- Pero a mí sí me importará, no me gusta la gente que habla sin saber nada, son detestables.- dijo Travis antes de sentir el toque de Bell.- Aunque en una cosa estoy de acuerdo contigo... Solo salir estando juntos es suficiente para ponerme feliz, ya tengo ganas de salir de aquí los dos, dar un paseo o simplemente comer juntos por ahí... Hace años que no como helado o chocolate.

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-He probado algunas de esas cosas en las comidas de la academia, solo que no me dejan eso a mi disposición para traerlo...- froté un poco mi rostro contra su piel mientras suspiraba.- Podemos comer todas las cosas deliciosas que quieras. Y las que me quieras enseñar, sé que conoces muchas que yo no.

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- Mmm... Podríamos ir a comer a muchos restaurantes, hay comidas que son realmente deliciosas... Podemos hacer una cosa, podrías mirar un catálogo de comidas y hacer una lista de las cosas que no has probado o que tienes ganas de probar. Cuando salgamos a comer por ahí, te llevaré a algunos de esos sitios.- dijo el rubio sonriendo dulcemente mientras la atrapaba y abrazaba dándole besos en la mejilla.- Cuando estás aquí siempre estoy de buen humor.

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-Jijiji, me gusta que estés feliz, y si yo puedo provocar eso, mejor.- reía por los besos que me daba hasta que un sonido llegó que parecía de un lugar lejano, pero era más cerca de lo que parecía, era un pitido.

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- Aaaaah... Eso es muy desagradable.- dijo Travis refiriéndose al ruido.- ¿No lo oyes? Parece que me va a perforar un tímpano... ¿De dónde diablos viene?

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-¡Oh! Lo siento.- dije alejándome levemente de él.- Es este aparato que me dio Duncan... no sé como funciona, pero no sabía que pitaba... Se llama... ¿walkie...?

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- Aaah... Un walkie talkie, Los usaba de pequeño, aunque imagino que el que te dio es profesional. Si pita es porque está cerca de otro aparato electrónico o porque te están llamando, si hay alguna lucecita encendida es porque te llaman... Si no es simplemente que lo tienes encendido.

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-Creo que reaccionó por algo electrónico... tal vez con el mecanismo de la puerta... o contigo... - saqué el aparato y, tras darle a algún botón, simplemente paró de pitar.- ¿Sabes? Me gustaría hablar con Víctor... siento que podría comenzar por ayudarlo a él después de a ti... Sería al menos el próximo prisionero al que me gustaría ayudar a salir...

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- Bueno... Solo te digo que Victor solía ser extremadamente tranquilo hasta que perdió a Hanna. Al igual que yo antes de conocerte, él suele pasarse el tiempo sedado o en su cama. Habla, pero a veces no con todo el sentido que debería.- dijo el rubio con calma.- Aún así, es uno de los más normalitos, salvo en sus crisis.

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-Pues... quisiera saber si tengo alguna forma de ayudarlo.- dije levantándome.- Lo intentaré. Voy a ir ahora a hablar con él. Es pasada de la hora de dar el almuerzo los celadores, así que debe estar despierto.

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- Y atado.- dijo bostezando.- ¿Pasarás por aquí antes de irte? Al menos así me despido de ti.

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-Pasaré al menos a darte un beso antes de irme. Espero que mi visita a Víctor sea... grata... -tomé sus manos y las puse en mi rostro.- Te prometí esto también. No me iré antes de que cumpla mi promesa.

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- Cierto, dijiste que me dejarías sentirte de nuevo si me comía todo el almuerzo.- dijo sonriendo ampliamente antes de darle un beso en la frente.- Anda ve... Seguro que agradecerá que le quites las ataduras.

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-Adiós, Travis... que tengas una bonita tarde...- le sonreí y salí de su celda.

Fui directo a la de Víctor, estaba un poco temerosa de lo que pudiera ocurrir, pero, al igual que cuando hablé por primera vez con Travis, tenía las mejores intenciones para ayudarle.

-Hola... ¿Víctor...?- le hablé con voz suave, esperando no molestarle.

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Un chico de pelo algo largo, ojos de un color azul turbio levantó la vista para mirar a la curiosa chiquilla que acababa de entrar a su celda. Con las manos atadas en unas correas de cuero y la vista nublada por tanto sedante, apenas se movió.

- Eres la aprendiza de Duncan.- dijo en una voz algo ronca y delicada.- Me dijo que te llamas... ¿Bell?

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-Si, soy yo...- me acerqué lentamente a él y lo miré con una leve sonrisa.- No estoy muy segura de como comenzar... pero... Digamos que quiero darte apoyo... E intentar comprenderte. No quiero que me tomes como uno de los celadores, porque esa no es mi intención...

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- Lo sé, sé que pretendes hacer lo mismo que con Travis... Pero créeme, es mejor que yo esté aquí.- dijo aún con esa mirada turbia, como si no hubiera un solo color en sus ojos.- Si salgo, mataría a muchísima gente, incluso puede que algo de fuego, si te das cuenta, en la puerta dice que en esta habitación no se permiten objetos cortantes, ni inflamables.

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-Sí lo vi, pero no creo que por ello seas peligroso.- me sentí intimidada por tanta información que sabía de mí, pero no detuve mis palabras para que no notara la duda en mí y creyera que no podía ayudarle.- Víctor, creo que puedes salir de aquí sin problemas. Podrías darte el tiempo de dominar tus emociones y poderes para después poder salir. Yo te ayudaré, no tengo miedo de quedarme a tu lado para darte apoyo.

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- No creo que sea buena idea.- dijo totalmente serio.- Sabes de los efectos de pasarse... El mío es considerado peligroso, toda una enfermedad mental, podría hacer daño a otros. Sólo Duncan ha logrado calmarme, también soy el que más intentos de suicidio lleva.

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-¿Y si te digo que haré todo lo posible por buscar una forma de que puedas salir?- lo miré con convicción.- No sé cuál, no sé cómo, pero buscaré una forma. Solo tienes que confiar en mí. Si lo haces, yo me sentiré motivada a buscar una oportunidad para ti en este mundo, porque sé que la tienes.

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- Yo solo te aviso... No es buena idea sacarme de aquí.- dijo aún serio.- Lo primero que haría sería ahogar a un par de asesinos y también a un empresario de éxito... Lo bueno es que después podría alegar locura.