¿Qué había sido eso? Me había puesto la cara completamente colorada por esas palabras. ¿Acaso me estaba haciendo un cumplido?

-G-gracias... -dije bajando la mirada con vergüenza.- S-si... pero como ya tenía lo necesario... vine... para ayudarte en lo que hiciera falta...

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- Eso es genial... Porque hay algo que solo tú puedes hacer.- dije sonriendo aún más ampliamente.- Necesito que me ayudes con alguien del ala C, no es Travis pero... No sería correcto que lo hiciera yo...

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-¿Alguien del ala C? ¿De quién se trata?- estaba algo confundida.

¿De quien podría tratarse para que me pidiera eso? Aún así, si le ayudaba de alguna forma y decía que solo yo lo podía hacer, con gusto me ofrecería.

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- Suele ocuparse Alice... Pero ya que está con tu vestido... ¿Podrías ayudar a Rose a bañarse?- pregunté algo nervioso, pues ciertamente era la única con la que podía contar en este momento.- ¿Recuerdas a la chica del ala C? Es su hora del baño, pero necesita una pequeña ayuda.

Quizás no se lo había comentado, ahora era el momento de que supiera porqué tenemos que estar pendientes de todos en el ala C.

- Todos los alumnos del ala C tienen alguna limitación física o mental debido al uso continuo o exagerado de sus poderes.- le expliqué con calma.- En las chicas suele ser mucho peor... Lo bueno es que Rose es bastante consciente y es la más razonable. La pega es que odia a cualquier chico que se le acerque... Y no la mires con pena. Podría decirte que del único chico del que se fía es de mí y de Travis... Quizás porque ambos somos ciegos.

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-Entiendo. No hay problema, ayudaré con mucho gusto. ¿Tienes la llave de su celda?

La verdad, recordaba que me habían mencionado a la chica del ala C, pero no recordaba si la había visto en algún momento. Aún así, si era alguna ayuda para Duncan y era una responsabilidad del comité disciplinario, lo haría sin problemas.

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- Si que la tengo... Vamos, si tardamos demasiado se comenzará a preguntar porqué.- dije tomando su mano como siempre que caminaba con ella.

Sé que soy autosuficiente y que no necesito la guía de nada ni nadie, pero me gusta tomar su mano. La sensación de su piel con la mía es indescriptible para mí.

- Sí quieres saber algo antes de que lleguemos es el momento... Porque vamos a tomar un atajo.- dije tentado a saber que dudas tendría.

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-Pues... uhm...- miré al cielo mientras pensaba qué duda podría tener.- ¿En ese evento al que vamos... hay que saber bailar?

Si, parecía tonta la pregunta, y probablemente era algo que no se esperaría cualquiera, pero era una cosa que quería saber.

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No pude hacer nada más que reírme suavemente, hoy estaba haciendo preguntas y movimientos bastante extraños. Eso de taparme los ojos cuando sabe que no sirven de nada, preguntar si hay que saber bailar.

- No... No tienes que saber bailar.- dije aún sonriendo.- Es una cena benéfica, de esas en las que los poderosos hablan, hacen el hipócrita con otros de la misma calaña y convocan negocios entre bambalinas.

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-Ya veo... entonces no se arriesgará la vida de nadie en este trabajo.- solté como si nada.

Era cierto que mi comportamiento estaba siendo extraño con él, pues todo de él era extraño para mí. Aún así, no perdía las esperanzas de creer que era alguien bueno. Solo que, debía saber qué pensaba de lo que hacía.

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Volví a reír, parece que Bell es mucho más bromista y graciosa de lo que en un principio me llegó a parecer.

- Me alegra saber eso.- dije alegremente mientras ya nos internabamos en el ala C.

Lo que ninguno de los dos esperaba era escuchar el tremendo golpe contra la pared frontal en una de las celdas.

- Ahora vuelvo, Bell, dame un segundo.- le avisé antes de ir a cerciorarme de que no pasaba nada grave.

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-¿Uhm? Duncan...- dejé ir su mano, lo dejé ir a él dentro de ese lugar lleno de peligrosas personas con poderes.

Quería pensar que estaría bien. Después de todo, sus habilidades son de las mejores en toda la escuela, por no decir la mejor. Aún así, siempre me preocupaba por él. Casi que parecía tonto. Duncan era más que capaz de cuidarse solo, tenía que convencerme de eso de una vez.

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Fui hacia una de las celdas, precisamente aquella en la que había escuchado el golpe y sin más, la abrí. Al entrar, supe que lo que pasaba era un brote psicótico de uno de los alumnos.

Me arrodillé delante de él aún mientras hacía ruidos y quejidos, tenía que concentrarme para poder calmarlo. Me adentré en su mente hasta que se quedó calmado y dormido.

- Bell.- la llamé.- No te dará miedo o asco la sangre... ¿No?

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Al escuchar su voz llamándome, fui casi corriendo hacia donde estaba. Al ver la escena, apreté los labios y suspiré suavemente.

-Hace mucho tiempo que no, así que no hay problema. ¿Estás bien, Duncan?

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- Yo sí... Él no.- dije suspirando.- Brote psicótico causado por esquizofrenia, su nombre es Víctor, es de tu edad, literalmente, está en primer año... Pero lleva dos años aquí.

La explicación fue con calma, aunque me encontraba algo alterado por la situación... La mente de Víctor es siempre un caos.

- Temo que se haya hecho daño al estrellarse contra la pared... ¿Me ayudas a revisarle? Si está herido, usaré la sanación.

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-Oh, Dios...- fui rápidamente con el chico y tomé unas telas para limpiar la sangre de su cabeza.

Como ahí tenía más sangre, sospeché que era donde se había golpeado. Al limpiar, vi una herida bastante profunda en el costado de su frente.

-Tiene una contusión... En el costado de la frente...- sin dudarlo, tomé la mano de Duncan y la coloqué en el lugar de la herida.- ¿Podrás sanarlo?

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- Sí, puedo.- dije totalmente indiferente y sin rechazar el contacto con tan fea herida.- Llevará algo de tiempo, su vida no corre peligro.

Estaba aún solo analizando la situación, no quería que ella pensara que era más grave de lo que parecía serlo.

- Ve con Rose, yo me encargo aquí... Y Bell... Muchas gracias.- dije sonriendo levemente.- Habría sido muy difícil sin ti.