-No soy capaz de hacerte daño, Dudú... pero te prometo que nunca dejaré que te salgas de control... así mi vida dependa de ello... porque tú lo vales...

Sonreí y puse mi mano en su pecho, llegando a tocar las cicatrices que escondía bajo la tela y que, aunque hasta para él pudieran parecer grotescas, las aceptaba y encontraba cierta belleza en ellas tanto como en sus ojos. Ese era él, y así lo amaba.

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- Jamás... Jamás pondría tu vida en peligro, al menos no deliberadamente.- dije abrazándola para poder besar sus tiernos labios sabor a miel.- Además, eso sí que no podría perdonármelo... No lo superaría.

La abracé un poco más, escondiendo mi rostro en su cuello, deseando que me devolviera el abrazo, sentir sus manos en mí. Saber que no tenía miedo ni asco a mis ojos, mis cicatrices y mi pasado... Todo eso, la hacía ser mi luz.

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Correspondí tanto al beso como al abrazo. Incluso algunos de mis mechones también lo abrazaron. Duncan era la compañía que necesitaba, mi conexión con el mundo y la vida. Con él había descubierto la verdadera felicidad.

-No pensemos en eso... pensemos que algo así nunca pasará... Que jamás nos veremos en esa situación... y que seremos felices de ahora en adelante... juntos...

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- Yo ya lo pienso, a cada momento que paso contigo... Jamás había sido tan feliz y todo, únicamente es gracias a ti.- dije volviéndola a besar con toda suavidad.

Al cabo de unos momentos, estábamos estirados en la azotea, seguramente Belly se pregunta qué edificio es este, pero la verdad es que había olvidado comentárselo... Supongo que ya preguntará, por el momento, estoy demasiado cómodo con ella encima de mi pecho.

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-Se siente tan bien...- mi cabello había caído relajado sobre nosotros, cubriéndonos como una cálida manta.- Este lugar es diferente del que subimos ayer... No sabía de este edifico... ¿Dónde estamos, Dudú...?- pregunté aún relajada y apoyando mi cabeza en su pecho.

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- Es el edificio más alto y antiguo de la academia. Al principio, no se sabía bien qué clase de habilidades podíamos tener y los que llegaban aquí eran personas enloquecidas... Aquí se quedaban, digamos que los métodos no eran los mejores, pero aquí tenían algo que no tenían fuera... Eran aceptados por sus compañeros...

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-Esta academia es más como un hogar para nosotros... -suspiré profundamente y sonriendo.- Siento que el mundo quiso que nosotros tuviéramos un lugar al que pertenecer... un lugar en el que sentirnos humanos, normales... y sobre todo, sentirnos nosotros mismos...

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- Y me alegra que exista... Porque aunque fuera el peor lugar del mundo, lo apreciaría, más que nada, porque es el lugar en el que te conocí.- dije acariciando suavemente su pelo.- Algún día estaremos ahí fuera, podremos ir a donde queramos, nos acepten o no, siempre nos tendremos el uno al otro...

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-Ya nos tenemos el uno al otro, Dudú... y aquí o fuera de la academia... me da igual, mi hogar está contigo...

Separé mi cabeza de su pecho para mirarlo unos segundos antes de besar suavemente sus labios. Esos que se me parecían tanto a una droga y que me gustaba tener así de cerca con tanta pasión.

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Le seguí el beso, era imposible que pudiera resistirme a algo así. La tomé suavemente de la cintura con el único propósito de acercarla más a mí, que no se alejara. Sin ella, esta vida sería un infierno negro sin nada que me fuera importante, pero estando a mi lado, podía pasar toda la vida sonriendo.

- He pensado un poco en Victor... Creo que hay algo que puedes hacer para alegrarle...

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Sonreí ampliamente al escucharlo. Pensar que tendría esperanzas para alguien que tan ido de mis manos sentía, me hacía creer que algo podría hacer aún.

-Por favor, dime. Lo que sea, aunque sea difícil, lo haré con tal de ayudarle.- la emoción era más que notable en mi voz.

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- Vic no sólo controla y manipula los sentimientos de los demás... Es un elemental de tierra, ya sabes... El jardín. Estoy seguro de que le encantará más que nada.- dije sonriendo.- Tambien te ayudaré con algo de información de los demás... Podemos encontrar una forma de que quieran salir, juntos...

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-Podrías ayudarme con eso. Y Travis también, estoy segura de que ya está del todo bien.- en mi mente una buena idea se puso en marcha.- Dudú... ¿podríamos reservar un lugar del jardín para darles una especie de día de campo a los del ala C? Así podrán sentir un poco la libertad, la naturaleza y tranquilidad. Y tú podrías ayudarme con ellos si alguno se sale de control con su poder. Los vigilaremos, y estaremos pendientes de lo que necesiten, pero... ¿te gusta la idea...?

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- Me parece una idea fantástica, además, creo que podrías bajar a Rose en tus sombras, ella no tiene problemas con eso y será más fácil con la silla.- dije sonriendo ampliamente, pues era la mejor idea que había oído jamás.- O nosotros llevamos la silla y dejamos que Travis cargue con Rosemary... Algo así. Te ayudaré a vigilarlos y podrían venir Alice y Orión también, se llevan bien con la mayoría del ala C, si hacemos algo todos juntos, no sentirán que les vigilamos, será más fácil.

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-¡Yey!- le di un fuerte abrazo a Duncan seguido de un beso en su mejilla.- ¡Gracias, Dudú, gracias!

Estaba superemocionada. Pensar que podría darles un gusto como ese a los estudiantes del ala C, era como un sueño hecho realidad. Tendrían la oportunidad de salir, disfrutar, pasarla bien. Pero, sobre todo, no sentirse como prisioneros, sino como personas.

-¿Cuándo podremos planearlo? ¿Alice sabe cocinar? ¿Orión podría conseguir una tela grande para que nos sentemos todos?- eran demasiadas preguntas, hasta yo me daba cuenta que estaba acelerada y eso me hizo reír.- Ay, lo siento...

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Reí con ganas, como si no pasara nada más en el mundo... Después de todo, ella era mi mundo.

- Podemos planearlo para pasado mañana, Orión puede conseguí cualquier cosa y Alice sabe cocinar bastante bien, va a ser genial, ya verás.