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- Claro que hay... A Alice le gustan de Yogurt... A Orión de coco.- dijo el rubio tomando la servilleta.- Amo que me limpies tú, pero es algo que tengo que aprender a hacerlo por mí mismo.
Travis se limpió, no de una forma perfecta, sino más bien de manera algo chapucera, al menos estaba medianamente limpio antes de ir por su segunda dona.
- Tenemos 4 donas de sobra... Así que puedes elegir el sabor de la última, así puedes comerla con los demás.
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Me quedé pensando unos segundos para quién sería la última dona, hasta que luego una idea se me vino a la mente y sonreí.
-Pidamos la última del sabor favorito de Lion. Quiero llevarle una a él.- dije con entusiasmo antes de morder mi segunda dona.
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- Le encantará... Ama las donas de chocolate con leche.- dijo sonriendo felizmente.- Eres muy considerada, te va a adorar si le das una dona.
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-Bueno, sé que si piensa como niño pequeño, le gustará el dulce. Y la comida de la celda no es muy agradable para él... bueno, para nadie... jijijiji... por eso quiero que tenga un pequeño capricho...
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- Lo malo es que después querrá más... Ya quiero saber como vas a calmarle después... También creo que será el que más disfrute el día de campo.
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-Lo usaré como una motivación. Si quiere más, tiene que portarse bien y cuando lo haga, lo premiaré. -aunque Travis se las había ingeniado para limpiarse un poco, aún así le faltaba práctica, por ello, tomé el pañuelo y terminé de hacerlo yo.- Estoy segura de que el día de campo será una gran motivación para todos. Verán de lo que se pierden y a la vez algo por lo que luchar.
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- Prácticamente la más difícil de convencer será Rose... Pero los demás estarán encantados de salir de la celda en cuanto entiendan que lo único que tienen que hacer es cumplir las normas. Alguien que será bastante complicado es Iván... Tiene deficiencia cognitiva, explicarle algo es una odisea.
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-Te olvidaste de una cosa muy importante.- solté una risita divertida y lo miré con ternura.- Soy la persona más paciente que puedas conocer. Si pude contigo a pesar de que no querías hablar con nadie, podré hacer entender de alguna forma a Iván. Solo déjamelo a mí.
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- A ti te salva ser tan inocente como una nenita de 7 años... Eres demasiado adorable para mí, era imposible no querer protegerte... Pero no todos son como yo.
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Hice un puchero cuando me dijo eso. No es que no me agradara que me tomara así, pero era como si no me tomara en serio.
-Ni siquiera me puedes ver para decir que me veo como tal, pero... Hablando en serio... No me importa cuánto me pueda costar... Los sacaré a todos de allí... merecen una vida mejor...
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- Eres admirable, absolutamente genial... Es esa misma ternura e inocencia, esa paciencia e idealismo, lo que me hace querer ayudarte... Además de que sé que te ves como tal, porque aunque no veo, me paso el tiempo contigo, te acarició el pelo, y te he sentido... Bastante bien.
Por supuesto hacía referencia no solo a cuando la había tocado, sino también al beso. Cierto era que le había molestado ligeramente el comentario.
- Iré pidiendo las donas para los demás, termina de comer tranquila.
Travis se levantó con cuidado y fue hacia la barra, solo con su bastón y con la bandeja de donas extra para cambiarlas.
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-Uhm... ten cuidado... ¿sí? Te estaré vigilando por si acaso...- dije al verlo alejarse mientras terminaba de comer mi dona.
Me quedé pensando por un momento. Travis realmente había cambiado por mí, me sentí culpable por no corresponder a eso de la misma forma. No lo negaba, ee cierta forma, amaba a Travis, pero cuando miraba en mi corazón, ese sentimiento era mucho más fuerte por Duncan.
Quería hacer algo por Travis que pudiera valer para él tanto como su cariño hacia mí, o al menos lo más parecido posible. Entonces recordé la propuesta que me había hecho Duncan, solo esperaba que Travis lo aceptara a él como una cierta ayuda para ello.
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Travis cambió las donas y, por supuesto, pagó por las que se habían comido.
El rubio volvió y esperó a que Bell dijera o hiciera algo que indicara si seguía comiendo o ya había terminado. Estaba tranquilo y callado, incluso algo serio... Seguía ligeramente dolido por lo que ella le había dicho hacía un momento, pero no por ello iba a dejar de ser atento con la chica que amaba.
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Cuando vi a Travis acercarse nuevamente, tomé su mano con un ligero temblor. Estaba maquinando mucho en mi mente, y solo esperaba animarlo con eso.
-Lo siento por lo que dije, Trav... Tú has hecho mucho por mí también... y de verdad que me gustaría poder corresponder a todo lo que sientes por mí...- suspiré, el temblor de mi mano aumentó ligeramente, pero no iba a detener mis palabras.- Quiero que me veas de verdad, con tus propios ojos. Y puedo hacer eso realidad de una forma... quiero regalarte eso al menos una vez... si tú quisieras...
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- Bell... No tienes que disculparte por nada, solo dijiste la verdad.- dijo Travis levemente sonriente antes de tomar la mano de ella para detener, ante todo, su temblor.- Cálmate, estoy bien, y reconozco que me encantaría poder verte... Aunque sea un solo momento...
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-Puedes hacerlo, yo sé cómo puedes hacerlo.- sonreí conmovida porque estuviera tan calmado a pesar de que yo había dicho algo molesto para él.- Escucha... Duncan me dijo... que, al menos por un rato, él puede hacer que veas con tus propios ojos... y... yo quisiera que... al menos tú aceptaras... para que veas todo lo que quieras al menos por ese tiempo. Y si me quieres ver a mí, estaré justo a tu lado cuando eso pase...
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- Ya sabes que no es que me entusiasme Duncan ni mucho menos... Pero es más mi deseo de verte que la tirria que le tengo... Así que sí, acepto ver al menos el tiempo que sea capaz de conseguir.
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-¿En serio?- dije emocionada.- Travis, estoy segura de que no te vas a arrepentir. Ni siquiera Dudú ha podido verme... aunque no sé la razón de eso... Pero si eso te complace a ti, me gustaría que lo hicieras... quiero darte ese placer...
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- Lo haré... así que calma y vamos, tienes que repartir las ricas donas a los demás...- dijo él riendo más ampliamente.- Cuento con que les encantarán y podrás decir que te las he conseguido yo.
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-Acabas de salir y sin permiso de venir a lugares como este... -me levanté de mi asiento y esperé que él lo hiciera para que saliéramos, por supuesto, guardé las donas en mis sombras para que tuviéramos las manos libres.- No te preocupes, sabes que suelo regalar cosas, nadie me preguntará por ello.
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- Jooo... Y yo que quería que todos supieran que te llevé a comer donitas de limón y chocomenta.- dijo poniendo morritos antes de levantarse y tenderle la mano a Bell para ir juntos de regreso a la academia.- Espero al menos que lo hayas pasado bien hoy, porque yo creo que este día está entre los mejores de los mejores de mi vida.
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Tomé su mano para conducirlo fuera, pero una vez allí, debía retomar su entrenamiento de ir solo bajo mi vigilancia.
-Será un secreto entre nosotros, cuando pasen los días podrás decirlo sin problemas.- dije caminando frente a él.- Me lo he pasado genial hoy... Dudo que pueda olvidar este día. Ha sido más que especial.
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- Me alegra que lo veamos igual pequeñaja, eres lo mejor que me ha pasado en la vida.- dijo sonriendo felizmente.
Se notaba muchísimo que estaba mucho más cómodo con el bastón, iba mucho más suelto y llegaba a notar un poste o una papelera mucho antes de llegar a toparse con ella.
- Cuando lleguemos iré a por las pastillas, creo que podré llegar solo... Así podrás ir a llevar las donas... Después puedes venir a mi habitación, para cuanto tome las pastillas.
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La soltura con la que andaba me hacía sentir orgullosa, Travis estaba mejorando mucho, y, ¿qué decir? No dejaba de ser un poco atrevido, pero valiente, eso me gustaba.
-Puedo hacer eso... pero... ¿estarás bien por tu cuenta? Aún los demás no se adaptan a que estés fuera y temo que no se quieran acercar a ti si necesitas ayuda para algo...
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- Tranquila, podré llegar por mi cuenta, si me pierdo, ya buscaré alguien que me ayude... Aunque tenga que preguntar a media academia... Me imagino que alguien tendrá que ayudarme aunque sea por miedo o pena.
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