- No... Si me cuelgo de ti, te haré caer... Solo dime cuánto falta... Puedo seguir subiendo- dijo seriamente, pues lo único que le faltaba era acabar haciendo daño a quien más amaba.- ¿Cuánto falta por subir, Bell? Vamos... Dime.

Quién me sacó del lugar fue Orión, sus manos siempre son frías, por eso lo supe. Acabé perdiendo el conocimiento por completo, pero llegué a sentir esas gotas frías que siempre calmaba mi dolor y ansiedad cuando me dolían los oídos. Por suerte para mí, Orión siempre piensa en todo y vino con las gotas en mano.

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-¡Falta poco! A tu derecha tienes donde sujetarte. ¡Vamos, ánimo! ¡Solo un poco más!- estaba temblando del miedo, solo de ver la profundidad de aquel agujero me daba pánico por Travis.

Miré de reojo a donde había dejado a Duncan y vi que Orión lo estaba atendiendo. Las lágrimas salieron de mí sin remedio, se suponía que yo debía estar ahí para él, y había tenido que dejarlo solo. No me lo podía perdonar.

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Travis logró salir a salvo con Rassel, quien sólo tenía algunos rasguños por la caída.

- ¿Están todos bien? - preguntó el rubio acercando a girarse hacia Bell.- Deben estar muy asustados, al menos Noel dejó de gritar.

- Aunque todos estén bien, tendré que llamar a los de enfermería, Duncan está bastante afectado y Rassel debe ser tratado lo antes posible. Noel tendrá que llevar bozal los próximos días, y los demás están bastante asustados.- dijo Orión.

- Es normal... Todos son muy propensos a ponerse nerviosos.- dijo Travis suspirando.- Al menos fue agradable hasta ahora...

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Tomé la mano de Travis y la de Rassel y los conduje a ambos con los demás a paso lento. Me quedé en silencio y vi que Alice regresaba con una enfermera y un camillero para llevarse con ellos a Duncan. Apreté mis ojos para callar el llanto que no paraba de salir y llegué con ellos.

-Bueno, fue solo un mal susto, chicos. No hay por qué ponerse tristes ni nerviosos.- dije secando mi rostro para sonreírles, tal vez aquella era la sonrisa más falsa de mi vida, puesto que estaba muriendo de llanto por dentro, pero no podía demostrarlo en frente de ellos.- ¿Se encuentran bien? ¿Alguien más se lastimó?

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- Todos los demás están bien, Bell. Quiero que vayas con Duncan, eres de quien más me fio para cuidarle... Yo y Alice nos quedamos con ellos un poco más y cuando todo esté tranquilo, nos ocupamos de recoger y llevarlos al ala C. ¿Vale? Allí podrás desahogarte también.

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-Y-yo... está bien... sigan disfrutando del día, chicos. Los veré luego en el ala C.- al decir eso, me alejé un poco de ellos, pero iba de la mano de Travis, puesto que, cuando estuvimos un poco alejados de los demás, saqué su bastón de mis sombras y se lo di.- Yo... lo siento... por tener que dejarte ahora... -lo abracé.- Estoy feliz de que estés bien...

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- Bell... Yo... Todo, todo fue culpa mía, lo siento.- dijo el rubio agachando la cabeza avergonzado.- Asusté a Víctor sin querer, te juro que fue un accidente, la chispa que seguramente notaste antes de que apareciera el agujero, esa chispa, la creé yo.

Estaba demasiado avergonzado por sus acciones, no sabía que más decir o siquiera si merecía el perdón de Bell... Quien siempre habia sido amable con él.

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-Eso no es importante ahora, Trav... está bien... solo estoy feliz de que no pasara nada peor...- le besé la mejilla y le sonreí.- Vamos, no tardes más conmigo... yo debo ir con Duncan y tú debes cumplir como hermano mayor de los chicos y calmarlos... nos veremos después, puedes pasar por la enfermería. Yo no creo que me vaya a ir de ahí por el momento...

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- Yo iré con los chicos y después a mi habitación... No quisiera interrumpir nada.- dijo el rubio sonriendo suavemente.- Nos vemos luego... Y si no ya mañana. Espero que Duncan este bien.

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-Está bien... si me necesitas, ya sabes... usa las luces...- apreté su mano por última vez antes de indicarle dónde estaban los chicos para que fuera con ellos.

Suspiré y desaparecí para ir a la enfermería. Solo llegar, fui con el doctor a preguntar por Duncan, quien me señaló a una camilla donde estaba. Al verlo, aún sabiendo que no podía hacer nada por él, fui a paso rápido junto a su cama y tomé su mano.

-¿Dudú...? ¿Aún no puedes escucharme...?- dije mirándolo con dolor y reprimiendo mi llanto.

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- ¿Belly? Lo siento, no puedo escuchar nada... Parece que va a durar unos días por lo menos... Perdóname si estoy hablando demasiado alto.- dije al no saber qué tono estaba usando, esperaba no estar gritando y que mis palabras fueran entendí les para ella.

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Temblé por el llanto que estaba saliendo de mí lentamente. Otra vez Duncan estaba mal por mi culpa y lo peor era que no me perdonaba haberlo dejado solo por ir con Travis. Me sentía impotente, sin saber qué hacer. Crucé mis brazos sobre el borde de la cama y me eché a llorar desconsoladamente.

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Sabía que estaba llorando... Pero no sabía exactamente dónde estaba. Alargué mi mano y tanteé hasta llegar a su pelo para acariciarla.

- No es tu culpa... Yo te dije que fueras con Travis, él estaba más en peligro que yo. Estoy bien, Belly... No llores, por favor.- dije lentamente, esperando no haberme equivocado al hablar.

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-Pero también debía cuidarte a ti... -dije entre lágrimas levantando la cabeza y mirándolo.- Te dije que yo también te protegería... te lo prometí... y no pude cumplir mi promesa... - tomé su mano de mi cabello y la llevé a mis labios estando entre las mías.- Jamás hubiera querido esto para ti...

- Shhh... Calma, Belly... Eh, mírame, mírame... Estoy bien, ya nos ha pasado otras veces, ¿a que sí? No pasa nada. - dije intentando calmar su llanto.- Por favor, hazlo por mí... Deja de llorar, te quiero...

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Poniendo su mano en mi mejilla, asentí levemente. Retiré su mano de mí por un momento para secar mi rostro. Suspiré profundamente un par de veces para tratar de calmarme y volví a tomar su mano. Esta vez, no me importaba lo que tuviera que hacer, no lo dejaría solo ni un segundo. Si antes no había podido ayudarlo.

-¿Cómo saber ahora si quieres algo...? O decirte algo... Dudú... estoy muy nerviosa cuando estás así... Pero no me pienso ir ni un segundo de aquí... por favor... dime lo que necesites... no te lo guardes... estoy aquí para ti...

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- Belly... ¿Podrías... Dormir conmigo esta noche? Sinceramente, me da miedo cuando no sé lo que hay a mi alrededor, también, bueno... Pensé que no querrías irte.- dije algo sonrojado.- No quiero estar solo esta noche... Por favor.

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Asentí con un poco más de intensidad volviendo a darle la guía de su mano en mi mejilla. Por supuesto, ya me conocía, sabía que no lo dejaría y estaba feliz de que así fuera. Me quedaría con él todo el tiempo aún si no me lo pedía.

-Claro que me quedo... no me lo tienes que pedir, tontito... - sonreí siendo mi expresión percibida por su mano.- Estaré aquí para ti... siempre...

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- Lo sé.- no la oía, pero sabía perfectamente lo que en esencia me estaba diciendo.- Sé que no te irás de mí lado... Y créeme si te digo, que yo haré lo mismo por ti.

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Me senté en el borde de la cama y lo rodeé con mis brazos en un cálido abrazo. Aún en condiciones como aquellas, Duncan se mantenía tan valiente y noble, y sobre todo, tan cariñoso y amoroso hacia mí. Era la persona más maravillosa para mí.

-Tranquilo, yo cuidaré de ti...- al separarme de él, toqué ligeramente sus labios con la punta de mi dedo índice con un par de toques.- ¿Tienes sed? ¿Quieres tomar algo...?

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- Un poco de agua... Por favor.- dije sabiendo lo que quería decirme con ese suave toque.- Aah... Y un beso, eso es lo que quiero jejeje...

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Me sorprendí con eso, pero luego me reí levemente. Puse mi mano sobre su pecho para que se quedara tranquilo mientras yo no estaba, debido a que, por desgracia, ya no contaba con botellas de agua en mis sombras y debía ir a una caja expendedora a buscar una. Sin embargo, antes de irme, me acerqué suavemente y besé sus labios con cariño. Casi parecía que era de cristal de lo delicadamente suave que lo besaba, pero a la vez, todas mis ganas y amor estaban en ese beso.

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Dudé por un segundo, pero mis manos acabaron en su cintura, acariciando suavemente su silueta por encima de su vestimenta. No podía negar el creciente deseo que tenía de tocarla en todo momento, por todas partes... Pero debía controlarme, ella es inocente, más joven que yo y sobre todo... Me ama, no quería que eso cambiara. Por eso simplemente volqué todo mi amor por ella en ese suave beso.

- Esperaré aquí... Te lo prometo...

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-No tardaré mucho, lo prometo...- me sorprendía que de alguna forma un poco aleatoria, él sabía lo que yo le quería decir, lo que le estaba hablando o comunicando con mis simples toques y señas.

Me separé de él con un poco de angustia y fui en mis sombras a la caja expendedora. Mientras estaba allí comprando las botellas de agua, escuché a unos alumnos de años superiores. Hablaban del incidente que había ocurrido con los del ala C en el jardín. Bajé la mirada y regresé con Duncan teniendo en mi mente una frase que ellos habían dicho. "¿A quién se le habrá ocurrido sacar a esos locos como si nada? O está tan loco como ellos o es la persona más ingenua del mundo."

Cuando llegué con Duncan, traté de sonreír mientras tomé su mano para anunciarle que había regresado con el agua que me había pedido.

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- Bienvenida de nuevo, mi vida.- dije sonriendo muy suavemente.- Eres demasiado buena para este mundo, ¿tú no quieres tomar nada?