- Tenemos una pequeña fuerza de seguridad para ese tipo de casos formada por algunos alumnos de élite y alumnos con poderes que se consideran de tipo psíquico. Estos alumnos resuelves esos problemas a menudo, así que no tienes que preocuparte por ello.- dije sonriendo.- Por ejemplo, yo mismo, mi poder está basado en la posesión de cuerpos, puedo indagar en la mente de una persona como si fuera la mía propia, puede dar algo de miedo, pero me especializo en cambiar sentimientos a positivos en los peores casos.

El mismo alumno de antes volvió a hablar molestando, así que me levanté y me acerqué a este con paso rápido y seguro.Tocándole el hombro, este alumno intentó hablar, pero ningún sonido salió de sus labios.

- Y esta es otra de mis habilidades, se llama parálisis sensorial. Esta habilidad permite privar a alguien de uno o más de sus sentidos, en este caso incluso poder dejar mudo a un alumno, hacerlo perder el olfato, la vista, el oído incluso el tacto o el sentido del gusto... Aunque el efecto solo dura lo que yo crea conveniente, en este caso el resto de la hora de clase.

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Cubrí mi boca con las manos para retener la risa. Al menos ahora habría más tranquilidad en el aula hasta que terminara. Sonreí a Duncan satisfecha con la respuesta que me había dado.

Tras otras ocasionales preguntas de cosas triviales, terminó la hora de clase. Hubiera querido saber qué salón era el de mi nuevo amigo, pero al menos eso de que tendríamos a un superior que nos estaría apadrinando me hizo desear que fuera él y no alguien más que no conociera.

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Tras la hora de clase, salí lo más rápido que pude, es toda una suerte que las clases de los alumnos de segundo empiecen una semana después, ya que eso significa que hay más tiempo para relajarse... Aunque tendríamos que estar pendientes de los de primer año. De camino a la cafetería, alguien me dio con algo muy duro en la cabeza, y aunque fue un ligero golpe me sobresaltó.

- Estabas en el aire... Tanto que ni me escuchaste llamarte.- dijo mi mejor amigo.

- Idiota... Estaba pensando, eso es todo.- le contesté antes de darle un golpe ligero en el brazo.

Enseguida comenzamos a reír y él a molestarme frotándome el pelo con ganas. Después, simplemente fuimos hacia la cafetería juntos, aunque yo era le único que se daba cuenta de que todos le miraban, sobre todo las chicas... Mi compañero resalta demasiado, o eso parece.

- Te vi acompañando a una chica hasta su clase antes... Parecías muy entretenido.- dijo él sonriendo y en tono de burla.

- Es una chica de primer año, fue muy simpática y la verdad es que es muy educada... Aunque ahora que lo pienso, no me dijo qué poder tiene, lo que sé es que se llama Bell y es de tipo EM.

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El comienzo de las clases fue bastante tedioso en verdad. Solo esperaba el tiempo de receso para salir y volver a sentirme liberada. Y gracias que no tardó en sonar la campana, solo que no fui como los otros estudiantes. No salí por la puerta de forma amontonada, sino que me hice una sombra y así me dirigí a la cafetería.

Bastante llena estaba, tanto que apenas saqué mi cabeza de las sombras para asomarme y ver mejor la escena. Mi vista de dirigió a un joven bastante atractivo que hablaba con... ¡Era Duncan!

Pero, estaba tan sonriente hablando con ese joven. Debía ser su amigo, entonces sería malo si los interrumpía. Solo me materialicé por completo y fui a una caja expendedora para comprar una bebida.

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No quedaban muchos sitios libres, es normal, ya que cada año vienen muchas más personas a la academia y los edificios ya casi están a rebosar de estudiantes, no es de extrañar que vayan a ampliar la academia por 5ta vez en 3 años.

Me di cuenta de Bell cerca de las máquinas expendedoras, así que fui con la excusa de comprar unas bebidas para mí y mi mejor amigo.

- Bell, perdona que te sorprenda así sin más, pero si quieres, podría presentarte a algunas personas. Siendo nueva, seguro que es incómodo no conocer a nadie.- dije intentando no parecer muy entrometido.- No es nada obligatorio, así que está bien si no quieres... Es solo que ahora estaba con un amigo y pensé que sería bueno que fueras conociendo gente poco a poco.

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Su presencia con su voz al principio casi me sorprende, pero su forma tan calmada me hizo sentir más relajada. Al voltearme a verlo, le sonreí conmovida. Era muy lindo que quisiera pensar en mí aunque apenas nos habíamos conocido ese día.

-No quisiera molestar, pero... estaría encantada de conocer gente nueva... no soy muy buena con eso de acercarme yo...- sonreí apenada y al recibir mi bebida de la máquina, asentí para ir con él.

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- Entonces deja que compre un par de bebidas y vamos.- dije sonriendo y acercándome a la máquina que tan bien conocía.

Sabía por el olor de cada lata el botón al que darle, así que no tardé prácticamente nada en comprarlas antes de ir con ella a la mesa. Me senté dejando un hueco libre para ella, al menos intentaba ser considerado, ya que pensé que le daría vergüenza sentarse al lado de alguien que le fuera totalmente desconocido.

- Os presento... Él es un amigo de la infancia, se llama Orión. Ella es Bell, primer año. Oh, Orión también es de nuestra misma clasificación.- dije intentando que se sintiera más cómoda mientras le tendía la lata a mi colega.

- Dun... Es la otra...- dijo sin más él con su tacto normal.

- Ah... Es verdad, a ti no te gusta el té.- dije riéndome mientras cambiada de nuevo las bebidas.

- Encantado de conocerte, Bell, espero que te esté gustando la academia.- dijo presentándose como si nada.

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-H-hola, es un placer, Orión...- dije con timidez bajando la cabeza.

Era extraño, a pesar de que no había sabido desde el principio que era así, el tener en mi mente que Duncan no podía verme me daba una cierta comodidad. Sin embargo, la mirada de Orión casi me atravesaba al cruzarse con la mía. No era mala, pero se sentía pesada, como si fuera una persona en extremo directa.

-Ustedes... ¿están en la misma clase...?- fue lo que se me ocurrió preguntar para no parecer que estaba muerta de pena.

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- En realidad sí, la academia no se divide por cursos, pero nos vamos incorporando por años.- dijo Orión adelantándose a mí.- Los de primero tienen una semana de adaptación, después se incorporan los de segundo y comienzan las clases normales de repaso... Por último, se incorporan todos los cursos superiores, yo estoy en tercero, de ahí que mi color sea el verde... También hay listones amarillos y morados. Y los alumnos que ves sin listón pero llevan un escudo en el uniforme son universitarios.

- En la academia están todos los cursos salvo primaria y jardín de infancia...- dije siguiendo la explicación.- Tenemos secundaria, preparatoria y universidad. Nosotros dos llevamos en la misma clase desde secundaria, pero nos conocemos de antes.

Sonreí tranquilamente, estaba despreocupado y relajado por tener una conversación casual y poder ayudar a alguien de primer año. Sin embargo noté que Orión se movía agarrando mi bebida para abrirla... Sabe que es lo que más me cuesta, aún así, fue algo raro que lo hiciera sin tener en cuenta que hay alguien más en la mesa.

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Amigos de la infancia, y se notaba que tenían cierta complicidad debido a sus acciones. Era muy lindo ver algo así, una buena amistad. ¿Algún día tendría yo algo como eso?

-Entonces, si son de años superiores, ya deben tener a un aprendiz de primer año al cual instruir, ¿no es así?- pregunté un poco nerviosa.

No lo iba a negar, aunque tenía curiosidad, era más por saber si Duncan aún estaba disponible como ayudante. Aunque no quería hacerme muchas ilusiones siendo que parecía tan cordial persona y de seguro ya tenía a alguien bajo su tutela.

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- Orión instruye a una chica del mismo año que yo.- dije riéndome.- Aunque no se llevan muy bien.

- De hecho, seguro que está al llegar.- dijo mi compañero suspirando antes de mirar a Bell.- Duncan aún no ha instruido a nadie, ya que este año es que acaba de pasar a segundo. Si quieres, podría ser tu tutor... No hay nadie mejor que quien se ha aprendido la historia de la academia y tiene experiencia con todo tipo de habilidades.

En ese momento pasos acelerados de acercaban a nosotros, cosa que me hizo sonreír y taparme los oídos.

- DUUUUN...ORIOOOON- gritó una voz femenina antes de, literalmente, arrastrar a Orión al suelo.

- Te presento a Alice, es mi compañera de curso y está bajo tutela de Orión.- dije sin más sonriendo y girándome hacia Bell.- Es un poco intensa, pero es muy amable y confiable.

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-Un poco... yo diría muy intensa.- dije sonriendo un poco incómoda por aquella inesperada escena.- S-soy Bell...- susurré.

Me aparté un poco por si había algún problema de que hubiera algún golpe desviado. Aquella chica realmente era un completo desborde de energía y vitalidad.

-Tienes muy buenos amigos, Duncan. Eso es muy lindo...- susurré con una leve sonrisa mientras miraba tanto a los dos frente a nosotros como a Duncan.

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- Digamos que solo tengo un poco de suerte.- dije sonriendo mientras Alice se levantaba.

- Encantada, Bell, yo soy Alice.- dijo mi amiga.- Espero que podamos llevarnos bien.

Segundos después, era ella la que estaba en el suelo y Orión quien volvía a estar sentado en la silla. Ambos son demasiado divertidos juntos y no puedo evitar reírme.

- No te asustes por ellos, siempre están igual.

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Sonreí levemente, pero mucho más confiada. Solo eran un pequeño grupo de amigos que me estaba invitando a ser parte de ellos. Así es, amigos, se sentía lindo pensar esa palabra.

-Me alegra ver que se llevan bien entre ustedes. Espero lo mismo conmigo.- la pena era notable en mi mirada, puesto que era la primera vez que me enfrentaba a un escenario tal, pero tenía la esperanza de que resultara algo bueno, pues esas personas eran muy buenas y alegres entre sí, y yo quería compartir eso también.

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- Así será, no es que seamos tan crueles como para estar mal con una chica de primero. No tendrás que preocuparte por nada y te aseguro que con nosotros nadie se atrevería a molestarte.- dijo Alice como si fuera lo más normal del universo.

- Eso se debe a que todo el mundo tiene algo de miedo a los poderes que tenemos.- siguió Orion.- Por ejemplo, yo tengo poderes de agua, pero también de rastreo, es decir, nadie se me escapa.

- Yo tengo poderes de fuego, pero también de invocación, y soy capaz de meterme dentro de los aparatos electrónicos.- soltó Alice.

- Y yo no sólo tengo parálisis sensorial y posesión, sino que también soy capaz de hacer que cualquier objeto inanimado cobre vida.

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-Vaya... ustedes tienen poderes sorprendentes...- la mirada de asombro era más que notable en mi rostro, ellos eran muy confiados con respecto a sus habilidades.

Poniéndome a pensar en mí, yo, más que confiar, siempre les temía a las mías. Había perdido el control demasiadas veces como para que fuera diferente. Solo algunas cosas estaban bajo mi control.

-Pues... no sabría definir el alcance de mis poderes, pero... mi cabello se vuelve una sombra móvil como tentáculos y también mi cuerpo puede convertirse y transportarse en cualquier sombra del suelo. Además, la textura de mis sombras desmaterializan lo que haga contacto con ellas en mucho tiempo y su dureza varia según mi... control...- dudé al decir esto último, puesto que poco tenía en los más peligrosos momentos de mi poder, pero aún así, era mío y debía aprender a controlarlo por completo.

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- Eso explica porque aparecías y desaparecías cuando te encontré.- dije sonriendo.- Tu poder es lo que aquí llamamos umbrakinesis, literalmente, control de las sombras.

- No es un poder muy común, pero también explica que tanto tus ojos como tu pelo sean tan negros.- dijo Orion.- Y no te preocupes por el control, es algo que tanto profesores como alumnos te ayudaremos a aprender.

- Yo no tenía apenas control sobre el fuego hasta que vine.- dijo ahora Alice.- Tuve suerte de que no me metieran en el ala C.

- Sí... Realmente tuviste mucha suerte con eso.- Solté yo de nuevo atendiendo a la confusión que notaba en Bell.- El ala C es la zona en la que dije que no podéis ir... Está llena de alumnos sin control, problemáticos y bastante bordes.