-¡Espera, Orión! ¡No lo lastimes!- dije a pesar de que me había sorprendido demasiado su reacción y me había quedado unos segundos procesando lo que ocurría.- Alguien le robó sus objetos más preciados, por eso se puso mal. Por favor, suéltalo, no le hagas daño...

Me acerqué tanto como pude a la burbuja y trataba de calmar a Travis con mis palabras, ni siquiera sabía si me escuchaba, pero era lo único que podía hacer.

-¡Travis, por favor! ¡Detente! ¡Te ayudaré a encontrar tus cosas! ¡Pero debes calmarte! ¡Por favor, confía en mí!- sentí en mi antebrazo algo que corría, era un líquido, cuando miré, me asusté más aún, era mi sangre, Travis me había lastimado sin darse cuenta.

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- Bell... Travis en este momento no es capaz de escucharte... Ve a la enfermería, te prometo que no le haré daño.- dijo Orión calmado y fríamente.- Si huele tu sangre sabiendo que lo ha hecho él, solo será peor.

El albino parecía estar demasiado calmado, y ciertamente Travis estaba en una burbuja de agua, pero en su interior había aire. No estaba siendo lastimado en absoluto, solo cautivo hasta que se calmara.

- Será mejor que salgas y, si quieres volver cuando te curen, no seré yo quien te diga que no.- dijo Orión sonriendo y guiñandole un ojo.- Estaré aquí si quieres venir.

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Suspiré entristecida y asentí a Orión. Cubrí mi herida con un mechón de mi cabello para que no siguiera sangrando, aunque no era muy grave, solo un leve corte.

-Está bien... solo trata de que no lastime a nadie, pero tampoco que nadie lo lastime a él...- dije y me hice una sombra para salir de aquel lugar.

Sin embargo, me materialicé fuera de el ala C. Miré a mi alrededor tratando de buscar si había algo o alguien. Me sentía frustrada, ¿por dónde empezar a buscar los objetos robados de Travis? Fui caminando a la enfermería, necesitaba pensar mientras caminaba, pero cuando levanté la vista, mi corazón se detuvo por un momento cuando la figura de Duncan se encontró frente a mí.

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- Me imaginé que habías ido al ala C, dado que pasó la hora de cenar... Lo que no esperaba era encontrarte herida.- dije serio, frunciendo el cejo.- Vamos, te acompañaré a la enfermería.

Sonreí ligeramente cuando le tendí la mano para llevarla, aunque no era del todo necesario. Tengo poder de sanación, lo único que quería era alejarla de ese lugar en el que había sufrido daño.

- Venga... Tenemos que ir a que te miren eso, por favor.- dije al ver que no estrechas mi mano con su naturalidad habitual.

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Tragué saliva y solo lo seguí en silencio. Me asustaba todo lo que estaba pasando en solo un momento. Tenía demasiado que aclarar con Duncan como para encararlo justo ahora, pero él estaba preocupado por mí, así que no podía rechazar su compañía al ir a la enfermería.

-No te preocupes, Duncan, no es nada muy grave. Solo es un pequeño corte.- de cierta forma, me daba cuenta de que no estaba muy contento del resultado de mi primera vez con Travis.- ¿Estás bien tú...? De repente te quedaste dormido sobre mí. Estabas exhausto...

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- Solo necesitaba descansar un poco... Estoy bien.- dije sonriendo algo más ampliamente.- Te preocupas demasiado por mí.

Me acerqué a ella un poco más y coloqué mi mano encima de donde se había hecho daño. Mi toque fue justo el suficiente para que su herida sanase.

- Creo que ya puedes retirar tu pelo... Confía en mí.- dije en voz baja, pero audible a la distancia a la que estaba Bell de mí.- Mi último poder... Sanación.

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-¿Uhm? ¿Qué...?- al retirar mi cabello, era cierto, tanto el dolor como mi herida habían desaparecido.- Gracias, Duncan...- dije sonrojada.

No era diferente conmigo, no podía concebir que alguien como él hubiera tenido sangre en sus manos. Duncan era demasiado bueno para poder convencerme de que pudiera haber maldad en su corazón.

-Duncan... Travis perdió unos objetos muy valiosos para él y por eso se puso fuera de control. ¿Tienes forma de saber dónde están? Quiero ayudarlo a recuperarlos....

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- Lo siento... Pero en eso no tengo forma de ayudarte... Sin embargo, Travis u Orión podrían saberlo. - dije encogiendome de hombros.- Después de todo, Travis se guía por el olfato y Orión tiene habilidades de rastreo por las estelas de poder, estoy seguro de que ya tiene una idea de quién lo hizo, pero simplemente priorizó tu seguridad en ese momento.

Me encontré calmado, sobre todo porque no era algo que me preocupara y porque Travis no había perdido los nervios por Bell, sino por un robo de algo que realmente le era importante.

- En todo caso, lo más que puedo hacer es una lista de los alumnos que tienen algún poder que les permita sustraer cosas sin que nadie se dé cuenta.

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-Te lo agradecería...- dije simplemente quedando luego en silencio unos segundos.- Duncan... esas misiones que se hacen fuera... ¿qué hacen...? ¿Qué trabajo tienes tú...?

Lo haría, estábamos solos, y yo quería la verdad, pero no le diría lo que sabía hasta que me fuera sincero. Si no lo hacía, no tendría caso que me dijera que era mi amigo.

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- Son bastante diversos... Normalmente colaboro en rescate, interrogatorios o incluso he estado en conversaciones importantes solo para decirle a un pez gordo si los demás mienten o no. Otras veces asuntos de estado o algún incendio con Alice.- dije sin mentir en ningún momento.- ¿Por qué? No me digas que también quieres hacer trabajos fuera, porque si es así, te diré que aún no estás preparada.

Ahora parecía ser yo el que tenía curiosidad por ella y por esa repentina pregunta que me había lanzado así como así. Es cierto que me había dado permiso para poseerla, pero en el entrenamiento, no ahora solo para saciar mi curiosidad.

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-No, no... solo...- evité cualquier otra cuestión sobre ese tema para que no sospechara nada, sin embargo, otra cosa ocupaba mi mente.

Quería encontrar las cosas de Travis como fuera. Y consideraba que sería el más indicado para buscarlos, incluso más que Orión. Solo que estaba dispuesta a ayudar a mantenerlo calmado, aunque el propio Duncan no estuviera de acuerdo.

-Duncan, quiero sacar a Travis de la celda. Quiero que me ayude a buscar sus cosas bajo mi supervisión.