-¡No me pienso ir de aquí, Travis!- dije dejando salir toda mi preocupación por él en mi voz.- Mátame si quieres, no te dejaré solo. No soy un celador. No te dejaré a tu suerte solo porque hayas perdido un poco el control. Eres una persona, no un monstruo. Como persona te trataré, siempre. ¡Entiende eso!

Mientras hablaba, lo seguía curando. Luchaba contra la torpeza que me daba mi nublada vista debido a las lágrimas que salían de mis ojos mientras hablaba. Tenía miedo, mucho, y sabía que él podía sentirlo, pero no lo dejaría solo. No me iría de su lado. No merecía la soledad, así que no se la di.

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- No quiero... Matarte.- dijo llevándose la mano que Bell aún no había curado a la cabeza.- Solo... No quiero... Que me veas así... No quiero... No quiero...

Estaba frustrado, lleno de unos sentimientos que ni él mismo comprendía, no quería que Bell fuera de otro que no fuera él.

Quería hacer daño, pero no a Bell, sino a Duncan, no lo soportaba en absoluto. Quería retorcerle cada hueso del cuerpo y, cuando este suplicara la muerte, no complacerle, dejándolo sufrir.

- No estoy bien... No estoy bien.... No estoy bien... NO ESTOY BIEN JODER...

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Sin darle tiempo a que dijera o hiciera algo más, tomé sus manos, aún llenas de sangre y las puse en mi rostro.

-Travis... está bien... estoy aquí contigo... puedes sentirme... puedes sentir esto...- dije acercándome a él y besándolo en los labios.

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Travis quedó paralizado por un momento... Como si se le hubiera cortocircuitado el cerebro. Para cuando logró procesar lo que estaba ocurriendo, la atrapó por la cintura con relativa suavidad y la acercó más a él, casi haciendo que acabara encima a horcajadas y profundizando más el beso.

Aquel era su primer beso... A los 18 años... Si, es patético, pero así había sido su vida, sin oportunidad siquiera para dar un beso a una chica que le gustara.

Cuando separaron sus labios, los del rubio fueron hasta el oído de Bell.

- Eso sí que lo sentí...

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-Travis... disculpa... ¡Lo siento! ¡Lo siento muchísimo! ¡No sabía cómo calmarte! ¡Perdóname!

Aún mi cara estaba cubierta de su sangre y mi cuerpo temblaba por completo. El miedo se apoderó de mí esta vez por completo. ¿Qué locura acababa de hacer? ¡Lo había besado como si nada!

-Travis... yo... en verdad lo siento... esto... fue un error... perdóname...

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- E... ¿Error? - ahora sí que sí, el mundo que hasta hace un momento estaba llevándolo por las nubes, acababa de caérsele encima.

El beso, había sido un error para ella, algo que no quería hacer y que había sido una equivocación... Algo solo para que él se calmara. Aún así, tenía que asegurarse.

- ¿Por qué te disculpas? ¿No querías besarme? No lo entiendo... ¿Por qué ha sido un error?

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-No lo sé... no quería molestarte... no quería hacer algo... incómodo... o tonto...

Estaba quizás tan confundida en mi cabeza como él. ¿Cómo decir que aquel impulso había sido por el sentimiento por el que lo dan los demás? Yo nunca había sabido lo que era estar enamorada. ¿Era amor lo que sentía por Travis?

-No entiendo lo que siento... lo que me pasa... solo quería... hacerte sentir bien... me siento muy extraña ahora... tengo mucho miedo... Quiero que las cosas estén bien... que tú estés bien...

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Travis alzó una ceja, sencillamente tenía ganas de reírse ahí mismo, podría explotar de la risa al saber que estaba hecha un pequeño remolino en ese momento, aunque no se reiría, había algo mejor que podía hacer.

La tomó del mentón muy suavemente y la besó, con algo más de intensidad pero también con dulzura.

- Yo no me sentí incómodo en absoluto... Y ni idea de por qué tienes miedo...

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Travis me volvió a besar, pero no me sentía bien con eso. Estaba confundida, atormentada. Mis sentimientos eran todo un caos. Me separé de él rápidamente negando con la cabeza y mi cabello comenzó a descontrolarse.

-Travis... no... no entiendes... no te temo a ti... es a mí... a mis sentimientos...- me alejé lentamente de sus brazos.- Por favor... no quiero que te pase nada... solo quédate en calma...- mis mechones comenzaron a dar latigazos por todos lados mientras mi respiración se aceleraba.- Travis... solo ten calma... y perdóname...- me dirigí a la puerta corriendo.

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Travis no tenía miedo alguno a los sonidos que los cabellos de Bell hacían al dar los latigazos. Entendió que había hecho algo que a ella no le gustaba y simplemente ahora quería tomar responsabilidad de ello.

Comenzó a acercarse a ella con calma.

- Bell, tranquila, no volveré a hacerlo... Relájate por favor.- dijo sonriendo muy levemente.- Cálmate y hablemos, ¿sí? Toma las cosas con calma, solo piensa a tu ritmo, lo siento...

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Mis cabellos seguían golpeando todo y mis nervios no me dejaban abrir la puerta debido al temblor en mis manos. Miré a Travis aún con miedo.

-No... no te acerques... te puedo lastimar...- en efecto, uno de mis mechones fue a su mejilla haciéndole un leve corte.- ¡Travis!

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- Shh... Tranquila, todo está bien... No pasa nada... Calma, Bell.- dijo aún sonriendo.- Te prometo que no estoy enfadado, hice mal, perdóname.

Travis estaba muy calmado, tanto que toda su concentración estaba en ir a abrazar a Bell.

- Solo quiero que nos sentemos a hablar, no debí besarte. Entiendo tu confusión, no sabes lo que sientes y es más que normal. Ven, hablemos, solo hablar, confía en mí.

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Mi agitada respiración no se detenía y aún mis cabellos se agitaban. El desastre de la habitación se incrementaba. Y tampoco me ponía muy a gusto verlo sangrar por mi culpa.

-Travis... lo siento... no quise hacer algo... que te diera a entender algo... que no era... solo quería... calmarte... y que estuvieras... bien...

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- Está bien, lo entiendo. ¿Ves? Estoy calmado, gracias a ti.- dijo tranquilo y levantando las manos con calma.- Entiendo que no querías darme a entender nada... Que fue un gesto inocente, fui yo el que actuó mal, no tú, pequeña... Ven, ven conmigo... Por favor.