- Paz mental tengo desde hace tiempo, sé que nada me devolverá a Elena, pero en mí no cabe perdonar a quien mató a mi hermana... Y tampoco a quien mató a mi padre.- dijo el rubio ahora acariciando el pelo de Bell.- Mi padre era sargento de brigada en el ejército... Sargento primero Jhon Maddox.

Sin más apartó un poco a Bell, con mucho cuidado para darle a saber que no es que estuviera rechazando su abrazo. Tras eso, agarró el taper aún con comida y siguió comiendo felizmente.

- Basta de mí y mis desgracias... ¿No tienes nada más que quieras saber?

........

Bajé la mirada afirmativamente, quería saber tanto como él de mis compañeros del comité disciplinario, pero eso era una contradicción en mí. Sentía que saber de eso me haría verlos de una forma diferente.

Aún así, quería saber de ellos... quería saber de Duncan...

-¿Cómo sabes tanto de Alice, de Orión.... y de Duncan? ¿Qué más han hecho que no me hayas dicho...?

........

- Les conozco bastante... Después de todo, las fichas de los alumnos son públicas, en muchos casos... Y las que no, simplemente están en el despacho del director.- dijo sin más.- Es bastante fácil colarse y leerlas para muchos, otros comentan lo que descubren, así que investigué por mi cuenta... Quería saber más de quiénes me frenarían así que las aprendí completas...

Travis se acomodó un poco más en la que era su cama. Se sentía bien estando con Bell.

- Orión solo ha matado a una persona y fue defendiendo a su familia, no le considero un asesino, yo habría hecho lo mismo en su lugar. Odia a su padre y por ello ha subido puestos hasta ser el alumno más influyente y respetado de la academia. Alice, 20 muertos... Realmente fue un accidente, sus poderes se descontrolaron porque le estaban haciendo daño, acabó por causar un incendio en su orfanato del que solo salió viva ella. Duncan, imbécil idiota que fue vendido por sus padres y criado por los militares de su país natal. Usado en interrogatorios y torturas a los desertores, traidores y presos.- Travis giró su cabeza hacia Bell, sabiendo que saber esas cosas le afectaban.- ¿Quieres que siga? Podrías preguntarle tú directamente... Es tu tutor.

.......

-¡Para! Para, por favor... no quiero...- cubrí mis oídos como si quisiera evitar escuchar una realidad que de todos modos terminaría por conocer.

Aún así, no de golpe como me lo estaba soltando Travis. Agradecía que fuera sincero conmigo, pero me costaba procesar todo eso aún.

-Y-yo... le preguntaré... gracias por decirme todo esto... y... bueno... debo felicitarte...

........

- ¿Felicitarme? No he hecho nada para merecer eso... Solo respondí algunas de tus preguntas.- dijo con calma.- De hecho, debería disculparme contigo, no quería hacerte saber de esa forma qué es lo que han hecho tus amigos. Si te sirve de algo, dos de tres me caen bien, así que por algo será.

Travis le sonrió, así sin más, queriendo al menos poder consolarla un poco. Aquella reacción que acababa de tener la menor al decirle que parara la había causado él... Así que tenía que arreglarlo.

- No puedo decir que sean culpables, ya que por ley yo también soy un asesino.- dijo suspirando.- ¿Quién diría que de enano quería ser abogado...?

..........

-Aun así... mereces que te felicite. Te comportaste muy bien ayer cuando saliste. Estuviste tranquilo, me consultaste lo que podías o no hacer... incluso ayudaste a esa pequeña que tropezó contigo... Mereces que te reconozcan esas cosas. Y si nadie más se percató, yo sí lo hice. Y me siento orgullosa de ti.

Le sonreí y me levanté para guardar los tappers vacíos. Por desgracia, tenía que irme pronto. Debía reunirme con Duncan y los demás. Esta vez, no dejé a Travis atado, solo encerrado en su celda. Me acerqué y tomé sus manos para despedirme de él.

-Si quieres... puedes verme una vez más antes de que me vaya... Noté que te gustó hacerlo la primera vez...- dije sonriendo.

.........

- Solo hice lo que debía hacer... Y no soy tan desalmado como para no ayudar a una niña cuando fue mi culpa que se tropezara.- dijo incluso algo sonrojado.- Además, me gustan los niños.

Volvió a sorprenderse, ya eran dos veces en el día que Bell lograba una reacción que para él era tan extraña, dos sorpresas en un solo día. En fin, que el rubio no esperaba que ella lo tomará de las manos y aún menos que le dijera que podía tocarla de nuevo.

No dijo nada para confirmar que lo haría, ya que eso sería solo más vergonzoso. Levantó sus manos suavemente y comenzó a rozar sus mejillas con delicadeza, pasando después al pelo de ella y a la nariz... Los labios, el cuello. Pasó muy lentamente por los hombros de ella y recorrió toda la longitud de sus brazos.

Incluso llegó a la cintura de Bell, sin propagarse en ningún momento.

- Eres más pequeñita de lo que imaginaba.- dijo sin ánimo de ofenderla.

.........

-Supongo que hay muchas cosas que el olfato o las prisas no te dicen.- fue mi respuesta ante su comentario.

Lo reconocía, siempre me habían dicho que era más pequeña de lo que debería, pero no me importaba mi estatura, estaba a gusto con ser así. Volví a tomar sus manos, y le sonreí nuevamente.

-Te veo en el almuerzo. Adiós, Travis.- dije y solté sus manos para luego salir de la celda.

Salí de allí buscando a cualquiera de mis amigos. No recordaba que Duncan me dijera dónde estaba la sala del comité disciplinario, pero al menos la buscaría para dar con ellos.

........

Alice estaba caminando por los pasillos, aún estaba un poco zombie, pero tenía que hacer la ronda o acabaría siendo regañada por Orión.

Cuando vio a Bell tan apurada, fue hacia ella y la agarró suavemente de la camisa del uniforme.

- Calma o acabarás haciéndote daño, Bell... ¿Se puede saber que te pasa? ¿Tienes prisa?

.......

-¡Oh, Alice! Lo siento...- me disculpé sonriendo apenada.- Estaba tratando de encontrar la sede del comité disciplinario... Duncan no me dijo dónde era...

A pesar de que Travis me había contado de Alice, era imposible verla como una mala persona si tenía siempre esa sonrisa vigorosa y deslumbrante. Incluso cuando estaba en modo zombie como ahora, sabía sonreír así. Esa es Alice siempre.