- Bueno... Alice es prácticamente inmune al fuego, si es por quemaduras, puede hasta regenerar todo su cuerpo.- dije sonriendo.- Y Orión se recupera rápido cuando está en el agua... La recuperación de los que son de tipo Psique es algo más lenta, pero igual de efectiva, así que estaré bien.- solté en un intento de calmarla, quería dejarle claro que estaré bien mientras descanse.- Para cuando llegue la tarde, podré caminar.

Sabía que no nos quedaba mucho tiempo juntos y si alguien la veía aquí, estaría en problemas. Así que, antes de despedirme de ella, tomé con algo más de elegancia su mano y la llevé a mis labios.

- Tienes que volver, Alice se preocupará si despierta y no te ve.

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-Ugh... -me sorprendí ante ese gesto tan tierno de su parte, era una despedida, pero una bastante... linda.- Está bien, regresaré en cuanto terminen mis clases.

Solté su mano nuevamente y me dirigí a la habitación hecha una sombra. Estaba algo nerviosa al regresar, pues no sabía si Alice ya habría despertado. Lo averiguaría justo cuando me materializara en la habitación.

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Alice estaba más que despierta, preparándose para hacer la ronda y, sobre todo, porque la reconstrucción del ala C estaba terminada, así que tendría que ayudar en el traslado de los alumnos.

Incluso se había puesto una ropa muy típica de una swat, incluido chaleco protector y demás, daba hasta miedo.

- Pensé que te habrías ido a clases, pero veo que vienes de ver a Duncan.- dijo la mayor sonriendo y alzando una ceja.- Hasta hoy había estado prohibido, pero a partir de unas horas podrán recibir visitas, hoy sacamos a los del ala C para devolverlos a su hábitat natural... Te pediría ayuda, pero es demasiado peligroso.

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-Si me necesitas, me puedes llamar. Aunque sea peligroso, me gustaría poder ayudarles en algo...- dije mientras recogía mis pertenencias y salía de la habitación deseándole suerte a Alice.

Fui directo a mi aula y me incorporé con los demás estudiantes. ¿Concentración? Solo la mínima necesaria para dejar que pasara el tiempo y poder saber de Duncan. También quería saber qué tal le había ido a Alice. Me sentí inútil al pensar que ellos hacían de todo por ayudar en la escuela y yo solo podía preocuparme por su recuperación. Tales fueron mis pensamientos al final de la clase, que cuando salí, solo fui por un camino apartado de la gente.

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- Bell... ¡AL SUELO!- gritó Alice, quien estaba siendo arrastrada por un chico de pelo rubio, largo y salvaje.

Lo que la mayor quería decirle a Bell era que se fundiera en una sombra, ya que estaba a punto de arrollarla con el otro alumno, quien no dejaba de tirar de ella.

- ¡O AL SUELO O CORRE, PERO RÁPIDO¡- volvió a gritar Alice mientras trataba de frenarlo.- Estate quieto Travis... Quietoooo... Aaaaah... No, por ahí nooo....

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Al escuchar los gritos de Alice, regresé en mí y obedecí. Me sumergí en mi sombra y me hice un ovillo dentro de ella por el miedo.

Estaba casi segura de que Alice explotaría con su poder de fuego y, a ese nivel, mis sombras no me protegerían. Solo esperaba que me avisara para volver a salir si es que era seguro o necesitaba mi ayuda.

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No se supo de qué manera, pero Alice pudo frenar a aquel chico de forma medianamente pacífica.

- Bell, ya puedes salir... Est6a todo bajo control.- dijo tras haber noqueado al tal Travis.

- Perdona por haberte asustado así... Me lleva arrastrando 15 minutos por todos los pasillos. Es Travis, del ala C, tiene muchísima fuerza y una enfermedad congénita que le impide sentir dolor. Además, también tiene poderes eléctricos, por eso tanta protección y el que lleve bozal y ataduras es porque no sería la primera vez que muerde.

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Apenas asomé mi cabeza a la sombra mientras escuchaba la explicación de Alice. Veía a ese sujeto y mi mente comenzaba a concientizar lo que realmente había en esa escuela.

-¿Estará bien Travis...?- dije saliendo un poco más de la sombra, aunque fuera tan violento y peligroso, era un ser humano también y merecía compasión.- ¿Y tú, Alice? ¿Estás bien?

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- Aaah sí, esta más que bien... Solo le he dado un pequeño sedante.- dijo Alice suspirando.- También es ciego, igual que Dun... Pero Travis se guía más por el olfato.

Alice sonreía con calma, acariciando el pelo de Bell más que nada para calmarla.

- Bien hecho al reaccionar tan rápido. Yo estoy bien, casi me disloca el hombro de tanto tirar, pero estoy bien... ¿Cómo van tus clases? Duncan es estricto con los estudios, así que más te vale sacar buenas notas teniéndole de tutor.

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Temblé al escuchar que ese chico que se había vuelto loco, era el que según Duncan, me estaba sintiendo en la enfermería. Nunca pensé que sería tan salvaje, creí que todos los jóvenes con poderes podían controlarse o al menos tener cordura.

-Todo va bien... las clases no me son problema... ¿Sabes de Duncan? Le dije que iría a verlo después de clase, pero no sé si ya estará en su habitación o aún está en la enfermería...

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- Tanto Duncan como Orión están en sus habitaciones. Orión dijo que le cuidaría hasta que llegaras.- dijo Alice poniéndose unos guantes plásticos.- Ahora tengo que cargar a Travis hasta el ala C.

Alice se puso en marcha y cargó literalmente al chico a su espalda.

- Por cierto, aunque la puerta esté abierta, recuerda que no puedes ir al ala C sin alguien de al menos un curso superior. Si quieres ir a ver a Duncan, puedes ir ahora... Las clases de la tarde fueron canceladas.

Alice comenzó a caminar con calma, parecía no tenerle miedo ninguno al terrible alumno que llevaba a su espalda.

- Una cosa más... Los alumnos de clase C no tienen piedad con nadie, así que ten cuidado si te topas con alguno... Estamos en pleno traslado.

Siguió su camino con calma y casi silbando una melodía.

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Con una mirada un poco preocupada y un suspiro largo, solo dejé que Alice se alejara con esa alegría que siempre la caracteriza. A veces envidiaba que pudiera sonreír tanto en los peores momentos.

Esta vez fui caminando hasta la habitación de los chicos. Si mal no recordaba, Alice me había dicho que era la 206, así que allí me dirigí.

Cuando estuve en frente de la puerta, di uno toques muy leves. Sabiendo ya del buen oído de Duncan, no me gustaría que fuera molesto para él mi llegada.

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Orión abrió la puerta en cuanto le dije que llamaban, aunque también se limitaba a regañarme por seguir despierto.

- Bell, por fin llegas... Haz algo con Duncan o acabaré por estrangularle.- dijo mi amigo a lo que solo pude rechistar.- Te lo encargo... Iré a ayudar con el traslado.

Orión se fue y yo sonriendo, me senté con calma en la cama.

- Me alegra saber que viniste a verme... Me encuentro mucho mejor y creo que es, más que nada, por tu continuo cuidado.- dije tendiéndole la mano para que viniera hasta donde estaba yo.