-Eso lo decidirás tú. Yo solo estoy haciendo función de ojos e instrucción, jijijiji...

Aunque no quería ponerlo en un aprieto, no estaba diciendo ninguna mentira con eso. Y quería saber qué tan buena sería su reacción ante ese lugar. Igual sabía que contaba con mi presencia si algo malo pasaba.

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Travis suspiró y primero tocó con mucha suavidad en la puerta, aunque abrió sin esperar respuesta ninguna.

- ¿Buenas?- dijo el rubio a modo de saludo.

- Pasa, Travis. Bienvenido, me dijeron que vendrías, tenemos que hacerte unas pruebas antes de darte tus pastillas personalizadas. Pasa también, niña, así Travis estará más cómodo.

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Me incorporé frente a Travis para que se apoyara en mi hombro como guía, pero le seguí dando espacio para que usara el bastón.

-Ahora sostenlo con los dedos hacia abajo. Muévelo como péndulo en movimientos cortos para los obstáculos cercanos y da pasos cortos también.- dije en voz más baja, pero sin desaprovechar el momento para darle las instrucciones.- Avanza un poco más... y aquí está la silla... tócala con el bastón para que la ubiques...

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Travis seguía las indicaciones de Bell a rajatabla, como si fuera un tutorial avanzado sobre el uso del bastón blanco. Logró sentarse con calma y bastante facilidad.

- Muy bien.- dijo el médico.- Primero vamos a medir tus constantes vitales, vas a ir a una habitación aparte en la que tendrás que usar tus poderes, muy ligeramente. Por otra parte tengo que decirte que en cuanto empieces a tomarlas, es posible que comiences a sentir dolor de nuevo.

- Lo sé... Soy consciente de ello, estoy listo.

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En cuanto el médico me indicó la habitación a la que debía ir Travis, lo llevé allí, pero no podía quedarme con él, por desgracia.

-Estaré cerca, lo sabrás por mi olor, no me voy a ir. Solo mantén la calma, ¿sí? Esto acabará pronto.- dije tras dejarlo en manos del médico y quedarme con su bastón, luego solo me fui a un lugar apartado donde "no corría peligro".

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- Tranquila, estará bien y solo serán unos minutos. Enseguida terminará y si quieres puedes hablar con él si pulsas el botón verde de ahí.- explico el médico de monitoreo con bastante calma.- Travis... Vayamos primero con tu fuerza... Justo delante de ti tienes una mesa de hierro que pesa más o menos unos 500 kilos... Quiero que la tomes, te gires hacia la derecha y la tires con todas tus fuerzas.

Travis respondió con un pulgar hacia arriba, sabiendo que lo más probable es que lo vieran. Palpó un poco la mesa y la levantó con ambas manos como si nada, se giró y la lanzó con todas sus fuerzas.

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Me sorprendió al verlo hacer aquello, pero tuve que cubrir mis oídos debido al estruendo que se escuchó cuando la lanzó. Solo me vino a la mente el infierno que hubiera vivido Duncan de haber escuchado eso.

-Increíble...- dije después de descubrirme los oídos y soltando unos leves aplausos desde lejos.

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- Eso apenas es peso para Travis, su fuerza es tal que podría romper un hueso solo con tocar. Creo que ahora entiendes cuánto tiene que controlarse para estar cerca de alguien.- dijo el médico con mucha calma antes de hablar con Travis de nuevo.- Muy bien, Travis, ha sido maravilloso... Ahora escucharas algunos pasos dentro, te están llevando un par de cosas. Sé que tienes poder de rayos, así que quiero que lo uses en tu mano derecha, hay una bombilla...quiero que la enciendas, puedes hacer un juego de luces o lo que quieras.

Travis así lo hizo. Encendio la bombilla, incluso esta comenzó a parpadear de forma extraña, código morse.

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Recordaba haber leído sobre el código morse y cuando comprendí lo que decía Travis a través de la bombilla, no pude evitar reírme haciendo que el médico me mirara de forma extraña.

-Solo un poco más, Travis. En cuanto termines, recuerda que me llevarás a una cafetería.- dije entre risas con tal de animarlo.

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Travis sonrió al escucharla reír y aún más cuando está le recordó lo de la cafetería. Tras dejar de jugar con la bombilla siguió con lo último.

- Ahora la mano izquierda, Travis, tienes un pequeño muñeco robotico conectado a tu mano, puedes hacer que se mueva, da igual cómo, pero muévelo.

Travis se concentró un poco más, pues esto sería lo más difícil. El muñeco se movió dando varios pasos por la mesa, incluso el rubio hizo que el monigote se quitara el sombrero e hiciera una reverencia.

- Perfecto, Travis... Ahora te desconectamos y Bell entrará a por ti.- dijo el médico mirando a la chica dándole así permiso para que fuera a por Travis.

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En cuanto el médico me asintió, le sonreí en agradecimiento y entré corriendo a por Travis. Ni tiempo le di a dar dos pasos antes de abrazarlo con alegría.

-Gracias, estuviste genial.- dije sonriendo.- Perdona que fuera tedioso, pero mira el lado positivo, ya terminaste.

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Travis rió con alegría y la abrazó con suavidad.

- No fue nada, solo quería hacer un poquito el payaso... No me esperaba que supieras código morse.- dijo el rubio sonriendo y acariciándola con mucho cariño.- Espero haberlo hecho bien, ¿no te dijeron cuánto van a tardar con las pastillas?

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-Normalmente se tarda media hora, pero como son para antes de dormir, podremos pasar después por aquí para recogerlas.- respondí sonriendo mientras le devolvía el bastón.

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- ¿Entonces podemos irnos? Quiero ir a comer contigo a algún sitio, dar un paseo o lo que sea... Lo bueno es que nadie se tropezará con nosotros. Me siguen teniendo miedo, así que podemos caminar sin tropezar.

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-Uhm... está bien, salgamos entonces...- tomé su mano para ponerla sobre mi hombro y me dirigí con él hacia la salida despidiéndonos del médico.- Comeremos... si... pero... no planeaba hacerlo en la cafetería de la escuela... -mi tono fue entre juguetón y pícaro.

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- ¿A dónde vamos a ir? ¿Iremos fuera? ¿No hay que pedir un permiso para hacerlo? ¿De verdad podemos salir? - dijo emocionado, moviendo los ojos de forma algo perdida, como si de verdad quisiera verla.