- Espera... ¿Duncan es tu mentor? Entonces ¿Duncan es el chico que te gusta? - dijo Gian mirando a su amigo con preocupación, sabía perfectamente que no se llevaban nada bien.

- Por fin te das cuenta, has dado en el clavo... Pero tranquilo, no hay ningún problema, de momento. Mientras no hablemos mucho el uno con el otro, no debería pasar nada.

- Bueno, si tú estás de acuerdo....

Ambos callaron cuando Bell hizo el ruido con el vaso. Gian rió por la expresión de Bell, pero no hizo ningún comentario ofensivo.

- ¿Quieres más limonada, Bell?- le pregunto Travis sonriendo con ternura mientras la acariciaba por la cabeza.

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-Sí... si no es mucha molestia... un poquito, por favor...

Estaba apenada por lo que había pasado, pero me alegraba que no se lo hubieran tomado mal.

-Y... bueno, sí... Dudú es mi mentor... y mi pareja ahora mismo... -dije sonrojada aunque incómoda por hablar de él así en presencia de Travis.

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- Pffff... ¿Dudú? Por favor, que el súper teniente sea llamado así tiene que ser un poquito traumante.- dijo riéndose con ganas de forma bastante estruendosa.

En medio de las carcajadas, se escuchó un buen sonido y Gian dejó de reír antes de caer hacia atrás y agarrarse el pie.

- No tenías que pisarme... Por dios, Trav, eres un maldito bruto.- dijo riéndose.

- No te burles de la pareja de Bell, ella le quiere y si a él no le importa ser llamado así, no tienes que meterte. ¿O te recuerdo como te llamaba tu ex?

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Me sentí algo incómoda por las risas de Gian. Era solo un mote de cariño, no esperaba que su reputación fuera tan ruda como para recibir burlas por llamarlo así.

Sin embargo, que Travis me defendiera de aquella manera a pesar de que no estaba del todo feliz con eso, me hizo saber cuánto me valoraba. Incluso, me sentí un poco triste por él.

-Travis... -tomé su mano con ternura y le sonreí a pesar de que no me pudiera ver.- Gracias... está bien... sé que Dudú tiene una fama muy... diferente a lo que yo conozco de él... no te preocupes por ello...

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- Aún así no me parece correcto, reconozco que a mí también me sorprendió que lo llames así... Pero no es motivo para que me burle de él.- dijo el rubio frunciendo el cejo.

- Está bien, lo siento.- dijo Gian al fin levantándose.- Perdóname, Bell, es solo que no me lo esperaba en absoluto. Travis, porfa, en el local no, no quiero atravesar la ventana como la última vez.

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-¿En serio?- pregunté sorprendida y apretando levemente un poco más la mano de Travis.- Bueno, ya... es una tontería. No te tienes que enojar, Travis.- traté de usar un tono amable para que se relajara.- Vamos, termina tu comida o se te va a enfriar.- le sonreí con cariño.

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- Está bien... Pero si Gian te molesta, no dudes es pegarle, hay personas como él que solo aprenden a golpes.- dijo el rubio mientras volvía a prestar atención a su plato, parecía estar bien comiendo solo, como si su olfato le guiara.

- Eso es muy cruel, pero no está del todo equivocado... Estoy seguro de que en la academia la mayor parte de los alumnos están siendo amables contigo... Pero te aseguro que igual hay gente buena, hay personas ahí dentro que son peores que las ratas.- soltó Gian dando un sermón como el que daría un padre a su hija.

En ese momento, una chica de pelo rubio y largo se acercó con una jarra de limonada.

- Ya... Ya... Vas a asustarla, solo tiene 15 años, no le digas esas cosas.- dijo la chica sonriendo con mucha amabilidad antes de mirar a Bell.- me dijeron que querías más limonada, ¿es así?

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-S-sí, por favor...- dije mirando a la chica con asombro.- Que guapa es...

Me había quedado maravillada con su cabello y su amable sonrisa. Realmente era una muchacha hermosa.

-¿Eres... la novia de Gian?- pregunté expresando en mi voz el asombro que aún tenía.

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- Jajajaja, si, así es.- dijo apartando un mechón de pelo hasta la parte posterior de su oreja.- Me llamo Lili, un placer conocerte, Bell... Mmm... ¿Puedo llamarte Belly? Suena más lindo para una chica tan adorable.

- Lili... Vas a hacer que se derrita de ternura.- dijo Gian con una leve risa.- Oh, este es Travis, ¿recuerdas? Mi mejor amigo y todo eso.

- Sí... Claro que me acuerdo... Es un placer conocerte, Travis.

- El placer es mío, Lili... Me alegra saber que este tozudo no está solo.- dijo Travis sonriendo amablemente.

- Él dice lo mismo de ti... Jijijiji

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-Bueno... sí... puedes llamarme así... es un placer...- dije aún apenada.- Me encanta tu cabello, Lili...

El ambiente era muy familiar, agradable. Casi me parecía estar soñando como cuando estaba sola en el orfanato abandonado y creía que algún día tendría algo así. Me conmovió darme cuenta de que se había hecho realidad. Tanto fue así, que no me di cuenta cuando mis ojos comenzaron a soltar algunas lágrimas de felicidad, pues yo solo me mantenía sonriendo.

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- Y a mí me gusta mucho tu pelo, Belly, es muy lindo.- dijo ella sonriendo ampliamente enseñando un pulgar arriba en señal de aprobación.- Si quieres más limonada, solo tienes que decirlo y te traeré, ¿vale?

Lili se despidió con suavidad antes de ir a la cocina de nuevo, pues como Gian estaba de descanso, estaba ella a cargo.

- Lili tiene telepatía y clonación como habilidades, es del mismo año que yo... Tengo mucha suerte de estar con ella.

- Demasiada suerte diría yo.- dijo Travis acercando un pañuelo a Bell mientras con la mano libre le acariciaba el pelo.

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Sorprendida, tomé el pañuelo de las manos de Travis y limpié mi mojado rostro antes de parecer una llorona tonta. No quería que la primera impresión que tuviera Gian de mi fuera como alguien débil.

-Gracias, Travis... ¿cómo... lo supiste...?- le pregunté mirándolo confundida.

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- Lili me lo dijo... Telepatía, ya sabes.- dijo sonriendo suavemente.- Sé que estás feliz, pero calma, después de todo, ya tienes muchos muchos amigos. ¿O no?

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-¡C-calla, Travis!- dije riendo levemente.- Me vas a hacer llorar otra vez.

Era cierto, desde mi llegada a la academia, mi vida se había colmado de personas tan buenas y agradables. Algunas no tanto como otras, pero eran personas que estaban tocando mi vida y cada vez alejaban más los solitarios recuerdos.

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- Ea, ea... Tranquila chiquitina.- dijo el rubio sonriendo.- Mmm... ¿Mi señorita guardiana me permitiría beberme una cervecita con alcohol? Solo una, lo prometo.

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Reí por aquella petición. No esperaba que Travis gustara de beber, pero ya que estábamos de celebración por su salida del ala C, no podía negarle un capricho como ese.

-Puedes, no te preocupes por eso. Disfruta lo que te guste, para eso vinimos.- asentí y miré a Gian para que nos hiciera el favor de traerle la bebida al rubio.

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- Cerveza con alcohol, ahora si que si... ¿Heineken, maou o reina?- preguntó Gian alzando las cejas.

- Reina, o mejor, trae dos coronitas, como en los viejos tiempos.- dijo el rubio sonriendo de medio lado.

- Ese es mi colega.- soltó el pelirrojo yendo casi volando a por las cervezas.

- ¿Sabes, Bell? Sea como fuere tu pasado, me alegra que fuera como ha sido... Porque así te has convertido en una bella y dulce chica y eso nos ha llevado a conocernos. Jamás pensé que volvería a ser feliz hasta que te conocí, enana.

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-Yo... -me sonrojé completamente.- Gracias por decir eso... Quisiera pensar que desde hoy comienzas una vida que será plenamente feliz.

Estreché sus manos en las mías y lo miré con dulzura. Sus ojos no me miraban, y aún así reflejaban un brillo de felicidad inigualable. Era hermoso verlo así de feliz, de seguro y dispuesto a ir adelante en su vida. Me sentía más que orgullosa de Travis.

-Ya verás que cuando te acostumbres a la academia, harás muchas cosas por ti solo. Ya no serás visto como alguien a quien temer, te lo prometo.

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- Ya me da igual que me teman, si siguen teniendo miedo de mí, les haré ver que no soy ningún enemigo, no puedo rendirme después de todos tus esfuerzos... Haré lo que sea con tal de demostrar que estoy totalmente reformado. Lo que me va a ser más duro es aprender a moverme y sobre todo, volver a sentir dolor.

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-Quiero quedarme contigo la primera vez que tengan efecto en ti las pastillas. Sé que eso... no te va a sentar nada bien y quiero estar ahí para ti hasta que logres sentirte mejor...- eso era algo que me preocupaba, pero esperaba que para Travis, mi presencia fuera más que suficiente como un apoyo.

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- ¿Estás segura? Puede que no sea nada agradable, iré recuperando algunos de mis nervios, puede que me duela, que me maree o que me desmaye... Nadie sabe cómo es que reaccionará mi cuerpo a las pastillas. Si aún así quieres estar a mi lado, no seré yo quien te detenga. Por otra parte... Mientras esté de prueba, me quedaré solo en una habitación.