-No, mi pequeño.- me acerqué a él y me agaché en el suelo a su lado.- Como fuiste bueno, te has ganado esta dona. Por eso, te toca enterita para ti.

Esperé que Lion aceptara mientras miraba a Duncan esperando que se uniera a nosotros. Al menos por unos minutos, quería compartir un poco de juegos entre los tres.

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-¿Si me como yo solito la dona, me prometes que otro día comeremos los tres juntos? - dijo poniendo carita de cachorro.- ¿Sí?

Entré totalmente en la celda, esquivando por completo los juguetes y agachándome cerca de Belly y de Lion.

- Belly te dijo que haríamos un día de campo... ¿No? Ese día podrás comer con nosotros y muchas personas más y habrá muchos juguetes, Alice hará un graaaan espectáculo y todos colaboraremos.

- ¿De verdad? ¿Podré comer y jugar con todos? ¿Nadie me hará a un lado ni me van a patear?

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-Claro que no, Lion. Nosotros te vamos a cuidar y te vamos a acompañar en tus juegos y a la hora de comer.- le acaricié la cabeza como señal de consuelo y con un gesto de mi mano le señalé el dulce para que por fin lo comiera.- Vamos, ahora disfruta de tu dona por haber sido un niño bueno y portarte bien. Que si lo sigues haciendo, podrás salir de aquí y jugar con quien quieras de tus amigos.

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- Yo quiero jugar con todos, todos. Con Bell, con Travis, con Duncan, con Alice, Orión y tooooodos. Todos siempre me cuidan y son buenos así que quiero ayudar también... Orión siempre se siente solo...

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-Jijijiji, está bien, así será. Si te portas bien y ganas permiso para salir de aquí, podrás jugar con Orión y Alice y así él no se sentirá tan solo. Puedes ayudarlo con su trabajo, él te lo agradecerá mucho.- tras decir eso, tomé la mano de Duncan con disimulo y la apreté con cariño.

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Sentí la mano de Belly y solo eso me hizo sonreír, por supuesto le devolví el gesto y asentí suavemente.

Lion estaba comiéndose su dona felizmente, sabiendo que si se la comía podría comer con todos nosotros.

- La dona esta muy rica... Me gusta mucho.- dijo él sonriendo dulcemente tras haberse terminado todo el dulce.

- Así es Lion, eres un buen chico... Si sigues así, pronto estarás fuera con todos.- dije sonriendo de la forma más tierna que sé.

- Espero que a los demás no les de asco lo que sé hacer... Siempre me dicen que soy miedo o que soy retorcido.

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-Pues... como mismo ellos deben tener paciencia contigo para conocerte y saber que eres un niño bueno, tú debes tenerla para darles ese tiempo y tolerar a veces que se puedan equivocar al juzgarte. Pero no te preocupes, porque tus acciones les demostrarán a todos lo bueno que eres. Y nosotros te ayudaremos y te daremos consejos siempre que lo necesites.

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- Gracias.- dijo Lion antes de abalanzarse a abrazar a Belly con suavidad.- Eres la mejor hermanita del mundo, te quiero.

Reí en voz baja, intentando disimular mientras Lion le decía esas cosas, sobre todo por las reacciones que notaba en mi adorable y hermosa pareja.

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Correspondí al abrazo entre risueña y algo sonrojada. Al fin y al cabo, su personalidad era la de un niño pequeño, pero su cuerpo seguía siendo el de un muchacho.

-Está bien... Lion... yo también te quiero... solo... ten cuidado, eres en tamaño más grande que yo, y pesas un poco para mí, jijijiji...- casi me sentí que me había atacado un león cariñoso, ¿Será que de ahí venía su nombre?

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- Lion... Para de abrazarla, me voy a poner celoso... Ooh, ¿no quieres enseñarle a Belly lo bueno que eres con los legos? La última vez hiciste un cohete genial... ¿Por qué no se lo enseñas?

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-¿Legos?- no conocía esa palabra, pero al ver el entusiasmo de Lion, supuse que eran sus juguetes.- Pues, sí, me gustaría ver ese cohete. ¿Me enseñas, Lion?

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-Sí, sisisisi, ya voy.- dijo Lion corriendo hacia el cajón de sus juguetes.

- Los legos son unos bloques montables de juguete, se pueden hacer muchísimas formas y construcciones geniales. No lo parece, pero Lion tiene una inteligencia para la ingeniería increíble.

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-Ya veo... -lo intuí por lógica al ver las piezas en el suelo y muchas más que sacaba de su cajón.- Nunca tuve juguetes de niña, solo una pelota, pero la perdí en la calle cuando era pequeña. Mi mamá me había prometido que me compraría otra si me portaba bien... aún espero esa otra pelota...- susurré con una sonrisa triste.

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- Tranquila, mañana en el día de campo habla muchas pelotas. Podremos jugar con ellas todos nosotros, será mucho más divertido... Te lo prometo.- dije sonriendo suavemente mientras la abrazaba muy ligeramente.- Además, yo tampoco tuve juguetes hasta después de los 12 años.

Lion acabó de sacar su cohete de casi un metro de altura.

- Mira, Bell... Este es mi cohete, lo hice con legos que hice yo mismo... Me gusta modelarlos.- dijo sonriendo como un niño en Navidad.

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Reí levemente y miré a Duncan con cariño. Me encantaba que siempre estaba dispuesto a animarme aunque fuera una cosa tan tonta como esta.

-No digo que ahora quiera una pelota, tontito. Es solo... que me trajo ese recuerdo...

Cuando vi que Lion había terminado el cohete, aplaudí con orgullo y una amplia sonrisa.

-Oh, qué lindo es, Lion. Te ha quedado precioso.- me acerqué al juguete y lo miré.- Dime, ¿me llevarás a conocer las estrellas en él? Capitán espacial, confío en usted para darme un buen viaje intergaláctico.

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- Siiiii... Iremos a ver las estrellas, la luna y toooodo lo que quieras.- dijo abrazando el cohete ahora.- Mi papá viajaba al espacio muchas veces, nunca me dejó ir con él y ya no puedo verle más.

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Me quedé en shock ante eso y miré a Duncan esperando que el solo hecho de mirarlo le diera la idea de que no comprendía qué podría decir en ese caso. No conocía el pasado de Lion y temía meter la pata diciendo algo indebido.

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- Lion... Mmm... Ya sé, ¿qué tal si te llevamos a ver las estrellas? Desde la azotea se ven preciosas, Belly y yo estaremos contigo. Oh, y puedes escribir una carta a tu papá, así la podrá leer desde las estrellas.- dije sonriendo de forma tierna y suave.

- ¡Eso es genial! Podré escribirle algo a papi... ¿También puedo para mami? Así también la lee y sabe que me acuerdo de ella.- dijo Lion con una sonrisa infantil y dulce.

- Claro que sí, haremos que le llegue... Incluso lo llevaremos nosotros en persona, seguro que tu mami se alegra muchísimo.

- Gracias, Duncan, Bell... Sois mis mejores amigos.- dijo Lion rebosante de felicidad.

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-De nada, Lion.- en el tono de mi voz se notaba el alivio que sentía por la ayuda de Duncan.- Y, dime, ¿qué otro dulce te gusta? Tal vez te lo pueda hacer para el día de campo o al menos pueda darte, aunque no sean hechos por mí.

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- No quiero más dulces... Quiero estar con los demás, no me gusta estar aquí solo. A veces Travis se escapa para estar conmigo aunque sea a través del cristal... Pero me dijo que ya no podía venir más porque ya está fuera, ahora siempre voy a estar solo.- dijo con los ojitos húmedos a punto de comenzar a sollozar.- Algunas noches cuando todos ya se iban a dormir, venía y me contaba cuentos para poder dormir.

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-Pero, Lion, Travis puede venir a visitarte ahora también. Así como lo haré yo. Él puede venir a jugar contigo y contarte cuentos también. No te preocupes, nunca estarás solo. Tienes amigos, más de los que crees.- le acaricié la cabeza nuevamente mientras le sonreía maternalmente.- ¿Me prometes que te portarás bien hasta que alguno de nosotros regresemos?

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- Si... Y le puedes decir a Travis que venga conmigo un ratito... No tiene que ser ahora, ni mañana... Pero cuando pueda, por favor.- dijo sonriendo suavemente.- Y le dices que me alegra que esté fuera...