- Claro que sí, creo que fue uno de los días más divertidos de mi vida... Aunque nada supera a nuestro vistazo a las estrellas... Pero fue genial, estabas tan feliz que para mí solo existía tú.- dije tomando sus manos y entrelazando nuestros dedos.- Te amo...

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-Yo también te amo, Dudú... estoy feliz de que hayas disfrutado tanto como yo...- sonreí levemente sonrojada.- ¿Qué te gustaría comer? Lo pediré por ti. También lo que quieras beber. Esta vez prometo ayudarte con la lata, jijijiji...

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- Jajajajaja... Entonces el menú vegetariano y un zumo de melocoton, por favor.- dije sonriendo con total naturalidad.- ¿No necesitas que te ayude con nada?

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-No, está bien. Regreso enseguida, no te muevas de aquí, ¿sí?- me puse en pie y me acerqué a él para dejarle un beso en la mejilla y luego ir a hacer el pedido.

Sin embargo, miraba de reojo a la mesa donde estaba Duncan tranquilamente. Noté que alguien se acercaba a él.

-Dudú, hay un chico que parece que quiere hablar contigo... será mejor que dejes mi mente por un momento y lo atiendas a él...- le dije mientras hacía el pedido.

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- Está bien, gracias por el aviso, Belly.- dije con calma antes de dejar su mente y buscar la del que más cerca de mí estaba.

- Duncan, quería comentarte algo.- dijo el chico, que si no recuerdo mal, es de mi año.- Anoche un alumno de la clase de Orión se tiró por la azotea del edificio, sé que no es nada raro, pero su actitud era la de siempre... No creo que fuera un simple suicidio.

- Entiendo... La verdad es que me sorprende bastante... ¿Pero, tienes sospechas de alguien? ¿Por qué no se lo dices a Orión?

- Orión me da más miedo... La verdad, tú pareces un poco más afable.- dijo el chico en una pequeña risa.- Si pudieras comentárselo tú... Por favor.

- Seguro que él ya está enterado, pero hablaré con el de todas formas... Gracias, Mitch, por decírmelo.

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Me acerqué a ellos casi cuando terminaban de hablar, pero había podido escuchar algunas cosas. Puse la comida sobre la mesa saludando levemente al chico que estaba allí. Luego toqué la mano de Duncan para que supiera que estaba ahí.

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El chico saludó a Belly de forma cortés antes de irse, no sin antes despedirse de mí con calma.

- ¿Qué te pediste de comer, Belly? - pregunté sonriente una vez que salí de la mente de él y volví a la de ella.

Obviamente intentaba disimular la mala noticia, rezando por dentro para que ella no hubiera escuchado nada de lo dicho.

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-Pedí huevo y ensalada.- dije mientras ponía las latas de bebidas sobre la mesa también.

Abrí cuidadosamente la de Duncan y la puse en su mano. Luego fui orientando su otra mano por el plato para que supiera dónde estaba todo. Tras hacerlo, me senté frente a él y abrí mi lata de limón, pero no comí en el momento.

-Dudú... ese chico que te habló... ¿qué pasó? No escuché mucho, pero... sí entendí que algún estudiante había muerto... y que no estaba convencido de que fuera suicidio... ¿Por qué te preguntó a ti? ¿Sabes algo de eso...?- por fin comencé a comer, pero no dejaba de mirar a Duncan fijamente.

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- Me estaba comentando que un estudiante mayor que nosotros se había tirado de la azotea, no es algo raro... Pero está convencido de que no fue ningún suicidio.- dije bastante relajado.- Me lo comentó porque soy del comité, supongo... Se investigará desde el punto de vista de los alumnos y me imagino que me harán interrogar a algunos sospechos

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-Ay... Dudú... te pondrán a hacer esas cosas y tú aún te estás recuperando...- dije algo preocupada, pero luego bajé la mirada.- Suicidio o no... es una muerte... y yo no creo que nadie... por muy malo que sea, merezca morir... hay otras formas de... ver la vida... la justicia... todo... me duele que eso haya pasado...

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- Aunque ahora entiendo lo que me dices... No puedo estar de acuerdo contigo... Hay mucha gente que merece morir, la cuestión es... La forma en la que este muera, con honor... O como un perro, también influye la mano que acabe con él.

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-Pero, Dudú... ¿qué puede haber hecho para ti una persona que merezca un castigo tan cruel como la muerte?- pregunté de golpe espantada por sus palabras.

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- Hacerte daño a ti, a Orión, a Alice... Alguien que haga daño a quien no puede defenderse... Algo así.- dije sin más antes de comenzar a comer con bastante parsimonia.

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-Es decir, si alguien me molestara de alguna forma, ¿tomarías represalias solo por eso?- pregunté casi asustada por la calma con la que hablaba de la muerte.

Me estaba asustado que estuviera tan tranquilo con esa situación. Demasiado tranquilo para alguien que tiene como deber del comité disciplinario el proteger a los demás estudiantes.

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- No he dicho que los matara por ello, pero si les daría un buen susto.- dije con tranquilidad.- Si te hicieran algo grave o te llegarán6 a matar... Sí los mataría, sin dudar ni un solo segundo. En cuanto a este caso en particular, no tengo ni idea de qué habrá podido pasar... Tendré que unirme a los interrogatorios y a la investigación.

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-Iré contigo a eso. No pienso dejarte solo cuando aún estás en esas condiciones... Hasta que no te recuperes por completo, no pienso alejarme de ti.- dije primero con seriedad y luego terminando por sonreír.- No vas a salir de mí tan fácilmente.- comenté para luego reír levemente.

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- Lo sé... Pero quiero que me dejes solo en el interrogatorio... ¿Esperarías por fuera con Orión y Alice? Es más que nada por si algo va mal.- dije sonriendo muy levemente por si acaso.

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Me quedé callada unos segundos, significaba dejar a Duncan en manos de otros...

-Está bien, pero con una condición.- lo miré fijamente y con una expresión firme, tanto como mi voz.- Me dejarás estar contigo hasta el último momento posible y en cuanto termines, me dejas ir contigo al instante.- tras decir eso, reí levemente, puesto que parecía como si fuera la persona más posesiva del mundo.

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- Trato hecho, yo tampoco quiero separarme de ti, pero tampoco me gustaría que vieras nada desagradable.- dije acercando mi mano para enredar mis dedos en los de ella.- No sabes la falta que me haces en todo momento.

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-También siento lo mismo, Dudú. Nunca quisiera separarme de ti... -acaricié su piel con mis dedos mientras le sonreía con cariño.- ¿Quisieras ir a otro lugar? Creo que si eso pasó... deberías hablar con Orión...

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- Hablaré con él... Pero primero tienes que terminar de comer, no quisiera que te marearas o algo así por no comer.- dije con bastante tranquilidad.- Cuando comas, iremos con Orión y supongo que comenzarán de inmediato... No sé si Alice se unirá a la investigación.

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-Terminaré, pero hazlo tú también... eres quien más lo necesita ahora.- le sonreí y continué comiendo.- Dudú... sé que en este caso es necesario, pero... ¿han habido momentos en los que has tenido que cumplir misiones estando así...?

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- Muchas más de las que mi orgullo admitiría. Una vez, estando ciego y sordo me metieron en un centro de refugiados, mi misión... Limpiarlo. Allí vivían 120 personas.- dije suspirando.- Pero eso quedó en el pasado, ya no hago trabajo de ese tipo y espero no tener que hacerlos nunca más.

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-Dios mío... eso... - suspiré y bajé la mirada a mi casi vacío plato.- Pero... ¿por qué te los pedían en primer lugar...? Solo eres un chico... no deberían obligarte a tener sangre en tus manos por mantener las de ellos limpias...

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- Era mi trabajo como soldado... En ese tiempo solo era un sargento marioneta de todos los demás. Pensándolo fríamente, era la mejor solución... Pues yo no dejo sangre si no quiero, no dejo huellas, ni armas... Si quiero, hago que la víctima lo haga todo por mí. Mi especialidad, era que todo pareciera un accidente... O un suicidio.