muchas de mis pesadillas... Pero bueno, podremos intentar que vuelva a estar bien y se quede a tu lado...- hice una pausa y luego le sonreí.- Si quieres entrar a verle... puedes hacerlo. Me quedaré por aquí cerca. Quiero que Hermes me hable un poco de ellos.

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- Está bien.. Solo será un ratito, a saludarle un poco.- dijo Alice sonriendo antes de mirar a Hermes.- Si le pasa algo a Bell, te dejaré los ojos color ceniza, te lo aseguro.

Al hacer su amenaza, abrió la celda y entró con calma... Realmente el chico de la celda no le hizo nada, más bien parecía adorarla.

- Te contaré un poco de ellos, si quieres, claro.- dijo Hermes con calma, parecía que ni un a bomba le haría perder su tranquilidad.

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-Gracias, Hermes.- dije con cordialidad y sonriendo, retomé mi actitud normal ya que Hermes se había mostrado abierto a mis ideas.- Me gustaría saber ciertos puntos de cada uno de ellos. Son importantes para mí si quiero tener una idea mejor de cómo ayudarles.- dije sin perder mi sonrisa y fui levantando los dedos en cada punto que mencionaba.- Necesito año, habilidades, deficiencias por uso excesivo de sus poderes y algo significativo de su personalidad o pasado. Con eso me bastará. ¿Cuántos estudiantes hay aquí?

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