Ni siquiera le respondí, solo saqué una botella. La puse en su mano para que supiera que se la daría, aunque esperaba que me dijera si podría tomarla por su cuenta o si necesitaba ayuda.

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Tomé la botella en mis manos y la abrí con naturalidad antes de beber de ella. Estaba rara, algo no iba del todo bien. A sabiendas de que Belly me había dado permiso para entrar en su mente cada vez que lo viera necesario, así lo hice, pudiendo ver lo que había pasado al lado de la máquina expendedora.

- Belly... Quiero que me lleves con ellos... Lo que dijeron eso, ahora.- dije muy seriamente.

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-¿Qué...?- lo escuché tanto fuera como dentro de mi mente, y su seria voz y expresión me habían hecho estremecer.- No es importante, Dudú...

Ya estaba bastante mal en ese momento para que me pidiera sacarlo de allí en esas condiciones. No quería negarle nada, pero me preocupaba él.

-Por favor, Dudú... olvídalo... Deberías esperar a recuperarte...- dije poco convencida.

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- ¿Estás segura? No me importa ir a darles una paliza.-dije ya fuera de su mente.- No dejes que te afecten, los chicos estaban felices, viste sus sonrisas... Eres buena, dulce, amable y serán libres gracias a ti. Eres su heroína... No dejes que nadie te diga lo contrario.

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-Vale... está bien... solo, no quiero que hagas una locura por mi culpa... no lo merezco... no después de hacer que esto te pasara...- solo asentí un par de veces con lentitud.- Justo ahora... tú eres el importante... no yo...

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- No pienses eso bajo ningún concepto... Para mí, jamás habrá nada más importante que tú... ¿Lo entiendes? Ya te dije que no es tu culpa.- dije en su mente mientras la abrazaba con toda mi alma, pegándole a mi cuerpo.- Descansa conmigo... Por favor... Aunque no lo parezca, estoy agotado.

Lo lamentaba profundamente, pero acababa de mentirle. Pues cuando aceptó y se acurrucó en silencio conmigo, desprendí mi mente en dos partes más, busqué a los que la habían insultado en su buena fe... Y bueno... Digamos que lo siguiente que pasó es que se tiró de la azotea de uno de los edificios.

-Está bien, me quedaré contigo. Descansa...- dije acurrucándome entre sus brazos y su pecho, tomé una de sus manos y la puse en en centro de mi pecho.

Luego, aunque fuera en un tono bajo, comencé a cantar. Aunque no me escuchara, de cierta forma le transmitía cierta tranquilidad y me la daba a mí misma.

Tras hacer de las mías... Me quedé dormido sin soltar a Belly, y mucho menos sin quitar mi mano de su pecho, pues los latidos de su corazón eran tan pacíficos que no podia dejar de pensar en ellos.

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Al poco rato, fui cayendo vencida por el sueño hasta quedarme profundamente dormida. Entre tanto ajetreo de preparar el día de campo, el no dormir por la emoción y tantas cosas en el incidente, no pude hacer sino caer rendida en el pecho de Duncan.

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Un par de horas después hubo algo de ajetreo... No escuchaba nada, pero las vibraciones del suelo me hicieron saber que había movimiento. Me desperté enseguida, esperando que Belly siguiera dormida. La toqué haciendo que no oyera nada, en estos momentos mis poderes eran bastante útiles... Pues no quería que supiera que alguien había muerto.

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Como seguía dormida, no sentí nada hasta un buen rato después que todo se calmó. Me desperté encontrándome con la sonrisa de Duncan frente a mí.

-Esta vez no me engañas. Estás despierto.- dije para darle un rápido beso en los labios.- Espero que hayas descansado... y que te sientas mejor...

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- Estoy mucho mejor... Solo quería velar por tu sueño un poco más.

Por suerte para mí, cuando todo se calmó un poco, volví a dejar sus oídos en perfecto estado... Dejando que todo volviera a estar bien.

- Eres preciosa... La única persona a la que he amado...

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-¡¿Dudú?!- me sorprendió que fuera tan certero para responderme.- ¿Acaso ya puedes escucharme?- ante la duda, como mismo había hecho en sus labios, di un par de toque en su oído, aunque, por supuesto, estaba más que sonrojada por sus últimas palabras.

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Negué con la cabeza, entendiendo su toque... Aunque no hacía falta, ya que estaba en su mente. Para responder con la misma moneda, lleve mi mano a su cabeza y con uno de mis dedos di unos muy leves toques.

- Estoy en tu cabeza...

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-Dudú...- sorprendida, solo pude sonreír, al menos nos podíamos comunicar así y esperaba que eso le bastara.- ¿Quieres comer algo? ¿Tienes hambre? O.... ¿quisieras volver a tu habitación...? Lo que sea, Dudú... solo pídemelo...- dije con la ilusión de complacerlo.

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- La verdad es que tengo algo de hambre... ¿Tú también quieres comer algo? Podemos ir a la cafetería o donde quieras. Mañana tendré que venir a hacerme unas pruebas solo, así que aunque quisiera, no podría tenerte conmigo...

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-Entonces, vamos por algo de comer... yo te ayudo...- me levanté de la cama estirando mis ropas y me volteé hacia él esperando que se levantara también.- Hazlo con cuidado... no quiero que te caigas...

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- Tranquila, estoy bien...- dije sonriendo levemente estirando mi mano hacia ella una vez me levanté del todo.- ¿Sería tan amable de ser mi guía?

Lo dije en un tono ligeramente juguetón... Esperando que nadie le dijera que alguien se había tirado de la azotea...

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-Siempre, Dudú, siempre lo seré...- cuando tomé su mano, saqué de mis sombras el bastón de repuesto de él, y se lo di. Agradecía ahora que se me ocurriera tenerlo conmigo.- Vamos a la cafetería, no quiero que vayamos muy lejos contigo así... quiero esperar hasta que te recuperes por completo...

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- Entonces rumbo a la cafetería.- dije sonriendo ampliamente, feliz y calmado.- Creo que me pediré un buen menú, la verdad es que tengo bastante hambre... ¿Tú no?

Mi sonrisa era enorme y serena, estaba demasiado tranquilo y me aseguraría de que nadie hablará del "suicidio" de ese chico.

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-Sí, bueno, ya la comida del día de campo se me fue por completo. Jijijiji.- teniendo aún más cuidado del normal, salí de la enfermería semiabrazada de Duncan.

Aunque nosotros estábamos muy risueños y alegres, el ambiente estaba extraño, como cargado y raro. Supuse que Duncan no lo notaría por no ver el vacío de los pasillos o no escuchar el silencio de casi toda la academia. Esperaba que ese ambiente no fuera culpa de lo que había ocurrido en el jardín por los del ala C. Quería lo mejor para ellos, y que todos los aceptaran. Por ello, de cierta forma me quedé algo rara yo también creyendo que había sido mi culpa lo que había pasado con ellos y el cómo estaba toda la academia debido a ello.

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- Mmm.... ¿Pasa algo? No hay apenas vibración en el suelo... ¿La academia está vacía? Puede que haya pasado algo...

En ese momento pasé al plan B, quizás fuera mejor que ella se enterara... Pero claramente me haría el inocente o mejor dicho, el loco.

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-Creo que están así... por lo que pasó con los del ala C. De seguro los demás se enteraron del incidente y por eso está todo así... Aunque...- hice una leve pausa antes de entrar a la cafetería, la cual también estaba casi vacía.- Todo está demasiado extraño... no sé por qué me siento tan rara...- bajé la mirada y seguí caminando hacia una de las mesas, luego puse la mano de Duncan en la silla para que la ubicara.

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- Seguro que no es culpa tuya... Ya te dije que no tiene por qué afectarte lo que piensen los demás, me apuesto lo que sea a que algún día te agradecerán todo lo que estás haciendo.. Viste sus sonrisas, todos te adoran en el ala C.

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-Sí... espero que todos como yo, se hayan quedado con ese recuerdo tan bonito.- dije sentándome frente a él.- Dudú... también lo pasaste bien a pesar de todo... ¿verdad...?- dije tomando su mano sobre la mesa.